20/03/2025

Rosalía Gómez Lasheras: Una paseo francés con la Banda Municipal

 Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela


Concierto de la Banda Municipal dirigida por Casiano Mouriño Maquieira, recibiendo como invitada a la pianista Rosalía Gómez Lasheras en el Auditorio de Galicia-día 23, a las 12´00 h-, para un programa eminentemente francés, entre obras de Maurice Ravel y Camille Saint-Saëns,  nuestra apreciada pianista que se apunta al Concert pour la main gauche, de Maurice Ravel, en arreglo de Diego García, músico del que también tendremos la Pavane pour une infante defunte, según la óptica de un habitual, Johan de Meij. Philippe Sparke, tendrá su Simphonic Methamorfosis, recurriendo como fundamentos a la Tercera Sinfonía (con órgano), de Camille Saint-Saëns, músico que repite con La Grande Marche, de su obra especialmente para banda, Orient et Occident Op. 25, procedente de la edición Hauswirth/Lange.

Rosalía Gómez Lasheras, ya desde muy joven, nos dejó excelentes impresiones colaborando en ciclos propuestos por la USC, en el Paraninfo da Universidad y la Escola Berenguela, disfrutando en su currículo de asesoramientos de prestigiados maestros: Bruno Canino, Menahem Pressler, Claudio Martínez- Mehner, Dmtri Bashkirov, Elisabeth Leonskaia, Lilya Zilberstein o Galina Egyarzarova. Obtuvo el XVI Concurso de Piano Infanta Cristina, el Chopin de Alto Minho, participando en eventos como la Summer Ac. Mozarteum (Salzburgo); el Schleswig- Holstein Music Fest (Lübeck); el Moscow Meets- Friend Fest., y la invitación de la Fundación Spivakov, siendo laureada con el Laurentes Award, destacando entre sus actividades su interés por la música antigua, en la especialidad de clave, con Siebe Henstra, en el Conservatorio de Utrecht y en fortepiano, en la Schola Cantorum Basiliensis, con Edoardo Torbianelli, un sucinto resumen de una amplia carrera que nos dejó su colaboración en el modélico proyecto Espazos Sonoros, que promueven Belén Bermejo y Andrés  Díaz, en la cita de 2019, con su recital-visita al Pazo de Faramello, en el que destacan sus jardines de inspiración francesa, y en el que ofreció el programa O fortepiano, de Viena a Londres, con obras de J.Haydn, L.v. Beethoven y Muzio Clementi.

Ravel con su Concert pour la main gauche, (1929/30), destinado al pianista Paul Wittgenstein, hermano del filósofo Ludwig Wittgenstein- Tractatus lógico- philosophicus (1921)-, un virtuoso pianista que perdió una mano a consecuencias de la guerra, obra que se estrenará el 5 de enero de 1932, con la O.S. de Viena, en la Grosser Musikvereinsall, con Robert Heger, como solista, para repetir cinco años después en París, con Jacques Février, con dirección de Charles Munch, mientras que Wittgenstein mantenía los derechos de la obra, que le llevaría a realizar algunas modificaciones, para su ejecución. Un concierto de plena vigencia en la actualidad y muy diferente del otro compuesto para el teclado, obra en un solo tiempo y con detalles procedentes del jazz, pero con una compleja escritura. Lo esencial es no dar la impresión de un tejido sonoro ligero más propio de una obra convencional. Tras una primera parte impregnada del espíritu pretendido, destaca un episodio de carácter improvisatorio, que nos acerca a esa inspiración jazzística. Más adelante, aparecen ideas tomadas de temas de la primera parte. El dedicatario en un esfuerzo sobrehumano, sabría superarse ante semejantes e inimaginables limitaciones, un ejemplo que tendrá refrendo en otros compositores de la época: Richard Strauss, con Parergon zur Symphonia domestica Op. 73 o su Panatheäenzung Op. 74 o las Diversions for Piano and Orchester, en Si b, de Benjamin Britten. En conjunto,  un estilo de rapsodia en el estilo de Tzigane, motivado por el planteamiento en un solo movimiento, cargado de importantes cadencias  y con preponderancia de notas graves que se pueden explicar por el hecho de que la pieza estaba escrita para la mano izquierda  y no para la derecha. No se pueden producir visos de polifonía y sólo se exponen melodías sencillas cuyo acompañamiento llena los espacios vacíos creados entre las líneas temáticas principales.

La Pavane pour une infante defunte, que desde el teclado tendrá tratamiento orquestal, se recupera según la idea de Johan  de Meij, obra ciertamente agradecida por sus arcaísmos libérrimos, inquietud irrenunciable para los creadores de la vanguardia impresionista, obra en la que la palabra final, dependería del pianista español Ricard Viñes, en una dedicatoria afectuosa para la princesa de Polignac y que se dará a conocer en la primavera de 1902, preparando con ello la celebrada orquestación de nuestro Maurice Ravel, quien la convertirá en página instrumental para todo tipo de arreglos. Obra con estreno en la versión de los Concerts Hasselmans, parisinos, el 25 de diciembre de 1911, bajo la tutela del maestro Alfredo Casella, dejando para los aficionados la claridad de su nítida transparencia, por el orgánico de su instrumentación, desde el comienzo marcado por un clima de melancolía. Ravel, no dejará de criticar los resultados logrados con esta composición.

Camille Saint-Saëns, obsequia con una obra circunstancia, Orient et Occident Op. 25, un detalle para Monsieur Theodor Biais, pieza en dos sencillas secciones, una marcha que no deja de tener su atractivo especialmente en esta propuesta de lectura para banda, obra encargo de la Unión de las Bellas Artes Aplicadas a la Industria, por lo que el resultado sonoro será  el previsible, mientras el autor se centraba en la composición de una cantata para la conmemoración del centenario del General Hoche, en Versalles. En su haber,  ya se habían dado a conocer obras tan representativas como Le timbre d´argent o Les trois rhapsodies bretones. Un período convulso en su vida, con la Guerra Franco- Prusiana como telón de fondo, en el que con ello, no le impediría ofrecer conciertos en Alemania, publicando su Segundo concierto para piano, y mantener su relación personal con Ferenz Liszt.

Procedente de la Tercera Sinfonía (Para órgano), la pieza de P.Sparke (1951), también compositor que suele acompañarnos, esta vez con  Symphonic Methamorfosis. La obra de Saint-Saëns, también sufrió sus cribas en lo relativo al número de orden, en la serie de sus seis sinfonías, de las que dos quedarían inconclusas, aunque dejando definitivamente una impresión positiva de su legado sinfónico en el espacio francés. Esta obra nos lleva al invierno de 1885/6, un compromiso para la London Sinfonic Society, que se presentará en mayo de 1886, en lo que supondría un homenaje a su admirado Ferenz Liszt. Obra en cuatro tiempos desde un Adagio-Allegro, en el aparecen citas del Dies Irae; el Poco adagio, tiempo realzado por el protagonismo del órgano que se manifiesta a través de graves acordes, en diálogo con la orquesta para pasar al Scherzo y un Finale, en el que el órgano impone su prestancia, al que responde un desarrollo de construcción ricamente contrapuntístico.

 Ramón García Balado

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