15/08/2023

Delicias del X Festival Bal y Gay

 A Mariña (Lugo). Días 16 al 18

Nuevas actividades en el Festival  Bal y Gay, en la Mariña luguesa, esta vez con estimados conocidos como son el Cuarteto Quiroga que estarán en la Basílica de Foz-día 16 a las 20´30- tras su exitosa colaboración en el VI Festival Clasclâs de Vilagarcía de Arousa y con un programa similar, repitiendo una de las obras. En programa, W.A. Mozart con el Cuarteto en Si b M. K. 458 (La caza), el cuarto de la serie de seis compuestos entre 1782 y 1786, en un homenaje de reconocimiento a su maestro Papá Haydn, modelo de un período especialmente intenso en proyectos e iniciativas, destacando la serie de conciertos para el piano. Una irrenunciable necesidad de equilibrio se observa después de los brillantes virtuosismos de importante obras pianísticas. Obra en los preceptivos cuatro tiempos, destaca por la curiosidad de que la ubicación del minué, aparece en el segundo movimiento. Otra humorada a la que tenía acostumbrados a amigos y seguidores. Mozart en Viena y a la altura de finales de 1784, en plene juventud y con la conciencia de su talento en sus mejores momentos. No tardará en tentar el aprecio de Artaria, quien editará la obra en el espacio de pocos meses. La jocosa curiosidad de su nombre, La caza, debe su apelación a al tono divertido y vivo de los movimientos extremos- en realidad, una impresión que nos causará la obra en su conjunto-, aunque el Adagio parezca desmentirlo, por los pasajes de íntimo recogimiento. Obra que definitivamente encuadra de perlas con el legado recibido de su maestro por excelencia.

Para cambiar de aires y lanzarnos al extremo opuesto, el Béla Bartók, del Cuarteto nº 3, Sz 85, verdadera arma arrojadiza en menos de estos intérpretes, que consiguen sobrecoger a los oyentes. Obra que dio a conocer en Londres el Cuarteto Waldbauer-Kerpely, a comienzos de 1929, antes de que lo repita el Cuarteto Kolish, en Francfort, que contribuirá a su divulgación, junto a otros compositores de la Segunda Escuela vienesa. Para llegar a esta obra, Bartók había preparado el terreno componiendo obras como la Sonata para violín y piano Sz 80; la suite Al aire libre Sz. 81 o el Concierto nº 1 Sz 83. El más breve de sus cuartetos, menos de un cuarto de hora, revela en su dimensión una profunda escritura elaborada a partir de breves motivos melódicos en los que los detalles microtonales juegan un rol fundamental, que podrá recordarnos a Gÿorgy Ligeti. El espíritu de una época se manifiesta en composiciones como este cuarteto, perfecto en los dominios del Quiroga que integran los violinistas Aitor Sierra y Cibrán Sierra, el viola Josep Puchades y la chelista Helena Poggio. Tensiones cromáticas acentuadas y diversificación en la forma de ataque, otorgan identidad a la obra.

Felix Mendelssohn con el  Cuarteto nº 1, Op. 12, en Mi b M., un clasicismo que coquetea sin dudas con el Romanticismo en sus cuatro tiempos: Adagio no troppo; Canzonneta-Allegro (ni minueto ni scherzo), para regocijo del autor); Andante espresivo y el Finale: Molto allegro e vivace. Estamos en el año 1829, mientras se ocupa en rescatar un obra que hará historia, La Pasión según San Mateo, de J.Sebastian Bach, poco antes de un viaje a Inglaterra, en donde tendrá una gran acogida, entre Londres y Escocia. El cuarteto será una dedicatoria a una joven berlinesa, Beny Pistor y el autor ofrecerá a finales de 1831, en una sesión privada, un concierto del que fueron solistas Baillot, Sauzay, Urhan y Norblin. Una muestra de equilibrio formal que nos invitará a buscar un puente con el cuarteto mozartiano. La Canzonetta puede entenderse como uno de sus grandes hallazgos gracias a su efluvio popular.   

Para el día 18 del mes, y en el Pazo de Fontao, Sta Cecilia de Foz- 20´30 h-, el Trío Vibart, integrado por el violinista Miquel Colom; el chelista Fernando Arias y el pianista J. P. Florestán.  Dos obras de repertorio comenzando por el Trío nº 1, en Si M. Op. 8, de Johannes Brahms,  obra que para Geiringer, este primer ejemplo de música de cámara sorprendente por la juvenil frescura y delicada concepción por su atmósfera mórbida y sensual, por la rica variedad de sus motivos. La desintegración romántica de la forma, debida a un exceso de imaginación, resulta evidente sobre todo en el Rondó final. Para Bruyr, es un trabajo clave, un punto de inflexión, una obra documento: es única  en cuanto ejemplo de trabajo de un autor en torno a una obra propia.  Cuatro tiempos que anuncian el dominio de las formas camerísticas: Allegro con brio; Scherzo (Allegro molto); Adagio; Allegro. A la postre, conocerá dos versiones, una primera de estos años juveniles, a una segunda del período de madurez, con 56n años, en 1889. La primera vio la luz en Mehlem (Hannover) y la segunda en su apreciado retiro estival de Ischl, que tantas obras suyas acogió. La revisión arrastrará no pocas controversias, siempre a tenor del criterio de los intérpretes. Para Brahms y en cuanto a esa segunda revisión, dejaría escrito: No he querido ponerle una peluca a esta pieza: me he limitado a peinar sus cabellos encrespados, a ajustarla.

Antonin Dvorak  con el Trío nº 4 Op. 90, (Dumky), obra que enlaza una serie de piezas características de lo que serán los últimos tríos con piano, y que fue terminado a comienzos de 1891, estrenándose como es preceptivo en Praga durante una velada organizada por la Mestanska Beseda, a cargo del violinista  Ferfinand Lachner; el chelista Hans Wiham y el propio compositor, al piano. Un aviso de lo que serán la serie de cuarenta conciertos ofrecidos entre Bohemia y Moravia. Seis Dumky entrelazados- plural de Dumka-, en el que coexisten aires meditativos y líricos, a flor de piel. En las proximidades, las conocidas  formas de la rêverie, que insinúan sin recato las träumerie alemanas. En el trasfondo, la sensibilidad del lied en vaga evanescencia. El origen eslavo, es seña de identidad como también fueron  para Schubert los Länder. Dumky, como libre improvisación, repartida merced a los detalles cambiantes de cimbreantes caprichos.

Dúo de marimbas para el día 19, a las 20´30 h-, en la Fábrica de Sargadelos con la pareja formada  por Conrado Moya y Katarzyna Mycka, en un programa que priman vanguardias y recreaciones tomadas del barroco, en concreto de las Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, tan tentadoras para los músicos en los espectros más opuestos. En su elección, los impresionismos de Maurice Ravel por La alborada del gracioso, obra a la que no le faltan afectos y que en su versión orquestal, figura en las programaciones de las salas de concierto. Partimos de la cuarta escene de Mirois, típica figura procedente de una comedia española, y cuya orquestación se estrenó el 17 de mayo de 1919, por la mítica Orchestre Pasdeloup, bajo la tutela de Rhené-Baton. Una orquestación plena de colorido por su arrebato irresistible, en la que priman crótalos, castañuelas, xilofones, arpas, imaginado una España palpitante, saturada de sonidos. Sin duda, en su adaptación para este dúo de marimbas, dará juego sobrado. Una burla sensual y electrizante, que con toda su paleta sonora, traza otros perfiles que ya conoceos.

Para este dúo, otra composición realmente significativa, que no es otra que T.Departures de Emmanuel Sejorné, compositor en vigencia creativa, y que ofrece las mejores posibilidades a partir de la marimba. Músico de Estrasburgo, se formó en su ciudad con Jean Batign, en una segura proyección hacia el futuro, cuyo modelo serán la dinamización de Los Percusionistas de Estrasburgo. Maestro de estos instrumentos, es una referencia de todos los que se ubican en esta familia. Creó agrupaciones como Noco-Music, con el flautista Philippe Geiss o el Saxophone et Percussions, y Accroche-Note. Las artes escénicas están en su horizonte, colaborando con el Théâtre des Drappiers; Les Envaissensseur, para el Ballet du Rhin o el espectáculo La léyende des Siecles, sobre un drama de Víctor Hugo. De otras latitudes y tendencias viene Daniel Nijolas Wirtz, con Vals-Valse, músicas que buscan confluencias con los estilos actuales. Las Variaciones Goldberg, J.S. Bach, en esa obra irresistible para los grandes virtuosos del teclado, fue tratada con esmero por la monografía que le dedicó Philipp Spitta, que la analizará partiendo del aria temática del segundo Álbum para clave de Ana Magdalena Bach, del año 1725. Spitta  recurrirá como fuente de ese material a un discípulo del maestro, J.Christian Kittel, que aportará interesantes datos sobre la obra.     

Ramón García Balado  

 

14/08/2023

Danzas por Alegrías

Santiago de Compostela - 14/08/2023

Clausura del LXV Curso U.I. de Música en Compostela, con obras de Roberto Gerhard, David del Puerto, Manuel de Falla y Joaquín Turina, con la Orquestra Sinfónica de Galicia, dirigida por Pablo Ruz-Broseta, director asociado de la O. S. de Seattle y que colaboró con artistas como Itzhak Perlman, René Fleming, Joshua Bell, Beatriz Rana, Yo-Yo-Ma, Edgar Moreau o Ingrid Fliter. Entre otras aportaciones en sus labores, le llevarán a probar con formaciones como la BBC S.O.; La Orchestre Les Siècles; la O.F. Royal de Liège; el Ensemble Intercontemporain; A Casa do Porto; la Stuttgart  Symphonieorchester; la WDR Symfonieorhester Köln o la Detroit S. P., participando en certámenes como el Klanspuren Schwaz, la Bienal de Frankfurt el Transart de Bolzano o el Ensems de Valencia. Estrenó obras de Wolfgang Rihm, Hans Zender, Thomàs Ades, F.Coll y Pierre Boulez. Director que, por lo seguido, supo ajustarse a las demandas programáticas del curso.

Un compositor en  recuperación como es Roberto Gerhard (1896/1970), discípulo de Arnold Schönberg, y que para  esta ocasión, estuvo por el ballet Alegrías, obra emparejada con otra de parecidas dimensiones, el ballet Pandora, ambas de los años cuarenta, mientras se enfrascaba en de Don Quixote. Ballets encargo de compañías de danza asentadas en Inglaterra, aunque con pretensiones opuestas. Flamenco-Alegrías, pudo ser un pequeño ballet sin grandes pretensiones, exigido por los característicos tópicos del españolismo al uso, con proyección internacional en los márgenes del llamado imaginario colectivo. Una coreografía sencilla y común, con modismos de danzas localistas, para satisfacer la demanda obligada, sujeta por las urgencias económicas, y con la insinuación dirigida al Ballet de Rambert, para que diese cauce a su Don Quixote.

Flamenco-Alegrías (1941/3), fue confiado en su puesta escénica a Elsa Brunelleschi, material que acabará perdiéndose. El ballet se estrenó en el Caversham Court Open-Air Theatre (Londres), en 5 de julio de 1943. Poco antes, el coreógrafo Anthony Tudor, le había tentado para que trabajase sobre otro de temática andaluza, con el título de Taverna Andalouse. En esencia, esa pieza mantendría el estilo flamenco, en sus estereotipos ibéricos más comunes, pensados sobre las evoluciones de una bailaora gitana, realzada por la coreografía de Brunelleschi, quien había tenido la pretensión de intervenir en Don Quixote, aunque tal ambición ya se había probado con la intervención de Rambert.  No era un fan del flamenco y la exuberancia ornamental y el exceso del cliché arabesco, le parecía algo empalagoso. Quedará un ballet de sonoridades flamencas en forma de parodia-sátira, un pastiche deliberadamente irónico del estilo flamenco, sobre un libreto propio. En su apreciación: El tema es cómico, la Farruca es una paráfrasis de una corrida con una inversión de papeles (el hombre toro, y la mujer torero), funcionando como una superposición de dos caracteres, como una foto impresa dos veces, con sujetos diferentes: el jaleo de la torera, después de matar y la marcha fúnebre del toro. En cuanto a la música, inscrita en un contexto politonal (especialmente en la Farruca), contiene referencias a los tópicos más reproducidos en la música españolizante, que encontraremos en Chabrier o Lalo, sumados a las sonoridades y giros del flamenco y las referencias a Falla, Albéniz o Pedrell. Excelente carta pues, para ubicarnos en contexto. Paisajismos sonoros reconocibles en su paleta orquestal.

David del Puerto (responsable de la Cátedra de Composición), con la Sinfonía nº 5, en cuatro tiempos: Arco, Danza, Nocturno y Variaciones, estrenada por la O.S, de Extremadura, con Álvaro Albiach (2018). David del Puerto en la vanguardia española actual es uno de los que ha desarrollado un estilo más abstracto y severo. Su música valora de modo especial el reconocimiento del elemento rítmico y la evidencia de la melodía, exhibiendo un interés particular por la recurrencia y una renovada consideración del modalismo, desde el género concertante al sinfonismo y la música de cámara. Fue alumno de Luis de Pablo y Francisco Guerrero, ofreciendo en el conjunto de su obra, una concisión depuradísima.

La Sinfonía nº 5, es obra en dos bloques, el primero de mayores dimensiones y el segundo en tres espacios, independientes cada uno de ellos, desarrollando cada uno un aspecto concreto. La inspiración procede de la diosa Inanna, diosa sumeria de la guerra y del amor, fundamento para  el primer tiempo titulado Arco, en una estructura simétrica, en un viaje de ida y vuelta, en donde los materiales sonoros se trasmiten a un episodio central, para remontar al inicio. El segundo tiempo, resulta una especie de vals que podrá recordar a Sibelius. El Nocturno, volvía a recuperar ideas del primero, entre figuraciones armónicas que nos llevaron a un sobreagudo, definiendo con ello el tiempo final, culminado de forma brillante para diluirse en la lejanía. Con seguridad, nuestra vanguardia en sus arriesgados márgenes de transición.

Manuel de Falla con Homenajes- un seguro descubrimiento para los oyentes-, fue estrenada en el otoño de 1939, en el Teatro Colón de Buenos Aires, con una orquesta dirigida por el autor. Cuatro tiempos: Fanfare sobre el nombre de E.F.Arbós; A Claude Debussy; A Paul Dukas (Spes vitae) y Pedrelliana.  Para F.Sopeña, Pedrelliana es la más extensa del ciclo, posiblemente por la fascinación que pesaba sobre el compositor de tan insigne maestro. Homenajes no fue una obra muy popular y su presentación en España habrá de esperar hasta 1947, en un concierto en el Palau de Barcelona, acompañada por El sombrero de tres picos y las Siete canciones populares españolas, con la O.F. de Barcelona y Ernesto Halffter. La suite Homenajes, última obra concluida por Falla, se completó poco después de llegar a Buenos Aires y la tragedia envuelve y perfila esos depuradísimos pentagramas, escritos por un Falla agotado, cuya vena creativa está mutilada por los quebrantos de salud ante el fantasma a la sombra de La Atlántida.

Fanfare sobre el nombre de E.F.Arbós, fue escrita entre 1933/4, conmemorando el septuagésimo aniversario del gran violinista y director, defensor de la tradición española, incluyendo al propio Falla, con apariciones ocultas de la Sinfonietta de Janacek. La elegía a Claude Debussy (elegía de la guitarra), recibió una orquestación sobria para dobles maderas, trompas, timbales, celesta y arpa, con instrumentos de cuerda. Una sencilla llamada de la Fanfare, precede al tiempo A Paul Dukas, al que añade las palabras Spes vitae. En Pedrelliana, insistía en el juego de doble madera, 4 trompas, 2  trompetas, arpa, sencilla percusión y cuerdas, con vaga inspiración en ópera La Celestina (Fernando de Rojas), que nunca llegó a estrenarse. Falla usaría una escena imaginaria como elemento de arranque y el ilustre Jaume Pahissa, lo describirá como un paisaje al modo de los frescos en el Campo Santo, de Pisa, entre encantamientos de jóvenes danzando y tocando instrumentos, mientras sus compañeros se entregan a la caza. Será aquí donde aparezcan tonadas tradicionales recuperadas por Pedrell, su admirado maestro.

Joaquín Turina con las populares Danzas fantásticas Op. 22: Exaltación, Ensueño y Orgía. Se llegó a aceptar que las Danzas fantásticas, podrían ser en reparto, aragonesa, vasca y andaluza, respectivamente, asunto que mantiene sus  dudas e inexactitudes, ya que el aire de jota en Exaltación, y el zortziko, de Ensueño, carecen de la fuerza  idiomática suficiente, como para desplazar la  vena andaluza. Exaltación, muestró una breve introducción de la que se dice deber bastante a El aprendiz de brujo, de Paul Dukas, por el peso del ritmo sincopado en los bajos, a la que sigue una copla de jota. Detalles que exaltan un agradable climax, llevando a un final vivo, en una recuperación de motivos precedentes, para diluirse en un pianissimo.

Ensueño, con su mínima introducción, fue la entrada con reflejos de tintes populares e ingenuos sobre una atractiva melodía, mostrando en el centro un aire que condujo a un arrebato climático ibérico, permitiendo la entrada de la reexposición en forma de zortziko, que se cerraba sosegadamente.  La Orgía se entregó a una pasión desmedida, dentro de la búsqueda de equilibrio, perfecta danza agitanada, especie de pretendida recreación de la farruca, con su garbo y soltura característicos, que se observaba en el segundo motivo con detalles reelaborados y una preceptiva coda de notables pretensiones idiomáticas.

Ramón García Balado

 

LXV Curso U.I. de Música en Compostela

Orquestra Sinfónica de Galicia / Pablo Rus-Broseta

Obras de Roberto Gerhard, David de Puerto, Manuel de Falla y J.Turina

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


 

13/08/2023

XI Festival Groba de Ponteareas

Ponteareas, 12 al 18 de agosto

La nueva convocatoria del Festival Groba de Ponteareas, alcanza la undécima edición que se reparte entre el Auditorio Municipal de la villa y el Convento de Canedo. El pasado sábado día 12, fue turno para la Orquesta de Cámara Galega, formación residente desde la primera convocatoria, bajo la dirección de su titular Rogelio Groba Otero, un certamen que curso a curso ha contado con prestigiados colaboradores, planteamiento que mantiene en la actualidad como podremos comprobar. Por él han pasado Anastasia Kobekina, Leonard Elschebenbroich, Hélene Deisart, Alba Reirís, Sandro D´Onofrio, Pacho Flores, Lise Bertaud, Judith Jáuregui, Guy Braunst Mariana Prjevalskaia o grupos como el Cuarteto Ophir, Erinys Quartet, Hércules Brass Ensemble, el Coro de Cámara de Pamplona. Solistas de este curso, serán los violinistas Petteri Ilvanen, Benjamin Morrison, Pablo Vidal- con larga experiencia en el certamen-, los chelistas Joaquín Fernández y Gyorgy Anichenko y Alba Reirís Venxiao Zhen (viola), la flautista Jasmine Choi y los pianistas Julien Quetin, y Elisa D` Auria- quien puso en atriles el domingo una selección de las Danzas Meigas. El Dúo Indigo: Gema Arias y Vincent Tohier.

La O.C, Galega, colaboró en el proyecto Atardeceres no Gaiás, durante cuatro años y probó con un primer cd que incluía obras de Rakov, Elgar y R. Groba. Para la Junta de Andalucía, grabaron el estreno en recuperación de la ópera Don Quixote, de Manuel García, en el Teatro La Maestranza de la capital andaluza y en otras dimensiones, una experiencia jazzística con el clarinetista y saxo Roberto Somoza, Polas rúas de Ponteareas, al que se añadirá As rúas do vento ceibe, de R.Groba, en colaboración con el Coro de Cámara de Pamplona, cantata inspirada en poemas de Manuel María. Vendrá después Rosalía na Catedral, homenaje con motivo del 90 aniversario del maestro Groba, que dejará constancia en un registro realizado en el Teatro Colón, de A Coruña. En 2022, abordó la iniciativa del Festival Noites na Cidade Vella (A Coruña). El director, Rogelio Groba Otero, fue clave en la recuperación de la ópera de Manuel García, Don Chisciotte, recuperada del olvido y en su calidad de director, llevó a su formación al Wien Spanish Modern Festival, antes de realizar giras por Latinoamérica. Es titulado por Oviedo, con posteriores fundamentos en Londres, con Detlef Hann, profesor de la Guildhall School of Music and Drama.

Las obras de Rogelio Groba padre, son capítulo esencial como comprobamos curso a curso, el maestro que en la jornada del sábado día 12, tuvo en atriles dos de ellas: Danzas del Alba, en lectura de la Orquestra de Cámara Galega; el Concierto para chelo Añoranzas- Joaquín Fernández, solista-, en su tiempos Allegretto, Adagio molto y Presto, a las que se añadió Carpe Diem: Abrente; Muller muxica; O fastuoso y O trouleiro. Para completar, Ottorino Respighi, con Aires y danzas nº 3: Italiana; Aire de corte; Siciliana y Passacaglia. Un compositor de marcado perfil neoclásico y que algo debería a los aspectos virtuosísticos que encontrará en Richard Strauss y Debussy. Sus tendencias arcaizantes, no dejarían de influir en el resultado de sus obras y particularmente en las camerísticas. Groba pues, en preferencia camerística a  tenor de las posibilidades y del que recordamos Cantigas do mar e intres Boleses, en tiempos de apuro, entonces con la Stuttgart Kammerorchester dirigida por Maximino Zumalave o precisamente Añoranzas, con su apreciada hija Clara, como solista. También el Premio de la Crítica Galega (1979) y el de la Xunta de Cultura (1992), peldaño al que se añade la Medalla Castelao (1995). En el autor, según Hontañón, están presentes todas las caras de Galicia, desde una perspectiva puramente artística. Los temas de raíz etnográfica o histórica, la Galicia supersticiosa y religiosa, la evocación bucólica y la mitología popular. La ironía, el mar, sus gentes, los mil ríos.

La tarde del domingo día 13, en el Auditorio Municipal, un programa no menos seductor, por la propuesta de la pianista Elisa D`Auria, en una trabajada selección de las Danzas meigas: Tema do peregrino e Danza da primavera; Danza do verán; Tema do peregrino e Danza do outono; tema do peregrino e Danza do inverno; Danza dos namorados; Danza do minuete y Danza da mascarada e do peregrino. En perspectiva hacia el pasado, nos encontramos con estas Danzas meigas (también en selección), en concreto cinco de ellas, por vez primera con la OSG, dirigida por Dima Slododeniouk, entre obras de M.Ravel C. Saint Saëns e Igor Stravinski. Danzas meigas, se pretendía como un ballet sinfónico para orquesta in modo antico, finalizadas en 1997, en un total de 16 piezas breves, agrupadas en cuatro partes, de cuatro danzas cada una, que alcanzan una duración de tres cuartos de hora, en un rendido homenaje al pintor Rogelio Lorenzo (1921/2003), natural de Ponteareas, un artista que renovaría sus planteamientos estilísticos ya a partir de los años noventa, en plena madurez, apostando por las  vanguardias.

La Sonata para violín y piano en Mi b M.Op. 18, de Richard Strauss, fue cometido para Benjamin Morrison y Julien Quentin, en sus tres tiempos: Allegro ma non troppo, Andante cantábile y Allegro Finale, obra de 1887/8 momento en el que el autor de tan soberbias óperas, era Kappelmeister, en Munich y que él mismo daría a conocer con Robert Heckermann, en una sentida dedicatoria a Robert Pschorr, composición con pretensiones que permitía a los solistas ofrecer sus mejores recursos. El autor, se entregaba precisamente a probar con el género sinfónico de mayores ambiciones, y estaríamos hablando de Aus Italien, el espacio de los grandes poemas sinfónicos.

El día 14, en el Auditorio Municipal-21 h.-, vuelta a las Danzas meigas (selección II), de Rogelio Groba, a las que vuelve con buen criterio Elisa D` Auria, quien también se ocupa de su grabación, en una intérprete que se forjó con Josu de Solaun y el Faust Quintet, llegando a estrenar el concierto para  piano y orquesta de Ignaz Brüll. De las piezas elegidas, nos llegan Danza dos rezos; Danza dos santos; Danza da procesión; Danza dos adeuses; Danza das parellas; Danza dos vellos e dos novos y Danza ritual final. Seguimos en la dedicatoria al pintor Rogelio Lorenzo, un academicista que acabó encontrando nuevos horizontes, los mismos que la composición de Groba pretende encontrar, sin dejarse desbordar por aventuras sin desmesura. Un estilo si cabe clásico sobre temática gallega fácilmente reconocible en sus parámetros, dejando para la intérprete libertad para el ingenio y la imaginación.

En programa, también 5 piezas para violín y piano, de Dmtri Shostakovich: Prelude/Gavotte/Elegy/Waltz y Polca, que ofrecerán los violinistas Petteri Livonen y Pablo Vidal, con el pianista Julien Quetin. Composición que bascula entre la serie de los cuartetos, los tríos o los dos quintetos. El compositor ruso, adalid en el género camerístico, expresa en estas creaciones un romanticismo profundamente dramático, con ciertas afinidades hacia los eslavismo de Béla Bartok o los impresionismos de Debussy, evidentemente con un cuño muy personal. Su música de cámara, es de una vigencia incontestable. En el punto de equilibrio, el nacionalismo español de Joaquín Turina, por el Cuarteto con piano, en La m. Op. 67, en sus tres tiempos que interpretarán el violinista Petteri Livonen; el chelista Georgy Anichenko; Wenxiao Zheng (viola) y el pianista Julien Quentin. Obra dedicada a José  María Guervós, con estreno en la Soc. Filarmónica de Madrid, en mayo de 1932, por Pilar Bayona y el Cuarteto Rafael. Tres tiempos que concluyen en forma sonata muy libre y cuyas secciones de desarrollo y reexposición, parecen fundirse acogiendo alusiones a temas previos, destacando la melodía del chelo.

El día 15, en el Convento de Caneda- 21 h-, la OCGa, con otra selección del maestro Groba, perteneciente a Microconcertos: Ter amores; Liorta; Adeus y Teimosía, destacando como solistas la chelista Alba Reirís y el violinista Rogelio Groba Otero, una composición que estuvo presente en la gala homenaje en recuerdo del maestro, en el Teatro Colón de A Coruña, con los mismos solistas y otras obras suyas.  Para el evento, un estreno que llega a tiempo en calidad de homenaje, Laxeiriana, consideración también para el pintor iluste, y que se reparte en los tiempos: Moderato; Adagio molto y Presto. Rogelio Groba Otero, tuvo a bien recordar una reciente gira neoyorquina, dedicada a su padre, en la que incluyeron dos conciertos para piano, uno en estreno, Malleus animatus, cita en la que se escucharon obras de Andrés Gaos, Carlos Antonio Gómez y Luigi Boccherini. Un Groba que, parte de su vida, le llevaría a Suiza, entre 1962/7, tras ganar el Concurso de la Société de Musique de Perroy, en donde dirigió bandas municipales, oficio que mantendría desde entonces. Para completar, la Suite Holberg, de Edward Grieg-Preludio; Sarabanda; Gavota; Air y Rigodón, que tratarán la OCGa, con  Rogelio Groba, director- concertino. Una obra surgida en Bergen, para conmemorar el bicentenario del poeta Ludwig Holberg, pensador y humorista que tendrá una ajustada comprensión en los pentagramas de Grieg, aunque, en definitiva, no parecía agradarle demasidado. Un eco de un pasado que se convertirá en éxito entre los aficionados.

Para el día 16, en el Auditorio Municipal- 21 h-, el Shostakovich del Allegro del Concierto nº 3, en Fa Op. 73- Ensemble de la Boston String Accademy-, es decir, el Cuarteto nº 3, en Fa M. Op. 73, obra que muestra dos tiempos dentro de esta forma: Allegretto y Allegro no troppo, composición de 1946, año que se veía obligado a la entrega a los estilos de cuarteto, acentuado en esta ocasión por ese sentido del humor tan perceptible y poco común que sabrá desarrollar en muchas de sus obras de todo tipo.  Robert Schumann, con las tres Romances Op. 74, piezas para oboe y piano (versión para piano y flauta): Nicht schnell; Einfach y Nicht schnell-solistas Jasmine Choi (flauta) y Julien Quentin (piano)- encantadoras páginas que perfiles vocales que las acercan al lied, y que habría que esperar hasta 1921, para recuperarlas en el tratamiento para oboe. Un obsequio para su compañera Clara, con fecha en diciembre de 1849. No resulta extraño en absoluto, esa tentación de las acostumbradas transcripciones, según el capricho de los solistas, siempre bien recibidas entre los aficionados. Un Schumann dentro de un exaltado melodismo. Para completar, el Quinteto con piano, en Fa m. Op.34, de J.Brahms- los violinistas Petteri Livonen y Benjamin Morrison; Wenxiao Zheng (viola); el chelista Georgy Anichenko y el pianista Julien Quentin-, obra que para Deiters, resulta grandiosa y profundamente expresiva, dentro de una fantasía luminosa, presentando acentos de vital energía y negra pasión, mientras el tono emocionado del Adagio, recuerda a los últimos cuartetos de Beethoven. Fue siempre una de las obras más apreciadas del autor, a pesar de haber sufrido una laboriosa génesis a consecuencia de las increíbles metamorfosis. Un Brahms en la década de los treinta, en sus años vieneses.  

Para el día 17, en el Auditorio Municipal- 12 h.-, una sesión dedicada al público infantil y familar, para tentaciones como El carnaval de los animales- Dúo Índigo-, de Camille Saint-Saëns, obra que rinde en igual medida en las versiones para el piano o las orquestales. Esa gran fantasía zoológica que atrae de singular manera, y que universalizó la figura del compositor, obra con estreno parisino con ocasión de un Martes de Carnaval, para repetir poco después en el ambiente mundano de la cantante Pauline Viardot. Parodias musicales perfectamente entrelazadas, con la que aprovechará para burlarse desvergonzadamente de otros colegas musicales. Un largo y tentador paseo que nos lleva de la mano a lo largo de 14 cuadritos y que dejan lo mejor de ellos, en la interpretación orquestal por sus recursos tímbricos y pintorescos. A partir de las 21 h., traslado al Convento de Canedo, para escuchar otras tres obras. El trío para cuerdas en La, de Jan Sibelius: Prelude vivace; Andante con moto; Minuetto y Gigue. Allegretto, que ofrecerán el violinista Petteri Livonen; Wenxiao Zheng, viola y el chelista Georgy Anichenko. Jan Sibelius con el Trío de cuerdas en La: Prelude; Andante con moto; Minuetto y Gigue. Allegretto- para el violinista Petteri, el chelista Georgy Anichenko y con la viola, Wenxiao Zheng, una obra que también recibió el título de Suite en La M, para trío de cuerdas, a la que dio vida en 1889, composición en cierta medida de juventud, entre las que igualmente destaca el Trío Lovisa, periodo rico en repertorio camerístico, aunque no todas se conservaron. Estamos en un año en el que con fortuna para el finlandés, comienzan a tener entidad trabajos como el Cuarteto de cuerdas, en La m., apreciada por su amigo Busoni. Cuatro bagatelas de Rogelio Groba, que tratarán el Cuarteto de Boston String Academy y miembros del Conservatorio de Pontereas. Obra sin sobresaltos propicia en su estilo aparentemente convencional, como son el Cuarteto nº 1 (Galaico), o el nº 2 (Lla-Fa) o el siguiente significativamente representativo, Diabolus in música. Catro bagatelas, es obra de 1995, con duración aproximada de un cuarto de hora y para una plantilla de 2 violines, viola y chelo. Sus tiempos: Natural; Romántica; Elegante e Intrépida.  Un Beethoven por la Serenata para flauta, violín y viola, en Re M. Op. 25, de su etapa vienesa- Jasmin Choi, Benjamin Morrison y Wenxiao Zheng-, pieza cuya sucesión de seis movimientos, resultan los tradicionales de la serenata clásica, como también de la variedad de los episodios, la riqueza de las soluciones, la fantasía de los distintos caracteres, para una composición delicada y fresca.

Para la clausura, el día 18, y en el Auditorio Municipal- 21 h-, la OCGa, despide probando entre barrocos en la escuela veneciana de Vivaldi, con dos obras de gran prestancia por su divulgación. El Concierto en Re M. RV 121, de la serie a quattro, sin solista, denominados por el autor Concerto ripieno. La tendencia avanzada de cada uno de esta serie clara y significativa de una idea unitaria, en oposición al concierto con solista. Quien supo detallar sus mejores virtudes, fue el musicólogo Marc Pincherle. Al margen de su cronología, datable entre el período 1715 y 1741, se observan tres tipologías estilísticas claramente diferenciadas, con un primer grupo en el que aparece el elegido para esta sesión. Distinto es el Vivaldi del otro concierto, que no es otro que el Concierto nº 3, en Re M., conocido como Il gardellino (el jilguero)- del que será solista Jasmine Choi-, una reelaboración de un concierto de cámara precedente, composición que concede gran libertad a la hora de elegir el orgánico, ya que el compositor, dejó la posibilidad de ejecutarlo con flauta travesera/ flauta de pico/violín/ oboe/fagot o chelo. Destacan los sucesivos episodios solísticos, en los que inrervienen activamente los violines, en un florido discurso de detalles virtuosísticos.  Para completar, un ruso en la sombra, Nikolai Rakov, con la Sinfonietta: Allegro moderato; Andante; Vivo y Andante sostenuto, músico de la escuela de Rubinstein, formado en el Conservatorio de Moscú, con Glière, y que destacaría como director, teniendo como alumnos a músicos de élite: E. Denisov, Boris Tchaikovski, Alfred Schnitkke o N. Peiko. El maestro Groba, culmina con Grovios, una suite en siete tiempos de 2004, desde No arrolo hasta Na pandeirada. Estamos en el apartado de obras para banda sinfónica, entre las que destacan Cruñesas, Os muíños do Rosa o Danzas Gulansesas, obra que pudimos escuchar dirigida por el autor a la Real Filharmonía  de Galicia y que en su conjunto, destaca por mantener todas las danzas en la misma tonalidad.

Ramón García Balado

   

12/08/2023

Citas del X Festival Bal y Gay

 

Ribadeo y Lourenzá, del 13 al 15 de agosto

Continúan las actividades del X Festival Bal y Gay, de la Mariña lucense con tres actuaciones en lugares distintos comenzando en el Auditorio Hernán Naval, de Ribadeo-domingo día 13 a las 20´30 h., con la soprano Rocío Pérez, acompañada al piano por Javier Carmena, ofreciendo un programa  diverso por épocas y estilos, comenzando con páginas de repertorio español. Joaquín Turina, con las tres piezas que integran el Op. 26, calificadas como arias, para voz y piano, a las que el autor dio vida en 1923, momento en el que también verá la luz el conocido Poema de una Sanluqueña, una fantasía para violín y piano, dedicada a las muchachas de Sanlucar. Las arias para voz y piano que nos interesan, se estrenaron en el Palau de la Música, de Barcelona, en diciembre del año siguiente y toman como argumento las poéticas del Duque de Rivas (Romance); Espronceda (El pesacador) y Gustavo A. Bécquer (Rima, que ví un punto). A las puertas queda La Anunciación Op. 27, trabajo de ilustraciones destinado a una comedia de Tomás Bretón, que se representaría en el Teatro Español, de Madrid.  Ferrán Obradors, tendrá Dos canciones populares, del grupo de las siete realizadas bajo ese estilo, el magisterio de obras de profundo  arraigo popular, repartidas en un conjunto de cuatro volúmenes y que la fortuna supo conservar en repertorio, recreando con conocimiento de causa la veta nacionalista que apostaba por el mantenimiento de esos repertorios.

 La ópera ocupará el resto del concierto desde el Barroco al belcantismo, con un detalle concedido al repertorio francés. Un Händel para abrir boca, en concreto con el aria Piangerò la sorte mia (Lloraré mi suerte), de Giulio Cesare in Egitto, estrenada en Londres en 1724 sobre un libreto de N.F. Haym, aria de Cleopatra , en general para una voz lírico-spito y que canta en el cuadro tercero, de segundo acto, en la que lamenta su infortunio aunque espere a su hermano desde el más allá. Estamos ante la ópera de mayor cartel del sajón, junto a otras que desde años recientes, le disputan su primacía. El belcantismo pedirá cancha en claro enfrentamiento y bastará con remitirnos a Gaetano Donizetti, en tres de sus arias. De Lucia di Lammermoor, el descarno en crudo y a flor de piel por Regnava del silenzio, queja de Lucia a Alisa, en la que confiesa la pérdida de su amante, expresada con angustia en esta cavatina. Otro  Donizetti por pulsión sensible, hallamos en la ópera cómica La fille du régiment- o a otro entender La Figlia del Reggimento-, con el aria de Marie, desbordada y entusiasta: Pour le rang et par l´opulence à La France, puro gracejo de coqueteo en sus naturales devaneo, para esa chiquilla que en lo vocal, se confía a un delicada soprano- coloratura, un placer para las cantantes ambiciosas de hacerse valer, Doble opción por su éxito, tanto en las versiones italianas como francesas.  Ambroise Thomas, en el repertorio francés con Hamlet, de la que se elige el aria de Ophéle, A vos jeux mes amis, ópera en el estilo de gran despliegue de medios y que en este caso, se dedica para una soprano ligera, con importantes escenas de locura, puente al Donizetti conocido. Su estreno parisino, en marzo de 1868, remitía evidentemente a Shakespeare, en el tratamiento literario de Michel Carré y Jules Barbier, una fuente inagotable.

La chelista Sara Ferrández, sienta pareceres artísticos de alto vuelo en el Mosteiro de San Salvador (Lourenzá)-el día 14 a las  21´00 h.-, y para ella tres de las suites dedicadas al instrumento de Johann Sebastian Bach: la Suite nº 1, en Sol M. BWV. 1007; la Suite nº 4, en Mi b M. BWV 1011 y la Suite nº 5, en Do M. BWV 1011. Su manuscrito se conservará gracias a su compañera Anna Magdalena, cuya fecha podrá ubicarse hacia 1720/21, momento en el que la técnica del mismo, se encontraba a distancia de las dedicadas al violín, observando algún precedente en los ricercari, para chelo solo de Domenico Gabrielli, con su carga de dudas a cuestas. Es posible que la experiencia estuviese pensada para el virtuoso Christian Ferninand Abel, compositor de aceptación notable a la par que instrumentista. Recordemos en la posteridad inmediata de nuestros tiempos, la impagable labor de Pau Casals, voz y conciencia del humanismo reivindicativo en años convulsos, cuyo tratamiento de las suites fue un eslabón de referencia. Una visión que dirá mucho más de lo que pretenda leerse entre líneas, por su arrebatada pasión, distanciada de los historicismos que en poco tiempo, marcarán la pauta a seguir, casos como el de Anner Byslma o Nikolaus Harnoncourt. El buen aficionado sabrá degustar las interpretaciones que jalonaron la historia en nuestra época. Maestros como Fournier, apreciado por su nobleza y lirismo.  Maurice Gendron, por su cuidado dominio del legato; igualmente Tortelier, que se acercará a Pau  Casals; Lluis Claret, precisamente con chelo moderno y maestro del que pudimos disfrutar en cursos ofrecidos en Galicia, para no olvidarnos también de Mstilav Rostropovich, que destacará por su sonido robusto de dinámicas enérgicas.

María Joâo Pires, siempre generosa en una doble participación- día 15 de agosto-en el Auditorio Hernán Naval de Ribadeo. Una matinal a las 12´30 h, para completar con la sesión de las 20´30 h., con un mismo programa, destacando especialmente su muy apreciado Franz Schubert, en algunas de sus piezas. Claude Debussy, comenzará con la Suite bergamasque, obra en cuatro tiempos con uno de ellos de especial magnetismo. El Preludio en Fa M., muestra giros voluntariamente arcaizantes, que algo debe a su estimado Gabriel Fauré, particularmente en el Claro de luna. Gracia y soltura en su expresividad dentro de un resuelto estatismo diatónico y modal del lenguaje armónico, aspectos que los románticos rechazarían de  pleno. El Minuetto, en La M., se maneja eb un tempo lento de un estilo personal que evoca vagamente las sonoridades de las viola da gamba.  El conocido Claro de luna (Andante muy espresivo), propone un nuevo universo especie de paisaje que nos trasladará a las Fiestas galantes, por su ensoñadora ternura y embrujo, así llegaremos al Pasapié final, ajeno a la forma que podría evocar, y definido por los lánguidos tresillos y las curvas modales.

Schubert a mayor gloria, con las Tres Klavierstücke D. 946, páginas de música pura, compuestas hacia 1828, poco antes de su muerte. El Allegro assai, en Mi b M., es una especie de rondó con estribillos y dos estrofas, en forma de exclamación apasionada, sobre presiones amenazantes. El Allegretto, en Mi b M., conserva un aire similar al movimiento anterior. Destaca la Romanza en terceras con tintes sombríos que evocan el Winterreise. El Allegro e Do M, más breve prepara la gran coda. El más destacado de los tres tiempos por su variedad rítmica, las síncopas y los acentos a contratiempo.  El Impromtu nº 3,  D. 935, Andante, en Si b M., habrá de esperar al interés de Diabelli para su publicación en 1838, diez años después de su muerte. Serie de Cuatro Impromtus, con fecha posible de 1828 y que pudieron editarse como piezas separadas. Su popularidad se reconocerá gracias a las variaciones nacidas del IV acto de Rosamunda, asegurando ese interés desde el tema dactílico de la entrada por su notable inpiración.

La Sonata nº 15, en La M. D. 664, obra de su estancia en Steyr, en la Alta Austria y que en esta obra, se anuncia con un Allegro moderato, lirismo en estado puro a tenor del  criterio del estudioso Alfred Einstein, quien apreciará el detalle de entrada por su elegancia típicamente vienesa. El breve desarrollo, dejará la impresión de un punto de transición hacia el Andante en Re, caracterizado por un tema asimétrico de siete compases, en estado de contemplación, efectivamente un lied tan propio en el compositor que bascula entre la alegría y la resignación de los estados ciclotímicos, tan pujantes a la hora de abordar sus composiciones, especialmente las vocales y las camerísticas. El Rondó final, Allegro, manifiesto de entusiasmo correspondido, en el que sobresalen los pasajes tiernos y traviesos, entre figuraciones brillantes. No volverá a repetir un estado anímico parecido en el resto de sus sonatas.

Ramón García Balado

   

 

Conciertos de alumnos del Curso de Cámara Airas Nunes en el CGAC

  Centro Galego de Arte Contemporánea,  Santiago de Compostela Para culminar las actividades del Curso de Cámara Airas Nunes de Cámara , con...