15/01/2025

La RFG (En) Foco, con el pianista Vasco Silva Dantas

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Vasco Silva Dantas será solista con la RFG en la Rhapsody in Blue de George Gershwin, bajo la dirección de Baldur Brönnimann en este concierto fuera de abono y que se incluye en la serie (En Foco), en el Auditorio de Galicia- día 17 a las 20´30-, programa que incluirá obras que guardan una afinidad por época y estilo. Como complemento y para situarnos en estilo, un petisco e bebida de la Cafetería Lasso. Vasco Silva Dantas nacido en Oporto, estudió en el London Royal Conservatory of Music, y tuvo como maestros de piano a Dmtri Alexeev, Niel Inmelman, Peter Stark y Natalia Luis Bossa, para ampliar en dirección con Heribert Koch, sus primeras actividades profesionales le llevaron al Carnegie Hall (New  York), al Theâtre des Champs Élysées, con la O.P. Portugesa y a la Sala Tchaikovski, destacando en esta evolución la posibilidad de ser dirigido por maestros como Daniel Cohen, Dinis Sousa, Jan Wierba, Martin Sousa Tavares o Nuno Coelho.  George Antheil, primer compositor, estará por su pieza Archipiélago, especie de rumba en su inspiración, destinada a un ballet que le acerca a Darius Milhaud y que tendría como destinatario a Frederick Ashton, aunque en parte, serviría para ofrecer material para su Segunda Sinfonía. Antheil, tuvo en mente ser un segundo Stravinsky, logrando triunfar en París con obras como Airplane Sonata, Sonata Sauvage, mientras recibía el reconocimiento de artistas de élite como Ezra Pound, James Joyce y otros talentos de tendencias modernistas. Tuvo también la oportunidad de provocar un escándalo similar al de Stravinsky, con La consagración de la primavera, en el Théâtre des Champs Élysées, todo ello provocado curiosamente por el director de cine Marcel L´Herbier, por el filme L´Inhumaine. En 1927, presentó un espectáculo en el Carnegie Hall, con un programa de influencias jazzísticas y de un modernismo provocativo, en un cara a cara con la orquesta de W. C. Handy quien pondría en atriles su A Jazz Symphony, con un añadido de una pareja de negros bailando el charlestón, en actitud insolente. Diez pianos, ventiladores eléctricos, una sirena y variados añadidos sonoros, desfilarían por el escenario para aquel Ballet mécanique, que recordaría Les noces, de Stravinsky.

Darius Milhaud, incorporado a este festín, con una de sus obras precisas, La Création du Monde, apreciado por su labor con el Group de les Six, también abordó obras como Saudades do Brazil o Le boeuf sur le toit, destacando por sus hallazgos en el campo de la politonalidad y otros recursos desmitificadores. La Création du Monde (1923) atiende a las estéticas musicales del momento, como no podía ser menos, por su viva expresión y su urgencia de traspasar fronteras, con un aire bárbaro a partir de fuerzas telúricas. De nuevo, La Consagración de la primavera, entra en liza, o la Suite escita, de Prokofiev. También las influencias del jazz, habían tocado su fibra sensible, con una mirada de soslayo, especialmente el jazz de New Orleans, el primitivo y excitante, un material que podría tener recepción en un ballet africano. Obra que tendrá su estreno, sobre un libreto de Jean Cocteau, el 21 de febrero de 1920, en París, en aquel Théâtre des Champs Élysées, con decorados de Raoul Dufy y una orquesta dirigida por Wladomir- Goldschmann, y que no dejaba de bascular entre un divertimento para music-hall, entre roles enmascarados e interpretados por clowns, que atraerían al público asistente. Obra que repetirá por su gancho, como ballet pantomima y luego como concierto, estilo más común en la actualidad, en salas de concierto.

Charles Ives-Three Places in New England-, una obra clave de este norteamericano (1874/1954), compositor que pertinazmente, dejaría este oficio relativamente pronto. A New England Symphony: Three Places in New England , fue estrenada en 1930 en Boston bajo la dirección de Nikolai Slominski, siendo una de sus pocas obras que llegó a escuchar en vivo, tema que le provocaría más de un contratiempo adverso en los resultados percibidos. Obra para gran orquesta, le servirá para la revisión en formato camerístico, para la O. C. de Boston, y que no dejaría de resultar conflictiva. Tres tiempos: Boston Common, con una evocación de la Guerra de Secesión, con marchas militares (Battle Cry Freedom o Marching through Georgia, además del nigro-spirituel Old Black Joe; General Putnam´s Camp. Redding Connecticut, un perfecto contraste y con la misma inspiración sobre una varia sucesión de imágenes sonoras, apoyadas en temas de marchas militares, con detalles de fanfarrias en divertida polifonía; The Housatonic (River) at Stock, lenta ensoñación que remite a un poema de Robert Underwood Johson, dedicado a ese río y a la pradera circundante, en una ambientación brumosa que se resuelve en pianissimo.

George Gershwin-Rhapsody in Blue- solista Vasco Dantas, una sugerencia de Paul Whiteman y que con cierto infortunio podría no haberse llevado a cabo, aunque el trajín cotidiano y la tentación del reto, podrían al final convertirse en su obra concertante por excelencia, cuya base sería la sección lenta in blue, otras ideas se disputarían el resultado mientras preparaba el estreno de Pequeña y dulce diablilla. La forma de Rhapsody no se hizo esperar, ayudado por su hermano Ira, en una reunión privada en casa de Lou Paley, tras interpretar algunos fragmentos. Ira, en aquellas fechas, había estado en el Museo Metropolitano de Arte, contemplando cuadros de Whistling y cuando George sugirió la idea de una Rapsodia Americana, el propio Ira- que pensaba en términos pictóricos- insistiría precisamente en esta Rhapsody in Blue. Ira, su hermano para todos los entresijos, le animará a realizar una ampliación de la obra, revisando los bocetos sobre los que trabajaba. George probó en una versión para dos pianos y durante el proceso, Ferde Grofé, se añadiría a esta aventura creativa, en calidad de arreglista, que ya mantenía con Paul Whitemann, encargándose de su orquestación. El primer ensayo general, se ofreció en el Palais Royal, con la asistencia como invitados de Walter Damrosch, W.J. Henderson, Edwin Hughes, Pitts Sanborn o H.O.Osgood (editor del Musical America), quien mostraría un gran entusiasmo, al igual que Paul Whiteman. Ernest Hutcheson, célebre pianista, realizó un ensayo con otros músicos reunidos para mostrar sus resultados ante el compositor. Un concierto con Paul Whiteman, se ofrecería en la Sala Eolian, el 12 de febrero, de 1924, una sesión promovida por él mismo, en la que invirtió once mil dólares y aunque el aforo estaría al completo, saldaría la sesión con un déficit de siete mil dólares.

Ramón García Balado

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