09/10/2023

Ciel d´Hiver: Kaija Saariaho, In Memoriam

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 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela Santiago - 09/10/2023

Auditorio de Ferrol, 10/10/2023

Apertura de temporada de la Real Filharmonía de Galicia en el Auditorio de Galicia con su titular Baldur Brönimann y el pianista Alberto Rosado, para un estimulante programa que incluía  el Concierto para violín de György Ligeti, Ciel d´Hiver de Kaija Saariaho- con ella contábamos como compositora en residencia para esta fecha, pero no quedaba sino rendirle la dedicatoria In memoriam- y las danzas sinfónicas Op. 45 de S. Rachmaninov, con el aliciente a mayores de la colaboración de alumnos de la EAEM. Ciel d´Hiver, de Kaija Saariaho, era un arreglo del segundo movimiento de su obra orquestal Orion, en propuesta de Mousique Nouvelle Liberté para estrenarse el 7 de abril de 2014, en el Théâtre du Chatelet con la Orchestre Lamoureux, dirigida por Fayçal Karouil. Partíamos de un período en el que la compositora finesa trataba composiciones inspiradas en textos de inspiración  poética: Sylvia Plath, para la cantante y amiga Dawn Upshaw quien grabaría Longh mientras interpretaba el rol de Clemence en L´amour de loin e igualmente en Orion. Fidelidades apreciadas por la compositora en esta labor de compartir obras, como hará con el chelista Anssi Karttunen. La lírica sería siempre uno de sus espacios de relevancia como se confirmará en sus óperas L´amour de loin; Adriana Mater, sobre libreto de Amin Malouf, para un trabajo a medias con Peter Sellars y Esa- Peka Salonen y Only the Sound Remains, sobre textos de teatro No japonés, en adaptación de Ezra Pound. Premio del galardón Fronteras del Conocimiento BBVA, destacó por su colaboración con el Instituto de Investigación Acústico Musical del IRCAM y el resultado en lo creativo, dejará un resabio de herencia procedente del espectralismo francés, que redundará en un ejercicio  creador que explorará los límites del sonido, a partir de las tecnologías avanzadas. Puede apreciarse en sus resultados el trato de sonoridades frías en el ámbito de sus gamas en lo que mucho tendrían que decir sus intérpretes. Piezas como la escuchada, tendrá aspecto compatibles con obras como D´om le vrais sens, inspirada en los tapices La dama y el unicornio, para clarinete y orquesta; Stilleben; Vers le blanc hasta Solar y la colorista Petales y Nyhmphea. Densa y atenta a esos recursos procedentes de la escuela del IRCAM.

György Ligeti en su Concierto para piano, del que fue solista Alberto Rosado, quien lo grabó en registro discográfico, con el Plural Esemble y al que tuvimos en las Xornadas de Música Contemporánea 2022, en las destacaron JONDE FOCUS, bajo la dirección de Fabián Panisello. Rosado  con el Plural Ensemble, ofreció en la primera cita una sesión con obras de G. Friedrich Hass; Kaija Saariaho; Fabian Panisello y Steve Reich. El período de composición de este concierto, mostraba su tendencia al uso intenso de las polirritmias, un aspecto que estuvo presente en su evolución y que redundará en una aproximación a culturas distantes de raíces centroafricanas, tras la etapa fundamental de Colonia y Darmstadt, con resultados en este espacio como los Estudios para piano. Desde los fundamentos, Ligeti se preocupará por las técnicas de complejos cromáticos, dejando de ser las alturas del sonido y el ritmo la idea del idioma sonoro, en beneficio de la creación de texturas observadas con independencia armónica del sistema total. En su permanente evolución, el compositor aceptará que cada vez que completaba una obra, revisaría sus posiciones concluyendo por rechazar los estereotipos artísticos sin ceder a  ninguno como definitivo, en función de esa irresistible curiosidad que nos trasmitía en el resultado de esos trabajos, forzado por una irresistible curiosidad, lo que le llevaría a perder aquella entrega a los principios adquiridos en Darmstadt.

El Concierto para piano y orquesta, no será ajeno a esos condicionantes, en los  que el autor pretende mostrar su independencia de los débitos de las vanguardias tradicionales o los posmodernismos. La obra en concreto será una dedicatoria al director norteamericano Mario de Bonaventura, quien lo estrenará el 29 de febrero de 1988, en Viena. Hubo bocetos previos en 1980 pero tardaría cinco años hasta completar el trabajo. Los tres primeros movimientos se presentaron en Graz (Austria), el 23 de octubre de 1986, a cargo del pianista Anthony di Bonaventura, con la Wien Philharmonic O., y al año siguiente, añadirán otros dos tiempos- el cuarto y el quinto-; esperando hasta 1988 para completar la obra en cinco tiempos: Vivace molto rítmico e preciso; Lento e deserto; Vivace cantábile; Allegro risoluto y Presto luminoso. Compleja resulta la propuesta en la plantilla orquestal, por el despliegue de recursos instrumentales que ayudan a su resolución  tímbrica y sonora, una aportación requerida además, ya que al mismo tiempo se dedicaba a ahondar en los Estudios para piano. Perceptible resulta esa recurrencia a las culturas que atraían sus preocupaciones y que se despliegan en los instrumentos de percusión como entramado de recreación observable en sumo grado en el Presto luminoso, una consecuencia previsible de los dos intermedios. Rosado, profundo conocedor de la obra, completó con un bis de métrica rotunda, de la serie de sus estudios, El aprendiz de brujo.

Las Danzas sinfónicas Op. 45, de Sergei Rachmaninov, conocieron su estreno en Filadelfia con Eugène Ormandy  (1941), respondiendo a los títulos de El Día;  El Crepúsculo y Medianoche que al final quedarán postergados por los actuales, aceptado que parte de la música proviene de un ballet inacabado. El Non allegro, se adelantaba  con un arpegio de tres notas sobre un fondo ritmado que dejaba paso al tema fundamental. Una ostentosa idea saltarina ofrecía  un aspecto grotesco marcado por los timbres de maderas. El desarrollo decidía un cambio  de orientación por su talante nostálgico en el que las maderas insinuaban una ambientación pastoral, permitiendo a las cuerdas un mayor protagonismo expresivo. El Andante  con moto-Tempo di valse, se apoyó en una serie de acordes disonantes de metales, que preparar el estilo de vals protagonizado por cuerdas y corno inglés. Un pulso continuo definió este tiempo dejando una sensación de permanente enfrentamiento que añadía matices cercanos a los estilos impresionistas.  El Lento assai-Allegro vivace, se manifestó con regocijo una serie de enfrentamientos entre instrumentos de la orquesta que se entremezcla con el tema del Dies Irae, un capricho recurrente del propio compositor y que anticipó la poderosa parte final, muy reforzada por la percusión. Perfecto contraste sonoro con respecto a las obras de Saariaho y Ligeti

Ramón García Balado

 

Alberto Rosado

Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann.

Obras de Kaija Saariaho, György Ligeti y S. Rachmaninov

Auditorio de Galicia, Santiago & Auditorio de El Ferrol


 

La Reverenza: Cuartertos a partir de J.P. Rameau, para el V Ateneo Barroco

 Igrexa da Universidade, Santiago de Compostela

Una primicia en divulgación para el V Ateneo Barroco, en la Igrexa da Universidade-martes día 10, a las  20´00h-, tentadora iniciativa de la que son protagonistas el grupo La Reverencia, que dirige Andrés Alberto Gómez- al que tuvimos la semana pasada presentando el documental De occulta philosophia, realizado por Daniel V. Villamediana, en 2012, en la Sede  Afundación- y que estará integrado por Pavel Amilcar (violín); José Fernández Vera (flauta travesera); Sara Ruíz (viola da gamba) y el propio Andrés Alberto Gómez, como clavecinista y director. Un programa, que sobre el planteamiento, dice todo sobre sí mismo. Un Premier Quartet (sobre Ritournelle, Air, les Bergères, Sarabande y Chaconne); Second Quartet  (Prelude, Manuet, Tambourin, La Chasse, Entrée de Polimnie, Gavotte, Aie gai en rondeau). Troiseme Quartet ( Ritournelle, Menuet, Viens Hymen, Air gai. Simphonie, Air tender, Gavottes). Quatrième Quartet (Quatour Air Majestueux, Air des Mussetes, Tambourine). Cinquieme Quartet, entre Ouverture, Sarabande, Sous les drapeaux des Mars, Gavotte y Chaconne. Idea de un proyecto nacido a la sombra del trabajo destinado al registro de las Piezas para clavecín en concierto y que tiene fruto en los Quatours, todavía inédito, presentado en este Ateneo Barroco.

La Reverencia, se mantiene en el ámbito de propuestas con criterios historicistas en un dilatada carrera, en la que se comprometen los cuatro miembros, que la ha llevado a dejar razones en festivales como Pórtico do Paraíso, Festival de Daroca, Arte Sacro de Madrid, Sevilla o Música Antigua de Cagliari. En 2013, grabaron De Oculta Philosophia, un documental dirigido por Daniel Villamediana, seleccionado para distintas convocatorias europeas. Un firme bastión de sus trabajos, fue la creación de su sello Vanitas. Andrés Alberto Gómez, tuvo como maestros a Jan Willem Jansen, Tony Millán, Yves Rechsteiner y Huguette Dreyfuss, completando en La Haya con Jacques Ogg y en la ESMUC, con Béatrice Martin. Colaboró en grupos como Les Arts Florissants; Armonía del Parnàs; Tasto Solo, Canto Coronato y con directores como William Christie; Paul McCreesch; Richard Eggard, Ton Koopman o Paul Dombrech.

En propia opinión de Andrés Alberto Gómez, compartida con sus compañeros, la idea conjunta del ideario artístico, proceden de un Jean Philippe Rameau en toda su extensión artística, en un tratamiento conciso y con tendencia a la fabulación, tal cual constatan los resultados de las obras en esa traslación a la forma del cuarteto, elaboraciones tomadas de sus óperas o las piéces de clavecín en concert. Un trabajo de escucha y meditación, desde el mundo de sus óperas, abocan a resultados como los elegidos. Un diseño que se plasmará pues, en el contexto del cuarteto. Por momentos, una reducción de una parte orquestal, desde las preceptivas a ocho voces, para convertirse en cuatro; otras elaborando nuevas contrapartes, además de usar líneas vocales transformadas en escritura instrumental. Rameau, maestro y creador de escuela, gozará de especial nombradía a partir de 1737. El resultado mano a mano de Andrés Alberto Gómez y sus compañeros de travesía, dejan tentadores juego de adivinanzas: Un pequeño movimiento de la opera Hyppolite, en el Quinto cuarteto; un pasaje de menor amplitud a modo de symphonie, de Zoroastro, en el Tercer cuarteto; una leve ritournelle, del Primer cuarteto, que se descubre en el Segundo acto de Le Temple de la Gloire. Un permanente hechizo que estará presente en la opción de las páginas tratadas. Breves momentos; arias cogidas al vuelo; secciones de unión entre escenas, consumación del Rameau más intimista en un principio de entrega a la fidelidad historicista.

J.P. Rameau, tardaría en estrenar su primera ópera, en el punto álgido de su madurez, pero de su ingenio, quedarán más de treinta obras escénicas que en esencia, se repartirán según distintas denominaciones diferentes: Entre ellas, se encuentran ocho actos de ballet; siete óperas-ballet; seis tragedias líricas; cuatro pastorales heroicas; dos comedias líricas; dos comedias-ballet y una pastoral (sin mayor calificación). Unas denominaciones que recurren a la técnica de la combinación, que intenta la obra en función tanto de sus componentes (teatrales o coreográficos), como su carácter (trágico o cómico) y su extensión en número de actos. En un extremo se halla la tragedia lírica, extensa ópera seria en la que predomina el interés por lo teatral, mientras que en el otro se encuentra el acto de ballet. Hyppolyte et Aricie- tragedia lírica, por citar uno de sus espectáculos de gran prosapia, tuvo que esperar hasta la ayuda generosa de un desprendido mecenas, el recaudador general de impuestos  Alexandre Jean-Joseph le Riche de La Pouplinière, quien la encargará en 1731, la responsabilidad de dirigir él mismo a la orquesta. El mecenas, preocupado y entusiasta por los oficios de Rameau, le pondrá  en contacto con mentes privilegiadas como Voltaire, quien le escribirá el libreto para Samson.  Texto y música llegaron a  ver la luz, pero chocaron de frente con la censura imperante, que traería fatídicas consecuencias. Los censores guardan celosamente el éxito considerable de Jepthé, de Monteclair, sobre temática de la Historia Sagrada, y las consecuencias no se hicieron esperar. Desgajes de Samson, acabarán disgregados en otras óperas de su firma.

Ramón García Balado  

 

08/10/2023

Resonet, al servicio de Don Pedro Fernández de Castro, VII Conde de Lemos

 Palacio de Lira (Madrid)  Fundación Monte Manso (Nápoles)

Resonet, el grupo que dirige Fernando Reyes Ferrón y su compañera la soprano Mercedes Hernández, se presentó la semana pasada en el Palacio de Lira (Madrid), para repetir el día cinco de octubre en la Fundación Monte Manso , en el centro histórico de Nápoles, ofreciendo un concierto bajo el reclamo I Lieti Giorni di Napoli, con piezas en atención a la personalidad de Don Pedro Fernández de Castro, VII Conde de Lemos, estudiado en profundidad por la investigadora Manuela Sainz González, en dos volúmenes lujosamente editado por Hércules de Ediciones, y la que en uno de sus capítulos, se analiza aquel período napolitano (1610/6), como virrei, acompañado en la aventura por su pariente Fernández de Andrade. Años gloriosos que destacarán por sus iniciativas filantrópicas y sus ayudas a los artistas.

Resonet, proponía un concierto cargado de contenido pensado en la figura del dedicatario, fruto de su investigación y que, musicalmente, resaltaría la importancia de grandes de nuestras letras y nuestra artes, que le conocieron y apreciaron, dedicándole obras que son patrimonio de nuestro Siglo de Oro. Cervantes, le dedicaría la segunda parte de El Quijote, y algunos entremeses, y en tales consideraciones no faltaron Góngora, Lope de Vega y Quevedo.  Los entremeses cervantinos, ocho en total, muestran una intención cómica, por la mezcla de personajes plebeyos tratados con carácter costumbrista, más acentuado en los cuatro últimos por la acentuación burlesca.

El VII Conde de Lemos había sido aficionado a las artes escénicas, más aún en esos años napolitanos, aprovechando que existía una compañía teatral local, de la que formaban parte Batholoneus Zito y Ambrosius Buonhomeus, quienes harían representaciones de comedias y entremeses, que acudiría a palacio por invitación de Lemos para su deleite. A la compañía, había pertenecido también Agustín Velázquez (El pícaro), viejo soldado que se incorporó a su servicio. Los Lemos, sobresalieron por su afición a la música y a la protección de los musicólogos, como fue el caso de otro protegido, Francisco de Montanos, que merced a ese trato, pudo publicar su Arte de música theorica y práctica, que realizó precedentemente en Monforte de Lemos.  El investigador inglés J. Sherwin, dejó constancia de su estancia con el Conde en la villa de Monforte.

A la altura de 1613, se publicó en Nápoles, con redacción en castellano de la obra El Melopeo y Maestro, un Tractado de música theorica y práctica en el que se pone por extenso lo que uno para hacerse perfecto músico ha menester saber; y por mayor facilidad y comodidad y claridad está repartido en XXII libros. Una obra de Don Pedro Cerone de Bergamo, músico de la Real Capilla de Nápoles. Cerone había estado en España en 1592, siendo nombrado cantor de la Capilla Real  por Felipe II, en un cargo que mantendrá hasta los primeros años de Felipe III. En relación con Italia, encontró que el arte musical estaba poco floreciente entre nosotros, lo que atribuyó a falta de interés docente de nuestros maestros, poca paciencia de los discípulos para perseverar en los estudios  y escasa afición musical de nuestra sociedad.

Resonet, en I Lieti Giorni di Napoli, no dejan de acercarse a aquellas muestras musicales remarcadas por las obras elegidas. Piezas como la de Girolamo Montesardo, en dedicatoria al VII Conde de Lemos, con edición napolitana en 1612, y de su libro en cuestión, se tomaron O Fortunati Giorni; O Felice quel giorno; Scherzo d´Amore; La peregrina; La faceta y Scherzo di Ninfe. Otra de las fuentes, remite a un libro de Giovanni Maria Trabaci, maestro de capilla real de Nápoles desde 1614, destacando un soneto del Conde titulado Ve el Sol en verde paz. La parte musical es una revisión de Fernando Reyes, detalle que observaba claras dificultades.  Trabaci (c. 1575/ 1647), había sido organista y cantante, además de compositor, beneficiándose del nombramiento del cargo oficial gracias al VII Conde de Lemos, tras suceder a Giovanni de Maque. Mantuvo relaciones con la ilustre familia Capoa di  Balzano (1625/30), y bastantes de sus obras, especialmente los motetes, serán calificados como dentro del estilo de Gesualdo, Príncipe de Venosa, preparando lo que vendrá poco después con el cromatismo de Frescobaldi, en el que desarrollará sus canzonas, ricercare, capricci y  piezas instrumentales. Encontrándose dos arrolluelos, fue un posible dedicatoria a Giovanni Battista Manso, Duque de Villa y Fundador junto al Conde de Lemos, de la Accademia degli Oziosi

En el programa, aparecen también fuentes de procedencia francesa de comienzos del XVII, el París de Ana de Austria y con similitudes con la tradición española, editadas en los libros de Étienne Moulinié (c. 1600/ 1669), organista y compositor de Languedoc y maestro de Gaston d´Orléans , hermano de Luís XIII. Autor de motetes y airs de cour (en los que usará indistintamente texto en español e italiano), destacó por sus obras para ballet, en compañía de su hermano Antoine, cantante a la vez que bailarín. Se añaden piezas del Cancionero de Sablonara, compendio de poemas líricos que incluyen música, y de los que son ejemplo los de Elvas; el Cancionero de Medinaceli; el Cancionero de Coimbra  o el Cancionero de La Colombina. En esta relación Repicaban las campanas, elegida para su publicación en cd Les Pellerins, pieza del mentado Étienne Moulinié, un viaje musical en el que destacaron compositores como Robert de Visée; F. Couperin; Sebastien de Brossard y otras piezas anónimas. Repicaban las campanillas, es la elegida, editada en París en 1629 y que conmemoraba los esponsales de Ana de Austria y el rey Luís XIII, un canto sustentado sobre la tarantela, danza representativa de Nápoles. En detalle a mayores, convendría recordar que muchas de las posibles partituras que podrían haber sobrevivido, se perdieron en los incendios del Palacio de los Reales Alcázares y en el del Conde de Lemos, en Monforte.

Ramón García Balado

 

05/10/2023

Nuit d´hyménée...il faut partir hélas!

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 Palacio de la Ópera A Coruña - 05/10/2023

Roméo et Juliette, de Charles Gounod, en un espectáculo procedente de Amigos Canarios de la Ópera, para el LXXI Amigos de la Ópera de A Coruña,  bajo la dirección de Alain Guingal con la Orquesta Sinfónica de Galicia, una afortunada garantía de asistencia en cuanto a la batuta y los oficios de una orquesta con resolutiva solvencia, y la colaboración del Coro Gaos de F.Briones, destacando en los principales roles el tenor Mario Bahg- Roméo de Montaigu-; la soprano Sofía Esparza-Juliette-; el barítono Borja Quiza-Mercutio-; el barítono Gabriel Alonso-Pâris-; el tenor Francisco Corujo- Tybalt-; el bajo Luís López- Frére Laurent-; la mezzo Patricia Illera-Stéphano-; el bajo-barítono Fernando Latorre-Capulète-; la mezzo Irene Zas-Gertrude-; el barítono Jacobo Rubianes-Grégorio-; el tenor Enrique Martínez- Benvolio- y el bajo Cristopher Robertson, como Duque de Verona.  Contando también con las aportaciones en medios escénicos de Daniele Piscopo y Riccardo Roggiani, recreando una ambientación de época atenta a los patrones que el aficionado medio supo apreciar.

Roméo et Juliette se confirma  como epicentro de la lírica francesa definida por las suaves mélodies sentimentales gracias a la fluidez expresiva elegancia, de las que Gounod será magno representante, en aquel París centro oficial en  puja con el poderío de la Grand Opéra a lo Meyerbeer, que devendría en buena lógica por las exigencias de los medios e inevitables carestías, un estilo menos ampuloso. Gounod partiría de una Sapho (I1851), destinada a Pauline Viardot, como aliciente de transición, pero en realidad, no llegaba al grado de reformista, aspecto que compartirá con Ambroise Thomas. Aquella ampulosa Grand Ópera, crearía un mar de dudas: ¿No podría existir una forma intermedia entre aquella y la opéra comique?  Un obcecado cruce de intereses entre opciones casi imposibles. Gounod y Thomas, crearon el híbrido previsible. Lírica será esa expresión que se repartirán ambos compositores. Si Thomas abordará estilos variados en los que se conciten farsa, comedia romántica y tragedia, Gounod será diferente logrando fama inmediata por el recurso a los dramas de Goethe y Shakespeare a partir de Barbier y Carré: Faust (1859) y Roméo et Juliette (1867). El melodismo como seña de dominio personal, se evidencia en esta ópera, casi en el estilo de la Grand Opéra, especialmente en los cuatro dúos de la pareja central o los valses-coloratura, una pura especialidad en lo posible por las exigencias de Mme Marie Miolan-Carvalho- diva glorificada en la Francia de entonces- para disfrute, la arietta de la protagonista redondeada en forma de vals. Roméo et Juliette- libreto de Jules Barbier y Michel Carré- estará destinada al Théâte Lyrique, parisino y en su tratamiento, sobrevivirá al más de medio centenar de operas sobre el drama shakespereano, respondiendo a las demandas de un público preferentemente de clase media, liberando a la ópera de la cargante ampulosidad al estilo de L´Africane, de Meyerbeer.

Roméo et Juliette, una de esas óperas sobre temática del bardo de Stratford-on- Avon y cuyo espectro resistió desde el Globe Theatre, fue codiciado por compositores desde el siglo XVII, tanto en sus comedias como en sus dramas. De sus títulos a considerar, destacan precisamente el elegido y Hamlet. Los amores imposibles de los adolescentes de Verona, vástagos de familias enfrentadas, darán argumentos para I Capuletti e I Montecchi, de V.Bellini, sobre libreto de Felice Romani, quien había adaptado el texto para una anterior de Vaccai o esta con lujo de detalles románticos, sin olvidarnos de la de Barkworth o la de Stephen Sondheim, en la modernización del musical West Side Story de Leonard Bernstein.

Gounod, para Roméo et Juliette, trazará un drama que cumpla con los obligados requisitos de un drama en las cercanías precisas del puro melodrama, tan a la altura de las exigencias de un público que se rinda a una pasión desmedida y que logra el estado de ánimo amargo en el segundo cuadro del V Acto, con el suicidio consumado de los protagonistas, cuya preparación anuncia el coro de inicio con una solemnidad que respondía al drama que desde el argumento de conocimiento general por los aficionados, resulta de por sí evidente. Drama que cruza el salto de siglos para que los libretistas que asistan al compositor, calculen con mesura los gustos que demanda el momento. En lo musical, fuimos  partícipes ya desde el coro en su entrada con Vérone vit jadis deus familles rivales…labor de mérito del Coro Gaos de Fernando Briones nada que objetar, para llevarnos al acto en el que Juliette se presente con el aria- vals Je veux vivre dans ce rêve, para ensalzamiento de Sofía Esparza, una voz expresiva y lírica que nos obsequió con sus mejores recursos,  preparando su dúo con Roméo Le nom de cette belle enfant. Mario Behg- Roméo-, fue el tenor agraciado para ese rol de squillo respetable y precisas agilidades para ahondar en las exigencias del personaje en perfecto acomodo para rendirse al patetismo que requería el sufrido compañero camino de una desesperación con amargo final.

Momentos como el del segundo acto, enzarzados en el drama, el recitativo-cavatine de Roméo L´amour, l´amour…Ah! lève toi soleil, de talante esperanzador y que permitió solazarnos con Ô nuit Divine, el éxtasis de arrebato en mutua contemplación de los protagonistas a los que se añadiría  Gertrude, Irene Zás, una cantante en alza de nuestro entorno, para entregarnos al   tercer acto en el que las convulsiones acuciantes  de la trama del  drama, ofrecía el trío y el cuarteto cargado de tintas Dieu, qui fit l´homme, que se reparten entre Frère Laurent, Juliette, Roméo y la entrada de Gertrude. Voces que cumplieron como de ellos esperábamos, fueron Gabriel Alonso,- Pâris-; Borja Quiza- Mercutio-, en su actitud desafiante y su contrincante Francisco Corujo- Tybalt. De forma distendida y sencilla, la canción que interpretó Stéphano:  Depuis hier je cherche mon maître- Patricia Illera, muy a tono para ese personaje menor e ingenioso.  El IV acto, consuma el estado emocional con el dúo de los protagonistas Nuit d´hyménée…i faut partir hélas!, exaltación de un drama en su grado sumo  como era preceptivo, en preparación del paso al acto final, con el interludio Le sommeil de Juliette. El  sueño eterno  acogió en un abrazo amargo en la escena con el dúo desesperado entre Roméo et Juliette C´est là…Salut, tombeau sombre et silecieux.

Ramón García Balado       

        

LXXI Amigos de la Ópera, A Coruña

Roméo et Juliette. Gounod.

Mario Bagh, Sofía Esparza, Borja Quiza, Francisco Corujo, Gabriel Alonso, Luis López, Patricia Illera, Fernando Latorre, Irene Zas, Jacobo Rubianes, Enrique Martínez y Christopher Roberston

Orquesta Sinfónica de Galicia / Alain Guingal.

Coro GAOS / Fernando Briones.

Escenografía / Riccardo Roggiani. Escena e Iluminación / Daniele Piscopo.  Producción de Amigos Canarios de la Ópera

 

Foto © Alfonso Rego                                                                                                                                                                                                                                                              


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