23/02/2024

Mythos: Abraham Cupeiro con la Orquesta Gaos, en el Auditorio de Galicia

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela 


  Concierto con presentación de la obra Mythos de Abraham Cupeiro acompañado por la Orquesta Gaos en el Auditorio de Galicia- día 2 , a las 20´30-, con un programa que ofrece su reciente trabajo en disco con la histórica Royal Philharmonic Orchestra, y que supone una continuación de lo que fue su auténtica tarjeta de visita Pangea, apreciada y valorada en su justa dimensión artística. Larga travesía por un mundo mítico e imaginario que nos lleva a través de siete espacios de profundo sentido descriptivo y sonoro. Requiem  for Marsias- el  sátiro-, personaje que se expresa con el aulos, frente a la cítara de Apolo, velados por el ojo atento de las Musas, preparando el segundo tiempo Pregaria de Minerva, en la que el instrumento de reclamo es el cornu, para recrear un mundo bélico.  Simurgh e a  la pluma de Oro nos sitúa .en los confines de Persia con el monarca Saam  y su hijo Zal, al que abandona en la montaña de Alborz, que desencadenará una truculenta escena.  O Océano Cósmico. O Señor da Danza, tiene como destino la civilización hindú, en el que Veruna reclama la ayuda de Shiva, a través de una danza que vencerá al detestable Apasmara.  A lenda de Sadgh, ya en la Isla de Esmeralda y  con otro de los personajes, Fiann el Blanco- supersticiones que le obligarán a su encuentro con un ciervo que se convertirá en la bella Sabgh- de la tendrá un hijo, Oisin, al que veremos como protagonista en Viaxe a Tir na NÓS, tierra de hadas, en donde hallará a Niamh quien le impondrá un duro desafío que no podrá superar. Atlantis, punto de encuentro final, nos sumerge en la ciudad de las  aguas entre visiones fantasmagóricas.  Leyenda de conclusión:  Vin creaturas extintas nas profundidades de Atlantis, luces brillando coma estrelas ocultas; escuridade do océano. Todos estes elementos vanse esvaecer nas mareas de tempo como ondas que levan os soños . E hora de mergullerse na eternidade.

La Royal Philharmonic Orchestre, la formación que hizo posible Mythos y que repite en sus confianzas, fue fundada por Sir Thomas Beecham (1946), una institución que contará con insignes directores  desde Rudolf Kempe, a Antal Dorati, Walter Weller, André Previn, Vladimir Ashkenazy, Yuri Temirkanov, Danielle Gattí y Charles Dutoit, destacando con proyectos variados destinados al gran público como The Red Shoes o sesiones em festivales de primera línea. Sir Thomas Beecham, su artífice (1879/1961), se hizo cargo en su juventud del Covent  Garden antes de fundar una primera Orquesta Filarmónica de Londres, con la que realizó grandes giras antes de romper con ella por otras ambiciones temporales preparando la refundación de la misma a partir del año citado, esta Royal Philharmonic O., con la que se mantendrá hasta el final de su vida. Beecham, fue adalid de la música inglesa, poniendo en atriles obras de de Delius, Sibelius, R. Strauss y hasta los oratorios de Händel, con arreglos personales. Los que le trataban, comentaban que era un artista de un sentido del humor poco común.

El concierto de Abraham Cupeiro con la Orquesta Gaos, fundada en 2009 y que participó en el Concurso de Piano Cidade de Ferrol, grabando un cd con obras de Juan Durán; el Coro Gaos como parte de sus proyectos, grabó el Requiem de Mozart con Borja Quiza, Carmen Subrido, Nuria Lorenzo y Francisco Corujo. Colaboraron en el LXI Festival de Amigos de la Ópera de A Coruña, acompañando al tenor Gregory Kunze,  toma los temas musicales plasmados en el registro con  la Royal Philharmonic Orchestra, en la que la dirección artística fue responsabilidad  de  Dimas Ruíz, con la participación del multi-instrumentista  y de María Ruíz, la asistencia técnica de John Barret y Matt Jones, contando como músicos invitados con los percusionistas Sergey Saprychev y Carlos Vázquez y la arpista Rosa María Rodríguez, completando los arreglos de Carlos Vázquez (temas 2,3 y 4); Hugo Paradela (1, 6 y 7); Adrián Saavedra (8) y María Ruiz además del propio Cupeiro. Grabación realizada en los Abbey Road Studios , en 2023. La panoplia instrumental siempre sorprendente ya que nos entra tanto por los ojos como por los oídos, brinda curiosidades que para muchos resultarán auténtica novedad. El aulós, instrumento de viento procedente de la Grecia Antigua, está provisto de lengüeta  similar a la tibia romana. Su aproximación a la flauta es gratuita ya que con suerte se encuadra en la familia de los clarinetes  (caña sencilla y sección tubular)  o bien el oboe (doble caña y sección cónica) . Destaca por su sonido potente y penetrante y en la mitología, por sus cualidades, se le recuerda como partícipe en el cortejo de Dioniso y en la música que requería una sonoridad penetrante. El cornu, trompeta curva de bronce, casi circular  que podía alcanzar hasta 340 cm de longitud. Su cuerpo describía casi una G y en Roma se adjudicó a diversos instrumentos de metal por lo que tuvo un carácter genérico y que le acercaría al cornu, la buccini y la tuba. Contaba con un pabellón delgado y un tubo estrecho y cónico. Un travesaño de manera, formado por el diámetro de esa G, descansaba sobre el hombro izquierdo del músico y se sujetaba con la mano izquierda, en tanto que la derecha apretaba la embocadura contra los labios.

La algozá  es una flauta recta del norte de la India de pequeño tamaño y de sonido suave e íntimo que ayuda a imaginar un mundo pastoril ya dentro de la música culta. Se la asocia a la meditación y su cuerpo de bambú, dispone de siete orificios para la digitación, uno de ellos situado en la parte inferior. El este de la India y Pakistán, conocieron un tipo de variante del instrumento.  El ney, instrumento de viento árabe que se ha conservado, fue propio en los ritos musulmanes dejando al resto para la dedicación a los estilos profanos. Su nombre es persa y su origen es desconocido, siendo común en el Próximo Oriente y en el Magreb, formando parte de las orquestas takht. También la zurna, procedente de Bagdag durante el reinado de Harum-al- Rashid, es un predecesor del clarinete siendo su origen persa un tanto dudoso. En realidad un tipo de clarinete doble zummâra que nos lleva a Egipto que sin duda influyó en su desarrollo. El kornyx, su imagen iconográfica tiene fiel reflejo en el caldero con relieves de plata hallado al norte de Jutlandia, en 1891 instrumento de bronce, común en los grandes ritos célticos proclama su distinción por la emisión de toques bélicos y - caldero de Gundestrup- que muestra a unos militares ejecutando esos instrumentos de llamativos pabellones.

La uillean pipe, quizás el más familiar, una gaita irlandesa conocida como gaita irlandesa, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y es una de las más complejas de las cornamusas- recordemos a sus maestros como Lian O´Flynn, Paddy Moloney (que tantas veladas con hizo disfrutar con The Chieftains), o Willie Chaney-, sus raíces se encuentran en el pib uillean (plural piobai uillean), que significa gaita (s), o flauta (s) por su método de inflado .Uillean es forma genitiva de la palabra irlandesa para codo, uillinn. Un instrumento complejo y difícil que demanda gran coordinación del gaiteiro que debe manejar un fuelle para alimentar el odre, o depósito de aire, digitar el puntero y accionar con la muñeca derecha las llaves de tres reguladores que le permitan formar acordes de acompañamiento mientras está tocando, esta gaita dispone también de tres bordones. Guarda similitudes con el whistle o flauta irlandesa. 

Ramón García Balado

 

Crítica / D’om le vrai sense: Kaija Saariaho desde la eternidad

 El simbolismo alegórico de Le dame à lo licorne, serie de tapices conservados en el Museo de Cluny (París), muestra de estilo mille fleur propio de la escuela de Flandes elaborado en lana y seda, hacia 1500, fue tema de inspiración para la obra de Kaija Saarihao, y que se eligió  para el concierto de la Real Filharmonía de Galicia  con su titular Baldur Brönnimann y el protagonismo de Kari Kriikku en el concierto para clarinete D´ om le vrai sense, de Kaija Saarihao,  al que se añadía una pieza de Erich Korngold, Tema y variaciones Op. 42 y la Sinfonía nº 2, de Kurt Weill, concierto en el que también participan alumnos de la EAEMKari Kriikku, es un intérprete dedicado con preferencia a las músicas de vanguardia y en particular con obras en dedicatoria como ya pudimos comprobar en el Concierto para clarinete de Magnus Lindberg, en un programa que incluía obras de Malcolm Arnold y R. Vaughan-William. Importante había sido su labor en estas lides con el Quattour Diotima, estrenado Figura, de Kaija Saarihao, en el Festival de Venecia, antes de repetir en el Présence de París. Hysteris, de Michel van der Aa, será obra que presente con la O.C. Sueca, dirigida por Tung-Chien Chuang, para pequeños grupos de medios electrónicos y que dio a conocer con la O.  C. Lapland y John Stargard, repitiendo con la Amsterdam Sinfonietta, en el Concertgebouw.

Otras de esas iniciativas, le llevaron a estrenar el Concierto para clarinete de Unsun Chin, con la O. de Gotemburgo y K.Nagano, que se repetirá con la WDR Sinfonieorcester  y la London Philharmonia, con Ilan Volkov o la O. de Malmö o la O. de la Radio Finlandesa, período en el que estrenará D´om le vrai sense, con esa misma orquesta y Sakari Oramo. Simon Bychkov (WDR Köln o alla Scala de Milán) será un director con el que tendrá afortunadas experiencias, al igual que con Esa-Peka Salonen, dejando imprescindible registros para el sello Ondine, que incluye la Missa de Jukka Tiensuu, con la O.F. de Helsinki y John Storgards y el Concierto para clarinete de Magnus Lindberg. Parte de esa evolución queda refrendada por su oficios como director artístico de la O. de Cámara Avanti!

Kaija Saariaho, compositora por excelencia en esta temporada, había entregado a comienzos de la misma Ciel d´Hiver, compartiendo fecha con Gÿorgy Ligeti y S. Rachmaninov, contábamos con ella como artista en residencia pero las consabidas circunstancias impidieron el beneficio de su presencia, siempre ateniéndonos a su valor testimonial que merecedora del Premio Fronteras de Conocimiento BBVA, culminación de su colaboración de investigación en el IRCAM. La obra en cartel, para la autora resultado de una búsqueda fascinante de sonidos y texturas, se había escuchado con la ONE dirigida por Jaime Martín, un homenaje con motivo de su septuagésimo aniversario y con este solista. En esencia, un encargo de la O. de la Radio Finesa, la Fundaçao Casa de Música, la O.S. de la Radio Sueca y Radio France. Obra  nacida a la sombra de su Segunda ópera Adriana Mater y que en la parte del solista se fue perfilando a partir del argumento determinante, la serie de tapices medievales de La dama y el Unicornio, en los que cada uno queda marcado por un detallado valor simbólico. La observación de esos tapices en el Musée Nationale du Moyane Age parisino, surgió como un destello deslumbrante que se impone como segura motivación, al  tiempo que se entrega a su sinfonía L´amour de loin, y una exposición realizada con la artista Raija Malka sobre temática común, La Dame à Licorne. Una dimensión en la que el clarinete aparecía  como un Unicornio en sí mismo con un mayor espacio significativo. Sorpresa para el oyente, precisamente por esa actitud en su protagonismo en escena. Lujo de detalles expresivos por los registros sonoros ofrecidos por Kari Krikku en su actitud interpretativa a tenor de los recursos de la obra.

La Finnish Radio Symphony O, dirigida por Sakari Oramo,  puso a nuestra disposición en el sello Ondine, un registro modélico en el que se ofrecen D´om le vrai sens; Lanterna Magica y Leino Song, destacando como cantante la soprano Anu Komsi. En lo relativo a los tapices, es evidente que no hay una posible descripción sonora, precisamente porque ellos, sirvieron en otras oportunidades de simples vagas inspiraciones y los seis episodios musicales resaltan un ejercicio de resueltas habilidades tímbricas, motivación común en otras obras suyas. Es el clarinete verdadera sensación de hilo conductor y un aliciente de grado sumo. Son los sentidos la causa y motivo representados en cada uno de sus pasajes: L´Ouïe (El oído); La vue (La vista); L´ Odorat (El olfato); Le  toucher (El tacto) y le Goût (El gusto), además de un epílogo A mon seul désir. Una ampliación de sensaciones acentuadas por matices sonoros tramados por el solista, condensadas en el espacio de  media hora. Obra     que en su orgánico demanda dos flautas flautín doble y contralto); dos oboes; corno inglés; dos clarinetes; un clarinete bajo; fagot (contrafagot doblado); cuatro trompas; trompeta, timbales (Cuatro percusionistas); arpa; celesta y cuerdas.

Erich Korngold en una pieza de sus años tardíos, compositor arraigado en los Estados Unidos a consecuencia de  su huida de la Alemania amarga tras recibir la invitación del director teatral Max Reindheart para cubrir la música incidental para El sueño de una noche de verano (Shakespeare) a partir de Mendelssohn. El cine le atará corto con bandas sonoras que marcaron época e hicieron historia, mientras la ópera los últimos años anteriores con títulos que poco a poco se convirtieron en óperas emblemáticas Die Tote Stadt (La Ciudad muerta); Das Wunder der Heliane (El milagro de Heliane) o la de prueba y primeriza Der Schneenmann (El hombre de nieve). La vuelta al género orquestal, después de su distanciamiento con respecto a las bandas sonoras, traerá la Sinfonía en Fa sost, cargada de tensiones, íntima e intensa, tras su vuelta a Viena en 1949, obra claramente sintomática a la par que se creación recibía un trato displicente como aventura pasada de moda. Queda todavía espacio para obras como esta serie de Tema y variaciones, para orquesta Op. 42, (1953), un encargo escolar para pequeñas formaciones, entre las que también nos encontramos Straussiana, homenaje a Waltz King, arreglos de sencillas canciones procedentes de la opereta Ritter Pazmann. Tema y variaciones Op. 42, destaca la melodía a partir de  una canción folklórica irlandesa, un recuerdo precisamente juvenil como Märchenbilder y sus siete variaciones. Brönnimann contribuyó en una idea de reflexión sobre el autor, como haría con le obra siguiente

Kurt Weill y la Sinfonía nº 2, para no perder comba, la única puramente orquestal de los años de madurez tras larga distancia con respecto a la Primera y un Divertimento a medio camino. Obra de patrones canónicos de los que sabrá distanciarse, y marcada por una estructura previsible en el significado de las relaciones temáticas entre los movimientos de la obra, que no renuncia a esa tradición germana en la que había sido educado, distanciado del autor de trabajos que supondrán definitiva ruptura como La ópera de tres reales. Kurt Weill tenía otras urgencias y esta obra de 1933, año crudo por definición histórica, había sido compuesta en París antes de estrenarse en Londres por el insigne Bruno Walter. Obra en canónicos tres tiempos, con una breve Introducción ligeramente sorprendente, marcada por un estilo de marcha fúnebre alegórica, con trompeta a solo, para ceder a un Allegro molto punzante en el marco de Allegro sonata. Una serie de aires melancólicos remiten a ideas del mundo teatral, sobre motivos acuciantes e hirientes hacia una reexposición en un epílogo que se va diluyendo merced a la quietud propuesta por las maderas y un jadeo de las cuerdas para recuperar el tiempo anterior cargado de temperamento. Un segundo movimiento-Lento- desolado y trágico, sobre un motivo de marcha fúnebre a partir de  transformaciones del tema inicial realzado por sonoridades de la flauta preparando el Final-Rondó-Allegro vivace- Presto, tomando aires de danza en forma paródica que culmina en una coda de tempo saltarín.  

Ramón García Balado

 

Kari Kriiku

Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann

Obras de Kaija Saarihao, Erich W. Korngold y Kurt Weill

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Palacio de la Ópera, A Coruña

Publicado en RITMO (edición digital)  ritmo.auditorio

20/02/2024

Dende os cantares galegos: La lírica de Rosalía de Castro por la Banda Municipal

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


 Concierto de la Banda Municipal en el Auditorio de Galicia- día 23 a las 20´00 h-, con su titular David Fiuza Souto en colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago, teniendo como protagonistas al Coro Cardenal Quiroga, dirigido por José Luís Vázquez y el protagonismo de la soprano Laura Brasó, ganadora del Segundo Premio del Concurso Compostela Lírica; el tenor  Álvaro Miguélez, en este concierto rosaliano que estarán ocupada por la Suite sobre Cantos gallegos de Enric Granados ; las Seis baladas galegas, de Juan Montes y la participación  de Loliña Mosquera & Braulio Calo Ledo, con el poema Miña meu lar…como reclamo, de aliciente de este  Caldo de groria, a partir del poemario Follas novas de Rosalía de Castro. La Fundación Rosalía de Castro, anima la jornada conmemorativa con actividades incluso culinarias en homenaje a la autora de Follas novas (1890), pura síntesis de esa poética subjetiva y social, a flor de labio y que para expertos analistas, guarda elementos en común con el romanticismo de los lieder de H.Heine, que habían recibido el trato en transcripción de Eulogio Florentino y en la proximidad más cercana con Gustavo Adolfo Bécquer.  Rosalía de Castro, la de Cantares gallegos, que la encumbrará junto a Curros Enríquez y Pondal, dentro del espíritu del Rexurdimento cultural embargado por una ambiciosa expresividad  que por necesidad sabría abundar sobre la incorporación de un ideario procedente del folklore y una escritura coloquial armoniosa y sensible, estimulada por la autoconciencia de Murguía.

Enric Granados, por la Suite sobre temas gallegos, una invitación propicia para el del ilerdense, en esa obra que se dio a  conocer el 31 de octubre de 1899 en el Teatro Lírico de Barcelona en su quinta edición y en un certamen que anunciaba estrenos como el poema sinfónico Medora o la escena dramática L´Angelo de Joan Lamote de Grignon, quien tomaría la batuta del concierto. En cartel, también la Sinfonía mozárabe de Manuel Giró i Ribes, completando con esa suite sobre temas gallegos y la Marcha dels vençuts, de Granados. Dos de aquellas obras no habían recibido una buena acogida, aunque mejor trato recibieron las de inspiración gallega, gracias a la frescura y naturalidad del conjunto de las piezas, que serían un total de cinco: En la montaña- que se anunciaba con un solo de oboe que suscitaría los modismos de la gaita y que dará razones para una recuperación posterior en forma de Danza gallega, en dedicatoria a Pau Casals, siendo estrenada por Gaspar Cassadó y Frederic Longas, en versión para chelo y piano-; el segundo tiempo, es un Allegro moderato (danza-scherzo), resultando el tercero Morriña, antes de pasar al Final-La Fiesta, que algún estudioso verá como un detalle musical con cercanía al mundo sonoro antillano de Louis Moreau Gottschalk, en los inicios del jazz y el ragtime.

La compleja orquestación requerida no dejaba de beneficiar al autor en cuanto al dominio de los recursos orquestales, convirtiendo la obra en uno de los mejores trabajos para ese medio. El tiempo con todo traerá sus dificultades, por lo que su éxito no se consolidaría permitiendo alternativas como la llevada a cabo por Margarita Soto Viso, por mediación del Consorcio para la Promoción de la Música, con destino a la OSG, que la pondrían en atriles en varias ocasiones. La editora Boileau, probaría con una publicación cargada de arreglos poco aceptables destinada a la  productora Naxos, tomando el material realizado por Douglas Riva y que sería opción a un registro firmado por la Orquesta Simfònica i Nacional de Catalunya, dirigido por Pablo González. La Suite sobre cantos populares gallegos, remite en lo posible a dos tiempos, primero y tercero, de la Symphonie sur un chant Montagnard français (Symphonie cénevole), de Vincent D´Indy, esa inevitable influencia francesa que impregnará a los compositores de su época y en concreto de ese compositor del que Granados conocía por haber asistido a una función ofrecida precisamente en el Teatro Lírico barcelonés.

Juan Montes y las Seis baladas galegas: As lixeiras anduriñas; Doce son; Negra sombra; Lonxe da terriña; Unha moite na eira do trigo y O pensar do labrego. Decía Rafael Mitjana con respecto al músico lucense: No quiero hacer la biografía del notable organista: básteme decir que el grupo de músicos y artistas regionales le consideraba como la más pura gloria de la música gallega. Por mi parte, entiendo que tienen completa razón. Ahí están sino para probarlo sus hermosísimas Seis baladas para canto y piano, que retratan claramente el temperamento del genial compositor de la morriña. Las baladas de Juan Montes, son en suma canción popular culta o canción popular estilizada, pilar fundamental del nacionalismo musical que hallamos en otros países. De hecho y porque viene al caso, en los cantos populares recogidos por la misma Rosalía, surgen parte de la tradicional organología de la música galaica: gaitas, pandeiro, ferreñas, tambor. Y en sus poemas, campanas ¡muchas campanas!, pandeira, castañetas, cunchas, bombo, zanfoña, además de la guitarra, órgano, trompeta, clarinete. Por supuesto la gaita, con excepcional frecuencia, que corona uno de los 38 Cantares, el número 29 A gaita galega. As lixeiras anduriñas, por citar una de las seis de Montes, fue recibida por el Orfeón Bilbaino en octubre de 1892, en el Teatro Arriaga, después de haberse escuchado en el Salón Romero, de Madrid.

Ramón García Balado

17/02/2024

Paisajismos nórdicos por excelencia

  A Coruña - 16/02/2024

Concierto de la Sinfónica de Galicia contando con la pianista rusa Yulianna Avdeeva dirigida por Jaime Martín y que destacaban  en programa el Concierto en La m. Op. 16 de Edward Grieg, para completar con la Sinfonía nº 2, en Re M.  Op. 43, de Jean Sibelius.

Yulianna Avdeeva estudió en el Gnesin Special Music  College de Moscú, y fue alumna de Elena Ivanova (2003), para ampliar con Konstantin Scherbakov en la Zuercher Höchschule, maestro del que posteriormente será asistente; en la Escuela Estatal de Música de Gnesin, siguió las docencias de Vladimir Tropp entre 2006/9), mientras ampliaba en otras materias en la Ac. International Lake Como. Su carrera concertística se fue consolidando en estos años visitando espacios como la Wien Bosendorfer Saal o el Barbican Center (Londres). Entre sus galardones, un segundo del Bremen Piano Competition (2003); un tercero del Kurt Leimer Piano Competition; un segundo del VII Concurso Ignaz Jan Paderewski (2017), un segundo del LXI Géneve Int. o el Primero del XVI Int. Frederik Chopin, de Varsovia. Realizó sus registros má importantes para el sello Mirare, destacando los dos conciertos de Chopin, con la O. of The Enlightenment  Century, con F.Brüggen;  obras de J.S. Bach, M. Weinberg, para el sello DG; Mozart, Schubert y Prokofiev.

Nórdicos por excelencia a partir de Edvard Grieg, músico con formación germana por sus estudios con Moscheles, Ricter y Reineke, dinamizador de un grupo de credenciales determinantes, Euterpe, que pretendía distanciarse de ese germanismo de larga estela, fundando también en Oslo la Academia Noruega de Música, quedando de su autoría tan sólo una sinfonía entre obras de mayor arraigo como este Concierto para piano y orquesta, en La m. Op. 16, pleno de rigor lírico y gratamente equilibrado, por lo que su aceptación le garantizó su permanencia a lo largo de los años. Compuesto mientras tenía como compañero de confianza a Edmund Neupert, en Dinamarca, perfilando el estreno de la obra hacia finales de 1869 pero que tardaría en darse a conocer hasta la primavera siguiente. El propio F.Liszt alabaría la calidad de la obra, precisamente por el distanciamiento de la influencia alemana casi inevitable entonces.

Tres tiempos de meridiana identidad comenzando con el Allegro molto moderato, en el que la solista Yulianna Adeeva propició el despliegue sonoro a través de una pujante cascada de acordes descendentes, permitiendo tomar protagonismo a las maderas y entregarse  a un aire de danza popular asimilada por el  autor en una ingeniosa pirueta colorista que resueltas  en un fugaz animato que dejaba paso a la solista en un segundo tema de tintes elegíacos definidos por los chelos (detalle que revisará posteriormente), un sonido de trompetas, animó el desarrollo del tiempo de perfiles concisos confiados a la pianista mientras dialogaba  con otros instrumentos de la orquesta que respondían con una vistosa fanfarria que prepara camino de un Poco piú allegro final.

El Adagio, quedó expuesto por las cuerdas en sordina, a las que responderían  trompa y  fagotes, aspecto que redunda en el ideario creativo de Grieg, y que nos trasladaba a otras obras suyas por su atractivo lirismo, permitiendo a la piano erigirse en protagonismo necesario que ocupó todo el movimiento, logrado por un encendido lirismo expresivo en respuesta a la cuerda en actitud vagamente discreta y que desde un pasaje pianissimo, se enfocaba hacia el Allegro moderato e marcato, en La m., iniciado con clarinete y fagot, entre apuntes sencillos del teclado, que ingeniosamente recurría  a un aire de música popular, el  hailing, animado y colorista que se acepta por sus disonancias como una  tonada típica de violín Hardager, a lomos de ideas dispersas y cantábiles, remarcadas por distintos instrumentos para otorgar el protagonismo al piano en una descriptiva cadenza que recuperó motivos precedentes.

Jean Sibelius encumbrándose con la Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 43, esa escuela escandinava representada también por Carl Nielsen o Edward Grieg, y en la que tienen cabida  J.Severin Svendsen, R. Nordraak, Halfdan Kjerulf y Ole Bull. Del país de los Mil Lagos, Jean Sibelius (1865/1967), compañero generacional de Martin Wegelius, Robert Kajanus o Leevi Madejota, adalides de la veta nacionalista, siendo nuestro autor el maestro por excelencia del sinfonismo, monumento al género en el que no llegará a aportar innovaciones ostensibles, con ciertos débitos con respecto a Tchaikovski en su  propio país sin una gran tradición propia. Una obra que agradecería Jaime Martín, para repetir la consideración que recibe por los aficionados en obras de estas dimensiones.  La Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 43, del período del poema sinfónico emblemático Finlandia, obra realizada a comienzos de 1901, en su retiro en Rapallo y que destaca por su filiación romántica, marcada por la brevedad de los temas que se diluyen en grupos más amplios, y en especial por los cuidados en los repartos instrumentales.  El Allegretto ligeramente desconcertante, podrá  señalarse como un arrebato de planteamiento estilístico anunciando el propósito de la sinfonía, entre cuidados recursos de formas breves que engarzan distintos instrumentos, preparando un desarrollo pausado, en forma de síntesis de elementos anteriores, con predominio de cuerdas y metales y una reexposición con aire de pastoral que se diluye pausadamente.

El Tempo andante ma rubato, sugería en su descriptiva actitud concentrada y meditativa, en la que los chelos marcaban la pauta a seguir, junto a los contrabajos en pizzicato, remarcados en forma de  una cantinela estremecedora, una insinuación que remitía a influencias claramente modales y ancestrales, expuestas por el fagot, camino a un Andante sostenuto confiado a las cuerdas en una tonalidad distanciada para completar con instrumentos de metal.  Con suerte, uno de los pasajes mejor tratados por Jaime Martín.  El tercer tiempo Vivacissimo (Attaca), dentro de un posicionamiento tenso a la manera de un Scherzo, valdría  como un motu perpetuo, manejado entre registros extremos para mayor énfasis orquestal, sobresaliendo contrabajos y violines, en registro sobreagudo.

El Finale. Allegro moderato, enlazado con el tercer movimiento sin solución de continuidad, quedaba  repartido en cuatro  temas comenzando por un primero con cuerdas con respuesta de fanfarrias de trompetas y el segundo como respuesta, añadiendo el tercero en un tranquilo-moderato, con un cuarto más breve, a cargo de los metales en una densa orquestación culminante de toda la orquesta en plena amplitud sonora en un apabullante crescendo final concediendo  grandiosidad a la sinfonía, aspecto que contribuiría a confirmar el sello genuino de romanticismo nacionalista tan en boga, y del que sería cabeza visible, confirmado en el conjunto del resto de sus sinfonías. A mayores, una pieza chopiniana en estilo de mazurca.   

Ramón García Balado

 

Yulianna Avdeeva

Orquesta Sinfónica de Galicia / Jaime Martín

Obras de E. Grieg y J.Sibelius

Palacio de la Ópera, A Coruña

 Publicado en RITMO ritmo-auditorio (edición digital)

El Cuarteto Novecento, en el Pazo de Rubiáns

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