Amancio Prada en su encuentro con Gerald Brenan

 La biografía de Jonathan Gathorne-Hardy dedicada al escritor e historiador Gerald Brenan, “El castillo interior”, publicada por “El Aleph”, nos recuerda en encuentro de Amancio Prada con nuestro personaje, allá por el mes de enero de 1982, en el que tuvo lugar un suceso excitante. El pueblo de Alhaurín el Grande, honró a Gerald Brenan al dar nombre su a una calle. Con la concurrencia de una animada multitud de unas miles de personas, Gerald se situó al lado del alcalde. Tiró de un cordón y cayó un paño. “Camino Gerald Brenan, decía la placa. ¡Y qué vítores!”. Al acto siguió un almuerzo para doscientas personas, organizado con el habitual regocijo y la destreza de los españoles para estas ocasiones, “Cada vez que hacía un comentario, ensordecedores aplausos. Todo el mundo me sonreía. Fui muy feliz.” Se leyeron poemas de Rosalía Castro (una de las poetas españolas preferidas por Gerald) y Amancio Prada, gallego como Rosalía, cantó una serie de poemas del “Cántico espiritual” de San Juan de la Cruz, elegante homenaje a Gerald, que no en vano había contribuido “a revivir y honrar a un español pretérito y sumamente curioso.” Brenan había analizado los entresijos de la sociedad rural alpujarreña, con una cierta frialdad y objetividad anglosajona. Un interés también por la poesía y la literatura en general que le llevaron a un profundo conocimiento de nuestro país, en especial por las tierras andaluzas, con obras que actualmente le han universalizado: “Al Sur de Granada”, “El Laberinto Español”, “Memoria personal” y la que nos acepta en forma especial; “La copla española”, por su labor recopilatoria, en una edición y estudio de Antonio J.López López.

En su trabajo dedicado a  “La literatura del pueblo español”, moverá a Jonathan Gathorne-Hardy a comentarnos sobre ciertas apreciaciones del escritor: “Desde de 1500, se pierde la dinámica de una literatura que se despliega continuamente y pasa a ser una especie de ensayos sobre grandes escritores, defecto que reconocerá en una carta enviada a la “Cambridge University Press”. El siglo XVIII le aburría sobremanera, y se nota; en el siglo XIX,  flaquea. Había agotado la energía que le quedara con Rosalía de Castro, la poeta gallega que tanto le gustaba (todas las palabras de sus poemas se inclinan en una misma dirección, mecidas por el viento del sentimiento lírico), y no se tomó la molestia de abordar debidamente a García Lorca, por más que de hecho admirase su poesía. Subestimó gravemente “la Regenta” de Leopoldo Alas, Y algunas de sus comparaciones son desatinadas o superficiales.”  Brenan y Amancio Prada, tendrán otros elementos de encuentro que el cantautor berceano rendirá algunos trabajos discográficos.

Amancio Prada había pasado a registro una selección sobre la poética de Rosalía de Castro, allá por los setenta para el sello “Movieplay”, en los estudios “Kirios”, acompañado por el chelista Eduardo Gattinoni y que, con mejor fortuna, ha conseguido sobrevivir tras el marasmo que arrastró al olvido a tantos cantautores: Poemas musicados desde “Campanas de Bastavales” a “Corre o vento, o río pasa”. Pasajes del “”Cántico espiritual de San Juan de la Cruz”, entonces para “Hispavox”, en el que repetirá Gattinoni, con el añadido del violinista Jesús Corvino. Cantos del esposo y la esposa, que responderá en el poema: “Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura, al monte y al collado, do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura…”Federico García Lorca, partiendo de los “Sonetos del amor oscuro”, con arreglo al piano de Agustín Serrano y un grupo de acompañamiento en el que destacaban los guitarristas Santiago Reyes y Teo Cardalda. Francisco Umbral reseñara el trabajo con unas palabras a tono con las pretensiones: “Amancio Prada tiene una voz sujeta a una pasión. Tiene una voz sujeta a un dolor. Una voz que expresa todo el tardolorquismo. Todo el libro de Lorca es un lamento y una distancia. Todo el disco de Prada es un acercamiento y una asonancia.

Gerald Brenan en “La copla popular española”, una labor de años que sobre sólidos cimientos que el autor preludia de forma detallista: ”La historia de la aparición y desarrollo de la copla española, está aún llena de oscuridad. La primera colección de coplas fue publicada en 1799 en Madrid por un tal Don Preciso (pseudónimo de Juan Antonio de Iza Zamácola, notario vasco).Ésta consistió en cuartetas y seguidillas, pero contenía pocas que pudieran se descritas como tradicionales, en definición de Menéndez Pidal. De hecho fue una colección compuesta para el uso de las clases media y media baja, para sus saraos y bailes de candil y como tal tuvo un gran éxito.  Siguieron otras ediciones en rápida sucesión, pero no apareció hasta 1858 ninguna colección genuinamente popular, cuando Cecilia Böhl de Faber, publicó sus “Cuentos y poesías populares andaluces”. Este libro tenía mil coplas, muchas de gran belleza y que habían sido recogidas en Andalucía.

 En 1879. Antonio Machado y Álvarez, sobrino del culto recopilador de baladas Agustín Durán y padre del gran poeta del mismo nombre, fundó en Sevilla la “Sociedad Española de Folklore”. La colección de coplas  fue uno de los principales objetivos, y así sucedió que tres años más tarde uno de sus miembros, un joven de Osuna llamado Francisco Rodríguez Marín, publicó con la ayuda de aquel la vasta colección de “Cantos populares españoles”, que contenía 8000 coplas, seleccionadas, clasificadas y provistas de amplias notas. Desde entonces han aparecido numerosas colecciones de casi todas las provincias de la Península.” El legado sobre el que Brenan trabajó en profundidad, es este estudio suyo dedicado a “A la copla popular española”. Antonio J.López y López, había tenido conocimiento del trabajo en 1990 y durante cuatro años se dedicó a ordenarla y estudiarla en profundidad.

Ramón García Balado