Teatro Principal, Santiago de Compostela
Concierto en el Teatro Principal de Santiago- día 27, a las 12´00.-, dirigida por su titular Casiano Mouriño Maquieira, para abordar dos clásicos con procedencia jazzística, a los que recibimos con cierta frecuencia, un maestro de la vieja escuela española, en cuanto a la dirección y la composición, Ricardo Villa, con la Gran fantasía española y el homenajeado de la jornada, Manuel Otero Payno, del que se estrena la Suite Circo, en versión para banda, en sus tres tiempos: Funambulista, Ilusionista y Clown. George Gershwin, con Un Americano en París, en arreglo de J. Schyns, en principio esa forma de poema sinfónico tan arraigado y que se presta a vistosos arreglos cuyo estreno nos traslada al Carnegie Hall neoyorquino el 13 de diciembre de 1928, bajo la atenta observación de una batuta de gran prestigio, Walter Damrosch, culmen en este estilo del que recibimos ejemplos en obras como Porgy & Bess, la Rhapsodie in Blue o la inabarcable serie de songs que representarán el sentir de toda una época. Un americano en París, será para el autor ese paseo distendido por las calles parisinas y que con todo, en lo musical, no dejará de suscitar curiosas controversias ya desde su comienzo plagado de sugerencias a través de su paseo pour les Champs Élisées, marcado por peripecias en puro vagabundeo que no cesa de impresionarnos por sus audacias. Detalles como el blues central; ciertos exotismo de libre ingenio en cuanto a tipismos americanos, el solo de trompeta con sordina, exotismos a la parisina y especialmente por la propuesta de una instrumentación en la que sí reconocemos al autor, impregnado de esas influencias jazzísticas que alimentan el conjunto de su legado: el sentido del ritmo, instrumentos como el glockenspiel, el xilófono, la marimba y otros que contribuyen a la recreación de la necesaria ambientación sonora.
Para mantener el pulso ya en el comienzo, la obertura del musical Candide, de Leonard Bernstein, en arreglo de G. Grundman, Candide, un musical destinado al Martin Theatre Beck neoyorquino, escrito a través de un libreto de Lilliam Hellmann, quien remitiría al clásico de Voltaire, en curiosa modernización en versión revisada para convertirse en un clásico del musical americano con todas sus virtudes que se manifiestan desde la obertura que se nos reserva, con su distendida fanfarria, tan típica de ese estilo musical, y que nos conduce directamente a la cascada de frases ascendentes y descendentes dentro de un talante jocoso y humorístico, en el que no faltan citas de otras obras, como la popular Glitter and be gay, hasta un ritmo in crescendo. Leonard Bernstein, había sido aquel talento que igualmente marcaría época desde su debut con la New York Philharmonic O., en 1943, sustituyendo al mítico Bruno Walter. Su destino quedaba trazado como uno de los grandes entregados a estos géneros con títulos como On the Town; Wonderfool Town y especialmente por West Side Story. El musical como cabeza de serie, al que no faltarán estilos parejos: Fancy Free; The Dybbuk Variations; A Quiet Place y en la distancia, Chichester Psalms, para coro y orquesta. La ópera, como es sabido, fue otro espacio en el que se prodigó con fortuna, dirigiendo a grandes divos en los principales coliseos internacionales. Destacan por lo mismo, sus apreciados arreglos o los compromisos para el mundo del cine, como On the Waterfront (La ley del silencio) o sus trabajos de investigación teórica.
Manuel Otero Payno, con la Suite Circo: Funambulista, Ilusionista y Clown, obra en estreno para banda, compositor apreciado por trabajos como Ápeiron, ofrecido con nuestra Banda Municipal y con inspiración en la cultura de los clásicos griegos. Trabajos como el incluido en las Xornadas de Música Contemporánea de 2022, Poñer o foco, en las que colaboró la JONDE, bajo la dirección de Fabián Panisello, en cinco de las propuestas, reservando una de ellas para nuestra Banda Municipal dirigida por David Fiuza Souto, en una propuesta titulada Novos Vieiros, en A Praza da Quintana, con un programa repartido entre cuatro compositores. Manuel Otero Payno, había presentado precisamente Ápeiron, junto a Iacobus-Symphony nº 1, de Raúl Martín Niñerola; la Sinfonía Galega, de Miguel Rueda Carpio y A pedra moura, de Israel Quintás Alonso. Un programa que respondía al reclamo del ciclo Sinerxias, de temática exclusivamente gallega. Para aquellas Xornadas, un ideario que avanzaba un itinerario renovador, con esa incorporación de la JONDE, con excelentes resultados, por sus sesiones JONDE FOCUS, o el homenaje a Carlos López García- Picos, con la RFG, dirigida por Maximino Zumalave, en sus obras Sindy, A. 31 y el Concierto para piano y fagot, del que serían solistas Javier Ares Espiño y Álex Salgueiro, miembro de la OSG y del Quinteto Zoar.
Ricardo Villa (1873/ 1935)- Gran fantasía española, en sus dos tiempos: Molto moderato y Molto tranquilo-,director y violinista se formó en un ambiente musical probando de joven como miembro en orquestas capitalinas como la del Teatro Real y la de la Sociedad de Conciertos en donde colaboró con importantes directores. Pronto recibió el reconocimiento de obras como la Misa a cuatro voces con orquesta (1898) y la Suite sobre temas asturianos, galardonada por la Sociedad de Conciertos de Madrid. Fue autor de óperas y zarzuelas además de páginas sinfónicas y para piano y orquesta. Dirigió a la Banda Sinfónica de Madrid desde su creación en 1909, alcanzando una gran celebridad tras la ocupación de la plaza de concertino realizando numerosas transcripciones que mantendría con el Teatro Real, en una sesión en los Jardines del Retiro. El empresario Luciano Berriatúa, proyecto la creación de un Teatro Nacional de Ópera, encargándole un poema de Joaquin Dicenta, que resultaría la ópera Raimundo Lulio, que se presentaría junto a otras de Tomás Bretón y Ruperto Chapí. Fue nombrado director del Teatro Real en el que realizó una importante labor, en la que colaboraría en la divulgación de voces en promoción además de la promoción de estrenos, de los que la SGAE conserva cinco obras líricas a su nombre: Raimundo Lulio; El Cristo de la Vega; El Patio de Monipodio y El Minué Real.
Ramón García Balado.
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