21/03/2024

Latinoamérica por los cuatro costados

  Santiago de Compostela / Pontevedra - 20/03/2024

Programa de la RFG dirigida por su titular Baldur Brönnimann para un programa centrado en compositores latinoamericanos desde Alberto Ginastera a Arturo Márquez, J.P. Moncayo, Adolfo Mejía y Vicente Ascone contando con el protagonismo del barítono y narrador Darío Solari, con experiencia contrastada en el mundo operístico sin descuidar sus preferencias a la lírica popular de la canción, habiendo sido galardonado en certámenes como el Ferruccio Busoni de Deutschlandberg, el Tito Schipa, de Lecce o el Iris Adami Corradetti, de Padua para un programa dentro de las apetencias del aficionado y del abonado como habíamos disfrutado en otras citas como la ofrecida por Pacho Flores y que dejaría como rédito un registro en cd Cantos y revueltas (Deutsche Grammophon), en un muestrario que añadiría del propio solista una pieza salida de su inspiración, exhibiendo sus proverbiales recursos en la cuerda de ese instrumento.

Alberto Ginastera, tan cercano a nuestros dominios por el ballet Estancia Op. 8, se escuchó  en su versión completa, como obra en un acto y cinco cuadros con clara inspiración en escenas de ambiente rural argentino en medio de la rica Pampa imaginaria y con un talante descriptivo a partir de la poética del Martín Fierro e interpretado con entrega emocional por Darío Solari, mientras que la orquesta recreaba la serie de aires de singular personalidad desde La danza del trigo, a Los puebleros, el Triste pampeano, El amanecer, camino de la Danza Final, un malambo de conclusión, engarzados en los cinco cuadros que se ofrecen en la obra. Para Brönnimann y por el entusiasmo observado, sería un recuerdo de su lustro en convivencia como titular de la Sinfónica Nacional de Colombia, en Bogotá, en donde pudo llegar hasta lo más profundo en el conocimiento de estas herencias latinas. A efectos, nuestra orquesta presentó un refuerzo necesario en metales y percusiones.

Ginastera había obtenido a esas alturas la beca Guggenheim, un período en el que también dejaría otro ballet como Panambi ya en el año 1934; las Danzas argentinas; Los cantos de Tucumán, preparando la etapa gloriosa de Las tres piezas de Malambo y este ballet Estancia (1941), para el Ballet Caravan, obra que se complementará con la Sinfonía Porteña o la Sinfonía elegíaca. Un manifiesto evidente de la voluntad creativa del autor que alcanzará la cumbre en su ópera Bomarzo (M. Mujica Láinez) o la Cantata para América mágica y Don Rodrigo. Aquel Ginastera de la visita a los Estados Unidos, le había permitido relacionarse con músicos como Aaron Copland, Roger Sessions, S. Barber, E. Varèse, E. Bloch, Krenek, Bartók o Stravinski, mientras ampliaría conocimientos en la Juilliard School; la Columbia University; el Berkshire Music Center o la Eastam School of Music.

Arturo Márquez, quien concluiría sesión con el electrizante Danzón nº 2 para enervar el entusiasmo de los aficionados, volvía  con obra después de haberle tenido en una sesión de éxito  junto a Manuel Hernández-Silva (director), en el Concierto de otoño para trompeta y orquesta- Son de luz; Balada de los floripondios y Conga de las flores, destacando como solista Pacho Flores, compartiendo cartel con Efraín Oscher.

Márquez siempre quiso destacar la importancia de los conciertos para instrumentos de metal con firma de compositores mejicanos y aquel concierto en concreto, resultaba un síntesis de toda una herencia de la que se sentía legatario y que acogerá a otros colegas como Roberto Sierra, Paquito D´Rivera, Efrain Oscher o Christian Lindberg integrándose con suerte en el legendario Sistema de Venezuela de Abreu. En su agenda y como referencia, bastará mentar obras como el Concierto Son- flauta y orquesta; Viraje- arpa y cuerdas-; Espejos en la  arena-chelo y orquesta-; Danzas mestizas- clarinete bajo y cuerdas- o los Danzones nocturnos recreados para distintos instrumentos. Márquez siempre tuvo en mente a intérpretes concretos a la hora de encarar sus composiciones. El Danzón nº 2, fue complemento perfecto para añadir ese elemento de colorido en tan estimulante velada.

José Pablo Moncayo con Huapango (en versión camerística), fue pieza de entrada que  guardaba  claras afinidades por  su trayectoria artística, ya que había sido miembro del Grupo de los Cuatro y que como  alumno de Carlos Chávez,  conoció en Estados Unidos las docencias del  Festival de Berkshire auspiciado promovido por A. Copland y S. Koussevitky para el que realizaría Llano Grande o Huapango.

El grupo en concordia Nuestra Música, reuniría a músicos como Bal y Gay, Blas Galindo, Adolfo Salazar, los Halffter- la España en el exilio-, que organizaría los Conciertos Lunes Musicales. Obras de prestigio, sería el Homenaje a Cervantes o el ballet Zapata. El   apartado de su obra vocal, no muy extenso, dejará obra de aceptación popular, con profundo arraigo en la tradición con un trato especial para canto y piano o coro: Las olas que van; La canción del mar, siempre con la idea de no circunscribirse a unas dependencias necesariamente localistas. En el ámbito del  ballet y en colaboración con Elena Noriega, compuso Tierra además de probar en el cine con Raíces, de Benito Alazraki.  La mulata de Córdoba, ópera sobre libreto de Agustín Lazo y Xavier Villaurrutia, resultó uno de sus trabajos más ambiciosos con argumentos que nos trasladaban al período virreinal mejicano. Villaurrutia será partícipe de un guión para el cine para un filme con el mismo título. Nada más propicio para entrar en ambiente,

Vicente Ascone (1897/1979), en cambio de orden en programa, se recibiría tras la suite de Ginastera con cinco canciones en estilo popular, autor se supo prestar atención al mundo infantil con trabajos como los 20 poemas de América, dedicadas a escolares sobre poemas de Humberto Zarrilli y Roberto Abadie Soriano. Siempre acompañándose de arreglos muy sencillos. Un temperamento afectivo y comprensivo por la claridad y pureza de estilo, teniendo en mente la realidad de las escuelas uruguayas, especialmente las rurales. El conjunto de su obra quedará encuadrada en una estética nacionalista con empleo de melodías vigorosas y ritmos pujantes, mantenidos por armonías que muestran los avances logrados en esa época, quizás para mayor reconocimiento en el uso del dominio instrumental que tendrá mejor refrendo en las obras  sinfónicas y camerísticas.

Darío Solari nos brindó con mimo y cuidado los sentires de idoneidad en el conjunto de las piezas: la tonada que era Aquí me pongo a cantarte; la huella en De mi boca a tu lado; la Vidalita del querer, una forma de estilo; la chacarera Como las frutas de monte y el gato Caballito criollo. Una breve concesión para Adolfo Mejía por Acuarela, también recreación popular cercana al pasilllo, danza genuinamente colombiana con reminiscencias de pieza da salón europeizante y que podría recordarnos a este creador en etapas neoyorquinas y parisinas, en las que se curtiría en orquestas de jazz tras su vuelta a Colombia.

Ramón García Balado

 

Darío Solari, barítono y narrador.

Baldur Brönnimann / Real Filharmonía de Galicia

Obras de J.Pablo Moncayo, Vicente Ascone, A. Ginastera, Adolfo Mejía y Arturo Márquez

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Centro Cultural Afundación, Pontevedra

 Publicado en RITMO, edición digital ritmo-auditorio

20/03/2024

Coral Nacional Simón Bolivar: Pueri Hebraeorum, en la Catedral

 Catedral de Santiago de Compostela


 Concierto en invitación abierta con la Coral Nacional Simón Bolivar, dirigida por Lourdes Sánchez y con acompañamiento de órgano de Calio Alonso, en la Catedral compostelana- día 24, a las 21´00 H-, en una cita In Memoriam de quien había sido su promotor y fundador, José Antonio Abreu (1939/ 2018),  del que en la actualidad conserva el espíritu e ideario del maestro, premio Príncipe de Asturias de 2008, creador del proyecto de grandes dimensiones conocido como El Sistema, enfocado a la asistencia y atención de jóvenes y en especial a los abocados a la situación de exclusión social, una inquietud que ocupó su vida desde sus primeras experiencias, tras pasar por las docencias de Doralisa Jiménez de Medina, en Barquisemeto; Moisés Moleiro, Evencio  Castellanos y Vicente Emilio Sojo.  Llegará de inmediato la repercusión de la creación del conocido Sistema, dedicado en preferencia a esas labores de consideración de la que saldrían talentos como Gustavo Dudamel. Ya en 1975, había propuesto un primer proyecto con la O. Sinfónica Nacional Juvenil y la Fundación del Estado Sistema Nacional, preámbulo del que la posteridad reconocerá beneficios irrenunciables. Fue autor de obras musicales: Oratorio; Tríptico para 11 instrumentos y quinteto de vientos y la cantata Veni Mulier de Samaria.

La directora Lourdes Sánchez, dinamizó el proyecto Música para crecer, de la Corporación Andina de Fomento, a partir de 2012, en estos oficios como directora de coros, se había presentado en el Choralfest Alte Oper Frankfurt, preparando nuevas experiencias en Kalkheim; Wupperthal y Köln. Aspecto de interés fue su colaboración con la Compañía de Danza de José Limón, en el Lincoln Center, en una carrera que le había facilitado presentarse en el Festival Mozarteum, de Salzburgo, ampliando perspectivas con la Orquesta S. Simón Bolivar, y en centros como la Fundación Calouste Gulbenkian; la Catedral de Notre Dame, la Capilla Real de Versalles o el Teatro alla Scala, con la Bohème pucciniana. Fue soprano de los Madrigalistas Vicente Emilio Sojo, dirigidos por Ugo Corsetti y del grupo Tientos, de J.R. Maldonado.

Para el programa de esta tarde, obras de compositores de épocas y estéticas claramente distintas. Antonio de Salazar (1650/1715)- O Sacrum Convivium-, compositor mejicano que demostraría una técnica muy desarrollada en el contrapunto, especialmente en esas obras corales y en los motetes, como la pieza que escucharemos de entrada, marcadas por rasgos estilísticos tales como la imitación de efectos antifonales y una vitalidad rítmica acentuada por notas punteadas.  Alonso Lobo (1555/1617)- Versa est in Luctum (Liber Primus Missarum) , había sido un compositor admirado  por Lope de Vega y Andrés Lorente, y respetado por Tomás Luís de Victoria. Fue miembro de seises en la Catedral de Sevilla, donde conoció a Francisco Guerrero, participando con el tiempo en las cortes de Osuna, Medina Sidonia y Arcos. Recibió influencias de Palestrina y de los madrigalistas italianos, cultivando una técnica que le acercaba a la Escuela Veneciana de Gabrieli, siendo su obra en conjunto recuperada por el Hilliard Ensemble; Musica Ficta o Tallis Scholars.

Pau Casals (1876/1973), con una obra tan emblemática como O vos omnes, una de las obras corales que nos dejó el universal chelista con legado que conserva el Festival de Prades, y con una breve composición que no deja de conservar su reconocimiento después de haber destinado la obra a la Abadía de Montserrat, por parte de un artista de integridad ética modélica.  Tomás Luis de Victoria (1548/1611)- Pueri Hebraeorum, encabezado de anuncio del programa, y para Robert Stevenson, en La música en las Catedrales españolas del Siglo de Oro, fue una omitida en la lista de sus motetes, de acuerdo con su propia decisión ya que lo incluyó en sus Motecta (1572), del Domingo de Ramos  y en el Officium Hebdomae Sancte, de 1585.

Músicos del XIX, como Anton Bruckner y Gustav Holst, a caballo de dos  siglos. Le vena mística de Bruckner- (1824/1896), con un Ave Maria, autor de misas, un Te Deum e importantes motetes, había conocido una enriquecedora etapa en Saint- Florian y como organista provisional de la Abadía, siempre determinado por un talante humilde que compaginará en años de madurez en el Conservatorio de Viena, en órgano y teoría musical y como organista de la Corte,  con largos viajes por Europa.  Gustav Holst (1874/ 1934)- Ninc Dimittis-, destacará por sus oratorios y cantatas, como el Cántico de Pascua. Mostraba un gusto por la polifonía, los madrigalismos ingleses y las músicas folklóricas inglesas, con el espíritu de renovación de Henry Purcell.   José  Antonio Abreu (1939/2018), recibirá el justo reconocimiento por la obra Domine, Non Sum Dignus.

Capítulo aparte serán las piezas del bloque final, comenzando por Arvo Pärt (1935)- Da Pacem Domine-, obra de 2004, para cuatro voces e instrumentos de cuerda, encargo de Jordi Savall en conmemoración del Congreso de la Paz, celebrado en Barcelona también  por el Hilliard Ensemble en Saint Gerold (Austria), y en Tallin, por el Coro de Cámara de la O.F. de Estonia, en mayo de 2007.  Ola Gjeilo (1978), ofrece Ubi Caritas, compositor noruego formado en la Academia Nacional de Música para seguir en la Juilliard School neoyorquina y en el Royal School College, de Londres, autor de obras como Sunrise Mass; Dream weaver (para coro, piano y orquesta) o Northern Lights y The River, para coro.  De Letonia proviene Eriks Esenvlads (1977)- O salutatis Hostia-, director del Coro Ricercare al que se pudo escuchar en las programaciones de la Fundación Juan March, destacando entre sus obras, Passion and Resurrection y Darkness of LightJosep Vila (1966)- In Paradisum- es obra con dedicación familiar de quien había destacado como director de coros, como el Cor de Cambra del Palau; el Orfeó Catalá; el de Cambra Francesc Valls y el de RTVE entre 2007/10.  De Filipinas llega Alejandro D. Consolation II- Veni Creator-, con estudios en el Westminster Choir College  y el College Princetown de New Jersey.    César Alejandro Carrillo (Venezuela, 1952- Crux Fidelis-, cuyo trabajo se inspira en la tradición de Palestrina, Orlando di Laso, Byrd o Tomás Luis de Victoria, antes de acercarse a Poulenc y Bruckner y Howles.  Para cerrar, Eric Whitacre ( 1970), con Sainte- Chapelle, obra de este norteamericano que remite a la poética de Charles Anthony Silvestri y destinada a conmemorar el cuarenta aniversario del grupo The Tallis Scholars, con estreno en la Catedral de Saint Paul, en Londres, en marzo de 2013, una pieza expresa en un canto sencillo y cálido.

Ramón García Balado

 

19/03/2024

El saxofonista Alejandro Oliván, solista con la RFG, dirigida por Jessica Cottis

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Auditorio de Ferrol


Concierto de la RFG dirigida por Jessica Cottis destacando como solista la saxofonista australiana Amy Dickson en un programa que destaca obras como el  Island Songs, de Peter Sculthorpe, obra en dos piezas: Song of Home y Lament of the Yearning, la Sinfonía nº1, en Re M. Op. 25 (Clásica) de S. Prokofiev y la  Sinfonía nº 104,  en Re M. (Londres) de J. Haydn. Sesión que se ofrece en el Auditorio de Galicia-día 21 a las  20´30 h., con cita previa de Conversando con…con el protagonismo de la solista 19´45 h., para repetir mañana en el Auditorio de El Ferrol, a la misma hora. El saxofonista Alejandro Oliván, especializando en repertorios contemporáneos, estrenó obras de Georghes Aperghis, Peter Eötvös, Simon Steen Andersen, Yahir Klartag, Nadir Vassena, A. Arroyo, Volker Heyn, Germán Toro Pérez, Tobias Krebs, Marcelo F. Lazcano o Bethany Younge. Realizó sus primeros estudios en el Conservatorio de Huesca, con David Ruíz antes de trasladarse al de Castilla y León (2010/4, teniendo como maestro a Andrés Gomis, y seguir en la Hochschule für Musik Basel, en el aula de Marcus Weiss. Recibió galardones como el Primero del Concurso Basel Gesellschschaft; segundos de los Kiefer Hablitze y Exisentia (Italia), tras recibir becas como la Lyra Stiftung- Förberg Schneider y la Belinda Esterhazy. Colabora en proyectos de élite: la Kammerorchester Bassel; el ORCAM, el Lucerna Festival o el Ensemble Zürich Collegium Novum  y el Cuarteto Sigma Project.  Muestra interés por la pedagogía en sus labores con la Manhattan School of New York y la Longy School of Music (Boston). Es miembro del Duo Signal; del Fx Kollektive y del Gyre Ensemble.

Jessica Cottis, directora ya conocida, fue asistente de Vladimir Ashkenazy en la O. S. de Sidney, antes de probar con formaciones como la London S.O.; la Royal P.O.; la Sinfónica de la BBC, la O.S. de Houston; la London Sinfonietta, las de Malmö, Oulu y responder a invitaciones de los BBC Proms. Se estrenó con la Royal Opera House (2017), con el estreno de la ópera Mamzer, de Na´ama Zisser, que le facilitaría otro compromiso con el estreno de The Monstrous Child, de Gavin Higgins, trabajos presentados en la Royal Opera House, que le valieron el reconocimiento por parte de la crítica profesional o de los aficionados. Actividades que garantizaron su prestigio que repite experiencias con las mismas orquestas citadas y que se ampliarán con la English Chamber Orchestra, la O. S. de Singapur o la Royal Philharmonic Liverpool. De la temporada 2019/20, recordamos el Concierto de Aranjuez de J.Rodrigo con Enrike Solinís, entre obras de Stravinski y L. v. Beethoven.

Peter Sculthorpe, autor de obras emblemáticas y reivindicativas en defensa de ancestrales raíces, nos ofrece en Island Song una obra con  la que la intérprete está profundamente comprometida. Island Song, recurre a la ancestrales tradiciones nativas australianas, reflejadas en sus dos tiempos: Song of Home y Lament of the Yearning, en un trabajo de 2012, para el Presteigne Festival of Music and the Arts Limited y que musicalmente es una pieza de unos 18 minutos, para saxo soprano, saxo alto, percusión y cuerdas, dedicado a David Matthews, verdadero testimonio artístico del autor, dentro de esa búsqueda de sonidos seductores por sus llamativos recursos tímbricos e imaginativos como podremos comprobar. Una búsqueda de leyendas y lugares sacros aborígenes, cuyos antecedentes para el autor nos traslada al movimiento literario Jindyworobak, radicado en Adelaida, que defendía aquellas tradiciones milenarias con su halo de identificación. Sus estudios comenzaron en la Melbourne University, para continuar en Oxford, recibiendo asesoramientos de Edmund Rubbra y Egon Wellesz. Supo distanciarse de las vanguardias, apostando por  una personal tendencia y para modelo, su obra El quinto Continente (1963). Vendrán las obras de absoluta ratificación: Mangrove, de talante ecológico; Mountains o Child of Australia; Port Arthur, lamento que retrata un extermino masivo en una cárcel; el Cuarteto de cuerda nº 14, que evoca el norte de su isla natal; Songs of Sea and Sky (1987); Kakadu, de apabullante orquestación; Nourlandgie, para guitarra e inspirada en los paisajes del parque del mismo nombre; Jambiru Dreaming (1992); la tercera sonata para cuerdas, basada en el jambirú, ave legendaria de los pantanos de Autralia, en donde, como en otras obras, indaga sobre las texturas y timbres con cierta aproximación al Penderecki de comienzos de los sesenta. Sun Music, había inaugurado un ciclo de 50 obras orquestales de meridianos resultados, destacando composiciones como el Requiem, grabado por la O.S. Adelaide por Arvo Volmer y James Judd; Spirits of place, obra camerística confiada a A. Sukarlan, David Appelaniz y Emma Alexeeva o la serie de Cuartetos de cuerda, con el Brodsky String Quartet y la mezzo Anne Sophie von Otter.

Sergei Prokofiev con la Sinfonía nº 1 en Re M. Op. 25 (Clásica), año en el que conocerá a Maikovski y a Kameski, poeta futurista para el que brindaría algunas piezas para su cabaret literario y que contaría para el esteno de esta obra, con la presencia de Anatoli Lunacharski, entonces un alto cargo con responsabilidades oficiales. Barruntaba la intención de trasladarse a los Estados Unidos, pretendiendo la aprobación de tan dilecto personaje junto a la de Máximo Gorki. Obra de 1917, verá su estreno en Petrogrado,  calificada en lo posible como obra modernista y bajo su propia dirección que vagamente se encuentra inmersa dentro de las estéticas neoclásicas muy en boga. Cuatro tiempos desde el Allegro pleno de sonoridades reconocibles partiendo de un primer tema locuaz, con notas en arpegio y grandes intervalos picados de violín frente a un fagot en staccato. El Larghetto, repartido en tres espacios, puede sugerir un minueto acentuado con un apunte agudo del violín alternando con pinceladas en staccato y un fagot caprichoso.  La Gavota, tiempo divertido por excelencia, es idea muy de su estilo, resuelto en la forma ABA, realzando el protagonismo de las maderas y que volverá a aparecer en el ballet Romeo y Julieta. El Final- Rondó sonata-, recupera el brío del tiempo inicial, cobrando un rol clave los timbales acentuado un aire popular de inspiración rusa.

F.J. Haydn y la Sinfonía en Re M. Hob. I. 104 (Londres). Obras del capítulo Londres- Salomon (1791-5), por la digna persona que le realizó el encargo de las obras Johann Peter Salomon (1745/1815) y que supone el grado de su tratamiento de esta forma destacando el uso de instrumentos solistas e independientes. Las que llevan sobrenombre, no renuncian a un aire pintoresco logrando en general una mayor aceptación en parte por la ampliación en la paleta de su sonoridad. Partiendo de una introducción lenta en Adagio en forma de un unísono que le facilita una ostentación claramente destacada preparando el  tema  del que vendrá un Allegro, confirma de inmediato. El Allegro comedido marcado por las cuerdas camino de un desarrollo basado en un motivo de notas de irrenunciable poderío. La recapitulación supone volver a la melodía facilitando un episodio en tres partes, presidido por instrumentos de madera, en  tres secciones, encaminándose  hacia una coda de apacible sentido poético. El Minueto  no renuncia a este intercambio de guiños en el que el trío se resalta como contraste preciso  y atractivo camino del Finale, spiritoso en forma de sonata y que se basa en una melodía croata o inglesa (una tonada callejera-hot cross buns-), que reaparecerá  en otras de las  danzas checas para el teclado de Bedrich Smetana.

Ramón García Balado

 

17/03/2024

De Mar a Mar, de Jacobo Gaspar, frente a Stravinsky y Schumann

 Santiago de Compostela / Vigo - 15/03/2024

La alemana Johanna Malangré dirigió a la Real Filharmonía de Galicia contando con la colaboración de alumnos de la EAEM en sesión compartida con la musicóloga Rosa Fernández, para las obras de Jacobo Gaspar y Stravinski, poniendo en atriles el estreno de la obra De Mar a Mar, de Jacobo Gaspar, y las Danzas Concertantes de Igor Stravinski, completando la Sinfonía nº 2, en Do m. Op. 61, de Robert Schumann. La directora ejerció recientemente como titular de la O. N. de la Picardie, tras probar como asistente de la Köln C.O. y realizar masters con la City of Birmingham S.O., espacio que le valdría para probar con formaciones como la Wuppertaler Sinfonieorchester, la Orchester Lamoureux, la Wiener Kammerorchester, la Orchester de Bretagne, además de promover el Lucerne Festival Contemporary O., siendo merecedora de la concesión del Primer Premio del Concurso  MAWOMA, en un jurado presidido por Dominique Meyer, director del Teatro alla Scala. La ópera atrajo su atención en producciones para el Staatstheater Cotbus O. y el Meininger Hoffkapelle. En sus referencias, siguió las docencias de Johannes Schlafli (Zurich), Bernand Haitink, Paavo Jarvi, Nicolas Basquet y Reinhard Goebel.

Jacobo Gaspar volvía con estreno tras otro anterior  como había sido Via Láctea. Haiku espiral, en una cita dirigida por Paul Daniel, que incluía también de Antón Alcalde su obra…That pale blue dot Op. 22, entre la suite Los Planetas de G.Holst y una selección de La guerra de las Galaxias, de John Williams. Jacobo Gaspar fue premio en la XX edición de Jóvenes Compositores por Ambar, en una convocatoria celebrada en el Museo Reina Sofía, ante un jurado presidido por Carlos Cruz de Castro, Zuriñe Fernández Guerenabarrena, Agustín Charles, Sofía Ramírez e Iñaki Alberdi, galardón que se añade al premio Xavier Montsalvatge, de la Fundación Autor CDMC; el del VI Int. Jurgenson Competition for Young Composers (Moscú); el del Público del Isang Yun Int. Competition Prize (Seúl), recibiendo también la Mención de Honor del Valentino Bucchi-Parco della música (Roma) y un Segundo del Póvoa de Varzim (Portugal).  Fue alumno de Carlos Cambeiro, Joam Trilho y Pablo Beltrán, realizando un posgrado con J. M. López López.  El espectro sonoro en gran amplitud se incluye en sus ambiciones creativas, materializándose en el conjunto de las obras que da a conocer.  Las complejidades de los recursos acústicos son igualmente un estímulo a tener en cuenta dentro de esa dimensión creativa y para dar fe esta pieza De Mar a Mar, preciso Mar de fondo en lo sonoro: la acentuación de las tímbricas, el ensanchamiento de la paleta orquestal en cuanto a los armónicos y enarmónicos que no duda en los apuntes microtonales para decidirse por una actitud que tanto inquieta y para bien, a nuestros creadores actuales. En ello, pudimos apreciar los breves comentarios de Rosa Fernández, que también sabría transmitirnos en la obra del ruso.

Igor Stravinski con las Danzas concertantes, obra nacida mientras se entretenía con otros compromisos debidos al mundo del cine a través de trabajos alimenticios. Eran tiempos en los que la Orquesta de Werner Janssen, de Los Ángeles, se aprestaban a ofrecerle la posibilidad de un encargo puramente camerístico y que completaría entre 1941/2, obra con posibles pretensiones escénicas con el aliciente añadido del título, para estimular el ingenio y que en definitiva, será su objetivo el mundo del ballet, confiando en el mundo recreativo de Ballanchine y sus Ballets Rusos, establecidos en Montecarlo. Para Stravinski, nada más tentador, basculando entre sus ambiciones rompedoras y la necesidad de tratar los valores rítmicos hasta sus máximas posibilidades. Un trabajo que para mayor fortuna, dispondrá del complemento escénico de los decorados de Eugène Berman, entonces uno de sus colegas en California. Las Danzas concertantes, quedan confiadas a una plantilla de 24 músicos y que como resultado, no dejaría de suscitar rechazos entre los entusiastas de La consagración de la primavera o Las Bodas. Obra que ganó enteros con el paso del tiempo, detalle consumado por su eclecticismo y vistosidad que resumía el destino de la pieza. Una Marche- Introduction, enmarcada en el talante de un concerto grosso, destacaba apuntes de la trompa a la que respondía un violín, antes de ceder al Pas d´action, que se manejaba con variadas yuxtaposiciones, siempre sorprendentes. Cuerdas y maderas, resultaron un idóneo contrapunto, con un silencio descriptivo y un añadido  de citas imaginarias  desde lo burlesco a lo grotesco. Un Thème  varié, alegre y resultón, especie de collage de episodios opuestos, nos traslada a un Pas de deux, preparando la Marche-conclusion,  tomada de la primera y que resumió lo que es una composición encuadrable dentro del neoclasicismo en boga. Excelente oficio de comprensión de la pieza con evidente destino final y que nos ofreció Johanna Malangré, quien habrían de abordar en el juego de sus obsesiones lo que vendría a continuación.

Robert Schumann- Sinfonía nº 2, en Do M. Op. 61-, fruto por propia confesión de uno de sus períodos de caída emocional y ofuscación mental, reflejado en una obra que desde el Allegro ma non troppo, no disimuló una entrada solemne a cargo de trompas, trompetas y trombones a través de un primer tema que recuperaría  luego en la  coda de este movimiento, para recuperarlo en el segundo tiempo, Scherzo: Allegro vivace,   permitiendo un desarrollo extenso y elocuente con respecto a la idea de la obra, auspiciado por la tonalidad del movimiento. Curiosamente, su comienzo parecía  desmentir el mentado estado de ánimo del compositor. Tiempo  de sólida consistencia que se manifestó  como un perpetuum mobile, en clara respuesta al Allegro, destacando el planteamiento elaborado a través de sus dos tríos en ansiado contraste que desmentía  el imaginable segundo tiempo en forma de Adagio espressivo,  que se desplazaba  al tercer tiempo, uno de los más sensibles de su estilo y escrito en una tonalidad menor. La melancolía manifiesta, sirvió para aceptar la evolución de la sinfonía que concluyó en un Allegro molto vivace,  de obsesiva afirmación rítmica entre oposiciones binarias y ternarias, dejando un breve apunte con una cita del Adagio.

Ramón García Balado

 

Real Filharmonía de Galicia / Johanna Malangré

Obras de Jacobo Gaspar, I. Stravinski y R. Schumann

Teatro Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Comentario en RITMO, en edición digital ritmo.auditorio
 

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