02/01/2025

Peer Gynt de Edvard Grieg, en la Gala de Reyes

 Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela

Tamar Novas
Centro Cultural, Afundación. Vigo

Gala de Reyes con la RFG dirigida por Roberto Baltar, con la música incidental de Edvard Grieg con una selección escogida partiendo de la dramaturgia de Henryk Ibsen y que para esta ocasión, contaremos con las colaboraciones de las aportaciones de Lorena Conde y de los actores  Tamar Novas e Inés Salvado, en el Auditorio de Galicia- día 5, a las 20´30 h.-, para repetir en el Centro Cultural Afundación, de Vigo-día 9, a las  20´00 h.-, nueva propuesta en la que estos colaboradores tendrán un destacado protagonismo en esta obra de Grieg, de la que habitualmente conocemos las dos conocidas suites que se programan con regular frecuencia. Lorena Conde, licenciada en Filoloxía Hispánica, muestra un interés destacado por el medio escénico, ya desde sus primeras experiencias con grupos como Enlata Teatro, nacido en las propuestas de la Facultade de Ciencias da Educación (USC), que continuarían con Farrapo Teatro; Matrioskha (2013), merecedora del Premio María Casares o A Feroz; recibió el XVIII Premio de Poesía Miguel González Garcés (2016), por Entullo; el III María Victoria Pereiro de Literatura Xuvenil, por Velloucas & Minchas  (2020); el XXVI Cidade de Ourense, por Puntas de louza y el Premio de Poesía Filomena Dato, por Ave do Paraíso. Es promotora de Taller A Maranha. Tamar Novas, actor, comenzó su andadura en A lingua das bolboretas, en 1999 (J.L. Cuerda), siempre admirado y añorado director; también en Mar Adentro (A. Abenabar), Premio Goya, como actor revelación, ampliando en abundantes serie televisivas que ocupan en gran medida su trayectoria profesional. Siete Vidas (Telecinco);  A vida por diante (TVG); Cuenta atrás (La Sexta); La Señora (TVE); Los abrazos rotos, de Pedro Almodovar (2009), Acusadas, de Jaime Holgado  (Telecinco) y filmes como  Los Fantasmas de Goya, de Milos Forman, Una  mujer invisible, de Gerardo Herrero, o La playa de los ahogados, del mismo director.

Dos escritores noruegos en la mente de Grieg,  Björson e Ibsen, ya desde la experiencia compartida por Nordraak con Björson, quien se había dejado tentar por alguno de sus dramas y el interés de su poética para lieder, al que se añadirá otro compañero de travesía, Halfdan Kjerulf, que nos dejó canciones pintorescas y coloristas. Björson tuvo excelente relación con Grieg, para la creación de obras desde piezas vocales o corales y alguna aventura escénica, con la obsesión de llevar a cabo una ópera que exaltase la figura del héroe nacional Olaf  Trygvason, que no tendría futuro. Así nacería este Peer Gynt, tomado de Ibsen, que se  estrenaría en 1876, tras recibir el galardón de la Orden de San Olaf, una  concesión de talante institucional. Era Grieg, en aquel momento, un compositor viajero que se encontraría a gusto en Italia desde Roma a Ischia y Sorrento. El libreto de Peer Gynt, nos presenta a un personaje clave, ese adolescente insolente y despectivo, cegado por la avaricia, y que ansía alcanzar un relevante puesto social; a su lado, los padecimientos de su madrea Aase, también inquieta por las pretensiones de su hijo con Solveig y con Ingrid, preparando la trama de un complejo drama de perfiles fantásticos, en  los que nos encontraremos con la bella Anitra, cual personaje maléfico.

Los grandes compositores noruegos, Sibelius y Grieg, nunca llegarían a escribir una ópera de interés, la única tentativa del primero fue Jungfrun i Tornet (La muchacha en la torre), que tuvo una desafortunada acogida, mientras que Grieg pasó años luchando por una obra escénica de interés, con la participación de su contemporáneo Bjornstjerne Bjornson, que contaba la historia medieval del primer rey cristiano de Noruega , Olav Tryggvason, en un tratamiento de corte wagneriano, otro fracaso apoteósico. A expensas de posibles perspectivas, habrá de consolarse con estos entretenimientos incidentales para el teatro: el poema dramático de Ibsen Peer Gynt, una compensación por la acogida recibida y que le animarán a probar con otras como una traducción finlandesa del drama alegórico Jedermann (Cada cual), de Hugo von Hofmannsthal y otra danesa de La tempestad (W. Shakespeare).

Era el melodrama un elemento intrínseco en estas producciones: la importancia de la palabra hablada en un escenario, reflejaba un papel esencial tanto en la literatura noruega, como en la finlandesa (donde los índices de alfabetización era altos) y el teatro contribuiría a servir como crisol como contribución a la resistencia nacionalista o la experimentación estética. Grieg y Sibelius, no se negaron a esa contribución dejándose llevar por una contribución más intimista del medio escénico y la recitación dramática (lo que Strinberg describirá como teatro de cámara). Bergliot, fue otro melodrama a partir de Bjornson (1885), cuyos orígenes se encontraban en una composición anterior, la cantata Foran Sydens Kloster (Ante un convento del sur), del mismo dramaturgo, de 1870. Grieg estaba tan satisfecho de la colaboración entre ambos, que comenzaría a abordar un nuevo proyecto, aunque tardaría quince años en resolverlo. Un Grieg que en sus experiencias, había  asistido  a la representación completa de Das Rheingold wagneriano, en 1876, en Bayreuth. No perdería la oportunidad de criticar en sus escritos, las objeciones a las desmesuras de los textos del compositor y la errónea comprensión de los mismos, en lo relativo a la mitología nórdica. Era Begliot, en sus intenciones, una respuesta a aquellos modelos wagnerianos, por su sencillez, pero cual fatídica sensación, quedaría ecos de Götterdämerung. Era esta obra una Brünnhilde noruega. El impacto de su música, integrada por una serie de poderosas secuencias de poderosas marchas yuxtapuestas a una textura basada claramente en el recitativo, capta con precisión la narración de Bjornson.  Valga como un inciso en este mundo teatral, que concluirá con el estreno de Bergliot, en Oslo, en el Teatro Christiania, el 3 de noviembre de 1885, con la mítica actriz Laura Gundersen, en el papel de la protagonista. Una  obra que repetirá triunfos en su reposición en los conciertos Colonne parisinos, a finales de 1889. Bjornson, arrebatado por el éxito, diría: Uno no puede escucharla y permanecer sentado.

Edvard Hagerup Grieg, nacido en Bergen tuvo la fortuna de nacer en un ambiente ilustrado, con una madre que sería excelente maestra y que le animaría a su traslado a Leipzig, después de haber tratado con un profesor como el violinista Ole Bull.  Será en Leipzig, en donde siga las docencias de Plaidy, Wenzel y Moscheles, considerando a éste último como el más fiable y a partir de 1862, en un breve período de vuelta al hogar, se trasladará a Copenhage, entonces la capital intelectual de los países escandinavos, y en el que la figura más sobresaliente era Niels Gade. Con él y con Johan Peder Emilius Hartmann, iniciará la escuela nórdica. Allí había conocido a Rikard Nordraak. Serán años venturosos que consolidarán su carrera musical, ganándose incluso el respeto de Ferenz Liszt, ya reconocido como el primer compositor de su país. Tiempos en los que fructifican estos trabajos incidentales, como Peer Gynt, que más tarde servirán para la elaboración de las dos celebradas suites, además del Cuarteto de cuerda Op. 27, los Vinjelieder Op. 33, sobre textos del poeta local Vinje, de sabor ancestral, junto a otras canciones sencillas. Abandonó su tierra durante algún tiempo, para instalarse en Lofthus, donde pasó unos  cuatro años, alternando con giras por otros países.

Ramón García Balado

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