13/08/2023

XI Festival Groba de Ponteareas

Ponteareas, 12 al 18 de agosto

La nueva convocatoria del Festival Groba de Ponteareas, alcanza la undécima edición que se reparte entre el Auditorio Municipal de la villa y el Convento de Canedo. El pasado sábado día 12, fue turno para la Orquesta de Cámara Galega, formación residente desde la primera convocatoria, bajo la dirección de su titular Rogelio Groba Otero, un certamen que curso a curso ha contado con prestigiados colaboradores, planteamiento que mantiene en la actualidad como podremos comprobar. Por él han pasado Anastasia Kobekina, Leonard Elschebenbroich, Hélene Deisart, Alba Reirís, Sandro D´Onofrio, Pacho Flores, Lise Bertaud, Judith Jáuregui, Guy Braunst Mariana Prjevalskaia o grupos como el Cuarteto Ophir, Erinys Quartet, Hércules Brass Ensemble, el Coro de Cámara de Pamplona. Solistas de este curso, serán los violinistas Petteri Ilvanen, Benjamin Morrison, Pablo Vidal- con larga experiencia en el certamen-, los chelistas Joaquín Fernández y Gyorgy Anichenko y Alba Reirís Venxiao Zhen (viola), la flautista Jasmine Choi y los pianistas Julien Quetin, y Elisa D` Auria- quien puso en atriles el domingo una selección de las Danzas Meigas. El Dúo Indigo: Gema Arias y Vincent Tohier.

La O.C, Galega, colaboró en el proyecto Atardeceres no Gaiás, durante cuatro años y probó con un primer cd que incluía obras de Rakov, Elgar y R. Groba. Para la Junta de Andalucía, grabaron el estreno en recuperación de la ópera Don Quixote, de Manuel García, en el Teatro La Maestranza de la capital andaluza y en otras dimensiones, una experiencia jazzística con el clarinetista y saxo Roberto Somoza, Polas rúas de Ponteareas, al que se añadirá As rúas do vento ceibe, de R.Groba, en colaboración con el Coro de Cámara de Pamplona, cantata inspirada en poemas de Manuel María. Vendrá después Rosalía na Catedral, homenaje con motivo del 90 aniversario del maestro Groba, que dejará constancia en un registro realizado en el Teatro Colón, de A Coruña. En 2022, abordó la iniciativa del Festival Noites na Cidade Vella (A Coruña). El director, Rogelio Groba Otero, fue clave en la recuperación de la ópera de Manuel García, Don Chisciotte, recuperada del olvido y en su calidad de director, llevó a su formación al Wien Spanish Modern Festival, antes de realizar giras por Latinoamérica. Es titulado por Oviedo, con posteriores fundamentos en Londres, con Detlef Hann, profesor de la Guildhall School of Music and Drama.

Las obras de Rogelio Groba padre, son capítulo esencial como comprobamos curso a curso, el maestro que en la jornada del sábado día 12, tuvo en atriles dos de ellas: Danzas del Alba, en lectura de la Orquestra de Cámara Galega; el Concierto para chelo Añoranzas- Joaquín Fernández, solista-, en su tiempos Allegretto, Adagio molto y Presto, a las que se añadió Carpe Diem: Abrente; Muller muxica; O fastuoso y O trouleiro. Para completar, Ottorino Respighi, con Aires y danzas nº 3: Italiana; Aire de corte; Siciliana y Passacaglia. Un compositor de marcado perfil neoclásico y que algo debería a los aspectos virtuosísticos que encontrará en Richard Strauss y Debussy. Sus tendencias arcaizantes, no dejarían de influir en el resultado de sus obras y particularmente en las camerísticas. Groba pues, en preferencia camerística a  tenor de las posibilidades y del que recordamos Cantigas do mar e intres Boleses, en tiempos de apuro, entonces con la Stuttgart Kammerorchester dirigida por Maximino Zumalave o precisamente Añoranzas, con su apreciada hija Clara, como solista. También el Premio de la Crítica Galega (1979) y el de la Xunta de Cultura (1992), peldaño al que se añade la Medalla Castelao (1995). En el autor, según Hontañón, están presentes todas las caras de Galicia, desde una perspectiva puramente artística. Los temas de raíz etnográfica o histórica, la Galicia supersticiosa y religiosa, la evocación bucólica y la mitología popular. La ironía, el mar, sus gentes, los mil ríos.

La tarde del domingo día 13, en el Auditorio Municipal, un programa no menos seductor, por la propuesta de la pianista Elisa D`Auria, en una trabajada selección de las Danzas meigas: Tema do peregrino e Danza da primavera; Danza do verán; Tema do peregrino e Danza do outono; tema do peregrino e Danza do inverno; Danza dos namorados; Danza do minuete y Danza da mascarada e do peregrino. En perspectiva hacia el pasado, nos encontramos con estas Danzas meigas (también en selección), en concreto cinco de ellas, por vez primera con la OSG, dirigida por Dima Slododeniouk, entre obras de M.Ravel C. Saint Saëns e Igor Stravinski. Danzas meigas, se pretendía como un ballet sinfónico para orquesta in modo antico, finalizadas en 1997, en un total de 16 piezas breves, agrupadas en cuatro partes, de cuatro danzas cada una, que alcanzan una duración de tres cuartos de hora, en un rendido homenaje al pintor Rogelio Lorenzo (1921/2003), natural de Ponteareas, un artista que renovaría sus planteamientos estilísticos ya a partir de los años noventa, en plena madurez, apostando por las  vanguardias.

La Sonata para violín y piano en Mi b M.Op. 18, de Richard Strauss, fue cometido para Benjamin Morrison y Julien Quentin, en sus tres tiempos: Allegro ma non troppo, Andante cantábile y Allegro Finale, obra de 1887/8 momento en el que el autor de tan soberbias óperas, era Kappelmeister, en Munich y que él mismo daría a conocer con Robert Heckermann, en una sentida dedicatoria a Robert Pschorr, composición con pretensiones que permitía a los solistas ofrecer sus mejores recursos. El autor, se entregaba precisamente a probar con el género sinfónico de mayores ambiciones, y estaríamos hablando de Aus Italien, el espacio de los grandes poemas sinfónicos.

El día 14, en el Auditorio Municipal-21 h.-, vuelta a las Danzas meigas (selección II), de Rogelio Groba, a las que vuelve con buen criterio Elisa D` Auria, quien también se ocupa de su grabación, en una intérprete que se forjó con Josu de Solaun y el Faust Quintet, llegando a estrenar el concierto para  piano y orquesta de Ignaz Brüll. De las piezas elegidas, nos llegan Danza dos rezos; Danza dos santos; Danza da procesión; Danza dos adeuses; Danza das parellas; Danza dos vellos e dos novos y Danza ritual final. Seguimos en la dedicatoria al pintor Rogelio Lorenzo, un academicista que acabó encontrando nuevos horizontes, los mismos que la composición de Groba pretende encontrar, sin dejarse desbordar por aventuras sin desmesura. Un estilo si cabe clásico sobre temática gallega fácilmente reconocible en sus parámetros, dejando para la intérprete libertad para el ingenio y la imaginación.

En programa, también 5 piezas para violín y piano, de Dmtri Shostakovich: Prelude/Gavotte/Elegy/Waltz y Polca, que ofrecerán los violinistas Petteri Livonen y Pablo Vidal, con el pianista Julien Quetin. Composición que bascula entre la serie de los cuartetos, los tríos o los dos quintetos. El compositor ruso, adalid en el género camerístico, expresa en estas creaciones un romanticismo profundamente dramático, con ciertas afinidades hacia los eslavismo de Béla Bartok o los impresionismos de Debussy, evidentemente con un cuño muy personal. Su música de cámara, es de una vigencia incontestable. En el punto de equilibrio, el nacionalismo español de Joaquín Turina, por el Cuarteto con piano, en La m. Op. 67, en sus tres tiempos que interpretarán el violinista Petteri Livonen; el chelista Georgy Anichenko; Wenxiao Zheng (viola) y el pianista Julien Quentin. Obra dedicada a José  María Guervós, con estreno en la Soc. Filarmónica de Madrid, en mayo de 1932, por Pilar Bayona y el Cuarteto Rafael. Tres tiempos que concluyen en forma sonata muy libre y cuyas secciones de desarrollo y reexposición, parecen fundirse acogiendo alusiones a temas previos, destacando la melodía del chelo.

El día 15, en el Convento de Caneda- 21 h-, la OCGa, con otra selección del maestro Groba, perteneciente a Microconcertos: Ter amores; Liorta; Adeus y Teimosía, destacando como solistas la chelista Alba Reirís y el violinista Rogelio Groba Otero, una composición que estuvo presente en la gala homenaje en recuerdo del maestro, en el Teatro Colón de A Coruña, con los mismos solistas y otras obras suyas.  Para el evento, un estreno que llega a tiempo en calidad de homenaje, Laxeiriana, consideración también para el pintor iluste, y que se reparte en los tiempos: Moderato; Adagio molto y Presto. Rogelio Groba Otero, tuvo a bien recordar una reciente gira neoyorquina, dedicada a su padre, en la que incluyeron dos conciertos para piano, uno en estreno, Malleus animatus, cita en la que se escucharon obras de Andrés Gaos, Carlos Antonio Gómez y Luigi Boccherini. Un Groba que, parte de su vida, le llevaría a Suiza, entre 1962/7, tras ganar el Concurso de la Société de Musique de Perroy, en donde dirigió bandas municipales, oficio que mantendría desde entonces. Para completar, la Suite Holberg, de Edward Grieg-Preludio; Sarabanda; Gavota; Air y Rigodón, que tratarán la OCGa, con  Rogelio Groba, director- concertino. Una obra surgida en Bergen, para conmemorar el bicentenario del poeta Ludwig Holberg, pensador y humorista que tendrá una ajustada comprensión en los pentagramas de Grieg, aunque, en definitiva, no parecía agradarle demasidado. Un eco de un pasado que se convertirá en éxito entre los aficionados.

Para el día 16, en el Auditorio Municipal- 21 h-, el Shostakovich del Allegro del Concierto nº 3, en Fa Op. 73- Ensemble de la Boston String Accademy-, es decir, el Cuarteto nº 3, en Fa M. Op. 73, obra que muestra dos tiempos dentro de esta forma: Allegretto y Allegro no troppo, composición de 1946, año que se veía obligado a la entrega a los estilos de cuarteto, acentuado en esta ocasión por ese sentido del humor tan perceptible y poco común que sabrá desarrollar en muchas de sus obras de todo tipo.  Robert Schumann, con las tres Romances Op. 74, piezas para oboe y piano (versión para piano y flauta): Nicht schnell; Einfach y Nicht schnell-solistas Jasmine Choi (flauta) y Julien Quentin (piano)- encantadoras páginas que perfiles vocales que las acercan al lied, y que habría que esperar hasta 1921, para recuperarlas en el tratamiento para oboe. Un obsequio para su compañera Clara, con fecha en diciembre de 1849. No resulta extraño en absoluto, esa tentación de las acostumbradas transcripciones, según el capricho de los solistas, siempre bien recibidas entre los aficionados. Un Schumann dentro de un exaltado melodismo. Para completar, el Quinteto con piano, en Fa m. Op.34, de J.Brahms- los violinistas Petteri Livonen y Benjamin Morrison; Wenxiao Zheng (viola); el chelista Georgy Anichenko y el pianista Julien Quentin-, obra que para Deiters, resulta grandiosa y profundamente expresiva, dentro de una fantasía luminosa, presentando acentos de vital energía y negra pasión, mientras el tono emocionado del Adagio, recuerda a los últimos cuartetos de Beethoven. Fue siempre una de las obras más apreciadas del autor, a pesar de haber sufrido una laboriosa génesis a consecuencia de las increíbles metamorfosis. Un Brahms en la década de los treinta, en sus años vieneses.  

Para el día 17, en el Auditorio Municipal- 12 h.-, una sesión dedicada al público infantil y familar, para tentaciones como El carnaval de los animales- Dúo Índigo-, de Camille Saint-Saëns, obra que rinde en igual medida en las versiones para el piano o las orquestales. Esa gran fantasía zoológica que atrae de singular manera, y que universalizó la figura del compositor, obra con estreno parisino con ocasión de un Martes de Carnaval, para repetir poco después en el ambiente mundano de la cantante Pauline Viardot. Parodias musicales perfectamente entrelazadas, con la que aprovechará para burlarse desvergonzadamente de otros colegas musicales. Un largo y tentador paseo que nos lleva de la mano a lo largo de 14 cuadritos y que dejan lo mejor de ellos, en la interpretación orquestal por sus recursos tímbricos y pintorescos. A partir de las 21 h., traslado al Convento de Canedo, para escuchar otras tres obras. El trío para cuerdas en La, de Jan Sibelius: Prelude vivace; Andante con moto; Minuetto y Gigue. Allegretto, que ofrecerán el violinista Petteri Livonen; Wenxiao Zheng, viola y el chelista Georgy Anichenko. Jan Sibelius con el Trío de cuerdas en La: Prelude; Andante con moto; Minuetto y Gigue. Allegretto- para el violinista Petteri, el chelista Georgy Anichenko y con la viola, Wenxiao Zheng, una obra que también recibió el título de Suite en La M, para trío de cuerdas, a la que dio vida en 1889, composición en cierta medida de juventud, entre las que igualmente destaca el Trío Lovisa, periodo rico en repertorio camerístico, aunque no todas se conservaron. Estamos en un año en el que con fortuna para el finlandés, comienzan a tener entidad trabajos como el Cuarteto de cuerdas, en La m., apreciada por su amigo Busoni. Cuatro bagatelas de Rogelio Groba, que tratarán el Cuarteto de Boston String Academy y miembros del Conservatorio de Pontereas. Obra sin sobresaltos propicia en su estilo aparentemente convencional, como son el Cuarteto nº 1 (Galaico), o el nº 2 (Lla-Fa) o el siguiente significativamente representativo, Diabolus in música. Catro bagatelas, es obra de 1995, con duración aproximada de un cuarto de hora y para una plantilla de 2 violines, viola y chelo. Sus tiempos: Natural; Romántica; Elegante e Intrépida.  Un Beethoven por la Serenata para flauta, violín y viola, en Re M. Op. 25, de su etapa vienesa- Jasmin Choi, Benjamin Morrison y Wenxiao Zheng-, pieza cuya sucesión de seis movimientos, resultan los tradicionales de la serenata clásica, como también de la variedad de los episodios, la riqueza de las soluciones, la fantasía de los distintos caracteres, para una composición delicada y fresca.

Para la clausura, el día 18, y en el Auditorio Municipal- 21 h-, la OCGa, despide probando entre barrocos en la escuela veneciana de Vivaldi, con dos obras de gran prestancia por su divulgación. El Concierto en Re M. RV 121, de la serie a quattro, sin solista, denominados por el autor Concerto ripieno. La tendencia avanzada de cada uno de esta serie clara y significativa de una idea unitaria, en oposición al concierto con solista. Quien supo detallar sus mejores virtudes, fue el musicólogo Marc Pincherle. Al margen de su cronología, datable entre el período 1715 y 1741, se observan tres tipologías estilísticas claramente diferenciadas, con un primer grupo en el que aparece el elegido para esta sesión. Distinto es el Vivaldi del otro concierto, que no es otro que el Concierto nº 3, en Re M., conocido como Il gardellino (el jilguero)- del que será solista Jasmine Choi-, una reelaboración de un concierto de cámara precedente, composición que concede gran libertad a la hora de elegir el orgánico, ya que el compositor, dejó la posibilidad de ejecutarlo con flauta travesera/ flauta de pico/violín/ oboe/fagot o chelo. Destacan los sucesivos episodios solísticos, en los que inrervienen activamente los violines, en un florido discurso de detalles virtuosísticos.  Para completar, un ruso en la sombra, Nikolai Rakov, con la Sinfonietta: Allegro moderato; Andante; Vivo y Andante sostenuto, músico de la escuela de Rubinstein, formado en el Conservatorio de Moscú, con Glière, y que destacaría como director, teniendo como alumnos a músicos de élite: E. Denisov, Boris Tchaikovski, Alfred Schnitkke o N. Peiko. El maestro Groba, culmina con Grovios, una suite en siete tiempos de 2004, desde No arrolo hasta Na pandeirada. Estamos en el apartado de obras para banda sinfónica, entre las que destacan Cruñesas, Os muíños do Rosa o Danzas Gulansesas, obra que pudimos escuchar dirigida por el autor a la Real Filharmonía  de Galicia y que en su conjunto, destaca por mantener todas las danzas en la misma tonalidad.

Ramón García Balado

   

12/08/2023

Citas del X Festival Bal y Gay

 

Ribadeo y Lourenzá, del 13 al 15 de agosto

Continúan las actividades del X Festival Bal y Gay, de la Mariña lucense con tres actuaciones en lugares distintos comenzando en el Auditorio Hernán Naval, de Ribadeo-domingo día 13 a las 20´30 h., con la soprano Rocío Pérez, acompañada al piano por Javier Carmena, ofreciendo un programa  diverso por épocas y estilos, comenzando con páginas de repertorio español. Joaquín Turina, con las tres piezas que integran el Op. 26, calificadas como arias, para voz y piano, a las que el autor dio vida en 1923, momento en el que también verá la luz el conocido Poema de una Sanluqueña, una fantasía para violín y piano, dedicada a las muchachas de Sanlucar. Las arias para voz y piano que nos interesan, se estrenaron en el Palau de la Música, de Barcelona, en diciembre del año siguiente y toman como argumento las poéticas del Duque de Rivas (Romance); Espronceda (El pesacador) y Gustavo A. Bécquer (Rima, que ví un punto). A las puertas queda La Anunciación Op. 27, trabajo de ilustraciones destinado a una comedia de Tomás Bretón, que se representaría en el Teatro Español, de Madrid.  Ferrán Obradors, tendrá Dos canciones populares, del grupo de las siete realizadas bajo ese estilo, el magisterio de obras de profundo  arraigo popular, repartidas en un conjunto de cuatro volúmenes y que la fortuna supo conservar en repertorio, recreando con conocimiento de causa la veta nacionalista que apostaba por el mantenimiento de esos repertorios.

 La ópera ocupará el resto del concierto desde el Barroco al belcantismo, con un detalle concedido al repertorio francés. Un Händel para abrir boca, en concreto con el aria Piangerò la sorte mia (Lloraré mi suerte), de Giulio Cesare in Egitto, estrenada en Londres en 1724 sobre un libreto de N.F. Haym, aria de Cleopatra , en general para una voz lírico-spito y que canta en el cuadro tercero, de segundo acto, en la que lamenta su infortunio aunque espere a su hermano desde el más allá. Estamos ante la ópera de mayor cartel del sajón, junto a otras que desde años recientes, le disputan su primacía. El belcantismo pedirá cancha en claro enfrentamiento y bastará con remitirnos a Gaetano Donizetti, en tres de sus arias. De Lucia di Lammermoor, el descarno en crudo y a flor de piel por Regnava del silenzio, queja de Lucia a Alisa, en la que confiesa la pérdida de su amante, expresada con angustia en esta cavatina. Otro  Donizetti por pulsión sensible, hallamos en la ópera cómica La fille du régiment- o a otro entender La Figlia del Reggimento-, con el aria de Marie, desbordada y entusiasta: Pour le rang et par l´opulence à La France, puro gracejo de coqueteo en sus naturales devaneo, para esa chiquilla que en lo vocal, se confía a un delicada soprano- coloratura, un placer para las cantantes ambiciosas de hacerse valer, Doble opción por su éxito, tanto en las versiones italianas como francesas.  Ambroise Thomas, en el repertorio francés con Hamlet, de la que se elige el aria de Ophéle, A vos jeux mes amis, ópera en el estilo de gran despliegue de medios y que en este caso, se dedica para una soprano ligera, con importantes escenas de locura, puente al Donizetti conocido. Su estreno parisino, en marzo de 1868, remitía evidentemente a Shakespeare, en el tratamiento literario de Michel Carré y Jules Barbier, una fuente inagotable.

La chelista Sara Ferrández, sienta pareceres artísticos de alto vuelo en el Mosteiro de San Salvador (Lourenzá)-el día 14 a las  21´00 h.-, y para ella tres de las suites dedicadas al instrumento de Johann Sebastian Bach: la Suite nº 1, en Sol M. BWV. 1007; la Suite nº 4, en Mi b M. BWV 1011 y la Suite nº 5, en Do M. BWV 1011. Su manuscrito se conservará gracias a su compañera Anna Magdalena, cuya fecha podrá ubicarse hacia 1720/21, momento en el que la técnica del mismo, se encontraba a distancia de las dedicadas al violín, observando algún precedente en los ricercari, para chelo solo de Domenico Gabrielli, con su carga de dudas a cuestas. Es posible que la experiencia estuviese pensada para el virtuoso Christian Ferninand Abel, compositor de aceptación notable a la par que instrumentista. Recordemos en la posteridad inmediata de nuestros tiempos, la impagable labor de Pau Casals, voz y conciencia del humanismo reivindicativo en años convulsos, cuyo tratamiento de las suites fue un eslabón de referencia. Una visión que dirá mucho más de lo que pretenda leerse entre líneas, por su arrebatada pasión, distanciada de los historicismos que en poco tiempo, marcarán la pauta a seguir, casos como el de Anner Byslma o Nikolaus Harnoncourt. El buen aficionado sabrá degustar las interpretaciones que jalonaron la historia en nuestra época. Maestros como Fournier, apreciado por su nobleza y lirismo.  Maurice Gendron, por su cuidado dominio del legato; igualmente Tortelier, que se acercará a Pau  Casals; Lluis Claret, precisamente con chelo moderno y maestro del que pudimos disfrutar en cursos ofrecidos en Galicia, para no olvidarnos también de Mstilav Rostropovich, que destacará por su sonido robusto de dinámicas enérgicas.

María Joâo Pires, siempre generosa en una doble participación- día 15 de agosto-en el Auditorio Hernán Naval de Ribadeo. Una matinal a las 12´30 h, para completar con la sesión de las 20´30 h., con un mismo programa, destacando especialmente su muy apreciado Franz Schubert, en algunas de sus piezas. Claude Debussy, comenzará con la Suite bergamasque, obra en cuatro tiempos con uno de ellos de especial magnetismo. El Preludio en Fa M., muestra giros voluntariamente arcaizantes, que algo debe a su estimado Gabriel Fauré, particularmente en el Claro de luna. Gracia y soltura en su expresividad dentro de un resuelto estatismo diatónico y modal del lenguaje armónico, aspectos que los románticos rechazarían de  pleno. El Minuetto, en La M., se maneja eb un tempo lento de un estilo personal que evoca vagamente las sonoridades de las viola da gamba.  El conocido Claro de luna (Andante muy espresivo), propone un nuevo universo especie de paisaje que nos trasladará a las Fiestas galantes, por su ensoñadora ternura y embrujo, así llegaremos al Pasapié final, ajeno a la forma que podría evocar, y definido por los lánguidos tresillos y las curvas modales.

Schubert a mayor gloria, con las Tres Klavierstücke D. 946, páginas de música pura, compuestas hacia 1828, poco antes de su muerte. El Allegro assai, en Mi b M., es una especie de rondó con estribillos y dos estrofas, en forma de exclamación apasionada, sobre presiones amenazantes. El Allegretto, en Mi b M., conserva un aire similar al movimiento anterior. Destaca la Romanza en terceras con tintes sombríos que evocan el Winterreise. El Allegro e Do M, más breve prepara la gran coda. El más destacado de los tres tiempos por su variedad rítmica, las síncopas y los acentos a contratiempo.  El Impromtu nº 3,  D. 935, Andante, en Si b M., habrá de esperar al interés de Diabelli para su publicación en 1838, diez años después de su muerte. Serie de Cuatro Impromtus, con fecha posible de 1828 y que pudieron editarse como piezas separadas. Su popularidad se reconocerá gracias a las variaciones nacidas del IV acto de Rosamunda, asegurando ese interés desde el tema dactílico de la entrada por su notable inpiración.

La Sonata nº 15, en La M. D. 664, obra de su estancia en Steyr, en la Alta Austria y que en esta obra, se anuncia con un Allegro moderato, lirismo en estado puro a tenor del  criterio del estudioso Alfred Einstein, quien apreciará el detalle de entrada por su elegancia típicamente vienesa. El breve desarrollo, dejará la impresión de un punto de transición hacia el Andante en Re, caracterizado por un tema asimétrico de siete compases, en estado de contemplación, efectivamente un lied tan propio en el compositor que bascula entre la alegría y la resignación de los estados ciclotímicos, tan pujantes a la hora de abordar sus composiciones, especialmente las vocales y las camerísticas. El Rondó final, Allegro, manifiesto de entusiasmo correspondido, en el que sobresalen los pasajes tiernos y traviesos, entre figuraciones brillantes. No volverá a repetir un estado anímico parecido en el resto de sus sonatas.

Ramón García Balado

   

 

Cuatro concierto del LXV Curso U. I. de Música en Compostela

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Santiago de Compostela - 1/08/2023

De variaciones y tientos por Montserrat Torrent

Volvía  Monserrrat Torrent a su querido Curso de Música en Compostela y a la que fue su casa para impartir docencia durante décadas, el Monasterio de San Paio, recuperando memoria de su primer año, en el que en el cuadro de profesores, estaban Conxita Badía (canto); Frederic Mompu (para un curso monográfico); Antonio Iglesias y Rosa Sabater (piano); Genoveva Gálvez (clave); Alberto Ginastera (composición); Marçal Cervera (chelo); José Tomás (guitarra); Agustín León Ara (violín), Enric Ribó (canto coral) y Pura Gómez (solistas de oratorio), añadiendo un seminario de música antigua con Genoveva Gálvez. Convocatoria de 1974, entonces en el final del verano y con una duración de casi un mes.

Siempre por su afable carácter, la maestra nos dejó impagables veladas, en un legado que recogería Roberto Fresco. Para su velada, la extensa tradición del órgano barroco ibérico, ante un público extasiado, en su especialidad por excelencia, compatible con la escuela portuguesa, de la que nos reservaba un par de ejemplos y un apunte del clasicismo  español representado por Narcís Casanoves i Beltràn, guardando espacio para un anónimo en el final, con las Diferencias sobre la gayta. El portugués Antonio Carreira (1525/97), con un  Tento à quatro sobre o villancico Con qué  la lavaré. Músico de la Capilla Real portuguesa en Lisboa, y autor de un importante catálogo de obra vocal, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Lisboa,  en la Universidad de Coimbra y en la Municipal de Oporto. Monserrat Torrent llegó a grabar un trabajo en vinilo en el que incluye obras suyas y de otros m.c., como M.Rodrígues Coelho o Heliodoro Pavía, en el año 1971: Portugalia Música, orgelwerke, con notas críticas del especialista Santiago Kastner, material procedente de la Catedral de Évora.

Manoel Rodrígues Coelho (1555/1633), apuntó Susana grosada a 4, sobre a de 5, músico de la Catedral de Évora y que pasó por Badajoz y Lisboa. Destaca su colección Flores de Música para instrumentos de arpa y tecla (1620), dedicada al Rey Felipe II, de Portugal. Autor de tientos, versetos litúrgicos, variaciones hispano-mozárabes y tabulaciones como  las que realizó sobre Susanne ung jour, que remite a  O. di Lasso. Practicó un lenguaje armónico tabulaciones, como simple y conciso, con ciertos puntos de encuentro con Sweelinck.

Ese modelo del clasicismo  español, el padre Narcís Casanoves i Beltràn (1747/99), con la Sonata IV, organista de los años en los que los templos más importantes eran la Basílica de Sta Mª de la Mercé; l´Esglesia del Pí, Sants Just i Pastor, la Catedral o el Monestir de Montserrat, por el que pasaron Miquel López, Isidre Roy, Viçent Presiach, Josep Antoni Martí, Benet Esteve, Manuel Estepona, Jacint Boada, Anselm Viola, Benet Brell, Josep Vinyals y este maestro, Narcis Casanoves i Beltrán. Otras importantes villas de señorío, fueron Lleida, Girona, Tarragona, Vic y Tortosa.

Turno pues para el barroco de tradición ibérica en sus compositores más importantes. Antonio de Cabezón- Discante sobre la Pavana italiana y Diferencias sobre la Gallarda milanesa-,quien tuvo importante influencia en la Corte y parte de las influencias recibidas, procedería de la escuela flamenca, sobretodo de Josquin. Prolija imaginación, recibió impulsos  de Luís de Narváez, en especial en el apartado de la forma de las diferencias, no faltarán débitos con Gombert y Cresquillon. Será otros maestros de tecla  quienes recibirán influencias suyas, siendo iniciador de una saga familiar representada fundamentalmente por su hijo Hernando. Su importancia se confirmará desde sus años mozos al servir como ministril en la corte de Carlos V y como organista de la reina. Fuentes de su música, las hallaremos también en el Libro de cifra nueva, de Venegas de Henestrosa; las Obras de música, compiladas y editadas por Hernando de Cabezón y en el manuscrito 242, de la Biblioteca de la Universidad de Coimbra. En cuanto al Libro de cifra nueva, se admiten dudas serias sobre la fiabilidad de la transmisión de su repertorio. La misma presentación de las diferencias, en el conjunto de las obras fue siempre asunto de discusión. Sin lugar a dudas conservamos un cuerpo considerable de obras que destacan por su imaginación y elegancia de concepto.

Francisco Correa de Arauxo (1584/ 1654), con el XLVII Tiento demedio registro libre de octavo tono y por I. Tiento de medio registro de baxon de séptimo tono. En su Facultad orgánica, colección suma de 69 piezas para el instrumento, perfectamente organizada, valdrá por su valor de proyección pedagógica. Presenta en ella sus tientos y discursos de música práctica, recibiendo los primeros sus respectivos prologuillos. Otras piezas tituladas discurso se consideran como tientos de prologuillo. Piezas de la Facultad orgánica, no coinciden exactamente con el título del encabezamiento de las piezas, por la parte práctica. Las dos primeras registradas como discursos, aparecen después como tientos. En resumen, las palabras tiento y discurso, resultarán sinónimas. Siete piezas de la Facultad orgánica, que no son tientos, resultan canciones glosadas. El valor pedagógico tal cual se aprecia en los prologuillos que sugieren la manera de introducción, confirmarán la realizar de Correa de Arauxo como el primer organista compositor español que antepone a sus piezas, prologuillos que él llama apuntamientos e indicaciones: cosa nueva y de ningún práctico ejecutado, una auténtica tarjeta de presentación de cada pieza a sus queridos organistas.       

Joan Baptiste Cabanilles (1644/1712), aumentaba el poderío sonoro con el Tiento de batalla, de quinto tono punt biax, dentro de esta terna de maestros del tiento ibérico, músico de notable predicamento, discípulo a su vez de Vargas y de la Torre, a quien sucedió como organista en la Catedral de Valencia, en 1665. Viajó por Italia, como tantos de sus coetáneos con resultados previsibles en lo profesional, recibiendo igualmente influencias francesas a consecuencia de las frecuentes giras cuyo resultado dara frutos en los dominios de la variación, combinando con formas más acostumbradas de la tradición ibérica, acuñada por los vihuelistas y organistas. Supo llevar a su dimensión por excelencia, la escuela que representaba el estilo de Antonio de Cabezón, con aspectos de apoyo en la escuela holandesa, en especial en el ámbito del contrapunto, que encontraremos en sus villancicos, fantasías y batallas que acentúan el espacio de la polifonía clásica. La fuga de procedencia alemana, quedará a distancia de sus pretensiones.

Montserrat Torrent

Obras de A. de Cabezón, A. Carreira, F.Correa de Arauxo, Manoel R. Coelho, P. Bruna, J. Cabanilles, N. Casanoves i Beltrán y una pieza anónima

Monasterio de San Paio, Santiago de Compostela

 

 3/VIII/23

Un Turina profusamente elaborado

El violinista Stephan Picard y el pianista Andrei Banciu, en una encarecida dedicatoria a quien fuera durante décadas titular de la Cátedra de violín, Agustín León Ara, llegaron a su cita arropados por una enaltecida entrega de sus alumnos que convirtieron la sesión en un auténtico jolgorio, y que arrastraría el entusiasmo de los asistentes. Picard se formó con Saschko Gawriloff, W. Marschner, Rami Shevelov y Roman Nodel, ganando concursos como el Deutscher Musikwettbewerb, el María Canales o el Rudolf Lipizer de Goritzia (Italia), colaborando con agrupaciones como la NDR Radiophilharmonie Hannover, la Beethovenhalle Bonn o la Bremen Philharmonie. Entusiasta del género camerístico, es parte del Trío Mendelssohn.  Dispone de un Petrus Guarnerius de Mantua (1715).  Andrei Banciu, estudió con María Bodo, para seguir en la UdK, Universidad de las Artes, de Berlín, con Klaus Hellwig, y en la Hanns  Eisler School. Maestros suyos fueron también Wolfram Rieger, P. Badura-Skoda, Rudolf Buchbinder, Jacques Rouvier y Mennahem Pressler.

Un programa con atención preferente a Joaquín Turina en dos de sus obras. La Sonata nº 1 Op. 51, del año 1929 y que se estrenó al tiempo en España, Francia e Inglaterra, en una dedicatoria a Juana Gautier, por voluntad del autor a tan excelente artista pero que a la postre, será otro violinista, Levandrier, quien lleve el beneficio. Habría de esperar a la temporada siguiente, para que se diese a conocer en Madrid, en manos de Albina Madinabeitia, acompañada por Pilar Cavero. Se confirmará también el estreno en Londres, el 18 de mayo de 1931, en el mítico Wigmore Hall, con Editha Braham y Sidney Harrison. Obra que en su tiempo inicial, avanzaba desde un apacible tempo lento de temple virtuosístico que ofreciendo modismos andaluces propios de una tradición emergente y que darán vuelo a composiciones de los géneros más diversos, preparando la entrada del Allegro molto, en la acostumbrada forma sonata y sin desarrollo: dos temas separados por un pasaje de transición del piano en tresillos con una autocita tomada de La oración del torero, para apuntalar una reexposición variada. El tempo Lento-aria-, recreaba un ambiente intenso, con motivos relacionados entre sí. En la conclusión, el Rondó, se redondearía  por un expresivo estilo de pasodoble, antes de recuperar el tema del Allegro inicial. Una salva de reconocimiento para los intérpretes.

La Sonata nº 2, Op. 82 (Española), es obra de 1934 y una dedicatoria a Pedro Sanjuán, para conocer una primera audición en Londres, con Ángel Grande y María Lavinskaia, antes de que en 1941, en el Teatro María Guerrero de Madrid, le rindan galas Enrique Iniesta y el autor al piano, en un concierto-homenaje. Para centrarnos, la importancia del  movimiento con variaciones precedido por pasaje lento, con una tema profusamente elaborado por Picard. Una primera variación con aire de petenera, y una segunda de talante expresivo, dejaban para la siguiente, un aroma de zorziko, punto de encuentro en la recapitulación. Una forma tripartita conformaba el segundo tiempo: vivo-andante-vivo-, con el andante que nos remitía  al tiempo anterior. El Adagio-Allegro moderato, fue confirmación del modelo que atendía  a las raíces españolistas, con alusiones a la copla, entre ritmos de danza.

Manuel de Falla, entrelazando ambas obras, en otra opción en recurrencia a las Siete canciones españolas, y que valdrán como otra variante de las orquestales de Ernesto Halffter, concretamente las de Paul Kochanski- violín y piano-, un capricho de adecuación para estos posibles camerísticos. Suite populaire espagnole sobre seis de las piezas, prescindiendo de la Seguidilla murciana, para que, a la postre, nos queden El paño moruno; la Nana- repetida como bis-; Canción; El Polo; Asturiana y Jota. Suite de trazo elegante para lucimiento de violinista y pianista, que no dejan de descubrirnos un Falla poco común, para este especie de suite de devaneos frecuentes en su elaboración. Palabras de agradecimiento del gaditano: Bien Cher Amí: Avant tout je voulais vous informer que vos chanson pour le violo non un tal succés, que je viens de les entendre par Kreisler à son recital a New York il a deux jours (Falla, 1927)

Pablo Sarasate con Aires gitanos Op. 20, idea de una pieza pensada para la autocomplacencia y a la salud de su propio ego, piezas pues, de bravura desmedida para sorprender al oyente tal cual la posteridad continúa reconociendo, obritas como la Jota aragonesa, el Zapateado, la testimonial Muiñeira, y efectivamente los Aires bohemios. Abundarán, en desmesura apabullante, las recreaciones postineras en forma de fantasía, inspiradas en ópera de gran éxito en el momento. Para mayor abundamiento, la serie de estrenos de obras de concierto con ejemplos como el tercero de Saint-Saëns; o el Rondó caprichoso, y el Concierto en Fa de Edouard Lalo; la Fantasía Escocesa, de M.Bruch; el Segundo de Wieniawski; las mazurcas de Zarzigski o el Concierto de Mackenzie, que harán fondo común y muy a su manera, de peculiares transcripciones de barrocos. Expertos analistas habrá que mostraba un sonido encumbrado por su hermosura y poderío, jugando con el arco sin dejar de sentir el cambio sobre las cuerdas; limpieza, transparencia, con un timbre enérgico y redondo, medidos por unos golpes de arco exactos.  Los préstamos asumidos de tradiciones libremente tratadas, encontrarán sin obstáculo elementos de encuentro con las tradiciones de formas ibéricas, desde la jota a la petenera, por poner un ejemplo al azar. Sobre lo dicho, el maestro Stephan Picard, en perfecta complacencia con su colega Andrei Banciu, redondearon esta tarde de entrega a nuestra tradición hispana.

Stephan Picard, Andrei Banciu

Obras de J. Turina, Manuel de Falla y Pablo Sarasate

Sala de Arte de la Capilla del Hostal de los RR.CC.

Santiago de Compostela

 

4/VIII/23

El guitarrista José M. Gallardo del Rey, de Tárrega a Sabicas

Concierto del profesor José Mª Gallardo del Rey, para un programa que destacaba un par de trabajos propios, entre páginas de Tomás Marco, Francisco Tárrega y Antón García Abril. Tomás Marco, tuvo en atriles la obra de Tarots, en cinco tiempos: Le Monde, La Maison de Dieu, La Rose de la Fortune, Le Pendu y La Force, del grupo de 22 que permiten interpretarse por bloques selectivos, experiencia que no era nueva en el autor. Para la guitarra, había escrito la Fantasía sobre fantasía, para Gabriel Estarellas; la Sonata de fuego; el Concierto del agua o Luar, para soprano y guitarra, encargo de Música en Compostela que darían a conocer Ana Higueras y el profesor José Luís Rodrigo, en 1991. Luar, se había editado en el XVII Cuaderno de Música en Compostela, de 2007, junto a obras de Luís de Pablo, Carmelo Bernaola, Rogelio Groba, J.L. Turina  y Manuel Balboa. Para el autor, Luar había sido compuesta a comienzos de 1991, sobre poemas de Rosalía de Castro, en un estudiado equilibrio entre voz y guitarra. Más recientemente, en la serie de aquellos cuadernos, se daría a conocer una reedición en el curso 2008, de obras de García Abril, C. López García-Picos, Xavier de Paz, Zulema de la Cruz, Xavier Montsalvatge, Carlos Cruz de Castro y de Tomás Marco por la Partita Obradoiro.

Tomás Marco, en esta relación compostelana, fue el compositor elegido para la inauguración del Auditorio de Galicia, en 1989, entonces con su obra de encargo Campo de estrelas, junto al Concierto para piano nº 22, en Mi b M. K. 482, de W.A. Mozart y la Sinfonía nº 1, en Re M. (Titán) de Gustav Mahler, con la ONE, dirigida por Odón Alonso y contando como solista a Joaquín Achúcarro. Otra obra para guitarra y flauta de Tomás Marco, sería Luciérnaga furiosa.

Francisco Tárrega (1825/1909), en una vuelta a las esencias por el Capricho Árabe- Nostalgia de Al-Andalus y Misterio de Tánger-, pieza dedicada a Tomás Bretón y  un punto de inflexión que nos trasladará a Recuerdos de la Alhambra. El maestro frecuentaba preferentemente los recitales íntimos en una curiosa velada de tertulia sin alardes, compartiendo pareceres con Malats, Granados o Casals, por el agobio que le suponía los compromisos en público, Llegó a especularse con el supuesto de la creación de una escuela que podría identificarle; la importancia de sus aportaciones técnicas, llegará sin mácula a sus alumnos y discípulos, recogidas en sus estudios, no faltarán aspectos que también se encuentren en Pujol, su discípulo más directo. El corpus de su obra se centra en la guitarra, revitalizando el repertorio del instrumento y como aspecto a tener en cuenta, su estimado Pujol, traería a colación aquella actitud de conceder menor importancia a sus obras, llevándolas al papel después de tratarlas varias veces a modo de ensayo, Muchas de ellas, marcadas por un melodismo sentimental y en el contexto de las piezas de salón.

Antón García Abril, con Dos evocaciones: La Guitarra hace llorar los sueños y Agua que llevas mis sueños en tu regazo al mar. Un primer Premio del Concurso  Andrés Segovia (1981), convocado por el Festival de Música y Danza de Granada. Fue Ernesto Bitetti el encargado de estrenar una obra tan intimista, en apreciación del turolense, detalle que captamos desde el primer número, en sus cinco pasajes, desde el inicial para conformar los Ocho sonoros donde el aire espera, de los que se toman dos de ellos, el primero con trasfondo lorquiano: La guitarra hace llorar los sueños; El sollo zo de las almas perdidas, se escapa por su boca redonda. Y como la tarántula; teje una gran estrella; para cazar suspiros; que flotan en su negro aljibe de madera. Resulta más animado el quinto pasaje: Agua que llevas mis sueños, en tu regazo al mar…dedicado a un poema de Miguel de Unamuno. El autor, como aprecia Andrés Ruíz Tarazona, dedicó Evocaciones a Andrés Segovia. Ernesto Bitetti, por lo que le afectaba en cuanto a esta obra, sabría convencer al compositor para escribir en Concierto  Aguediano.

Gallardo del Rey, en esas dos aportaciones de cuño propio: Homenaje a Tárrega: Nostalgia de Al-Andalus y Misterio de Tanger- encargo de la Universidad de Düsserldorf, junto a  la  Lorca Suite, un tratamiento personal de algunas de esas piezas recuperadas por el poeta y tan presentes en este curso, bajo un personal prisma reconocible en el guitarrista, apreciado por su voluntad en esa búsqueda de la confluencia entre la tradición clásica y el flamenco- de ahí el puente establecido entre Tárrega y Sabicas-tras sus experiencias docentes con Regino Saiz de la Maza, José Tomás o Andrés Segovia, vinculados a nuestro curso durante años primordiales. La obra Lorca Suite, era testimonio de ello y mentidos en esta temática, recordaremos una vez más la participación en el Ciclo dedicado a las confluencias entre la guitarra clásica y el flamenco, en sus sesiones de la primavera reciente: Albéniz flamenco, El llanto de la guitarra,  Granaíno Jondo y Sin muros, piano flamenco. Para los bises, un Django Reinhardt, por una pieza de balanceo entre el blues y el swing, y un Falla, especialmente sui generis, de La danza del molinero, de El sombrero de tres picos.

 Para su matinal en la Fundación Juan March, de Madrid, coincidieron Gallardo del Rey y el guitarrista Miguel Ángel Cortés, en un programa que ofrecía obras de Albéniz: Rumores de La Caleta y Torre Bermeja. Del propio Gallardo del Rey, Epitafio a Isaac Albéniz , del que también se eligieron piezas sueltas como Sevilla, Cádiz, Asturias y Granada (Suite española Op. 47); Mallorca Op. 202 y Córdoba, de (Chants d´Espagne Op. 232). Ese encuentro entre los dos artistas, alcanzaba una década, dejando como rédito el trabajo Lo Cortés no quita lo Gallardo, que en valoración del poeta y flamencólogo Félix Grande, con cierto sentido del humor, suponía la superación de una aparente guerra civil entre las guitarras clásica y flamenca.

José M. Gallardo del Rey

Obras de Tomás Marco, Antón García Abril, F. Tárrega y Gallardo del Rey

Auditorio Fontán, Cidade da Cultura, Santiago de Compostela

 

9/VIII/23

Luigi Boccherini, una real tentación

Concierto de los chelista Sung-Won Yang y Ángel García Jermann, con la colaboración del guitarrista José Mª Gallardo del Rey y del pianista Ángel Huidobro. Sung-Won Yang, es artista que ha visitado centros y espacios como el Lincoln Center, La Salle Pleyel, el Théâtre de Les Champs Elysées, la Ópera City (Japón), el Concertgebouw (Amsterdam), o el Wien Musikverein. Grabó para EMI, la integral de Kodaly, Edison Awards (Países Bajos), además de registros con obras de Rachmaninov, la integral se suites bachianas, y sonatas de BeethovenÁngel García Jermann, hispano-alemán, es profesor en el Conservatorio Superior de Madrid y solista de la ORTVE, colaborando también con la O. de Cadaqués o la de la Comunidad de Madrid, mientras mantiene la docencia por otros países europeos. Estrenó Solo, de Cristóbal Halffter; el Concerto grosso nº 2, de A. Schnittke, en España y obras de Jaime del ValJ.Torres, A. Guijarro, A. González Acilu, y Ramón Paus

En programa, un importante protagonismo concedido a Luigi Boccherini por dos obras: La sonata para chelo y b.c., en Do M. G. 6, y la Sonata en La M. G.4, ambas en tres tiempos. Para su ejecución, la incorporación de Gallardo del Rey, en calidad de continuo a modo de lo que frecuentemente realiza un clave.  Emilio Moreno, conocedor de su obra, nos dirá que el autor no era, a pesar de su estatus virtuosístico, un compositor de acrobacias, por  mucho que desde el punto de vista interpretativo, sea imposible tocar sus obras si no se es un músico experimentado, refiriéndose especialmente a estos géneros camerísticos- cuartetos y quintetos-, en los que el papel conferido al chelo, exige una técnica muy por encima de lo habitual. En efecto no hay fuegos de artificio en este elegante maestro, al contrario, ya que desde sus primeras obras manifiesta una sensibilidad especial. Un particular cuidado de la expresión musical, juiciosamente alejado del virtuosismo vacuo.

Tenemos al Boccherini españolizado, que alcanzará sus mejores momentos, por el conocimiento de los más mínimos detalles y que hacen sonar la base de su conocimiento exhaustivo, en recursos y colores, de las  tonalidades, de los tempi, estirados hasta lo inverosímil, de la afinación y el temperamento como elemento expresivo, de una dinámica extremada, minuciosa y refinada, de recursos sonoros, tan suyos como sus smorfiando, sus mezza di voce, sus pontichelli, sus vibratos de arco y cuerdas al aire, de una mecánica siempre puesta al servicio de la expresión, y no viceversa. Boccherini es el autor por excelencia de la idoneidad instrumental.

Manuel de Falla, en una perspectiva distinta de algunas de la 7 canciones populares españolas: El paño moruno- con sus detalles que repetirá en El sombrero de tres  picos-; Asturiana-lamento del norte, con su rebuscamiento en el acompañamiento-; Jota- piecita bailable con su rítmico preludio, para cada entrada; Canción- pendiente de su estado de resignación y Polo, andaluz y sujeto a un persistente acento guitarrero, de  tintes jondos. Jondo en Falla, por asimilación y herencia. Canciones cuyo tipo genuino sería la siguiriya gitana, de la que derivan otros estilos conservados en la memoria colectiva, los polos, martinetes, carceleras, y soleares. Las coplas llamadas malagueñas, granainas, rondeñas, peteneras, etc…no pueden considerarse más que como consecuencia de las antes citadas, y tanto por su arquitectura como por su ritmo, difieren unas de las otras. El gran maestro Manuel de Falla, gloria del Concurso de Cante Jondo, creía que la caña y la playera-desaparecidas, casi por completo-, tenían en su primitivo estilo la misma composición. Si Picard nos había dejado el tratamiento de Kochanski, esta vez la opción vendría de la servida por Maurice Maréchal.

José Mª Gallado del Rey, nos dejó Banderillas de Tiniebla, para violonchelo y guitarra (2006), con el chelista Sung-Wo Yang, obra Inspirada en Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (Lorca). Ernesto Guasp, en un escrito del 22 de septiembre de 1935, nos recordaría aquellas fechas. El poeta hablaba de una velada compartida: Los gitanos, que me quieren a mí mucho, me hicieron una Semana Santa con el regalo de sus liturgias y de sus vinos mejores: Pusieron un altar con diez toneles de vino y muchas rosas de papel y candelas encendidas con los retratos de Joselito y de Ignacio Sánchez Mejías, y yo leí ante él por primera vez mi Elegía por la muerte de Ignacio. Tan tremendo con las últimas banderillas de tinieblas… Después bailaron descalzos…y no dejaron entrar ni a mis mejores amigos. El único ajeno, sería precisamente Ernesto Guasp.

 Antón García Abril con la Sonata de Atardeceres: Allegro, El bosque de los ausentes-Adagio e libero y Andante-Allegro-esperanzado, composición para chelo y piano (2004), obra que surge tras la propuesta de varios autores de teatro españoles con motivo del I Aniversario del 11 de marzo- 11M-, en el que murieron 192 personas, en las proximidades de la estación de Atocha,  de la que saldrán once textos para ser leídos ese día en varios teatros madrileños. El encargo serviría de unión a los textos a modo de interludios. De ahí nació El bosque de los ausentes, obras para chelo y piano grabadas por el chelista Asier Polo y el compositor al piano. De este germen creativo, nuestro protagonista compondría otra obra, también para los dos  instrumentos, de mayor elaboración y envergadura que mantendría el título original. Para hacerle justicia, los intérpretes de las tres Romanzas.

Romanzas- en manos de Ángel García Jermann y Ángel Huidobro,  una con firma de Eduardo López Juarranz (1844/97), compositor especializado en obras para banda, destacando por sus pasodobles y miembro de Banda del Regimiento de Ingenieros de Sevilla. Otra de Juan Mª Guelbenzu (1819/86), perteneciente a una familia de músicos, con estudios parisinos con Prudent, Zimmerman y Alkan, mientras pudo conocer a Chopin, Thalberg y Liszt, enriqueciendo el repertorio español como hicieran Pedro Albéniz y Santiago de Masarnau. Fue profesor en 1841 de la reina María Cristina, ganando entonces la plaza de organista segundo numerario de la Real Capilla, a las órdenes de Pedro Albéniz, a quien acabaría sustituyendo. Su actividad personal, se desarrolló en el Palacio Real. Gerónimo Jiménez (1854/1923), con una romanza instrumental, ajena a las típicas de sus zarzuelas. Una romanza vistosa que conoció una grabación del chelista Álvaro Campos y la pianista Menchu Mendizábal, editada en un registro- Músicas de salón (Kirios)-, entre piezas de Conrado del Campo, Ruperto Chapí, Manuel de Falla, T.F. Grajal, Pablo Barbero, Ana Guillem, Santiago de la Riva y Miguel Jiménez.

Sung-Wo Yang, Ángel García Jermann, J.Mª Gallardo del Rey y Ángel Huidobro.

Obras de L.Boccherini, M. de Falla, G. Jiménez, E. López Juarranz, A. García Abril y Gallardo del Rey.

Sala de Arte del Hostal de los RR.CC, Santiago de Compostela

 

por Ramón García Balado

 


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