11/04/2025

Alain Resnais, en NUMAX, en De Lugares e Órganos

 Sala Numax, Santiago de Compostela


O Órgano sae á rúa, con A Pegada do Órgano no cinema, una vez más en la sala NUMAX- día 14, a las 19´30 h.- para asistir a la proyección del filme L´année derniere à Marienbad, de Alain Resnais, ratificando la presencia del órgano en la banda sonora del cineasta francés, un eslabón que añadir a una de las fidelidades de temporada en De Lugares e Órganos y que para la ocasión se justifica por la banda sonora de Francis Seyring, autor también de trabajos como Le procès de Jean d´Arc, de Robert Bresson o Marie Soleil, de Antoine Boursseiller. Un músico centrado en el estilo de los cortometrajes dentro de un contexto no muy cómodo en cuanto a las demandas de efectismos. Para contribución al resultado requerido, tendremos una charla con la pretensión de entrar en materia, tanto en el  cineasta como en el filme. La banda sonora, se acepta pues como uno de los elementos que ayudan a intensificar la recreación ambiental y que recibimos en versión original con subtítulos en gallego. L´année derniere à  Marienbad, había sido una producción de Terra Film/Société Nouvelle des Filmes Cormoran/Précitel/ Como-Films/Les   Films Tamara/ Cinetel/Silver Films Paris, con guión de Alain Robbe- Grillet, dirección artística de Jacques Saulnier, producción de Pierre Coureau (Précitel); vestuario de Chanel, Bernard Evein y la dirección fílmica de Alain Resnais. En el reparto, Delphine Seyring; Giorgio Albertazzi; Françoise Berlin; Luce García- Ville; Héléna Kornel; Gérard Lorin; Françoise Spira; Davide Montemuri; Gilles Quéant; Gabriel Werner y Karin Toeche- Mittler. ¿Qué ocurrió realmente el año pasado en Marienbad? Rara vez una película ha suscitado tantas polémicas  más activas e incluso virulentas. Se llegó a decir que ni tan siquiera el director Alain Resnais y el guionista Alain Robbe- Grillet, estaban completamente de acuerdo; que según el primero, el año anterior se había producido un encuentro entre los dos protagonistas, mientras que según el segundo, el episodio entero no era más que una fantasía imaginada por el narrador. Pero esta divergencia no era sino un recurso fríamente pensado, una indicación al espectador  de cómo debía abordar la película; es decir, sin ideas preconcebidas. Un destacado crítico francés, Jacques Brunius, afirmó tajantemente tras varios visionados que era la mejor película de todos los tiempos, mientras que otros la descartaron como una película de arte y ensayo. Pero hay algo innegable: para apreciarla plenamente es preciso que el espectador se entregue a su peculiar estructura narrativa y a su inimitable estilo. La primera voz que se escucha es la del narrador, que va diciendo al principio sin que se le entienda muy bien, y luego cada vez más claramente: Una vez  más recorro los pasillos, atravieso estos salones y galerías, en este edificio de siglos pasados…mientras la cámara recorre morosamente los interiores de un gran hotel rococó. En uno de ellos, el público contempla inmóvil una obra teatral. Y ahora, dice la actriz, sobre el escenario, soy finalmente tuya. Cae el telón. El final de la obra prefigura la entrega de la protagonista de la película al acabar esta. Filme que sugiere muchas preguntas más: ¿Ocurrió esta escena en el pasado?

La eterna fascinación de El año pasado en Marienbad, radica en que cada vez que el espectador cree haber encontrado la clave del acertijo, se presenta un nuevo aspecto que echa por tierra todas sus teorías. Con sus sutiles claves, su complicada interrelación entre pasado y presente y sus representaciones de una realidad que puede ser simplemente un sueño, adquiere el aspecto de una historia detectivesca. Las figuras pues, son mucho más que personajes y se mueven de manera exquisitamente controlada por un director que demuestra la precisión de un hábil jugador de ajedrez. El mundo onírico en el que transcurre la historia posee la calidad de un cuento de hadas y, al igual que la mayoría de ellos, un cierto toque de amenaza oculta que acecha en todo momento a sus personajes. Aquel hotel gigantesco y barroco, situado en medio de unos geométricos jardines, está habitado únicamente por unos pocos huéspedes que adoptan poses de estatuas o forman estáticos grupos, mientras contemplan un oscuro drama o practican juegos aparentemente sencillos.  Fragmentos de conversaciones, planos de personas cuidadosamente situadas o de grupos estáticos, tal cual quedaba dicho, para recrear un mundo perturbador, entre lo real y lo imaginario.

Ramón García Balado

Catro Quince: …Sonoridades do Barroco en De Lugares e Órganos

 San Paio de Antealtares, Santiago de Compostela


Concierto en  A Igrexa de San Paio de Antealtares- día 13 a las 20´30.- en la X edición del certamen De Lugares e Órganos, que tendrá como protagonistas al trío compostelano Catro Quince,  para un programa que nos lleva desde un anónimo a compositores del período barroco que completará con una típica batalla organística del portugués Pedro de Araujo. Son Catro Quince el violinista barroco Roberto Santamarina Fernández; el chelista barroco Carlos García Amigo y la organista Alejandra Escolante Mujico, intérprete también de espineta. Un programa con sobradas razones desde su reclamo de cabecera: …con moita invención e diversidade. Outras linguaxes e sonoridades do Barroco. Nuevos conceptos que vendrán a expresarse en ese período que insistentemente abundar sobre sus pretensiones de modernidad con aspectos como esa sonata que en una colección de Salomone Rossi, se da cita precisamente como La Moderna o la serie de volúmenes en forma de sonata que publicará Dario Castelo: Sonate in stil moderno (1621/9), además de la Opera VIII, de Biagio Marini: Curiose & Moderne inventioni. En la base, un criterio de monodia acompañada en la que los instrumentos contribuyen con sus propios argumentos que pasan por imitar la voz cantada, siendo el violín un definitivo paradigma a seguir, siendo G. Battista Doni uno de los más avezados en innovación instrumental, en sus Annotazzioni sopra il compendio de´generi e de´modi della musica (1640). Para dar cauce de entrada, una entrada de clarins antes de tocar canción (órgano a solo), pieza anónima del s. XVIII.

Bernardo Storace (1637/1707), aporta una corrente, para órgano solo, maestro de capilla en Mesina y del que conservamos la colección Selva di varie compositioni d´involatura per címbalo ed órgano. Maestro cuya escuela mantuvo su hijo Steven, con brillante carrera en Londres y suya estela se mantendrá en el ámbito familiar, en la figura respetada de Nancy Storace. La publicación citada de su fundamental trabajo, se había editado en Venecia siendo un trabajo que guardará afinidades con los estilos de Frescobaldi y Pasquini. Giovanni B. Fontana (1585/1630), con dudas en cuanto a las fechas de datación de su vida, fue maestro de la Escuela Veneciana, y del que se elige la Sonata Seconda, siendo el conjunto de su obra un legado de aparición tardía, por lo que abundan inevitablemente las dudas. Será con seguridad un modelo de notable virtuoso encuadrable dentro de este llamado stil moderno, bien apreciado por analistas como Willi Apel, por su tendencia a recalar claros pasajes infrecuentes a la par que sorprendentes. Violinista en Brescia y muy activo en Roma, Venecia a Padua, se le reconoció por sus sonatas a dúo, trío, algunas con incorporación de un instrumento de metal, como la corneta. Maestro clave precisamente en el nacimiento de estos géneros tan personales.

Dario Castello (1602/31)- Sonata Prima-, otro maestro de la escuela veneciana, igualmente con dudas en lo relativo a datos biográficos, pero muy apreciado durante su estancia en San Marcos de Venecia, dejando un conjunto de obras de gran inventiva auspiciada por el cuidado del tejido de las secciones polifónicas cuidadosamente elaboradas  y con una serie de complementos de respuesta en los recitativos dramáticos a lomos del b.c., que realzan esa pretensión del llamado stil moderno. Las atenciones otorgadas a los instrumentos de viento, gozan de gran relevancia en sus colecciones Sonate concertante in stil moderno per sonar nel órgano overo spineta con diversi, publicadas entre 1621 y 1629, que contribuyeron al gran desarrollo del lenguaje instrumental. Sus sonatas fueron probablemente compuestas para agrupaciones de viento, las mismas que dirigía en Venecia, en general para varios instrumentos con abundantes cambio de tempo, como las sonatas de Salomone Rossi o de Biagio Marini, algunas de su voces quedarían confiadas a flauta, corneta  en difíciles tesituras.

Marco Ucellini (1603/1680)- Sonata Prima (Il Ozio Regio Op. 7), músico dotado por las cualidades de las atenciones a los aspectos melódicos, fue autor de un catálogo de obras que gozosamente conocieron reimpresiones posteriores a lo largo de tres décadas. Piezas entre las que tendrán cabida estilos vocales, combinando con fortuna variados estilos de confluencia, aceptando los recursos vocales como una clara necesidad expresiva. Las villanellas a modo de fantasías, serán un modelo a tener en cuenta, modelos procedentes del Renacimiento, y muchas con acompañamiento de laúd. Profundamente idiomático en sus planteamientos, sabrá tratar los estilos diversos suponiendo por ello un maestro fundamental en sus años de plenitud en Modena, en donde dirigirá en la Corte de los Este, antes de trasladarse como m.c., a la Catedral y probar de nuevo en la corte de los Farnèse en Parma.

Johann Jakob Froberger (1616/67)- Plainte faite à Londres, pour passer la mélancolie- , seguidor de la escuela de G. Frescobaldi y que mantendrá la monodia ornamentada que se ofrecía en la Catedral de San Marcos de Venecia, destacando su calidad de virtuoso del órgano, para recibir el reconocimiento en Europa gracias a su habilidad en mezclar los estilos italiano y francés. Puede ser considerado como el divulgador  de la forma conocida como los gustos reunidos, en el que se encuentran formas tomadas de los distintos países europeos. Su etapa final le lleva a ocupar la plaza de la duquesa Sibylla de Wurtemberg, y obras como Diverse ingenosissime, rarisimi et non maj piu viste curiosi Partite, tardarán en darse a conocer a pesar de su importancia.

Domenico Gabrielli (1659?/1690)- Sonata para violoncello solo con il suo basso continuo-es ejemplo de las obras apreciadas por su talante virtuosístico destacando detalles como las sutilizas tímbricas  y el cuidado del melodismo. Compositor boloñés, será aceptado en Florencia por el tratamiento del sentido armónico de sus obras, asociadas a San Petronio, en donde se había formado como niño de coro y maestro de capilla, sobresaliendo precisamente por el cuidado de sus obras sacras, en especial los motetes y las piezas pastorales, en el estilo de Palestrina, a las que se añadirán intermedios, sin olvidarnos de las influencias constatables del Orfeo de Monteverdi. Fue miembro activo de la Accademia d´Floridi, de Bolonia.

Johann Heinrich Schmelzer (1620/80)- una Ciaccona en La-, digno representante de su época precisamente por la importancia añadida de sus obras profanas y las suites de ballet, llegando hacia el final de su vida a ejercer como maestro de capilla. Austríaco de nacimiento, fue miembro de la Capilla Real vienesa a partir de 1649, antes de ocupar el cargo de vice-maestro años después. Fue notable violinista gracias a una excelente formación que trasmitirá a través de sus alumnos, ubicados especialmente en la Alemania del Sur. Mención a sus obras sacras pero también a las puramente instrumentales como la que esta vez escucharemos. Su hijo Andreas Anton (1653/1701), recogerá su estilo y escuela, en la Capilla de la corte vienesa.

Para completar, el portugués Pedro de Araújo (1640/1750), con una ostentosa Batalla de sexto tono, para órgano solo, en reconocimiento de Alejandra Escolante Mujico, ese género tan impactante por el poderío sonoro que muestra los recursos del instrumento y una genuina manifestación de los dominios contundentes de este estilo conocido como batalla, siempre una forma de conseguir la relevancia en primer plano de los  instrumentistas y que en San Paio de Antealtares ha tenido momentos gloriosos desde que el equipo comandado por Gerhard Grenzing, logró restaurarlo en plenitud de garantías desde aquellas fechas de mediados de los setenta. La Batalla de sexto ton, obra fastuosa por su arrogancia sonora, es una declaración de principios del maestro portugués Pedro de Araujo, maestro del que nos quedan 13 manuscritos además de otros 6, de dudosa autoría.

Ramón García Balado

10/04/2025

Les Sylvains: Museo das Belas Artes de A Coruña

 Museo das Belas Artes, A Coruña

Concierto del XXIV Ciclo Música para unha época, del Museo das Belas Artes, de A Coruña- día 13 a las 12´00 h-, con el dúo Les Sylvains, integrado por Armelle Morvan, soprano y la clavecinista Arrate Zubigaray Orbea y que se completa con una visita guiada, para un programa que se recibe bajo el título de Aura Soave . Armelle Morvan, estudió en Nantes y una de sus primeras experiencias la vivió como integrante de Coro La Parviene, para ampliar conocimientos en el Centro Musical Musikene, de San Sebastián, con Maite Arruabarrena, para continuar el magisterio de maestros como Lambert Climent, en la ESMUC y con el contratenor y director Carlos Mena, actual responsable del Coro de la OSG; también colaboró con La Capella Reial de Catalunya, de Jordi Savall; el Collegium Vocale Gent (Philippe Herreweghe); Gli Angeli (Stephan McLeod); La Chapelle Harmonique (Valentin Tounet); La Bellemont ( Sara Ruiz); Los Afectos (Nacho Rodríguez) o Conductus (Andoni Sierra), entre sus experiencias, el compromiso con las actividades de la Fundación Juan March, en los proyectos destinados a Jóvenes Talentos, ofreciendo La Voix humaine, de Francis Poulenc, en compañía de Álvaro Corral y Marina Bollain, para el trabajo escénico. La clavecinista Arrate Zubigaray Orbea, siguió la docencia de J.M.Ibarra y de Itziar Atutxa, en el Conservatorio Profesional Superior de Bilbao, para ampliar también en Musikene, y en el espacio de los géneros especializados de músicas históricas en La Haya, con el clavecinista Jacques Ogg y Patrick Ayrton, recibiendo a la par  asesoramientos de prestigiados profesionales como Pierre Antai, Elisabeth Joyé, Christophe Rousset, Kris Verhelst o Francesco van der Velden y que se reafirmará con Philippe Pierlot y D. Brüggen.

Obras en programa, un par de piezas de Luzzasco Luzzaschi (1545/ 1607), con Lucenti  e chiare stelle che sia di voi y Aura Soave- que da título al compendio genérico de toda la serie, manifiesto de la preponderancia de los italianismos al uso, período en el que los falsetistas desplazaban a los castrati de sus dominios, en especial también en los estilos a varias voces, resaltando en gran medida la forma de los madrigales de canciones, muchas rechazadas del ámbito de la propia iglesia, lo que presume igualmente el posible protagonismo de las mujeres. El canto a solo sobresaldrá en este momento, consiguiendo los estilos madrigalísticos una evidente preferencia, en particular dentro de la vida cortesana, en la que Luzzaschi, se convertirá en un maestro por excelencia, el oposición a la abundancia de aficionados de menor grado, los calificados como concertó delle donne, la mayoría con sede en Ferrara, acuñando el espacio del Renacimiento en su carrera definitiva hacia el barroco, distanciándose del poderío establecido por los ideales marcados por los polifonistas y que anunciarían las novedades de G. Caccini y la Camerata Florentina.

Nigra sum (Carlo G. manuscript, Anonymus, circa 1600/50), será la pieza que se ofrezca en cuarto lugar, tras dos temas que recurren a un mismo poema. Susanne un jour. Orlando di Lasso (1532/94), el primero de ellos, importante compositor de villanescas en sus múltiples variedades, como las morescas, llegando a gran nivel en el estilo de los madrigales y las canciones renovadoras. Cuidó de personal manera la importancia simbólica de los textos, acentuando la técnica del ostinato. Madrigales y canciones, se disputarán la primacía en cuanto a la perfección de factura y que conservará hasta el período de decadencia de los mismos. Para mayor conformidad, en sus canciones sabrá liberarse de las llamadas técnicas arcaizantes propias del cantus- firmus, modelo de un creador ambicioso que recorrerá Francia e Italia, un maestro franco-flamenco adalid de su generación que ya de joven había quedado impresionado durante su estancia como maestro de capilla en San Juan de Letrán (Roma), antes de forjarse un prestigio en Amberes, aspecto que ayudará a que conozcamos en profundidad la consolidación de una carrera que dejará huella. Dos de sus hijos, Ferdinand y Rodolphe, tomarán el testigo de su escuela. Claudio Merulo (1553/ 1604), autor también de otro trabajo musical sobre Susanne un jour,  había sido organista además de dotado compositor, formado con los maestros T. Menon y G. Donati, antes de ocupar la plaza de organista de la Catedral de Brescia, preparando así su incorporación como primer organista en San Marcos de Venecia y continuar en 1566, en el puesto de A. Padovano, compartido con el prestigioso A. Gabrielli. Fundó con F. Betanio una editorial de música de importante arraigo, publicando exitosos intermezzi, que se añadían a obras suyas. Obras de su editorial, habían sido Troiane, de L. Dolce, con motivo de la visita de Enrique III a Francia o La Tragedia, de G. Frangipane, a las que se añadirá un obligado compromiso para los esponsales de Francesco de Medici, aunque bastantes de aquellas obras se perdiesen definitivamente. Estuvo también al servicio de Duque de Parma.

Girolamo Frescobaldi- Ti lascio anima mia. Capriccio sopra l´aria Di Ruggiero e Cosi mi desprezzata-llevó a su máxima expresión las formas al uso entonces vigentes: Ricercare, Fantasia, Variazione (Partite), etc…ampliando con conocimientos el tratamiento de la construcción ternaria a 5, 6 o 7 secciones, típicas de compases diferentes. Compositor, organista y clavecinista, cultivó igualmente la faceta de cantante, teniendo como principal maestro a Luzzazco Luzzaschi, labores que consolidará con sus obligaciones en la Academia Sta Cecilia en su doble cometido como cantante y organista. En Bruselas, durante la etapa en la que desarrollo su carrera, publicó su Première Livre de Madrigaux a 5 v., año en el que además, llegaría a ser titular del órgano de San Pedro en Roma, 1608. Tuvo como discípulos a Froberger, Grassi o Battiferi. En su estética se valdrá también de las posibilidades de un atento melodismo, a partir de las influencias asimiladas de sus predecesores. 

Giulio Caccini (1551/1618)- con dos piezas, Dolcissimo sospiro e Torna deh torna y la inmarcesible Amarilli mia bella, capricho de tantas divas del belcanto- hablamos de una saga de grandes virtuosos comenzando por este personaje nativo de Tivoli, compositor y cantante, precursor a lo grande del ascenso del género operístico, a la par de Jacopo Peri, ambos se disputarán el reconocimiento cara a la historia, merced al magisterio en los dominios del recitar-cantando, siendo Caccini, quien dejase impronta de primer grado gracias a sus reconocidas dotes que tentarán a estudiosos a profundizar en la trascendencia de su figura, plena de virtuosismo, que tendrá refrendo en sus propias hijas: Francesca y Settimia.  Caccini, estuvo durante un tiempo al servicio del Gran Duque de Florencia, en todas las dimensiones centradas en el mundo de la música. Igualmente Ferrara supo de la valía y las dotes de este músico y su ambiente familiar, alcanzado el reconocimiento por el dominio de los vocalizzi y los trilli, con acompañamiento de laúd.

Claudio Monteverdi (1567/1607)- Quel sguardo sdegnosetto-perteneciente a los Scherzi  musicali (1632) una colección de siete piezas de la que la elegida ocupa el segundo lugar, piezas en conjunto de menor relevancia por sus dimensiones, caracterizadas por su ligereza, editadas por Bartolomeo Magni, iniciativa surgida por deseo de este último, del conjunto de lo que será un pequeño florilegio vocal, en el que aparecen también ciertas composiciones  que se permitían a voces tonos de tipo anacreóntico- las ariettas- y que se pusieron de moda en los años anteriores con gran éxito de público, a juzgar  por el gran número de publicaciones de este tipo aparecidas hasta entonces: Cifra, Kapsberger, Stefani o Milanucci. La pieza elegida  Quel sguardo sdegnosetto, resulta una canzonetta, para voz de soprano.

Ramón García Balado

08/04/2025

Fachwerk, de Sofiya Gubaidulina, por Iñaki Alberdi, con la RFG

 Auditorio de Galicia

Centro Cultural  Afundación, Vigo

Concierto de Iñaki Alberdi como solista de baián en la obra de Sofiya Gubaidulina Fachwerk, con la RFG dirigida por Sebastian Zinka, en el Auditorio de Galicia, incluyendo en programa la Primera Sinfonía en Fa m. Op. 10, de Dmtri Shostakovich, con sesión previa- 19´30 h.- del concierto de alumnos  del Curso Avanzado de Especialización Orquestal de la EAEM-, día 10-, para repetir al día siguiente en el Centro Cultural Afundación, de Vigo. El concierto de alumnos de Natalia Madison y Thomas Piel, estará a cargo de Belén Aragunde- flauta-; Francisco Javier Ruiz- oboe-, Yiran Niu- violín- Inês Fernando- viola- y Esther Fernández- chelo- que reservan en programa el Quinteto para flauta, oboe y cuerda, op. 18, número 2 en Do Mayor de I. Pleyel, el Cuarteto Fantasía para oboe y cuerda de Benjamín Britten y el Dúo para flauta y violonchelo Assobio a Játo de H. Villa-Lobos.  Iñaki Alberdi es promotor del proyecto de Academia  Visual Digital y un indagador en investigaciones actualizadoras de ancestrales tradiciones que permiten adentrarse en las posibilidades sonoras del acordeón que le permitieron incorporar repertorios que abarcan desde las vanguardias a los clásicos barrocos, desde T. L. de Victoria, a J.S. Bach, Antonio Soler y el nacionalismo español de Isaac Albéniz o latinoamericanos como Alberto Ginastera. También en su espacio nos encontramos con el Instituto Vasco Etxepare  y el Centro Musikene, contando con un catálogo en el descubrimos piezas como Kadenza (Sofiya Gubaidina); obras de A. Piazzolla, Aquarius (Karl Heinz Stockhausen) o tratamientos a partir de compositores como Josquin Desprez: Mille regrets o Inviolata.

Sofiya Gubaidulina, fue compositora de la que ya tuvimos noticia en el otoño de 2022, cuando nuestra orquesta puso en atriles su Fairytale Poem, junto al Concierto para piano nº 3, Op. 30, en Re m., con Denis Kozhunhin, y la Sinfonía  nº 9, en Mi b M. Op. 70, de Dmitri Shostakovich, obra que la emparejaba artísticamente con A. Schnittke y Denisov, en un momento especialmente crítico de una carrera conflictiva, y que tenía igualmente como obra representativa el Concierto para violín Offertorium, en el que bastante tendría que ver Gidon Kremer. Obras suyas observan un talante ciertamente místico por su inspiración en poetas como T.S. Elliot, Marina Tsvetayeva o Gennady Aigi. Fairtale Poem (1971), se inspiraba en un relato fantástico del escritor checo Mazourek. Galardonada con el BBVA Fronteras del Conocimiento, será para Pierre Rigaudière una artista marcada por un aura casi mística e icónica y que para la propia compositora, su obra cabe en el espacio limítrofe entre las culturas Orientales y Occidentales, a partir de sus raíces tártaras por su educación en Kazán. Los aspectos tonales, manejan un sentido del ritmo ajustado a las demandas de la polifonía (con mayor presencia en las obras tardías), con apreciable criterio en las exploraciones tímbricas o en los aspectos del serialismo que alcanzan argumentos en las composiciones dentro de las posibilidades de la electrónica.  Fachwerk, composición ineludible para entender su posicionamiento, se apoya en el protagonismo expresivo del baián, instrumento del que Iñaki Alberdi nos dejará la importancia de su prestancia. Instrumento de la familia de los acordeones y que fueron introducidos en Europa en 1829 por el vienés C. Demian. La Europa Central, que incluía países asiáticos guardaría noticia en particular del baián ruso, de notable divulgación para acompañar todo tipo de eventos cotidianos y que en su evolución tendrá importantes innovaciones, siendo un instrumento cromático con cincuenta y dos teclas distribuidas en tres filas para el teclado del discanto mientras que el teclado de acompañamiento posee cien botones repartidos en cinco filas (triadas mayores y menores, así como acordes de dominante para cada tonalidad de la escala cromática), su extensión es aproximadamente de cuatro octavas. Modelo de instrumento, que se empareja con el Karmony- de los Georgianos- o el Komouz, del Daguestán, especie de acordeón  oriental.

Dmtri Shostakovich- Sinfonía nº 1, en Fa m. Op. 10-, excepcionalidad en ciernes que sorprende por sus ideas y el dominio de la técnica, resolviendo la importancia que se venía anunciando por esa soltura de un maestro experimentado en los dominios del sinfonismo aunque todavía acuse claras influencias. Los movimientos extremos dependen en cierto grado de los grandes rusos que le preceden y en el tiempo centra, A.Scriabin será un músico al que no niegue su acercamiento. Una poderosa individualidad que también conserva en el melodismo y en la armonía tonal o detalles de modalismo distorsionado de amplia variedad de expresión, en los que no falta un agudo sentido del humor, que llevará a gran nivel al resto de sus obras en su conjunto. El Allegro, espontáneo e impulsivo, consta de tres temas contrastantes con un tercero que asimila un aire de vals de acentuada oposición claramente marcado por un ritmo de marcha. El segundo Allegro, es un Scherzo que amplía el talante del anterior  El Lento, destaca la personalidad del autor, construido según su ironía remarcada y un lirismo que remarca las propias tendencias de la obra por la construcción que desarrolla y por su vena melódica reseñada. El Finale, desde los acordes suaves del tiempo anterior, comienza con una decidida actitud de respuesta con un tema caprichos y virtuosístico del clarinete que podrá remitir al Primer movimiento. El carácter de mosaico, desemboca con fortuna y relajadamente en la respuesta sinfónica en culminación dramática. Inesperados soli,  y un fortissimi dinámico, la opulencia de los timbres que exponen de forma alternativa la serie de recursos, nos ubican en medio de una profundidad y expresión que se acentúan por su agresividad. El aliento imprescindible camino de esa actitud de plena vigencia, con una Coda rápida y sin precedentes y de un entusiasmo prometedor para esta obra concluida en la primavera de 1923, y que dará a conocer entre sus compañeros de Leningrado, quienes, entre opiniones enfrentadas, la acogieron con ostensible benevolencia, a pesar del esfuerzo realizado mientras la completaba, en medio de críticas circunstancias personales.

Ramón García Balado

Conciertos del Curso Airas Nunes, en la EAEM

 Escola de Altos Estudos Musicais, Santiago de Compostela Dos conciertos para esta jornada en el Curso Airas Nunes , en la Escola de Altos E...