Escola de Altos Estudos Musicais, Santiago de Compostela
Dos conciertos para esta jornada en el Curso Airas Nunes, en la Escola de Altos Estudos Musicais (EAEM), día 2, a las 19´30 h.-, comenzado con el Trío en Dialèg, integrado por Nicolás Igual Bujeda – violín-; Cesc Corominas i Muñoz- chelo-y el pianista Pau Oliver Rosello, quienes interpretarán el Trío no º 3, en Do m. del Op. 1, de L. van Beethoven, un trío forjado en la ESMUC, y relacionado con los miembros del Cuarteto Casals, siguiendo las docencias del pianista Kennedy Moretti y Joey Grimalt. Nicolás tuvo como maestro a Yuri Volguin, para ampliar con Illya Grubert, Florin Paul (concertino de la O.S. de la NDR); Stefano Pagliari (concertino de la O. del Teatro alla Scala). Pau Oliver Roselló, siguió las docencias de Arturo Fornos, Mª Tomás, Alba Ventura, Marta Zabaleta, Iván Citera. Cesc igualmente con buenas referencias en la ESMUC, había estudiado en el Conservatori I. Albéniz (Girona), y entre sus maestros destacan Abel Tomàs, Arnau Tomàs, Vera Martínez, X. Puig, y en el Sommermusik im Oberen Nageldatd, Leonid Gorokhov. Es dinamizador de proyectos de corte popular como A Compàs del Mon; Ars Movents, la Sinfonice de Cobles o la Jove O. de Cassà.
Beethoven- Trío nº 3, Op. 1, en Do m.-, en sus cuatro tiempos: Allegro con brio; Andante cantabile con variazzioni; Minué, quasi Allegro; Finale:Prestissimo. Sobresalen los movimientos extremos, el primero por sus tintes apasionados y que no desdeña pinceladas humorísticas y luminosas, a través de dos ideas refulgentes, con un apunte que podrá acercarnos a un tema del Prometeo Op. 43, siendo el segundo un desliz estremecedor- sanglotant- que le otorga un palpitar de sombras en los lindes del romanticismo que ya se anuncia, en un joven de 25 años y en su etapa vienesa que reclama una mirada hacia un futuro inmediato. Un trío que sería revisado con el paso de los años, en posibles transcripciones para quinteto de cuerdas y que recibirá un número de catalogación como Op. 104. La serie de estos primeros tríos, queda relacionada evidentemente con aquella estancia en la capital habsbúrgica, en donde tendrá la oportunidad de conocer a lo más granado de la nobleza, gracias a estos tríos que recibieron importante acogida en el Palacio del Príncipe Lichnowsky, al que nuestro genial artista dedicaría el ciclo en su integridad. Para Fortune, suponía la conquista creadora que marcará una época dentro de la expansión tonal en amplia escala, auspiciada por la naturaleza del material y los contrastes dinámicos.
Dúo Casellas – Becker-, formado por Julius Becker (piano), con estudios en la Sweelinck Ac. for Young Talents (Amsterdam)- Marcel Baudet-, y ya en Inglaterra en la Yehudi Menuhin School, siguió en la Hochschule für Musik und Tanz Köln, recibiendo asesoramientos de Claudio Martínez-Mehner y Nina Tichmann. Asistió a masters de Alexander Melnikov, Andreas Staier, Robert D. Lewin y András Kemmenes. Ampliará con maestros especializados en las materias de música de cámara, improvisación y repertorio vocal. Mireia Comas Casella (violin), realizó estudios en el Conservatorio de Victoria Gasteiz (2016/9), para seguir en la Universidad de Lucerna Applied Sciences, con Daniel Dodds y en la Hochschule für Musik & Tanz Köln, con Annette von Hehr; en la Zurich Univer. of Arts, tendría como profesoras a Anna Gebert y a N. Weinmester.
En programa, W. A. Mozart- Sonata para violín y piano, en Sol M. K. 301-, obra del período de Mannheim, de un joven de 22 años y que se hermana con la K. 302, en Mi b M. El Mozart parisino y que para Halbreich, se descubre por su Allegro con espíritu animado y vigoroso al que responderá un tiempo similar de sabor popular casi dentro de los parámetros de los estilismos alla francesa, en el ámbito del rondeau, que sabe destacar precisamente por su gracia en la sección central. Dudas hay en cuanto a la obligada dependencia de esa asimilación definitivamente francesa, por lo que el reparto entre período no dejará de fomentar las dudas. En el transcurso del viaje de Salzburgo a Mannheim, el músico había conocido, como testimonia su correspondencia, un grupo de seis sonatas para violín y piano de J. Schuster (1748/82), maestro de capilla de Dresde y que nuestro Mozart enviará encarecidamente a su hermana Nannerl. Estos dúos un tanto anónimos podrían ser el estímulo para la creación de estos primeros dúos, cuyo título será: Clavier duetti mit violin, un distanciamiento de las antiguas formas de las sonatas con clave y acompañamiento de violín.
Johannes Brahms- Sonata para violín y piano, en La M (Thunersonate) Op. 100- el autor en plena madurez para una de sus obras camerísticas más apetecibles. Allegro amabile; Andante tranquillo; Vivace di qui andante; Allegretto grazzioso (quasi andante). Segunda de sus sonatas en este género y que recibe este curioso título, nacida junto a las cercanías del lago Thun (Suiza), lugar de sus apacibles retiros, en el que nacería otra serie de ciclos de Lieder y otras obras maestras de cámara. El poeta Widman, había sido el primero en descifrar los secretos de esta partitura. La figura de Hermine Spies, una reconocida cantante, alumna de Julius Stockhausen, también quedaría relacionada con ese mundo de Thun, artista que definitivamente, será clave para conocer la evolución de muchos de sus Lieder. Naturaleza, luz, amor, serenidad, impregnan profundamente todas las composiciones de estos años. La confirmación casi extática de esta sonata, podemos encontrarla en el Allegretto grazzioso (quasi andante): La gracia amable de esta pieza proviene del Finale: la misma elección de un tiempo relativamente lento para concluir- con esa indicación-, es emblemática de la naturaleza distendida de esa sonata. Un finale, se materializa en una especie de fresco rondó, que mantiene intacta la dimensión de serenidad. También contribuye el tema- ritornello, que en cada reaparición presenta nostálgicas reminiscencias del lied Op. 65, nº 5, Meine Liebe ist grün o la cita de otro Lied, del Op. 105, nº 4. El tema principal queda por momentos ensombrecido por alguna pincelada de amargura, quizás un aviso del otoño de su vida.
Ramón García Balado