Palacio de la Ópera, A Coruña
James Conlon tendrá en programa con la OSG en el Palacio de la Ópera de A Coruña- día 15, a las 20´00 h-, dos obras que responden a su reconocida trayectoria como pudimos comprobar en otros proyectos: en principio una sinfonía a partir de Pelléas et Mélisande de Claude Debussy, un trabajo realizado por Marius Constant y una recuperación tardía de La Sirenita, de Alexander von Zemlinsky. Conlon fue protagonista de la propuesta ¡ Sólo Música! Del CNDM y el Auditorio Nacional de Música ofrecido hace tres temporadas, en el que abordó Cuatro sinfonías de Schumann y las cuatro de Brahms en lo que se anunciaba como Duelo romántico, para el que se valdría con cuatro orquestas españolas. Otro aspecto en sus preferencias sería el profundo interés por recuperar músicas olvidadas y relegadas a través de su Fundación Orel, centrada en dar presencia a aquellos compositores relegados por el Tercer Reich.
Debussy, recreado en la sinfonía firmada por Marius Constant de la ópera Pelléas et Mélisande, elaborada a través de la poética de Maurice Maeterlinck y destinada a la Opéra- Comique, ópera que en buen criterio se destaca la importancia del estímulo de la evanescencia, la delicuescencia o los misterios inexplicables impregnados de un vago decadentismo casi semisalvaje y en quietud, típicos elementos del Modernismo imperante que se aviene al simbolismo imprescindible por su estética nacida en el entorno de aquel movimiento literario nacido en la Francia de Jean Méréas. Debussy alcanzó a conciencia los límites de aquellos parámetros trasladándolos a sus obras musicales. Músico y dramaturgo, para mayor precisión, habían nacido el mismo año y el drama elegido, impresionará hasta lo más profundo de su sensibilidad al compositor, modificando el texto en algunos aspectos sencillamente prescindibles, sin olvidar que el previsible hipnotismo misterioso de las obras más conocidas, como L´aprés -midi d´un faune o Los Nocturnos, alcanzan en su esencia a esta obra escénica, en la que no hay un lenguaje heroico, llegando la música en su perfilado casi en sordina, a una visión fascinante y renovadora.
Marius Constant (1925/ 2004), fue un compositor y director de orquesta con afortunados orígenes musicales en su ámbito familiar, en Bucarest, en donde tuvo como maestros a Dinu Lipati, George Enescu o Constantin Silvestri, antes de su traslado a Francia en 1946, para recibir el feliz encuentro con músicos como Olivier Messiaen, Nadia Boulanger o Boris Blacher, obteniendo la Diplomatura en L´ École Normale de Musique, con Jean Fournet, en dirección orquestal y Arthur Honegger, claramente fundamental , en composición. Le veremos integrado a partir de 1950, en las iniciativas de recursos electrónicos en el Groupe de Recherche de Musique Concrete, de Pierre Schaeffer, participando como cofundador de France Musique (1954/69). Así surgieron obras como el breve oratorio Le Jouer de flûte, por el que recibirá el Prix Italia o Musique de Concert, para saxofón y 12 instrumentos, una muestra de esa ambición por descubrir la búsqueda de sonidos renovadores, bajo la influencia de quienes habían sido sus maestros- Messiaen y Honegger-, accediendo de inmediato a la dirección musical de los Ballets de Paris, de Roland Petit y Maurice Bejart, con obras como Haut-Voltage, Contrepoint, Cyrano de Berjerac o Éloge de la folie, en distintas temporadas. Suele buscar recursos atonales en esa pretensión de ambiciosos resultados, dentro de la mayor libertad, logrando con todo una aceptación entre los públicos más diversos. Su Concierto para piano, destinado al Festival de Aix-en-Provence, será un ejemplo, lo mismo que los 24 Préludes pour orchestre, estrenados por Leonard Bernstein (1958).
Obras que comenzarán a destacar como la Nana-Symponie, sobre un ballet, que se recibe en la versión condensada, al estilo de las sinfonías programáticas de Berlioz. Rain, Steam and Speed Turner, tres ensayos orquestales, inspirados en la plástica de Joseph Mallord William Turner, cuyo primer cuadro es Rain, Steam and Speed, que usa una técnica difusa que llegará a los posteriores impresionistas, representado a un tren rodeado de neblina y llovizna, que para Constant, pretende realizarse con recursos atonales. En 1963, este compositor integraría el grupo Ars Nova, tomando como modelo el formado por Pierre Boulez. Esta Sinfonía de Pelléas et Mélisande, resuelta en 1983, queda en sus recursos como el arreglo de estudiadas partes orquestales de la ópera simbolista de Debussy, un anticipo de una obra de una década después, Brevissima, sinfonía condensada, respuesta a un encargo de la O. S. de Radio TVE, en dedicatoria a Sergiu Commissiona. En 1992, será elegido como miembro de la Academia de Bellas Artes, en donde ocupará la plaza de Olivier Messiaen, antes de que en 2005, le releve Charles Chaynes.
Alexander von Zemlisky- La Sirenita-, obra ya escuchada a la OSG dirigida por Andrey Boreyko, y al parecer nacida bajo la impresión de un amorío frustrado, intento de superarse a otros trabajos marcados por el fracaso como Der Traumgörge o Der Zwerg. Alma Schindler cautivará al músico por aquella sensualidad glamourosa que le dejará una impresión estremecedora que comenzaría a recibirle para recibir sus clases. El músico, en su actitud equívoca de pretendiente se tropezará con otro de sus fracasos inevitables. Zemlinsky, en el empeño, se consolará con la historia de La Sirenita, de Hans Christian Andersen, a modo de resonancia de su propia situación emocional, y su resultado no dejará de aportar recursos conocidos en Richard Strauss, particularmente en su final extático, en forma de coda que alude a la transfiguración y su promesa de inmortalidad. La Sirenita, fue un fracaso en su estreno vienés, el 25 de enero de 1905, que incluía también Pelleas und Melissande, de Schönberg, situación que le llevó a retirar la obra.
La Sirenita, es obra en tres tiempos, comenzando con Sehr mässig bewegt (Muy moderadamente agitado), tres espacios regidos por una ostentosa orquestación y pasajes de solista en momentos concretos, que describen las vivencias de la protagonista en el palacio de su padre, en las profundidades del mar, en donde deberá esperar a cumplir los quince años- como hicieron ya sus hermanas mayores- y con la marcada obsesión de descubrir que hay por encima de ese mundo. Llegada la fecha, nada podrá la prohibición paterna de acercarse a los humanos. Ella verá un barco que se acercaba al que se sube, en el que se celebra una fiesta por el Príncipe. El naufragio del barco, y su enamoramiento del príncipe, llevará a buscarle entre las olas, mientras que la recuperación de la memoria del príncipe, provocará el acto fortuito de una mutua pasión. El segundo movimiento Sehr bewegt, rauschend (Muy agitado y rumoroso), se desarrolla en el Palacio submarino del rey Triton, padre de la Sirenita, donde pena por haber dejado al Príncipe y sufre el temor por su acción contraviniendo las reglas de su padre, que la sumen en un profundo silencio, confiando sus vivencias a la hechicera de los Álamos, única figura con la que podrá relacionarse con los humanos, para recuperar a su amado, ante las duras condiciones del hechizo, cambiado su cola por dos piernas. Perderá su hermosa voz y quedará muda. Zemlinsky, representa aquí los acontecimientos que van surgiendo describiendo los cambios físicos que alcanzan al amor del príncipe y la inseguridad de los avatares. El final, Sehr godehnt, mit schmerzwollem Ausdruck (Muy alargado, con expresión dolorosa), se dedica a la vida de la Sirenita en el Palacio del Príncipe, el dolor físico de los bailes y el lamento por no lograr su amor ni poder hablarle. La decepción por la boda con la que él creer su salvadora. La Sirenita recibe de sus hermanas un puñal para liberarse del hechizo matando al príncipe, pero más puede su amor y lo arroja por la borda, mientras intenta sacrificarse hundiéndose en el mar, aunque las hadas del viento la acogen como una de ellas.
Ramón García Balado
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