29/12/2024

Per la ricuperata salute di Ofelia, de Antonio Salieri, recuperada del ostracismo

 Ernesto Monsalve: Salieri. El hombre que no mató a Mozart


Una cantata conmemorativa  de Antonio Salieri y de la que nos dio precisa noticia el profesor Ernesto Monsalve, que fue invitado del Curso U. I. de Música en Compostela, pues en la cita del año anterior ofreció una ponencia dedicada a Joaquín Rodrigo: En el Centenario de su primera obra, en la Capilla del Hostal de los RR. CC., se trataba  en concreto de su composición Juglares. Recordamos también su conferencia en el Curso 2023, dedicada a Pau Casals, en el 50 Aniversario de su muerte, Monsalve, además de sus oficios docentes y su relación con importantes orquestas, fue dinamizador de programas como El toque maestro y Música maestro. Monsalve puso en nuestras manos recientemente la publicación de su trabajo Salieri. El hombre que no mató a Mozart, editado por Rialp, quizás uno de los estudios más detallistas sobre el compositor, que a lo largo de su carrera, fue entregando títulos operísticos que se han labrado un seguro espacio, como fueron Don Chisciotte alle nozze di Gamace, libreto de G. G. Boccherini (1771); La fiera di Venezia, del mismo libretista; La locandiera (D. Poggi); muy especialmente, por Prima la musica e poi le parole (Giambattista Casti) 1786; Les Danaïdes (F. Du Roullet), en francés o un curioso pasticcio tomado de varios autores Le inconvenienze teatrali (1789) y Falstaff, ossia Le tres burle, tomado de Carlo Prospero De Franceschi.


Para cada capítulo del doctor Monsalve, una motivación de sugerencia, siendo el séptimo el dedicado a Prima la música e poi le parole: Mozart y Salieri ¿amigos o enemigos? Y en cada uno, una sugerencia de audición, que en este caso, nos invita a remitirnos a una propuesta: Per la ricuperta salute di Ofelia, en un registro discográfico firmado por la Heidelberger Sinfoniker, dirigida por Timo Jouko Herrmann, en colaboración con la soprano Diana Tomsche y la mezzo Esther Valentin, recopilación de Cantates et airs d´opera, Strictly Private, de A. Salieri.  Monsalve, en este capítulo, ofrece un estudio de personajes y situaciones que contribuyen a precisar aspectos irrenunciables. La figura de la soprano Nancy Storace, por la que Salieri sintió una especial devoción, desde el momento en el que había triunfado como Dorina, en el estreno de Fra i due litignati il terzo gode, de Giuseppe Sarti, el 14 de septiembre de 1782. Storace cantará roles como la Condesa Bandiera (La scuola de´glelosi), de Salieri; Angelica (Il burbero di buon core y Lilla (Una cosa rara), ambas del asimilado Martín i Soler; Il ritorno di Tobia (F.J. Haydn), quien disfrutaría de su compañía en Austria, al servicio de los Esterházy, de hecho, una de las más significativas cantatas para soprano, Miserere noi, misera patria H. XXIVa, llevó la dedicatoria for the voice of my dear Storace. Mozart y Salieri, sucumbieron a sus encantos, componiendo la cantata Per la ricuperata salute di Ofelia, escrita en septiembre de 1785, un caso tan único en una partitura que permaneció oculta a los ojos del mundo, incorporándose a la maraña de claroscuros en torno a la leyenda y la realidad entre Salieri y Mozart.

Pero cuando el musicólogo alemán  Timo Jouko Herrmann, experto en la figura de Antonio Salieri, en su vertiente alemana, halló en el siglo XXI una copia, de la forma más casual posible, los hechos se reinterpretaron definitivamente…El Dr. Herrmann y el mundo de la musicología, conocía este lied/cantata, porque el catálogo Köchel, de Mozart, de 1882, lo había incorporado bajo el número 477 y la adenda a, como suplemento de la K. 477, que es la marcha fúnebre masónica Maureische Trauermusik. Históricamente había indicios de la referida partitura por anuncios que publicó Wienerblatt (18 de septiembre de 1785), y era conocida la supuesta publicación realizada por Artaria y el impresor de la Corte vienesa Joseph von Zurzböck, que es precisamente la de quien se encontró, en 2015. Sin embargo, hasta este año, no había constancia fehaciente de la misma, porque ningún ejemplar-ni por supuesto el original-, había perdurado hasta nuestro tiempo. Como se sabía que el texto lo escribió el abate y poeta Daponte, el Dr. Herrmann escribió al Museo de la Música  Checa de Praga, donde, según sus archivos, constaba que existía una edición impresa del poema: Me gustaría que me remitieran una copia del texto de la cantata, para incorporarla a mis estudios- diría el alemán-. La respuesta fue fenomenal: A fin de elaborar el escaneo oportuno, necesitamos que nos confirme si quiere el texto o también la partitura- respondería inocentemente la responsable del Archivo de Praga-. Atónito, como no podía ser de otra manera, Herrmann se presentó inmediatamente en la capital checa para constatar, con estupor, que, en unas cuartillas de un papel fino como la seda, se había hecho tantos pliegos y se había abusado tanto del pegamento, que la partitura había quedado oculta a los ojos de cualquier investigador durante siglos. Fue el desenvolver aquella suerte de sábana de papel cuando, por puro azar, fue descubierta…

Per la ricuperata salute di Ofelia, es una pieza que, en sí misma, no dice nada. Su principal valor se lo otorga el ser el máximo exponente de la buena relación que realmente existió entre Mozart y Salieri. Debe su título al personaje de Ofelia, protagonista femenina de la ópera  La grotta di Trofonio, que Salieri preparaba para Mme Storace-Ofelia-, que sufriría un enfriamiento que estropeó su voz durante los ensayos, impidiendo su estreno a tiempo. Su rol hubo de ser interpretado por otra soprano, mientras ella se encontraba en su apogeo. Treintaiséis días después de caer enferma, gracias al buen cuidado de los galenos, y casi con total seguridad, por los arrumacos de los compositores rivales, la cantante recuperó su voz. Para celebrarlo, Da Ponte, escribió su oda por La recuperada salud de Ofelia, y unidos bajo el mismo paraguas, le pusieron la música del encanto femenino, Mozart, Salieri y un tal Cornetti, que sonó en un apartamento privado, en el siglo XVIII, por primera vez, para dormir en un cajón el sueño de los justos durante 230 años. Una cantata que hasta donde se conoce hoy, será la única colaboración entre Mozart y Salieri, dejando la figura del tal Cornetti, posiblemente como pseudónimo para su Ex. José II, amante declarado de la Storace. Per la ricuperara salute di Ofelia, tan apreciada para este comentario, tuvo una interpretación gracias a la soprano Sara Mª Rodríguez, acompañada al clave por el autor de la biografía, Ernesto Monsalve, en la Real Capilla del Museo San Joaquín y Sta Ana, de Valladolid, a comienzos de septiembre de 2016. En cuanto a la foto elegida, aparecen en la misma Monsalve; la soprano Claire Elisabeth Craig, quien interpretó el estreno mundial que nos ocupa; Timo Jouko Herrmann, descubridor de la cantata y Stefanie Clement, directora- gerente de la editorial Hofmeister, en la Tanzmeistersaal, de la Residencia Mozart, de Salzburgo, en febrero de 2016.  Salieri. El hombre que no mató a Mozart, perfecto testimonio- obsequio, para curiosos de esa compleja trama histórica, plagada de prejuicios y adulteración, que ayuda a poner en su punto aquella baqueteada relación entre Salieri y Mozart, con funestas recreaciones fílmicas como Amadeus, de Milos Forman. Epílogo del estudio en el capítulo De Pushkin a Amadeus, o cómo sobrevivir a dos siglos como villano de un cuento inventado, con propuesta de audición que nos invita a In questa tomba oscura, de Salieri, en interpretación de Krisztina Laki y Gabor Kósa, posible sugerencia para un nuevo trabajo ampliado, por la materia que abarca y que confiamos a Ernesto Monsalve. Los pecados de Alexander Pushkin, en el que nos encontraremos con autores como Rachmaninoff, Tchaikovski, Mussorgski, César Cui, N. Rimski- Korsakov, Mijail Glinka y tantos otros. Pushkin, en su relato Mozart y Salieri, elegido como ópera para estrenarse en el Teatro Solodovnik, a finales  de 1898 y las derivaciones al cine, desde el período mudo al sonoro: Road to Succes, en donde habría materia para explayarse a capricho, pero es tema que, con suerte, podrá tener futuro. Una invitación sobre segundas partes.

Ramón García Balado.

 

19/12/2024

Fisión Atlántica Ensemble: El secreto de Joseph Haydn

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto en el Auditorio de Galicia  con divagaciones viajeras en torno al libro- disco O Segredo de Joseph Haydn de Suso de Toro ilustrado por José Cobas y publicado por Edicións Xerais,  que dará argumento a un tratamiento musical del que serán responsables miembros de nuestra RFG, servidos por la peculiar aportación de las gaitas de Pablo Carpintero en para recrear un espacio sonoro que contribuya a descubrir un tratamiento personal según el ideario del propio Fisión Atlantica Ensemble-día 22, a las 18´00 h-, que para las pretensiones requeridas, integran el flautista Luís Soto, el violinista Nikolay Velikov, la viola Iona Ciobotaru y el chelista Álvaro Quintanilla y que en la medida de lo posible, relatarán un episodio desconocido hasta el presente, de la biografía del compositor de Rohrau y considerado como el padre por excelencia del cuarteto de cuerda y de la sinfonía. Un Haydn camino de Londres. Será la imaginación sin datos constatables las que nos ubique camino del desvío en su trayectoria y que por casualidades de un posible destino, le pondrá camino de nuestra tierra, que le permitirá descubrir la gastronomía, nuestra lengua y los sonidos que en aquellos tiempos, se escuchaban en Compostela. Sensaciones que impregnarán su memoria y sentimientos por vivencias. Todo lo que pueda imaginarse en el relato del escritor, cuenta precisamente con documentación de la época, aspecto que  podremos asimilar, a las corrientes que en el dominio musical, nos acercarán a las llamadas corrientes que trabajan sobre los llamados criterios históricamente informados. Luís Soto- flauta-,  incansable en sus iniciativas, toma carta de peso en este proyecto, una continuidad de sus proyectos con el pianista Diego García, en el Taller Atlántico Contemporáneo, en los años de mayores proyectos auspiciados por el CGAC o ya en familia con el Trío Acivro, con sus hijos Lucas y Cecilia.  Un juego de comparaciones que darán curso a este concierto en el que a mayores, contaremos con la presencia del escritor Suso de Toro

Para el anunciado programa de Joseph Haydn (1732/1809),  tendremos los Cuartetos para flauta y trío de cuerdas, con las Danzas de Reis de Gulans, cuyos arreglos son responsabilidad de Nikolai Velikov; el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 1 Hob II: D9, en Re M, entre las contribuciones que añadan dos detalles: Danza do Pau y Danza de Arquillos-Versión III, que incluye la pipa galega; el Cuarteto para flauta Op. 5 nº 3, en Re M. Hob II: D1O, que incluye la Danza das castañolas, con pipa galega, la danza de arquillos diante do Santo, con pipa galega y la Danza de paus; el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 4, en Sol M., Hob. II nº 1, con la Danza de arquillos- Versión I y el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 6, en Do M.,Hob II: 11 con Canto de Reis. As danzas de Reis, iban acompañadas por vestimentas tanto femeninas como masculinas, de color blanco, con sombreros y gorros muy adornados, con relucientes flores de cristales a modo de espejos. En lo relativo a las danzas más frecuentes, era comunes las danzas do pau, las danzas de arquillos, las danzas dos paus y las danzas de castañolas. Para los conciertos que seguirán, desde Guillade, a Ponteareras, Xinzo culminando en la Igrexa de Guláns, el sábado 14, de enero a las 19´00 h, se disfrutará de la grabación de audio y video en directo. Conciertos que serán posibles gracias a la financiación del Concello de Ponteareas, en agradecimiento a su alcaldesa Cristina Fernández. Haydn con sus Cuartetos de cuerda, símbolo de sus obligaciones para la corte de los Esterházy, nobles húngaros con los que estaría entre 1761 y 1790, en la villa de Esterháza, con el príncipe Nikolai Esterházy, disponiendo de una orquesta de veinte músicos que alcanzaría un gran prestigio. Queda en duda la autoría de algunos de sus cuartetos, y la serie de los seis cuartetos para flauta del Op. 5, tendrán su publicación en Amsterdam, en 1767. La atención de los estudiosos se fijará sobre estas cuestiones en aspectos como las copias publicadas por Hummel, llegando a demostrarse la duda de algunos de ellos, inscritos bajo su nombre, siendo descartados los números 3 a 6, como falsificaciones, sencillamente para incrementar las ventas. Detalles para este programa, que se toman del libro Historias de la flauta, de Antonio Arias.

  Cibrán Sierra, violinista ourensán y fundador del prestigioso Cuarteto Quiroga, comentará en su trabajo Laboratorio para una sociedad ilustrada, que a mediados del siglo XVIII, Europa estaba cambiando y las estructuras socioeconómicas y los dogmas ideológicos y religiosos, empezaban a tambalearse, sometidos al examen filosófico, político y cultural, de una emergente burguesía que ansiaba, con intensidad progresiva, alcanzar unas cuotas de participación social, que hasta entonces, estaban reservadas a las privilegiadas castas de la nobleza.  La música no fue ajena a estos cambios y pasó a ocupar un espacio central en el pensamiento ilustrado.

Para Miguel Ángel Marín- Joseph Haydn y el cuarteto de cuerda-, el cuarteto de cuerda como género, enfatiza la textura y las funciones de los instrumentos sobre la forma y diseño de los movimientos. Desde esa óptica, es fácil detectar la convivencia durante el último tercio del XVIII, de tres tipos de cuarteto diferentes, con sus etapas de apogeo y decadencia propias y con influencias cruzadas: el quatour concertant, el quatour brillant y el (así llamado), cuarteto vienés. Esta clasificación no es resultado de una mirada teórica y retrospectiva sobre el pasado, sino una concepción de los críticos y compositores de la época. La tipología, además, refleja tanto el predominio indiscutible de París y Viena, en el cultivo del género durante el último tercio del siglo XVIII, como la polaridad de sus consumidores divididos en amateurs y connoiseurs, aficionados y entendidos. El quatour concertant, como el brillant, tuvo su origen y máximo desarrollo en París, donde irradió a otros lugares, incluido la propia Viena. Sus destinatarios principales, eran los aficionados de limitadas capacidades técnicas; de ahí que se caracterice por un  estilo ligero, con dos  o tres movimientos de perfil formal claro y melodías pegadizas.           

Josep Haydn en sus vivencias inglesas, habría de encontrarse con otros artistas que llegaban a Londres, huyendo de la Revolución francesa y que se refugiaban en Inglaterra, lugar en el que tendría excelente acogida los conciertos públicos, a pesar de ciertas voces discordantes, siendo acogido a partir de 1790, confirmando la generosa aceptación de muchos de sus conciertos con obras instrumentales, muchas de aficionados, le  que consideraban como alguien tocado por la protección divina. Ahí se darán cita violinsistas como el virtuoso Salomon, la cantante Mme Mara, junto a los florecientes Professional Concerts, que dirigía Cremer,  reforzados por Mrs Billington, y asistidos ocasionalmente por Mrs Harrison. L´Ancient Concert, protegidos por su Majestad, comenzarían intensas actividades dedicadas al aniversario de la Reina, y en aquella ocasión, Cremer, como primer violín, compartirá excelencias con la divina Storace. Las tardes dominicales, ofrecerían sesiones acostumbradas. Durante la Cuaresma, pondrán su grado de magia con los oratorios ofrecidos en el Drury Lane y en el Covent Garden, con trato de confiada otorgado a la Academie of Ancient Music, principales entretenimientos invernales. Lord Abigton se hará cargo de los Professional Concert, siendo testigo de la llegada de Haydn, a través del Mornig Chornicle. El 12 de enero de 1791, Haydn había asistido a un concierto en L´Academy of Ancient Music, con una sesión de L´Anacreontic Society.

El primer inglés de prestigio que conoció fue el historiador Charles Burney, por mediación de Salomon, quien quedaría entusiasmado por su personalidad, incluyéndole en su General Hisory of Music; el reverendo Thomas Twining, en carta a Burney, en febrero de 1791, se desharía en elogios rayanos en la genialidad de un creador fuera de lo común. El mismo Twining que había sido invitado tres meses después por Burney a una soirée en honor del propio  Haydn, pudo disfrutar en privado Las siete palabras de Cristo en la cruz, en la conocida versión para cuarteto de cuerdas, recibida con un absoluto entusiasmo. Conocerá nuestro compositor, superando ciertas vanidades y temores, los primeros triunfos londinenses, refrendos por el mentado Burney, que dejará argumentos de la vanguardia de aquellos primeros cuartetos, reconocidos por publicaciones que establecían criterio como el Morning Chronicle, en su enfrentamiento cotidiano contra sus opositores. Burney también será testigo de una sesión en los Ladies Concert en donde se escuchó  su cantata Arianna a Naxos, con el castrato Gaetano Paccieroti, acompañada por pianoforte, dirigida por Wilhelm Cramer, que repetirá en la New Musical Found, añadiendo una de sus seis sinfonías y el Cuarteto Op. 64, con Salomon, como primer violín.

Pablo Carpintero Arias, involucrado en este proyecto, es un artesano, músico e investigador, responsable de una empresa que se dedica a construcción de gaitas tradicionales  gallegas y portuguesas, así como a la vestimenta tradicional y otros accesorios relacionados con la música folklórica, entre pandeiros, tambores, adufes y otros instrumentos, mientras realiza cursos de fabricación y eventos relacionados con la música tradicional. Modelo y guía atendiendo a su ideario, podremos seguir su precisa opinión: Esta nova gaita de fol galega é outro froito da  nosa teima por ir convertendo instrumentos musicais que se empregaban antigamente eb novas opción adaptadas á música actual. Trátase neste caso dunha gaita de fol con punteiro cilíndrico de lingüeta dobre, baseado nas pipas galegas de castiñeiro, ou sabugueiro que fabricaban os nenos, pero tamén semellante ás musetes barrocas. Pode levar entre un e catro bordóns, todos tamén de lingüeta dobre. Está afinada en Re M. ou menor, con subtónica ou sensible. Non ten posibilidade de cromatismos con dixitacion de forquita.

Carpintero por sí mismo, conserva un santuario de gaitas, cuyo altar mayor está ocupado por gaitas de fuelle, cual seres mitológicos con una presencia nos deja estremecidos. Una de ellas, pertenecía a un gaiteiro pontevedrés, Xan Tilve (1872-1950), construida por él mismo. Una labor incansable de investigador cargado de anécdotas de los pelajes más sorprendentes. Gaitas encontradas y rescatas por azares, entre muchas que no han sobrevivido, muchas porque dejaron de tocarse cuando se cambió  la afinación tradicional para adaptarla a nuevos instrumentos  y partituras. Aquellas cornamusas antiguas repudiadas en el uso cotidiano. Siempre asistido por su compañero Iván Area y su compañera Rosa Sánchez, igualmente involucrada en estos berenjenales. La serie de legatarios-maestros sobre los que trataron, fue Manuel  Lago de Carelle (Sobrado), un gaiteiro absolutamente excepcional, que tocaba una gaita con un fol fabricado con un neumático de un camión. Larga travesía que le llevó a indagar saberes y melodías de 165 gaiteiros, hoy casi todos fallecidos, además de rescatar 170 instrumentos tradicionales distintos, incluidos los que fabricaban los niños desde tiempos inmemoriales, flautas de cuerno de cabra, violines de tallo de maíz o cornetas de corteza de castaño. Carpintero, resume parte de sus saberes, en el trabajo Os instrumentos musicais na tradición galega (2009), al tiempo que recibía la consideración de consultor de la UNESCO, sobre patrimonio cultural inmaterial.

Ramón García Balado

18/12/2024

Guillaume Connesson: A Kind of Trane, con el saxofonista Tim McAllister y la OSG

 Palacio de la Ópera, A Coruña

 

Programa de notable interés con la OSG en el  Palacio de la Ópera de A Coruña-días 20 y 21 , a las 20´00 h-, con una obra en estreno en nuestro país, A Kind of Trane, concierto para saxofón y orquesta de Guillaume Conneson, un homenaje al maestro de Jazz John Coltrane, que tendrá como solista a Tim MacAllister, bajo la dirección de Stéphane Dèneve, con la OSG, ampliando completando programa con la obertura de Candide (Leonard Bernstein), la suite de Les Biches, de Francis Poulenc y Un Americano en París, de G. Gershwin.  Tim McAllister,  estudió en el Centro interlochen, con John Samper, para continuar con Donald Sinten y Robert Reynolds, en composición. Fue codirector del  New Musik Course (Suiza), entre 2012/4, y estrenó obras de Gunther Schuller, Gregory Wanamaker, Rosanne Etezade, Martin Browick y William Bolkom, de quien grabó su Concierto para saxo alto y orquesta, merecedor de un Grammy.  Stèphane Déneve, estudió en el Conservatorio Paras, del que se convertirá en docente, llegando a dirigir s propia orquesta, tras recibir asesoramiento de Arthur Oldham. Su especialidad se centrará en repertorios operísticos, abordando títulos como El castillo de Barbazul (Béla Bartók), Diálogo de Carmelistas (Poulenc), Turandot ( Puccini), tras recibir la confianza de Seiji Ozawa. Fue colaborador de orquestas como las Sinfónicas de Radio Stuttgart, Chicago, Saint Louis,  y la Royal National Scottish.

Leonard Bernstein con la obertura de Candide, maestro que llegó a ser el primer americano que dirigió en el Teatro alla Scala (Milán), tras convertirse en uno de los más populares, comenzando su debut con la O.F. de Nueva York (1943), sustituyendo a Bruno Walter. El Bernstein que se convertirá en uno de los grandes con trabajos como Candide (1956), On the Town, Wonderful Town o West Side Story, destacando las adaptaciones al cine de un par de ellos. Para  N. Lebrechet, era un producto de la era Manhattan, en la que sobresalieron escritores como Norman Mailer o Gore Vidal o la pintura de Mark Rotko y el teatro de Tennesse Williams. En su ámbito musical, personajes como Aaron Copland y Samuel Barber. Para Yehudi Menuhin, el músico se identificaba plenamente con Nueva York: Lenny era la encarnación, la cristalización, de gran parte de la vida neoyorquina, no sólo por la expresión  judía, sino por las diversas cualidades de la propia ciudad. Después  de todo, había escrito su canción New York, New York, is a wonderful Town. Fueron sus músicos quienes le conocieron como Lenny, el humilde ayudante que había hecho fortuna y que habría de dirigirlos por consenso y convicción, más que por la fuerza. Su cándida informalidad escandalizaba a los tradicionales asistentes, que preferían revestir de misterio a sus maestros. Odiaban sus enormes saltos en el podio y sus comentarios preliminares a los conciertos.    

Guillaume Conneson- A Kind of Trane, concierto para saxofón-, músico con estudios en el Conservatoire National de Boulogne- Billancourt, en el aula de Marcel Landowski, y en el National de París, con Dominique Rouits (orquesta), ampliando con Alain Louvier, aceptando desde entonces las influencias que abarcarían desde los Couperin, a Richard Wagner, R. Strauss, Claude Debussy, M.Ravel, I. Stravinski, Olivier Messiaen, H. Dutilleux- perceptible en Métaboles-, o John Williams. Entre 2001/3, asumió la titularidad de la O.National des Pays de la Loire, para la que entregó la  sinfonía vocal Liturgies de l´ombre y el poema sinfónico L´appel au feu. Es director asociado de la Royal Scottish N.O., al tiempo que sus obras reciben trato de preferencia de grandes orquestas americanas Fue compositor en residencia de la Orchestre de Pau (Pays de Béarn).  Mención merece su labor como maestro de orquestación en el Conservatoire National de Aubervilliers. En el espacio de obras concertantes, destacan: Yu Yan (para erhu y orquesta); Constelaciones; El resplandor; Les Horizons Perdues; Les belles heures; Trilogie cosmique; Feux d´artifice; Enluminuras; Scés Nocturnes; el ballet Lucifer; Maslenitsa o Flammenschrift .

A Kind of Trane (Concierto para saxofón y orquesta), es obra en tres tiempos en dedicatoria a John Coltrane (Trane), obra reciente y que tuvo registro discográfico con el dúo Akmi: Valentine Richard y Akvilé Sileikaite. Tres tiempos a la memoria de Trane: There is no other; Ballade y Coltrane in the Dancefloor.  Wiiliam John Coltrane (Trane) (1926/66), llegaría a sus años dorados que comenzaría a partir de 1949, en la banda de Dizzy Gillespie, preparando su mejor momento junto a Miles Davis, en un histórico quinteto, en el que también aparecían Red Garland, Paul Chambers y Philly Joe Jons, el be-bop en plenitud, un paso de eclosión hacia el free-jazz, en el que compartirá experiencias con Eric Dolphy y Alice McLeod, Pharoa Sanders o Rashied Ali. Convulsa fue su vida en aquella década de los sesenta, que dio argumentos a todo tipo de biopics a aproximaciones quizás dudosas a su vida, pero el mito quedará definitivamente consolidado y obras como la presente, no son más que una confirmación de la realidad.

Francis Poulenc- Les Biches-, en la Suite orquestal, obra del tiempo del Concierto campestre y Aubade, un encargo de Sergei Diaghilev que se presentaría como una Sylfide moderna y que compuso en los años de juventud, inspirándose en la pintura de Watteau, con elementos tomados de Pulcinella (Stravinski), cuyo estrenó debió esperar hasta 1924, en Montecarlo, recibiendo una puesta dos años después, en París. En competencia, Poulenc tuvo que resistir Les Facheux, de George Auric. Una partitura cargada de detalles originales, en la que observamos guiños hacia Mozart, Pergolesi o el citado Stravinski, mezclando los elementos más diversos. De la obra, tiempos como el Rondeau; el  Adagietto, la Rag-Mazurka- con influencia de Chopin-, el Andantino gracioso y el Finale, de vivacidad rítmica. Tiempos en los que se permite todo tipo de licencias transgresoras para sorprender al oyente.

 Un americano en París- George Gershwin-, poema sinfónico para orquesta  estrenado por la New York Philharmonic Orchester dirigida por Walter Damrosch, en el Carnegie Hall (13 de diciembre de 1928), una vez más la crítica levantaría opiniones encontradas. Para Samuel Chotzinoff, la mejor pieza de música contemporánea surgida desde el Concierto en Fa, del propio compositor. W. J. Henderson lo caracterizó como una nítida humoresca que apela libremente al humor y el desenfado. Su espíritu juguetón se halla complementado con el sugestivo candor latente en algunos  de sus pasajes, en especial, el de la primera caminata, la cual está representada con toda propiedad. La partitura refleja gran astucia, aunque el estilo general es algo tosco-opiniones que no faltan-, contrastando con Lawrence Gilman, que hasta entonces no se  había mostrado demasiado favorable a Gershwin, aceptando que Un americano en París, tenía el sabor de un universo nuevo y apremiante, atractivo, apasionado, impredecible.

Ramón García Balado    

La Camerata de la Escuela Superior Reina Sofía, en la Catedral de Santiago

 Catedral de Santiago de Compostela


Concierto en la Catedral de Santiago con entrada libre, hasta completar aforo- viernes, día 20, a las 20´45 h.-, con la Camerata de la Escuela Superior Reina Sofía, dirigida por Giovanni Guzzo, para un programa que destacará obras de J.S. Bach, C. Willibald Gluck y W.A. Mozart y que se anuncian como solistas las sopranos Carla de Pulgar y Marlin González Zúñiga, y el trompetista  Marco Ferrando. Concierto englobado en la gira que les lleva a distintas capitales desde la Mezquita- Catedral de Córdoba a la Plaza del Ayuntamiento de Toledo, la Catedral Vieja, de Salamanca, la Casa las Flores o el   Palacio Real de la Granja de San Ildefonso.  Para comenzar,  G. W. Gluck, con la danza degli spiritu beati, pieza instrumental modelo del estilo del compositor y reformador de la ópera y que nos traslada a los Campos Elíseos, en el que danzan los espíritus, mientras Euridice canta el elogio del lugar con su aria Quest´a silo ameno, a la espera de la llegada inmediata de Orfeo. Pasaje instrumental cálido, en el que cobran protagonismo los adornos de la flauta Gluck, en esta ópera, manifestará las pretensiones requeridas en cuanto a su innovación estilística, reduciendo los aspectos musicales a su genuina función, secundando la importancia de la poesía en lo relativo a la expresión de los sentimientos y de las fábulas sobre las que se inspira. En Orfeo ed Euridice, por los personajes que son: Orfeo, Euridice, Amor y los complementarios de acompañamiento: furias, demonios, pastores o espíritus benditos, que resumirán la ópera en tres tiempos, a partir de un libreto de R. de Calzabigi, y que conocerá una segunda versión en francés, en agosto de 1774. Una primera versión, que resultaría precedente a la reforma que caracterizará su impronta. Detalles como el ballet sin coro, las unidades dramáticas que resumen un auténtico continuum o la arieta de Orfeo y las réplicas de las furias, que crean un todo indivisible.

Johann Sebastian Bach, por la Cantata Jauchzett Gott in allen Landen! BWV 51, en concreto por el aria Jauchzett Gott in allen Landen, obra con destino al Decimoquinto domingo después de Trinidad et in ogni tempo y compuesta  posiblemente en 1730, para soprano, trompeta, cuerdas y b.c., sobre texto de autor anónimo. Desde los primeros intentos biográficos, se nos trasmite el dato de que el autor ordenó gran parte de sus cantatas en ciclo de cinco, cada de los cuales cubría todas las fiestas solemnizables con música durante un año litúrgico. Aunque algunas han sido compuestas anteriormente, es en Leipzig donde emprende esta organización cíclica, revisando unas y componiendo otras. El tercero de los ciclos de cantatas, los sitúan los especialistas entre 1725/7. El año 1726, el domingo  15, de la Trinidad, coincidió con el 29 de septiembre, por ser fiesta más solemne, la de San Miguel, se imponía y dejaba vacante el texto de que disponía para dicho domingo. Es en 1730, probablemente, y un ningún caso antes, cuando vuelve Bach sobre este texto y lo pone en música en dicho domingo, que en dicho año cayó en el 17 de septiembre. Es la más tardía, tras la BWV 138 y BWV 99, de las conservadas para este domingo.

Presenta una disposición singular entre las obras de Bach. Su protagonista único es la voz de soprano y no hace oír el coral final a cargo del coro. La tesitura de soprano, al que hace alcanzar en el Allelujah, el Do sobreagudo, además de otros virtuosismos, ha introducido a pensar que  su destinatario era una mujer; pero la intervención de cantantes femeninas, estaba estrictamente prohibida en las iglesias luteranas. Solamente de forma excepcional se había introducido su actuación en algunas iglesias (Hamburgo, por ejemplo), pero nunca sería esto posible en la tradición de Leipzig. También la trompeta  tiene un papel muy personal y virtuosistico. Posiblemente estaba pensado para Gottfried Reiche, el intérprete que menciona Bach en su escrito al Consistorio de la ciudad de 23 de agosto, de 1730, y por entonces, todavía activo, a pesar de contar con sesenta y siete años (fallecería cuatro años más tarde). De él se conserva un retrato con su trompeta natural, de tubo enrollado a modo de trompa. El hijo mayor de Bach, añadió otra parte de trompeta y timbal, a fin de potenciar la brillantez.

W. A. Mozart acaparará el resto del programa. El motete Exultate, Jubilate, en Fa M. K. 165 , obra juvenil y compuesta en Milán, durante la creación de la ópera Lucio Silla, K. 135, en su camino a esa visita italiana- tercer viaje-, momentos de reposo y durante las pausas de los ensayos teatrales, en los que compone esta delicia para lucimiento de soprano, aunque primigeniamente estaba destinado al castrato Venanzio Rauzzini, considerado por Leopold Mozart como un virtuoso de voz angelical, en parte el compositor sabría traicionar en lo estético las exigencias rigurosas del Padre Martini entregándose a esas concesiones de gran imaginación que pesaría sobre los condicionantes de género propiamente sacro, necesitando para el Exultate un castrato de seguras exigencias. Una página que cumple con las pretendidas ambiciones de un regalo exquisito y agradecido, en lo que serán ejemplo tantas de sus piezas de un compositor que apuntaba formas, aunque sólo tuviese 17 años. Actualmente, y como sabemos, se ha convertido en capricho de sopranos con ansias de cumplir por su brillantez con los más entusiastas aficionados. En carta dirigida a su hermana, el 16 de enero de 1773, confesaría que era una atención para il Primo uomo de la ópera en curso, mientras perfilaba este motete Exultate, Jubilate K. 165, obra que consta de dos arias, con recitativo central y un deslumbrante Allelujah final, célebre por su luminosidad.

La Sinfonía en Sol m. K. 550, compuesta cuando tenía 32 años, es obra cumbre en el capítulo de su sinfonismo, al lado de la K. 543 y la K. 551, que entre ellas mantienen un criterio unitario y una tensión espiritual, siendo esta obra la que ofrece una perspectiva de espíritu de lucha, de conciencia creativa y de clara expresividad, ya desde el primer tiempo en típica forma de sonata, según un patrón caracterizado por una melodía amplia y cantábile de un primer tema presto, elaborado gracias a un juego de contrastes dramáticos plenos de visible inquietud y tensión, para llevarnos a un Andante, con reluctante ritmo de siciliana; un minué, rudo y severo, a la que da colorido el trío en Sol M., y un Final acorde y denso, que completa el planteamiento de esta sinfonía. Obra que calará entre los aficionados conservando como bien sabemos, su permanente vigencia. Quizás la expresión más obvia de un profundo fatalismo y no sólo de un claro impulso interior.

Ramón García Balado

Peer Gynt de Edvard Grieg, en la Gala de Reyes

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