04/06/2024

La JONDE en las Xornadas de Música Contemporánea

Sala Mozart. Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela 


Primera serie de conciertos de la JONDE, en las Xornadas de Música Contemporánea en esta segunda sesión esta vez en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia- día 6, a las 20´30 h- contando con los protagonismos del clarinetista Joan Enric Lluna y del Trío Arbós, y de la musicóloga Rosa Fernández que al igual que en la cita anterior, nos pondrá al día de la temática que nos interesa- 19´30 h-, para un programa que anuncia obras de cinco compositores/as, comenzando por Tomás Marco con En campo de zafiro pace estrelas, compuesta en 2011 en la etapa en la que el compositor respondía a una invitación del Ensemble NeoArs  Sonora, para estrenarse en el Rafel Festival. Tomás Marco, desde las primeras convocatorias de aquellas Xornadas de los ochenta, ya había estado implicado en el embrión del proyecto, nacida a la sombra de otras procedentes del Festival de Alicante que entonces agotaban un proyecto sin perspectivas de futuro. Marco en calidad de compositor, había conocido los magisterios de Karl Heiz Stockhausen, B. Maderna, P. Boulez o Adorno, convirtiéndose en uno de nuestros  fundamentales teóricos y creadores con proyectos como la dinamización del CDMC o la gerencia de la OCNE. Una obra suya, Campo de estrelas, fue elegida para la apertura del Auditorio de Galicia, junto al Concierto para piano y orquesta K. 482, de W.A. Mozart y Joaquín Achúcarro, además de la Sinfonía nº 1 (Titán) de Gustav Mahler, bajo la dirección de Odón Alonso, con la ONE. Campo de  estrelas, en estreno, aludía a la ciudad compostelana  enlazando con otras obras recientes como Pulsar o la Sinfonía nº 4, usando materiales que se acercaban a esas analogías estelares, una descripción o una alegoría de evocación sonora con profundas raíces ancestrales en una proyección hacia el futuro. Marco, uno de nuestros maestros veteranos, fue director también de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Teresa Catalán (1951)- Nenias II-, Premio Nacional de Música en Composición (2017), recibió la consideración por entrega a las exigencias a las materias sobre las que trata, ajenas a las reiterativas y cotidianas, dentro de un ambicioso itinerario profundamente meditado, producto de su relación artística con maestros como Ramón Barce, o en particular Agustín González Acilu, en una trayectoria que enlaza con la llamada Generación de La República y la del 51, en la que se incluyen los compositores que parten desde los Halffter, Luís de Pablo, Bernaola, Juan Hidalgo, Olavide, Josep Soler, X. Benguerel, Joan Guinjoan, García Abril, Villa Rojo o Mestres-Quadreny y Leonardo Balada. Es la suya una generación-puente entre tendencias y alternativas en esa línea de vanguardia evolutiva apoyada en necesarios contrastes de opción que con evidencia afecta a sus colegas de composición, merced a la cual obras suyas se programan con regularidad en certámenes de estas características. Nenias II, se estrenó en marzo de 2018, en la Sala Berlanga, de Madrid, dentro del Ciclo Hoy, compositoras, organizado por la Fundación SGAE.

Rebecca Saunders (1967)- Disclosure-, es una compositora a la que seguimos en citas de proyectos actuales como el Festival Resis, que el año pasado la eligió por su obra Dust, interpretada por el Arxis Ensemble, destacando por su inventiva y capacidad de sorprendernos . Fue alumna de Nigel Osborne y de Wofgang Rihm, con quien siempre mantuvo una cercanía en lo creativo ya desde su formación como violinista, acentuando la profundidad de las tímbricas complejas y fascinantes. En otra dimensión queda su indagación sobre las vanguardias literarias, con una confesada devoción por el mundo críptico de Samuel Beckett. El descubrimiento del espacio creativo de la compositora Galina Ustvolskaia, fue igualmente un argumento de referencia en estas labores de investigación, primando aspectos como las explicaciones con textos añadidos en bastantes de esas obras, descubriendo las interioridades que desea trasmitirnos. Disclosure, remite precisamente a una cita de Samuel Beckett, en Horn Always Came (c. 1960), una meditación tanto formal como estética del entorno musical y que nos aboca a un enfrentamiento con un mundo sombrío. Disclosure nació como encargo del Conservatorio de Oberlin (Ohío) y con la ayuda del Ensemble Musikfabrick y la Fundación Kunstifung NRW, para ser estrenada por el Ensemble de Música Contemporánea Oberlin, con su director Timothy Weiss, en 2009. La tuvimos en el Festival  Resis de  A Coruña con su obra Flecht, interpretada por el Arditti Quartet, entre obras del homenajeado Luigi Nono. y J. M.. López en el Auditorio de Abanca el pasado sábado.

Alberto Carretero (1985)-Tres daguerrotipos (2024), en estreno por la JONDE, compositor e investigador, Catedrático en el Conservatorio Manuel Castillo (Sevilla), especializado en musicología, con una tesis dedicada a El proceso de la Composición Musical a través de las técnicas bio-inspiradas de inteligencia Artificial:  investigación desde la creación musical. Obras suyas fueron interpretadas en el Centro Pompidou; el Carnegie Hall; el Festival Wien Modern; la Biennale, de Venecia; el Ran Baron Hall (Tel Aviv); el Auditorio Nacional; el Museo Reina Sofía o la Fundación BBVA, por agrupaciones como el Klangforum Wien; el Ensemble Intercontemporain; la O. SWR Stuttgart; la Helsinki C.O. y otras del ámbito nacional. Colaboró en proyectos de vanguardia con el IRCAM; la SWR-Experimental Studio y proyectos escénicos para video-arte. Prepara La Bella Susona y la ópera de cámara Poeta en Nueva York. Tres daguerrotipos, resultan tres imágenes ciertamente borrosas y fantasmagóricas, captadas de forma discontinua, en un viaje interior, entre la realidad y el deseo (Luís Cernuda), que nos lleva a un mundo de hibridaciones, creando una arquitectura de paradójica dramaturgia sobre ese material musical, a través de oposición de contrarios.

Guillaume  Conneson (1970)- Sexteto, (1998)-, compositor modélico de la llamada escuela francesa y que ejerció la docencia de orquestación, en el Conservatorio Nacional de Auberviliers para continuar en el de París desde 2020. Destacan entre sus primeras obras Night Club y Disco-Toccata, que se inspiran en los espacios creativos de esas formas de obras de entretenimiento o puramente incidentales, en relación directa con el minimalismo o las influencias de las bandas sonoras del cine americano, para el que dejaría trabajos de elaboración propia. Filmes  como Sunrise, de F.W. Murnau (1927), una idea a modo de contextualización, para ubicarnos en ese mundo que está en el horizonte de su ideario creativo y destinado para un compromiso de Año Nuevo, en atención a sus compañeros  Eric Le Sage y Paul Meyer. El Sexteto que cierra programa, está marcado por un sentido humorístico ya desde el primer tiempo Dynamique, con una serie de variaciones que multiplican la serie de procesos y ritmos tomados del referente americano. Nocturne, una apacible pieza interpretada por el clarinete arropada por la sección de cuerdas y piano, para llevarnos al tercer tiempo Festif, delicadeza febril por la que asoma el lied Die forelle, de Franz Schubert.

Ramón García Balado      

 

Dende o paralelismo: Banda Municipal, danzas húngaras y eslavas

 Praza das Praterías, Santiago de Compostela

Concierto en As Praterías  de la Banda Municipal con su titular David Fiuza Souto en ese apartado de Postais Ciclo III- día 6, a las 20´00 h.-, con un programa asentado en el patrón Dende o paralelismo que recurre a selección de piezas de gran dominio público tomando una selección de Danzas húngaras de Johannes Brahms y de Danzas eslavas, de Antonin Dvorak, tan habituales en los repertorios de las grandes orquestas y que no desdicen lo más mínimo en estas adaptaciones para banda, hermanándolas por lo que de común tienen en su evolución histórica y por la afinidad estilística entre ambos compositores. Johannes Brahms, no dudará en recurrir a sus composiciones para el piano para trasladarlas a nuevas perspectivas en sus populares composiciones orquestales, tan apreciadas igualmente por las bandas de música. Un ejemplo lo tendríamos igualmente en otros trabajos para el piano o en las Variaciones sobre un tema de Haydn, en Si b, del año 1857 o en las respetables canciones populares arregladas para coro de 4 voces sin acompañamiento y en los arreglos personales de temas procedentes de los Zigeunerlieder, una actitud que ayudó a engrandecer la figura del compositor. Más que los valses, habían sido estas Danzas húngaras para dos  para dos pianos, publicadas en 1869, excelente muestra de ingenio y asimilación de las posibilidades de tomar en préstamo, esas piezas de dominio público, piezas para todo tipo de entretenimiento, como las canciones de taberna y las que las familias utilizan en el ámbito doméstico, de las que sabrá extraer el ingenio de las posibilidades de los llamados zingarismos de procedencias dispersas y que en buena medida habían sido recopiladas por maestros como Reményi. No sorprendía que el conjunto de estas danzas lograse un éxito inmediato, conservando sus virtudes y natural frescura artística. Un Brahms menos ambicioso pero no menos dotado de sus grandes capacidades creativas, elevando las piezas a un nivel superior en cuanto a su factura de elaboración. Otros músicos se atreverán a repetir la experiencia a partir de esas propias piezas. En 1880, se publicaron dos cuadernos de Danzas húngaras, que incluían tres piezas originales (números 11, 14 y 16), piezas de artística elaboración y de mayor profundidad en cuanto a resultados, ofreciendo mayor ingenio del autor en los resultados  que la inspiración de procedencia.

 Brahms, entre sus compañeros de generación, fue el músico del XIX, fue en resumidas cuentas el que demostró una mayor pasión y conocimiento de género, disfrutando precisamente de la excelente relación con el violinista Eduard Reményi (1828/98), colega de aventuras juveniles en las que no faltarían estas aproximaciones a la tonadas populares. Cuando se acompañaban mutuamente- al piano y al violín- solían  intercambiar pareceres para avivar el ingenio sin la menor cortapisa y de ahí vendrá la serie de las Danzas húngaras recopiladas entre los años 1852/69, siendo la forma en esencia más sencilla que las tan aceptadas como las de Ferenz Liszt, músico también venerado y admirado. Una primera serie de esas danzas, las dio a conocer nuestro artista en 1869, en una total de diez obras tanto para piano solo como para piano a cuatro manos. Las orquestaciones serán afortunada consecuencia de lo que actualmente disfrutamos con detalles como la conocida número 3, en esa transcripción orquestal, inspirada en Tolnai Lakadalmas, una canción nupcial de Rizner o la número 4, de un talante turbulento y desaforado.

Antonin Dvorak con selección de Danzas eslavas, un calco visible de una parecida aventura en lo relativo a la inspiración. Unas Danzas eslavas a flor de piel que participan del sentir profundo de ánimos ancestrales que como bien sabemos nos encontramos en la mayoría de sus obras de todo rango. La serie de danzas que llegarían en doble ciclo desde una primera entrega aproximada del año 1878, gracias a la mediación de su estimado editor Fritz Simrock, entonces en la versión para el piano a cuatro manos, preparando la siguiente para 1887, siempre bajo el mismo impulso creativo que dejará como resultado un total de 16 piezas, predominado precisamente aquellas melodías de profunda raíz popular. Un sencilla visión de soslayo a tantas de sus obras de otros géneros, nos traerán aires claramente reconocibles por esa procedencia eslava, de la que Dvorak, junto a otros compañeros de travesía, asentará un futuro de amplias perspectivas. Piezas como la que se encontramos en la serie de los poemas sinfónicos, no hacen más que acrecentar su prestigio y personalidad. Entremedias, nos vamos tropezando con aromas tradicionales compartidos entre esos países eslavos, aceptando de la misma forma obras como las oberturas sinfónicas de gran colorido instrumental y sonoro, las cinco que se reparten entre Mi hogar  Op. 62; En la naturaleza Op.91; Carnaval Op. 92; Otelo Op. 93 y Los Husitas Op. 67, junto al conjunto de las Rapsodias eslavas Op. 45.

Ramón García Balado   

02/06/2024

La cantaora Marina Heredia: ¡En libertad!, el camino de los gitanos

  A Coruña - 01/06/2024

Concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigida por José Trigueros, en un programa que anunciaba como especial primicia   ¡En Libertad! El camino de los gitanos, obra de Joan Albert Amargós y José Quevedo Bola, composición bien recibida en su estreno por la Philharmoniker Duisburger , en colaboración con el Instituto Cervantes de Hamburgo, en una sesión que incluía La vida breve, de Falla y el ballet Estancia Op. 8, de A. Ginastera.  Para los dos conciertos de la cita, se añadieron  la Suite de la ópera Háry Janos, de Zoltan Kodaly y la Primera Rapsodia, en La M. op. 11, de George Enesco. Un programa asentado pues en raíces profundas de las esencias populares. George Enesco, con esa Rapsodia compuesta en su etapa parisina, marcada por esa necesidad de afirmar su sentimiento y procedencia, obra que recibirá una excelente acogida logrando divulgar su popularidad, en especial por el sugerente detalle de la imitación del canto de la alondra, que imita aquellos cantos populares. Enesco, artista universal gozó de una notable carrera profesional repartida entre Viena- estudios con Brahms y Helmberger, en violín-, y posteriormente, para mayor fortuna en París- Marsick (violín), ampliando con Dubois, Fauré, Massenet o Gédalge, Tuvo como alumno a Y.Mehuhim y no menos importante, serán sus colaboraciones como intérprete camerístico con Cortot, Pau Casals, Lipati y otros maestros de primera línea, llegando a promover un cuarteto que llevaría su nombre.

Zoltan Kodaly- Suite de Háry János-, ópera en forma de singspiel fantástico y de trama imposible, sobre libreto no menos audaz de  Bela Paulini y Zsolti Harsanty, a partir de la poética de János Gray, con estreno en Budapest (1926), espectáculo que se apoya en ese folklore magiar, en cuanto a estructuras melódicas y rítmicas, sobre un colorido armónico de influencias aportadas por las vanguardias del momento, como el impresionismo de Debussy. La trama, descabellada y osada, ayuda a tomarse con indulgencia el resultado de esta especie de singspiel que remite a las fantasías rocambolescas del húsar Háry János, en un a modo de epopeya legendaria. Con cierta indulgencia, en los aspectos musicales, no dejamos de hallar afinidades estéticas con su compañero Béla Bartok, en El castillo de Barbazul. En esta ocasión, la alternancia de arias y diálogos, se hilvanan a la elaboración de un complejo narrativo carente de credibilidad. La Suite de Háry Janos, desbordará con creces el éxito de la ópera, consiguiendo una obra que, con regularidad, escuchamos en sesiones de concierto, como pueden ser las Danzas de Galanta o las Danzas de Marosszek. Destacó el solista Cyril Dupuy, como intérprete de címbalo húngaro, con bis incluído.  La suite que nos interesaba, tuvo como especial circunstancia el hecho de haber sido estrenada en Barcelona, el 4 de marzo de 1927, en una selección casi azarosa en lo relativo a la selección de las piezas elegidas del singspiel.  Cinco años antes, se había solicitado a varios músicos húngaros una obra con motivo de la unión de las ciudades de Buda, Pest y Obuda. Bartok, compondría la Suite de danzas, en la que incluirá una danza rumana y Kodaly, ofrecerá la obra Psalmus Hungaricus, dejando Dohnányi, la Obertura solemne.

Marina Heredia, granaína de pro, inició su carrera con artistas como María Pagés, y el maestro de guitarra J.Mª Gallard; con Eva Yerbabuena, logrará un éxito de importancia en la X Bienal de Flamenco-Teatro Lope de Vega-, y junto a Mauricio Sotelo, repetirá en Modus Novus, abriendo expectativas con la ópera De Amore, en la sala Gasteig (Munich), en coproducción con el Teatro de La Zarzuela. Nueva York la esperará en 2002, para un Festival Flamenco con aportaciones  en comentario del gran especialista Ángel Álvarez Caballero.  Me duele, será una producción a medias con Pepe de Lucía, junto a J. María Cañizares, mientras compartía trabajos en cd. con José Mercé. Período que además, tendrá trabajos compartidos con Blanca Li, y su padre Jaime El Parrón, en un filme documental de Dominique BelLa voz del agua- nuevo cd-, sería resultado de un trabajo de fusión de una bienal ofrecida en el Teatro Lope de Vega (Sevilla), preparando la llegada de Con-vivencias, apoyándose en géneros tradicionales árabes- gharnati, con la marroquí Amina Alaoui.  Visita a California (2012), para colaborar con la O. S. de San Francisco- El Amor Brujo, de Falla, como obra estelar- con dirección de Pablo Heras-Casado, año en el que estrena A mi tiempo.  El Festival de Granada (2013), le reserva plaza para interpretar el Intermezzo de Goyescas (Granados); Danzas gitanas Op. 55 (J. Turina), y El sombrero de tres picos (Falla).  Tierra a la vista, renovador espectáculo, tendrá acogida posteriormente en el mismo certamen.  Templo de luz, será otra propuesta compartida con Carmen Linares y Árcangel (Sadler´s Wells).  Lorca y la pasión, se convertirá en uno de los espectáculos de mayor divulgación, en esta evolución que traerá igualmente otra aventura a medias con José Quevedo Bola, homenajeando a García Lorca: El 5 a las 5, con el tema  Los Segadores del espectáculo Lorca y la Pasión, un mar de sueños.   Marina Heredia, y la soprano Mariola Cantarero- Mar de Cantes- será un compromiso destinado a la histórica Residencia de Estudiantes (2022), conmemorando aquel Concurso del Cante Jondo (1922), en la Plaza de los Aljives, propuesto por Manuel de Falla, García Lorca y figuras representativas en lo cultural: Ignacio Zuloaga, Miguel Cerón, Andrés Segovia, J. Mª Rodríguez Acosta, Fernando de los Ríos, Manuel Ángeles Ortíz , Hermenegildo Lanz, Adolfo Salazar o Giner de los Ríos.

Joan Albert Amargós Altisent, es artífice de este ¡En Libertad! El camino de los gitanos,  con el guitarrista José Quevedo Bola.  Amargós, compositor con formación en el Conservatori del Liceu de Barcelona, profundizó en las indagaciones que descubriría en músicos como Hindemith, Dutilleux, Luciano Berio o Hans Werner Henze. Amplitud de miras, comenzará en los setenta con Sis cançons d´homenatge a Picasso y la Sonata para flauta y piano, Le cheval de Malval y las Variaciones para orquesta, en los ochenta, culminando la Cantata de la tierra, para solistas, coro y orquesta. Su formación como instrumentista le ayudará a distanciarse de recursos manidos recurriendo a procesos más elaborados, dentro de una variedad de tendencias, con acercamiento  al mundo de jazz, en su aproximación a lo que se conocerá como jazz de amalgama, en el que se conjuran músicos como Carles Benavent, con un primer trabajo discográfico, auspiciado por el Ministerio de Cultura y en esa vía, llegará Hasta siempre Jaco, para big band, en su calidad de arreglista y precisamente el espacio de los flamencos le llevó a colaborar con Camarón de la Isla o Paco de Lucía, y en esa onda, surgirán proyectos como el Concierto del Sur, con Carles Benavent, mística flamenca o la colaboración con el Ballet Nacional de España, para Tarantos, también con Paco de Lucía. La Compañía Andaluza de Danza, le encargó Requiem, para coro y orquesta, estrenado en La Maestranza de Sevilla, dirigido por Mariol Naya. Para la escena, compuso obras como El duc meu-meu;Homenatge a Picasso o Pigmalió. Quevedo Bola, compañero de esta aventura, es un guitarrista flamenco que compartió labores con Manuela Carrasco, Eva Yerbabuena, Sara Baras o Israel Galván y con cantaores/as como Esperanza Fernández, El Pele, Arcángel o Carmen Linares, y cuenta con recientes trabajos como el cd Fértil o el espectáculo Caótico con una big band de estilo jazzístico. En libertad. El camino de los gitanos, suite en la que destacaron como solistas la cantaora, el  guitarrista José Quevedo y el percusionista Paquito González, resultaba un destilado de cuadros de estilo desde la toná a la seguirilla; las alegrías, la bulería y un tanguillo, entre un apunte instrumental ubicado en mitad de la serie, en esa respuesta a una obra encargo de la Philharmoniker Duisburger, siendo la cantaora artista en residencia.

Ramón García Balado

 

Marina Heredia, J. Quevedo Bolita, Paquito González.

Orquesta Sinfónica de Galicia/José Trigueros

Obras de Joan Albert Amargós, Zoltán Kodaly y George Enescu

Palacio de la Ópera, A Coruña

Publicado en la edición digital de RITMO

30/05/2024

La pianista Sophia Hase, en el XXIII Ciclo de Música para unha época, en el Museo das Belas Artes , de A Coruña

 Museo das Belas Artes, A Coruña


Completando el XXIII Ciclo de Música para unha época del Museo das Belas Artes de A Coruña, turno para la pianista Sophia Hase, que centrará su programa en el espacio Unha ollada á creación musical femenina, en su sede- día 2, a las 12´00 h., jornada que ofrece la visita guiada dedicada a Mulleres pintoras, y que culmina las precedentes dedicadas temáticamente a A Xeración Doente, y una primera dedicada  a La pintura y escultura do século XVIII. Sophia Hase, natural de Stuttgart, tuvo como primer maestro en su ciudad a Paul Buck, para proseguir con la añorada Rosa Sabater, en la Freiburg Hochscule für Musik y proseguir en ese centro con Elza Kolodin. También en Karlsruhe, tendrá como profesores a Fanny Solter y Dinora Varsi, mostrando preferencia por los géneros camerísticos. Estuvo presente en certámenes y festivales como el Schlosskonzerte Ludwigsburg; Osterfestspiele Salzburg (auspiciado por H. v. Karajan); el certamen de Perelada; Primavera de Praga; Piano Stravaganza Sofia (Bulgaria); Nacional de Brasilia; Hanbacher Musikfest; Opera Essen y otros a nivel internacional. Fue profesora durante un lustro en la Trossingen Hochschule y también en Salamanca, compartiendo con otras Universidades Españolas. Sus labores de investigación, la llevaron a realizar trabajos de tesis dedicadas compositores proscritos por el III Reich, y también a compositoras femeninas como las que ocupan el concierto.   

Louise Farrenc (1804/75), tendrá Mélodie pour le piano-forte, perteneciente a una familia de músicos notables asentados en París y que disfrutará de consideración social con su hermana Victorine, ejerció además de su prestigio de solista, por sus virtudes como profesora y creadora de escuela que dejará importantes alumnos. Una familia en la que también sobresalió el escultor August Dumond. En sus años de estudio para cimentar una conocida brillante carrera, valdría citar la influencia de un compositor como fue el checo Antonin Reicha, ya en sus años de juventud, modelo de ello será la pieza elegida para comenzar la matinal. Moscheles y Hummel también velaron por un futuro que se adivinaba seguro en cuanto a su talento y posibilidades, que tendrán reflejo en su otra dimensión como profesora en el Conservatorio parisino, durante tres décadas (1842/1873). En 1869, había sido galardonada con el Prize of Academie des Beaux-Arts.

Fanny Mendelssonh (1805/47)- 4 piezas del ciclo Das Jahr (1841), pertenecientes a los meses  Junio, (Serenade); Julio; Septiembre y noviembre-. Efectivamente, mientras su hermano dedicaba intensas actividades a la propia carrera pianística entre otras labores creativas y concertísticas, ella destacaba en labores domésticas de excelentes resultados. Para un sector de los afectos, su hermano que sí pareció admirarla en grado parecido no escatimó atenciones a la hora de editar y divulgar sus trabajos y parte de ellos acabarían conservándose en el archivo familiar. Recordaríamos la fuerte presión en el ambiente familiar, por parte de su padre y de sus hermanos para que se atreviese a tocar en público y ella jamás renunció a esta posibilidad de cuidar con esmero esta faceta.

Cécile Chaminade (1857/1944)- Automne (Étude des concert Op.35/2 (1886)-, también parisina y que se inicio al piano desde muy joven, condicionada por su padre quien puso a su servicio dotados profesores, quien encauzarían un prometedor futuro a sabiendas de sus virtuosas posibilidades, preparando su carrera como profesional ciertamente al margen de convencionalismo al uso. En la década de los ochenta compondría obras de gran formato como la Suite para orquesta; La Sevillana (1882), con su predecible influencia ibérica, propia de arraigo en Francia entre los compositores más avanzados; Les Amazones (1884/8) y en especial Callirhoë o el Konzertstück para piano y orquesta. Realizó grandes viajes desde Latinoamérica a los Estados Unidos y para mayor gloria personal, se crearon en su honor los Chaminade Clubs.

Clara Schumann (1819/96)- 3 Romanzas Op. 21 (1853): Andante; Allegretto; Agitato-, obras compuestas a finales de junio de aquel año y dentro de un muy personal estilo que contrasta con el de las Variaciones  Op. 20, un momento el que la compañera de Robert tenía como mejor estímulo el compartir la profunda amistad con Joseph Joachim, asistiendo a los triunfos en el Festival de Düsseldorf. Junto a estas piezas, procurará conseguir el llevar a buen puerto la serie de las Seis canciones Op. 23, sobre textos del Jucunde, de Hermann Rollett o las siguientes Tres romanzas para violín y piano, inspiradas por su muy estimado Joseph Joachim. Clara, por su biografía, había sido motivo de algún biopic de irregular fortuna.

Amy Beach (1867/1944)- Improvisatios Op. 148 (1934): Lento molto tanquilo; Allegretto grazzioso e capricioso; Allegro con delicadeza; Largo maestoso-, compositora que comienza a recibir un reconocimiento  a la altura  de Mariana Martinez; Lili Boulanger o Elisabeth Maconchy. Otro caso de precocidad sorprendente y que por evolución artística, habría de asistir a  la presión de tiempos convulsos por los enfrentamientos sociales y las trabas culturales. Su profunda intuición femenina obró en su propio beneficio artístico gracias a su talante riguroso y la convicción de sus ideas profundamente asentadas. Es el conjunto de su obra musical, un reflejo de una actitud ética.

Ruth Schonthal (1924/2006)- In homage of…(24 preludes)1978-, compositora con raíces en Berlín en los complejos años 30 y que tras asistir a un período amargo previsible, se verá obligada a huir a Suecia, en donde estudiará en la Real Academia Sueca, de Estocolmo. Su primer trabajo, había sido una Sonatina, en 1940. Había tenido como maestros a Ingemar Liljfors, en composición y a Olaf Wiberg, en piano. Paul Hindemith se cruzó en su carrera, ayudándole a partir de esos años de obligado exilio. Tardarí en volver a Alemania, hecho que no se producirá hasta los años ochenta y con fortuna, su legado se conserva en la Berlin Künst Akademie. Entre su legado, una obra con un curioso título: Los días bonitos de Aranjuez (1982/3) o la ópera Princess Maleen.

Ramón García Balado

 

 

El Cuarteto Novecento, en el Pazo de Rubiáns

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