Nuevo peldaño que añadir a “Impresiones y paisajes” (Como el primer libro de Lorca), en esta indagación que aventura el guitarrista Samuel Diz, secundado por Isabel Villanueva-viola-, Jonhatan Alvarado- tenor y el también guitarrista Javier Riba, quien dispone de un instrumento “Vicente Arias”, de 1900. Samuel Diz, sentó sus reales en la Huerta de San Vicente para tañer la guitarra con la que el poeta se manejaba, una de José Ortega, de 1906, a la que dieron cuerpo maderas de pino pinsapo, nogal, caoba, palo santo y chopo, instrumento venerado y que conserva el archivo familiar, por lo que Samuel se ha visto obligado a reconstruir otro similar, del que fue artífice Francisco Manuel Díaz, quien se había hecho responsable de la restauración de la original, por sugerencia de Laura García Lorca, sobrina y legataria. “Memoria de la melancolía”, trabajo en el que se usa la guitarra primigenia, es un homenaje a María Teresa de León y a la “Generación del 27”. Samuel guarda un reconocimiento para Beatriz Fontán, por el compromiso mantenido.
En “Impresiones y paisajes”, Samuel incluía en el folleto adjunto al cd, aspectos que nos resultarán especialmente interesantes para recuperar en esta oportunidad. La propia Isabel García Lorca en sus sensibles aportaciones: “”Recuerdo con especial lucidez la hora de la siesta. Todo se paralizaba. Luego, silencio absoluto en el pueblo, Nosotros, los cuatro hermanos, nos encerrábamos en una sala grande y fresca. Federico tocaba la guitarra, La misma que hoy se conserva en la Huerta de San Vicente, y que nunca más después oí tocar…” También Federico en carta a Falla: No se puede Vd, imaginar cómo le recuerdo cuando toco la guitarra y quiero sacar ¡a la fuerza! Su maravilloso “Homenaje a Debussy”. Del que no consigo más que las primeras notas…”
La tradición de los Lorca se remonta por lo menos al bisabuelo, Antonio García Vargas, y a su hermano Juan de Dios, quien tocaba el violín. Antonio fue cantante y excelente guitarrista que enseño a tocar a sus cuatro hijos. De los cuatro, Federico se hizo profesional de la bandurria, y de él, probablemente el poeta tomó “En el café de chinitas”. Baldomero, otro de los hijos, fue experto guitarrista y tocador de bandurria. El poeta, dedicará a su tía Isabel, un ejemplar de “Impresiones y paisajes” con estas palabras: “ A mi queridísima Isabel, que me enseñó a cantar, siendo ella una maestra artística de mi niñez”. El piano y la guitarra, están siempre presentes en esta densa tradición. Con Antonio Segura, adquiere una más que notable formación pianística, lo que consolida su formación, de tal modo que los viajes de estudios de 1916/7, por Andalucía, Castilla, Galicia y León, con Martín Domínguez Berrueta, el catedrático de Arte, Federico el “·músico” del grupo, se comportará como tal, usando obras propias cuando las circunstancias lo permitían. Año 1917, conocerá conciertos suyos, fundando la “Soc. de Música de Cámara”.
En el salón de la “Residencia de Estudiantes”, el malagueño José Moreno Vila, dejará escrito sobre las veladas: “Nos reuníamos en el salón de conferencias o alguno de nuestros cuartos. En el salón estaba el piano; en el cuarto la guitarra, Federico se sentaba al piano como un maestro en pleno dominio. No importaba que entre pieza y pieza hiciera chistes y diabluras como un chico; recobraba el dominio en cuanto depositaba los dedos sobre las teclas. Tal vez la fascinación que producía era debida a la conjunción feliz de lo culto y lo popular, lo primario, infantil y fresco, entrelazando con lo reflexivo y riguroso…”
“Memoria de la melancolía”, es Federico velando el espíritu de María Teresa León, de la que se incorporan aspectos sonoros y autobiográficos. “Ayer Federico García Lorca, recuerdos y testimonios”, el “Homenaje a Picasso en Vallauris”, del Fondo Sonoro de la Radio de París; la “Biblioteca Universitaria de la Fonoteca”, de Alicante. La revista “Litoral” de 1926- E.Prados y M.Altolaguirre- , epicentro de esa “Generación del 27”; el soneto “A Córdoba”; el mundo escénico de la resistencia a través de “Guerrillas del Teatro”, que alcanza hasta el Auditorio de Alianza Intelectual Antifascista. La presencia en el “Lyceum Club”, madrileño, para la conferencia “La tradición de la poesía castellana” y la publicación de los cuentos “La bella del mal amor”. La instantánea plasmada en el diario “La Libertad”, con J.Cassoir, Henri- René Lenormand y G.Durán, a quien Malraux, retratará en el personaje de Manuel García, de “L´espoir” o el “Batallón Alpino” (del Quinto Regimiento), en la Sierra de Madrid y el texto “La historia tiene la palabra”, de los Cuadernos de Cultura Española, de Buenos Aires.
Gustavo Durán, compañero de travesía, figura con cuatro temas: “Berceuse a la manera de Ravel, para dormir a Federico cuando se vuelva pequeño”; la “Seguidilla de la Noche de San Juan”, sobre Lope de Vega; “El puerto de Guadarrama”- en la voz de Alvarado, quien seguirá con detalle “Se equivocó la paloma”, de C.Guastavino (Alberti), gracias a su escuela procedente de una alumna del autor, Amalia Guaranga-, y el “Romance del cerco de Baeza”, también con el tenor, con elementos provenientes de los cancioneros de F.Pedrell y Bay y Gay. Durán, convivió en la “Residencia de Estudiantes”, con Dalí, E.Prados, L.Buñuel y Lorca y fue autor de un ballet de éxito “El fandango del candil”. Formó parte del “SIC”, en el que colaboraron A. Salazar y Rivas Cheriff. Del ballet, destacaban: “Panaderos”, “Zorongo” y “Bolero”. Fue miembro de la “Alianza de Intelectuales Antifascistas”.
Emiliana Zubeldía- “Capricho basko”-, estuvo dedicada a Regino Sainz de la Maza, mostrando influencias del Padre Donosti, en los “Preludios vascos”. Lorca en sus homenajes, diría en cierta ocasión: “El jueves 20, se presentó ante el público de Granada uno de los artistas más interesantes de la juventud española, interesante por su vida y por su arte. Es, como Lloret y Segovia, un caballero andante que con la guitarra a cuestas, recorre tierras y tierras, bebiéndose los paisajes y dejando los sitios por donde pasa llenos de melancólicas músicas antiguas.” De la Maza, tiene “Cantinela”, con la vista puesta en el “Cancionero de Burgos”, de Federico Olmeda. Adolfo Salazar, teórico, estudioso y forjador de escuela, cuenta con el “Romancillo a Isabelita García Lorca”, en revisión de Miquel Llovet y que tuvo tratamientos para violín y piano y para cuarteto de laúdes; el “Cancionero musical de la lírica popular asturiana”, de E.García Torner, queda en las proximidades. Baltasar Samper- “So de pastera”, de la que dio cuenta Bartolomé de Calatayud, en arreglos para dos guitarras; para la ocasión, las colaboraciones de Eva Moreda y Amadeu Corbera
Daniel Forteza con la “Balada de la cárcel”, en la prisión de Ocaña (1948), un grado de conciencia sobre una generación vapuleada por amargos condicionantes históricos. Simón Tapia Colman, y el “Momento andaluz”, el exilio mejicano reflejado en una pieza que conoció dos versiones y de la que la aportación del guitarrista Alfonso Moreno, será fundamental, El compositor, fue autor del tríptico “Retratos”, para guitarra y orquesta, estrenado por la “O.S. Nacional”, en el Palacio de Bellas Artes, en 1935, contando con la presencia de María Teresa León, Siqueiros y Rivera. Leopoldo Neri sobre “La generación musical del 27 y la guitarra”, en “Impresiones y Paisajes” de Samuel Diz: “ Miquel Llovet puede considerarse el iniciador del proceso al estrenar piezas como el “Homenaje a Debussy” (1920), de Falla, si bien Segovia fue el que alentó de una manera más intensa la creación de un nuevo y extenso corpus de obras que, estéticamente, fue ajeno en gran medida a la música nueva de su tiempos. Estos comienzos de renovación, sí fueron transitados por Regino Sainz de la Maza, quien catalizó los ideales modernistas que reivindicaba el gran crítico musical Adolfo Salazar.
Ramón García Balado
Ningún comentario:
Publicar un comentario