Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Concierto en el Auditorio de Galicia con la Banda Municipal dirigida por Casiano Mouriño Maquieira, contando con la colaboración de Amigos de la Ópera de Santiago - día 10 a la 12´00 h., en el que tendrán protagonismo la soprano Esperanza Mara y el tenor Eduardo Sandoval, para esta sesión dedicada a selectas páginas de ópera y zarzuela y un detalle especial para José Fernández Vide, al que la propia Banda Municipal dedicó una gala, también en colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago el Coro Liceo de Vilagarcía de Arousa y la Agrupación Troyanos de Compostela, contando con un elenco en el que destacaron Patricia Rodríguez, Diego Neira, Gabriel Alonso o Tamara Casás, para la ópera Miñatos de Vran. Esperanza Mara, dedicó desde sus comienzos una atención a las músicas de tradición popular y las formas del Medievo en los estilos de las antiguas cantigas o los romanceros; Cantemos Xuntos, fue uno de sus primeros trabajos de pretensiones divulgativas, a partir de un taller de dinamización. Música Medieval en camino fue uno de esos primeros trabajos a los que se añade el llevado a cabo con Rodrigo Romaní. El tenor Eduardo Sandoval, tuvo como maestros a Elena Obratsova, M. Olivero o V. Galauzine, iniciando su carrera con Los Cuentos de Hoffmann (J. Offenbach), bajo la dirección de Kemal Khan, para continuar con La flauta Magica (Mozart); Cossì fan tutte, en el rol de Ferrando; La Bohème, en el de Rodolfo, o Paco, en La vida breve, de Manuel de Falla y ya en tiempos recientes, una atención destacada al estilo del oratorio y el Lied sinfónico en obras Das Lied von Erde (Mahler); el Requiem, de Verdi; Las campanas, de S. Rachmaninov; De Profundis (Blanquer), mientras que mantiene sus preferencias zarzuelísticas en títulos como Luisa Fernanda, Bohemios, La Dolorosa o El rey que rabió.
Una primera consideración de solidaridad de nuestra Banda Municipal con la Primitiva de Paiporta, formación fundada en 1896, y que cuenta como director a Vivien Gutiérrez, una banda de las consideradas como históricas por su larga tradición que cuenta con coro propio para los programas que lo requieran, además de una escuela de música docente que lleva el nombre de Francisco Llorens, personalidad profundamente arraigada en su trayectoria histórica. La Banda Primitiva de Paiporta, tuvo el privilegio de estrenar obras de un apreciado compositor, del que nuestra Banda tiene afortunadas referencias, Ferrer Ferrán, hablamos de composiciones como la conmemorativa de su centenario, el pasodoble Al Centen Ario o Ceremonial (2002), y Luces y Sombras (2013), puesta en atriles en el Palau de la Música (Valencia)
Una entrada pues con la ópera con la Sinfonía de Norma de Vincenzo Bellini (1801/ 35) cuya esencia incandescente es el aria Casta Diva, del acto primero y que tendría su estreno en el Teatro alla Scala de Milán, el 26 de diciembre de 1831 y que en nuestro país deberá esperar hasta 1834, para presentarse en el Teatro del Príncipe. Ópera que tendrá como principales personajes a la sacerdotisa Norma; al procónsul Polione; a la joven sacerdotisa Adalgisa; al Gran Sacerdote Oroveso y a la confidente de Norma Clotilde, siempre con el protagonismo del coro como parte fundamental del desarrollo. En trascripción de Casiano Mouriño Maquieira, el lamento de Mimí de en La Bohème pucciciana Si mi chiamano Mimi, ópera que tuvimos recientemente en la temporada LXXII de Amigos de la Ópera de A Coruña, dirigida por J.Miguel Pérez-Sierra con la OSG, y en la que destacaron como cantantes Celso Albelo, Miren Urbieta-Vega, Massimo Cavallieri, Helena Abad, Manuel Mas, Simón Orfila o Pablo Carballido, con la colaboración del Coro Gaos, de Fernando Briones. Ópera que se dio a conocer en el mítico Teatro Regio de Turín, el 10 de febrero, de 1896, antes de que en España, fuese el Teatro del Liceu de Barcelona, la ofreciese en la temporada del año 1898. Bizet no podrá faltar precisamente con su emblemática Carmen y en concreto con la contagiosa Habanera, L´amour est un oiseau rébelle, tan común en recitales como agasajo y bis para completar recitales para halago del público entusiasta. Un estilo artísticamente encuadrado en el género de Opéra-comique, sobre libreto de Henri Meilach y Ludovic Halevy a partir del universal relato de Mérimée, de inspiración española con tintes de cartón-piedra, y que subiría a escena en la Opéra Comique parisina, el 3 de marzo de 1875. Nuestro país, tendrá noticias de Carmen en el verano de 1881, en el Teatro Lírico de Barcelona, para solazarnos con sus peculiares personajes desde la propia Carmen a Don José, Escamillo- el torero de Granada-; Micaela, la muchacha ingenua, Frasquita, Mercedes o el contrabandista Remendado y un nutrido ballet. Puccini y las desmesuras de la temible Turandot, aquella princesa china gélida e insensible y que de esta ópera, se elige por su estremecimiento Nessun Dorma, perteneciente al acto tercero, en la voz del príncipe Calaf, hijo del rey Timur y prendado de ella, que canta esta aria en medio de un ambiente fantasmal en la noche de Pekín.
Una canción napolitana de universal aceptación O Sole mio (1898), de Alfredo di Capua, Nápoles vivía entonces el apogeo de los café- cantantes en los qu encontró acomodo un joven Pietro Mascagni, por su parte, el Salón Margherita abría sus puertas al público el 15 de noviembre de 1890, cuyo nombre era un homenaje de sus fundadores, los hermanos Marino, a la reina Marggerita, siendo el primer templo de la llamada Belle époque italiana, nacido un año después del Moulin Rouge de París. Por los mismos años, conocerán sus glorias las famosas internacionales vedettes como Lina Cavalieri, La Bella Otero, Eugenia Fougere; Cléo de Mérode o Loje Fuller, la americana que inventó La danza del Fuego y la bellísima cantante española Consuelo Tortajada. Otro de aquellos lugares de recreo con historia, será el Café Gambrinus, que albergaba una clientela variopinta. Salvatore di Giacomo, tuvo el beneficio de ser el gran artífice de esta canción napolitana de autor, que crearía un estilo de toque aristocrático y melancólico.
Zarzuela por todo lo alto, en la que destacará José Fernández Vide por páginas de la citada Miñatos de Vran, comenzando con la balada de tenor de Manuel y la de Maripepa, quixen morrer! Ruperto Chapí, en arreglo de J.L. Represas, con el número Las carceleras, de Las hijas del Zebedeo, zarzuela estrenada en el Teatro Maravillas, de Madrid, en un estilo de zarzuela cómica, con libreto de José Estremera. Es la Carcelera un tipo de canción o romanza determinada por su ubicación escénica encomendada a una voz central en su enfrentamiento con la orquesta, una obra que resalta con preferencia el protagonismo de la tiple Julia Segovia que era una de las figuras por excelencia del género chico como sabría resaltar la opinión especializada de los años ochenta en foros como El Liberal. Pablo Sorozábal como no podía ser menos, con La tabernera del puerto y la romanza No puede ser, que interpreta Leandro, el joven enamorado de Marola, en un arreglo de J. L. Represas, zarzuela en tres actos y calificada como Romance marinero que tendrá su estreno el 16 de marzo de 1936, en uno de aquellos coliseos históricos, el Teatro Tívoli, de Barcelona, fechas ciertamente inciertas para el país como la historia amargamente sabrá confirmarnos.
José Serrano, con el mismo arreglista para Que no importa que venga, de Los claveles, la romanza de Rosa con la que pretende burlarse de Fernando, de la misma forma que se ha burlado de otros. Rosa, para sorpresa de cualquier aficionado, fue un rol que cobraría cuerpo en la gallega Matilde Vázquez, en su estreno en el Teatro Fontalba madrileño, el 6 de abril de 1926, y que fue recordada en las charlas dedicadas por la USC a selectas Cantantes Líricas Galegas dos Séculos XIX e XX, la misma cantante de la que tendremos razones en el pase del filme dedicado a la proyección de Doña Francisquita, en el rol de Aurora La Beltrana, el día 20, en la Facultade de Xeografía e Historia, y que es un documento histórico realizado en 1934, por H. Berendt, contando con la presentación de Xosé Nogueira.
Reveriano Soutullo/Juan Vert, con Bella Enamorada, de El último romántico, romanza de tenor y página de gran divulgación auspiciada por el libreto de José Telaeche, para esta zarzuela que en su mejor reconocimiento estará destinada al Teatro Apolo, en la primavera de 1928, en ese primer acto, los parroquianos discuten asuntos de la vida cotidiana en los madriles de 1872, con las guerras carlistas como telón de fondo y alguno de los presentes habla de la situación por la que pasa la condesa Aurora de Téllez Cirón, casada contra su voluntad mientras conserva su amor por Enrique de Corbea. Federico Moreno Torroba, casi cerrando, con el Dúo de la flor, de Carolina y Javier, en Luisa Fernanda, en transcripción de quien fuera director de la Banda Municipal D avid Fiuza Souto. Con seguridad una zarzuela que no ha perdido un ápice de su vigencia en los carteles desde el estreno en el Teatro Calderón, de Madrid, el 26 de marzo de 1932 con Sélica Pérez Carpio, Emilio Sagi Barba, Laura Nieto, Faustino Arregui, el actor Manuel Hernández, entre los principales. Para concluir, el mentado José Fernández Vide (1893/1981), con Miñatos de Vran, con el dúo y coro final de Maripepa e Manuel, un homenaje al compositor como reconocimiento, en el momento en el que la USC recibió el legado del maestro el 24 de septiembre en el Paraninfo da Universidade, con una pequeña exposición rubricada con un apunte musical en manos de la pianista Noemí Salomón, que interpretó A Montañesa, Zaera y el Danzón. Una exposición que se presentó como José Fernández Vide. O trafegar dun ourensán, comisariada por Teresa Bellido, Aitana Catalá y David de la Torre.
Ramón García Balado
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