05/07/2024

Conciertos de alumnos del Curso de Cámara Airas Nunes en el CGAC

 Centro Galego de Arte Contemporánea,  Santiago de Compostela

Para culminar las actividades del Curso de Cámara Airas Nunes de Cámara, contaremos con dos conciertos en días consecutivos comenzando por el del viernes día 5, a las 19´30 h-, en el CGAC y completar en el mismo espacio al día siguiente y a la misma hora. Para la primera cita Suryeon Nohn (Corea del Sur), abordará la segunda de las Drei Klavierstücke D. 946, de Franz Schubert, el segundo  movimiento que se nos muestra como un Allegretto en Mi  M. 6/8, que viene a adoptar la misma actitud relajada que el precedente  Allegro assai aunque invirtiendo las oposiciones ya qu aquí tenemos un estribillo apacible y juguetón dentro de una tierna romanza marcada por animosas terceras, mientras que las dos estrofas aportan fantásticas visiones de angustia e incluso desesperación  con temas sombríos que podrán evocar los lieder del Winterreise, uno de sus ciclos vocales más aterradores. Los pasajes de este segundo tiempo concluyen con un retorno del estribillo que suaviza el estado emocional de un alma alterada. Tres piezas, las de este grupo, que tardarían en editarse, debiendo esperar hasta el interés mostrado por Johannes Brahms, en 1868, bajo el título un tanto curioso de Tres piezas para piano, que en principio parecen aportar poco en cuanto a sus pretensiones y estilo, aunque no disimulan la  madurez de un compositor hipersensible.

Truman Walker (Estados Unidos), nos acerca a Karl Czerny a través de las Variaciones sobre un tema de Rode Op. 33, maestro de maestros, Czerny fue un animoso e ingenioso recreador de obras procedentes de otros grandes de su época, en particular del mundo del belcantismo en un libre juego de imaginación y atrevimiento. Unas variaciones que podrán acercarnos a las conocidas como Diabelli, que a tantos diletantes habrán tentado. Maestro de respetable oficio, tuvo como  alumnos dilectos a grandes como Ferenz  Liszt, Döhler, Kullak, Jaël, Leschetizky o Belleville, artistas importantes de su generación. Kullak describiría su método como empirismo práctico. En vez de tener ideas preconcebidas sobre la técnica del piano como Hummel,  Czerny decidió que en la  práctica real no podía haber un método que pudiera aplicarse a todo. Esto abarcaba hasta  la digitación, decía, porque las manos difieren en cuanto a forma, tamaño y estructura. Cada pieza de música entonces, debía ser aplicada específicamente al caso individual. Para estudioso Czerny pudo haber sido el origen del piano moderno en su ejecución.

Cornelia Felber (Alemania), nos lleva al mundo íntimo de Johannes Brahms, en el segundo de los Intermazzi Op. 118, el grupo de seis Klavierstücke, un Intermezzo en La M, obra de plena y sentida madurez de un creador en el margen de los sesenta años. Pura poesía embargada de un espíritu melancólico y un lirismo exacerbado, siempre pendiente de los más pequeños detalles y matices, producto de la alternancia entre mayor y menor que le convierte en sublime. Toda la emoción de los Intermezzi, sabrá concentrarse en la última de las piezas. La serie de obras dentro de este ideario, en especial las que ocupan el período  final, dejan la muy grata impresión de un irrenunciable banco de pruebas hacia exploraciones experimentales idiomáticas y en especial en el contexto de lo armónico, por sus toques preciosistas y afiligranados cargados a veces un arcaísmo modal. Para Bryr, exagerando el análisis, la sombra de su apreciado Robert Schumann, se proyecta en muchas de sus páginas. Con respecto al grupo de estas Klavierstücke Op. 118, estamos ante la llegada a la última fase creativa del autor y que acompaña de pintorescas expresiones del tipo: adiós al piano, testamento pianístico, íntimo monólogo final, etc…Las obras que vendrán después, están en la misma longitud de onda.

El sábado, en la continuación de estos conciertos que contribuirán a conocer de cerca el compromiso de los alumnos del Curso Airas Nunes, nos acercarían a la interpretación de Manoush Toth (Suíza), quien pudo abordar el primer tiempo de la Sonata nº 2, en Fa M, Op. 2, de Johannes Brahms, y que se ofreció la tarde anterior. en concreto la primera gran obra para el piano del hamburgués compuesta en 1852, y editada por Breitkopf & Hartel al año siguiente, en dedicatoria encarecida a Clara Schumann, considerándola en su planteamiento menos perfecta que la Sonata en Do M. Op. 1, en otra de esas dedicatorias que serían el violinista Joseph Joachim, precisamente porque la composición de la misma sería posterior. Sonata si cabe más personal y arriesgada por motivo de su escritura audaz revelando a un Brahms menos pendiente de de sujetarse a los condicionantes de la inspiración preestablecida que de alguna manera, no disimula la admiración por la poética de Jean Paul. Un Allegro ma non troppo, ma energico, recibiendo el reconocimiento de un Schumann entusiasta, particularmente en este tiempo quien en 1855, le escribiría: Tu segunda sonata, mi querido amigo,me ha aproximado mucho a ti. Vivo hasta tal punto dentro de tu música que la puedo interpretar casi a primera vista, un movimiento tras otro. Te estoy agradecido. Destacan el andante y las variaciones que siguen al comienzo en pianissimi, distanciándose de la música del resto de los movimientos. Para ocupar su espacio Diego Miguel Vicente elegirá la Danza de moza donosa de las Danzas argentinas para piano, siendo la segunda de la serie, con estreno en el Teatro Colón en manos de su dedicatario, el pianista Antonio De Raco, el 27 de octubre de 1937.

Daniil Bogdanovsky (Francia), tendrá la Balada nº 1, en Sol m. Op. 23, de F.Chopin, estrenada en Leipzig en interpretación del franco-polaco y que para no ser menos, suscitó las impresiones de Robert Schumann: Chopin me dio una nueva balada en Sol m. De entre todas sus obras, me parece ésta la más ingeniosa y genial. Le dije que era la que más me gustaba. Después de haber reflexionado largo rato exclamó convencido: Lo que me dice me produce enorme placer porque yo también la prefiero a mis otras obras, Además toco de modo incomparable otras nuevas piezas, estudios, nocturnos, mazurcas….Basta verle sentado al piano para sentirse conmovido. Vd simpatiza con él. Pero Clara Schumann es una virtuosa aún más grande. Confiere a las sonatas de Chopin casi más valor que él. Imagine Vs la absoluta perfección, una maestría que parece ignorarse a sí misma. Obra elaborada con gran libertad formal, casi como si fuera una fantasía  que entrañara un apasionado poema sonoro insuflado de ardor, emoción y pesadumbre.

Yusuko Furumi (Japón), un nuevo Chopin por la Barcarola en Fa sost. M. Op. 60, composición que resulta un absoluto reflejo en lo relativo al plano armónico y un aire italianizante cual si de traslación de un tema operístico se tratase prevaleciendo con gallardía el valor significativo de las fioriture. Para Andrés Coueroy, un entusiasta al que tener en cuenta, son estos detalles los que realzan la importancia de esta barcarola. Comenzada en 1845 y concluida en un breve espacio de tiempo, será recibida por entusiamo desde la primera edición francesa, una pieza de notable señorío que tendrá como dedicataria a la baronesa de Stockhausen, compañera de quien fue dedicatario de la Balada Op. 23. Chopin la ejecutó por primera vez en la Salle Pleyel, el 16 de febrero de 1848. Responde en lo genérico a esas piezas que ofrecían los gondoleros venecianos, en sus jaleosas tonadas.  

Amelia Zofia Chmielewska (Polonia)- violonchelo- y Marija Normantaite- piano-, con la Fantasiestücke  Op. 73, de Robert Schumann, en dos de sus tiempos: Zart und mit Ausdruck (Tierno y con expresión) y Lebhaft. Leicht (Vivo y ligero). Obra que permite igualmente el tratamiento con clarinete y cuyos tres tiempos fueron escritos en el invierno de 1850. La versión con clarinete, se dio a conocer en la Hofkapelle Dresden, en una lectura privada con un músico de la orquesta antes de la presentación pública poco después. La versión de chelo y piano, tendrá una aceptación entusiasta apoyándose en la configuración de la obra construida en forma de lied con coda. Zart und mit Ausdruck, establece un clima elegíaco apoyado en una tierna melodía en la que ambos solistas se permiten un protagonismo de indudable importancia. Lebhaft, Leicht, resulta un equilibrado scherzo en modo mayor que utiliza un diálogo animado con un detalle central marcado por escalas de tresillos que preparan el tiempo final Rasch, mit Feuer.

Isaac Martínez Mederos, procedente de Canarias, nos dejará la Balada nº 2, de Ferenz Liszt, una de las dos compuestas por el húngaro cosmopolita y universal, admirado y recibido con halagos en los grandes salones hasta convertirle en ese personaje que todos conocido y que arrastraría a sus costas ríos de literatura de todo rango, un Liszt al que igualmente el cine había flacos favores recreando penosas hagiografías de escaso valor. Dos fueron sus baladas en las que expresaba un ansia de interioridad y meditación recreando un estilo que resultará reconocible a la postre por los alardes de virtuosismo. La Segunda Balada en Si m., queda fechada aproximadamente hacia 1853, y se desarrolla en forma sonata, lo que la distancia de la Primera en Re b M. que tardaría en alcanzar su forma definitiva. La pieza tiene seis grandes partes y está basada en tres temas. Prevalece con rigor el ansia de concentración interiorizada, aspecto que observamos en el conjunto de las dos baladas.

Ramón García Balado

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