15/08/2023

Delicias del X Festival Bal y Gay

 A Mariña (Lugo). Días 16 al 18

Nuevas actividades en el Festival  Bal y Gay, en la Mariña luguesa, esta vez con estimados conocidos como son el Cuarteto Quiroga que estarán en la Basílica de Foz-día 16 a las 20´30- tras su exitosa colaboración en el VI Festival Clasclâs de Vilagarcía de Arousa y con un programa similar, repitiendo una de las obras. En programa, W.A. Mozart con el Cuarteto en Si b M. K. 458 (La caza), el cuarto de la serie de seis compuestos entre 1782 y 1786, en un homenaje de reconocimiento a su maestro Papá Haydn, modelo de un período especialmente intenso en proyectos e iniciativas, destacando la serie de conciertos para el piano. Una irrenunciable necesidad de equilibrio se observa después de los brillantes virtuosismos de importante obras pianísticas. Obra en los preceptivos cuatro tiempos, destaca por la curiosidad de que la ubicación del minué, aparece en el segundo movimiento. Otra humorada a la que tenía acostumbrados a amigos y seguidores. Mozart en Viena y a la altura de finales de 1784, en plene juventud y con la conciencia de su talento en sus mejores momentos. No tardará en tentar el aprecio de Artaria, quien editará la obra en el espacio de pocos meses. La jocosa curiosidad de su nombre, La caza, debe su apelación a al tono divertido y vivo de los movimientos extremos- en realidad, una impresión que nos causará la obra en su conjunto-, aunque el Adagio parezca desmentirlo, por los pasajes de íntimo recogimiento. Obra que definitivamente encuadra de perlas con el legado recibido de su maestro por excelencia.

Para cambiar de aires y lanzarnos al extremo opuesto, el Béla Bartók, del Cuarteto nº 3, Sz 85, verdadera arma arrojadiza en menos de estos intérpretes, que consiguen sobrecoger a los oyentes. Obra que dio a conocer en Londres el Cuarteto Waldbauer-Kerpely, a comienzos de 1929, antes de que lo repita el Cuarteto Kolish, en Francfort, que contribuirá a su divulgación, junto a otros compositores de la Segunda Escuela vienesa. Para llegar a esta obra, Bartók había preparado el terreno componiendo obras como la Sonata para violín y piano Sz 80; la suite Al aire libre Sz. 81 o el Concierto nº 1 Sz 83. El más breve de sus cuartetos, menos de un cuarto de hora, revela en su dimensión una profunda escritura elaborada a partir de breves motivos melódicos en los que los detalles microtonales juegan un rol fundamental, que podrá recordarnos a Gÿorgy Ligeti. El espíritu de una época se manifiesta en composiciones como este cuarteto, perfecto en los dominios del Quiroga que integran los violinistas Aitor Sierra y Cibrán Sierra, el viola Josep Puchades y la chelista Helena Poggio. Tensiones cromáticas acentuadas y diversificación en la forma de ataque, otorgan identidad a la obra.

Felix Mendelssohn con el  Cuarteto nº 1, Op. 12, en Mi b M., un clasicismo que coquetea sin dudas con el Romanticismo en sus cuatro tiempos: Adagio no troppo; Canzonneta-Allegro (ni minueto ni scherzo), para regocijo del autor); Andante espresivo y el Finale: Molto allegro e vivace. Estamos en el año 1829, mientras se ocupa en rescatar un obra que hará historia, La Pasión según San Mateo, de J.Sebastian Bach, poco antes de un viaje a Inglaterra, en donde tendrá una gran acogida, entre Londres y Escocia. El cuarteto será una dedicatoria a una joven berlinesa, Beny Pistor y el autor ofrecerá a finales de 1831, en una sesión privada, un concierto del que fueron solistas Baillot, Sauzay, Urhan y Norblin. Una muestra de equilibrio formal que nos invitará a buscar un puente con el cuarteto mozartiano. La Canzonetta puede entenderse como uno de sus grandes hallazgos gracias a su efluvio popular.   

Para el día 18 del mes, y en el Pazo de Fontao, Sta Cecilia de Foz- 20´30 h-, el Trío Vibart, integrado por el violinista Miquel Colom; el chelista Fernando Arias y el pianista J. P. Florestán.  Dos obras de repertorio comenzando por el Trío nº 1, en Si M. Op. 8, de Johannes Brahms,  obra que para Geiringer, este primer ejemplo de música de cámara sorprendente por la juvenil frescura y delicada concepción por su atmósfera mórbida y sensual, por la rica variedad de sus motivos. La desintegración romántica de la forma, debida a un exceso de imaginación, resulta evidente sobre todo en el Rondó final. Para Bruyr, es un trabajo clave, un punto de inflexión, una obra documento: es única  en cuanto ejemplo de trabajo de un autor en torno a una obra propia.  Cuatro tiempos que anuncian el dominio de las formas camerísticas: Allegro con brio; Scherzo (Allegro molto); Adagio; Allegro. A la postre, conocerá dos versiones, una primera de estos años juveniles, a una segunda del período de madurez, con 56n años, en 1889. La primera vio la luz en Mehlem (Hannover) y la segunda en su apreciado retiro estival de Ischl, que tantas obras suyas acogió. La revisión arrastrará no pocas controversias, siempre a tenor del criterio de los intérpretes. Para Brahms y en cuanto a esa segunda revisión, dejaría escrito: No he querido ponerle una peluca a esta pieza: me he limitado a peinar sus cabellos encrespados, a ajustarla.

Antonin Dvorak  con el Trío nº 4 Op. 90, (Dumky), obra que enlaza una serie de piezas características de lo que serán los últimos tríos con piano, y que fue terminado a comienzos de 1891, estrenándose como es preceptivo en Praga durante una velada organizada por la Mestanska Beseda, a cargo del violinista  Ferfinand Lachner; el chelista Hans Wiham y el propio compositor, al piano. Un aviso de lo que serán la serie de cuarenta conciertos ofrecidos entre Bohemia y Moravia. Seis Dumky entrelazados- plural de Dumka-, en el que coexisten aires meditativos y líricos, a flor de piel. En las proximidades, las conocidas  formas de la rêverie, que insinúan sin recato las träumerie alemanas. En el trasfondo, la sensibilidad del lied en vaga evanescencia. El origen eslavo, es seña de identidad como también fueron  para Schubert los Länder. Dumky, como libre improvisación, repartida merced a los detalles cambiantes de cimbreantes caprichos.

Dúo de marimbas para el día 19, a las 20´30 h-, en la Fábrica de Sargadelos con la pareja formada  por Conrado Moya y Katarzyna Mycka, en un programa que priman vanguardias y recreaciones tomadas del barroco, en concreto de las Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, tan tentadoras para los músicos en los espectros más opuestos. En su elección, los impresionismos de Maurice Ravel por La alborada del gracioso, obra a la que no le faltan afectos y que en su versión orquestal, figura en las programaciones de las salas de concierto. Partimos de la cuarta escene de Mirois, típica figura procedente de una comedia española, y cuya orquestación se estrenó el 17 de mayo de 1919, por la mítica Orchestre Pasdeloup, bajo la tutela de Rhené-Baton. Una orquestación plena de colorido por su arrebato irresistible, en la que priman crótalos, castañuelas, xilofones, arpas, imaginado una España palpitante, saturada de sonidos. Sin duda, en su adaptación para este dúo de marimbas, dará juego sobrado. Una burla sensual y electrizante, que con toda su paleta sonora, traza otros perfiles que ya conoceos.

Para este dúo, otra composición realmente significativa, que no es otra que T.Departures de Emmanuel Sejorné, compositor en vigencia creativa, y que ofrece las mejores posibilidades a partir de la marimba. Músico de Estrasburgo, se formó en su ciudad con Jean Batign, en una segura proyección hacia el futuro, cuyo modelo serán la dinamización de Los Percusionistas de Estrasburgo. Maestro de estos instrumentos, es una referencia de todos los que se ubican en esta familia. Creó agrupaciones como Noco-Music, con el flautista Philippe Geiss o el Saxophone et Percussions, y Accroche-Note. Las artes escénicas están en su horizonte, colaborando con el Théâtre des Drappiers; Les Envaissensseur, para el Ballet du Rhin o el espectáculo La léyende des Siecles, sobre un drama de Víctor Hugo. De otras latitudes y tendencias viene Daniel Nijolas Wirtz, con Vals-Valse, músicas que buscan confluencias con los estilos actuales. Las Variaciones Goldberg, J.S. Bach, en esa obra irresistible para los grandes virtuosos del teclado, fue tratada con esmero por la monografía que le dedicó Philipp Spitta, que la analizará partiendo del aria temática del segundo Álbum para clave de Ana Magdalena Bach, del año 1725. Spitta  recurrirá como fuente de ese material a un discípulo del maestro, J.Christian Kittel, que aportará interesantes datos sobre la obra.     

Ramón García Balado  

 

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