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14/05/2024

Enrico Onofri con la RFG, entre Beethoven y compositores del clasicismo

 Círculo das Artes, Lugo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Visita de Enrico Onofri de nuevo con la RFG, siempre con la actitud entusiasta para un programa que le viene a su medida, para los dos conciertos, el primero en el Círculo das Artes de Lugo día 15 a la 20´00 h-, y el segundo al día siguiente en el Auditorio de  Galicia-20´30 h-, añadiendo sesión previa de Conversando con…19´45 h., en charla distendida con los aficionados, anunciando en programa obras de A. Sachini, J.M. Kraus, F. Paër y L. v. Beethoven, Onofri es un talentoso maestro que probó la dirección con formaciones como La Toscanini (Parma); Münchener Kammerochester; National d´Auvergne; Haydn Philharmonie; Ac. Montis Regalis; siempre atendiendo a criterios musicalmente informados. Tuvo primeras experiencias con J. Savall, en la Capella Reial, como concertino,  para seguir con Concentus  Musicus WIen; Ensemble Mosaiques e Il Giardino Armonico, comenzando largas giras mientras probaba como director residente en la Wiener Kammerorchester, el Festival de Lucerna, el Maggio Musicale Fiorentino, además abordar producciones operísticas en un intercambio de proyectos. Sus registros recibieron premios como Grammophon Award; Grand Prix des Discophiles; Fondazione  Cini (Venecia); Diapason D´ Or o Choc de la Musique, Ejerce la docencia en el Conservatorio A. Scarlatti de Palermo.

 Onofri, en libertad de ingenio por el programa elegido y en especial por obras nacidas del espacio escénico nos ofrecerá: Antonio Sacchini- Ciaccona en Do m-, florentino igualmente, sabrá seguir los dictados de las docencias en el Cons. San Onofre (Napoli), siendo un apreciado compositor de óperas de género serio: Allesandro nell´Indie (libreto de Metastasio); Olimpiade; L´Isola d´Amore, preparando su traslado a Venecia como director y probar después en Londres, con títulos como Didone abandonata (Metastasio, como garante), o Tamerlano, para el Haymarket, de la capital. Célebre había sido su disputa con Piccinini, por Chimene, en la Guillard Opéra, en 1784, un músico afecto a las formas clásicas en sus propuestas más convencionales.  

Josef Martin Kraus- Sinfonía en Do m.-, alemán destinado a ejercer su carrera en Estocolmo y atento a esas corrientes clasicistas que determinarán a toda una generación, marcado por sus estudios en Maguncia, con los jesuitas en las aulas del abad Vogler, probando de cierto en otras materias ajenas a la música. Hacia 1778, se decidirá por ese traslado a Suecia que resultará definitivo, acaparando obligaciones directoriales en la Orquesta de la Ópera Real de la Corte, oficio que redundará en una carrera con seguras perspectivas y que le permitían giras por Europa, conociendo a maestros como Franz J.Haydn; Christoph Willibald Gluck o Albrechtsberger. La música instrumental será uno de sus grandes recursos y para muestra la obra que se nos ofrece, impregnada de los modismos que anuncian nuevos estilismos.

Ferninand Paër, compositor parmesano con otra obertura, en concreto de su ópera Leonora, músico que siguió la escuela del napolitano Gaspare Ghiace quien orientó su futuro en óperas como Orphée et Euridice (en francés), destinada a Parma. Maestro de capilla, fue afortunado en este espacio del género lírico, con óperas como Le Astuzie amorose; I Pretendenti burlati, poco antes de ser invitado a Viena acompañado de la cantante Riccardi- su mujer-, para trabajos como esta Leonore ossia l´amore conjugale, a partir del conocido texto de Bouilly, merito que le facilitará su incorporación a la corte napoleónica, desde la ocupación en Varsovia hasta su vuelta parisina, como sucesor de la Capilla Imperial. No fue ajeno a las notorias influencias de las músicas de su tiempo, desde Cimarosa a Guglielmo o Cherubini y Mozart.

 Beethoven y la Sinfonía nº 4 M. Op. 60, obra del período vienés y destinada al Palacio del Príncipe Lobkowitz, uno de sus habituales mecenas, con estreno en 1806, antes de su presentación púbica poco después en el Hofftheater, en donde fue bien acogida. El conde Oppersdorf, apreciado melómano y mecenas ilustrado, fue uno de sus mayores defensores, para esta obra que culminaba un período de buenas noticias tras la recepción de los exigentes Cuartetos Razumovsky y el estreno del Concierto para violín Op. 61, quedando en medio, la noticia incierta de sus devaneos amorosos con la condesa Therese von Brunsvik. Cappelletto no negará el reconocimiento de la obra, aceptando que era una composición alegre y luminosa, ajena a la marcha fúnebre de la Heroica, para esta obra encuadrable entre la segunda repetición de Fidelio y un viaje a Hungría, precisamente para encontrarse con su apreciado conde von Brusnvi

El Adagio inicial, una deuda con el viejo Haydn, resulta un tiempo inusualmente largo dentro del sinfonismo beethoveniano, concediendo protagonismo a lo instrumentos de viento y una recreación misteriosa de las cuerdas propiciando el encanto sonoro de los clarinetes y con la vista puesta en el realce por el batir de timbales mientras tímidamente asoman detalles, para un tutti que de ofrece en forma de cantábile gracias al clarinete  y  resto de maderas y trompas sobre un acompañamiento orquestal que aboca a un panissimi al que sigue un fortissimo,  que nos llevan   al Allegro vivace, Si b M., en forma de doble scherzo acompañado por dos tríos, tiempo tenso en fortissimo a partir de los primeros violines, clarinetes y fagotes, sobre un acorde perfecto de Si b. y una vuelta al scherzo. Un pocco meno allegro, resurge en las maderas y trompas con respuesta en primeros violines, hacia la entrada de fagotes, segundos violines y violas, en una pronunciada acentuación. El Allegro ma non troppo final, expresa una ligereza apacible que deriva en un vértigo que desdice el planteamiento de las sinuosidades de los violines, entre arabescos instrumentales que facilitan el enérgico final en tutti, en su cascada de acordes desde el primer tema enunciado, preparando otras figuraciones coloristas de oboe y arpegios de violines culminados en una detallada reexposición y la correspondiente coda vivaz y entusiasta, propiciada por un breve desarrollo entre frases omnipresentes que arrastran al resto de la orquesta sin concesión alguna.

Ramón García Balado  

23/04/2024

Pleasure Island, con la RFG dirigida por Sebastian Zinka

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Programa de divulgación a partir del espacio de la danza con la RFG  por el director asistente Sebastian Zinka, y que incluye en programa las Danzas concertantes de Igor Stravinski e Internités de Januibe Tejera, a repartir en tres fechas- días 25 y 26, a las 11´00 h. y día 27 a las 18´00 h-, un espectáculo que tendrá como protagonistas  a Cristina Cubells, en dirección artística y a Estela Marlos y  Ariadna Montfort, como interpretes y autoras de las coreografías. Sebastian Zinka, quien tuvo ya el beneficio de dirigir a la RFG en programas que incluían obras de Inés  Badalo, Manuel de Falla y J.C. Arriaga, tras probar a gran altura con la Suite Alegrías del exiliado Roberto Gerhard y su Primera Sinfonía, es un músico que se forjó en la Ac. de Festival de Lucerna, para recibir un tercer galardón en el Concurso Antal Dorati (Budapest), llegando a ser asistente de Mark Wigglesworth, en el Teatro Real, en La Nariz (D. Shostakovich), idea de su interés por el género lírico. Estuvo al frente de orquestas europeas de primer rango, tras sus estudios de dirección en la Ac. Sibelius (Sakari Oramo) y en Berlín, con Harry Curtis, además de masters seguidos con Jorma Panula, Johannes Schaefli, N. Pasquet, Sussana Mälkii o P. Eötvös.   

Januibe Tejera- Internités-, es un compositor que trabajó con el Ensemble ICTUS, el Ensemble Modern, la O. Philharmonic de Radio France, el Festival Présences, las citas de Darmstadt o Milán y fue premiado por la Foundation Salabert, la de Radio France, la de Nadia y Lili Boulanger, el Ministerio de Cultura de la Comunicación de Francia, el Ministerio de Cultura de Brasil, el IRCAM parisino, la Escola de Música do Estado de Sâo Paulo o la Universidade Federal Rio Grande do Sur. Siguió masters de Gérard Pesson, Flávio Oliveira,Tom Mays, ejerciendo la dinamización del Festival Contemporâneo MS. La obra en cartel estuvo en cartel en las programaciones del Palau de la Música de Valencia, con estos intérpretes, en una iniciativa nacida en los proyectos del ESEMS, y que en lo esencial, remite al mundo onírico de los relatos de Franz Kafka y Julio Cortázar. Para el programa, el reparto comenzando por Non se culpa a ninguén (1956), de Cortázar, contando con el apunte instrumental de Internités, de Januibe Tejera (2020), en volandas según Estela Martos, con coreografías de ella y del Ariadna Monforte, quien también será responsable de la dirección. As preocupación dun pai de familia,nos lleva a Kafka y musicalmente a las Danzas concertantes de Stravinski, con el protagonis-mo de Estela y Ariadna

Igor Stravinski-Danzas concertantes-, obra para 24 intérpretes y que nos lleva  a su etapa americana, en respuesta a las demandas de Hollywood, de la que surgirán encargos como esta obra que desde su patrón nacerá como proyecto para el ballet, confiando en las coreografías de Balanchine, en 1942, aunque tardará dos años para que los Ballets Rusos de Montecarlo, lejanos de los de Diaghilev, tendrá como resultado un trabajo con decorados pintados por Eugène Berman, uno de los grandes amigos del compositor. Un proyecto artístico que decididamente poco guarda en común con La consagración de la primavera o Las Bodas. Sin ser obra de grandes ambiciones, merece un trato de debida consideración gracias a su eclecticismo extremado que aporta un mundo descarnado de una considerable simplicidad en lo esencial, que prefigura si cabe el estilo serial del compositor. La marcha inaugural, se asimila a un concerto grosso, con un pasaje medio de trompa y un solo de violín. El paso de acción realza contraposiciones estimulantes y las Variaciones centrales, suponen el pasaje magistral de la obra. Destacan los enlaces seductores de las cuerdas  y las maderas, además de las ornamentaciones. Un cortejo de citas imaginarias concluyen en pasajes abstractos, casi burlescos. El paso a dos es una  mezcla de episodios claramente enfrentados y líricos, ciertamente humorísticos que nos conducen al regreso de la Marcha que mantiene en lo primordial esa idea de obra del período neoclásico.

Cristina Cubells- dirección artística- se formó en la Universidad UC3M. y recibió una beca INPPhiINT, realizando masters con en teoría y crítica cultural, probando también en la ESMUC, en piano y pedagogía y en la Universidad de  Barcelona, en psicología. Realizó proyectos profesionales entre los que destacan Sempederitiques- para la ESMUC-;  talleres de especialización para varias editoriales; Tenorio, obra escénica para el Teatro Real, esta Pleasure island; el Proyecto Grimm, dirigido por Malvat Alramli, su ayudante en labores coreográficas. También Struwwelpeter, sobre relatos estremecedores de H.Hoff que se destinará al Palau dels Arts, y los Teatros del Canal.   Ariadna Montfort, se formó en la Escuela Atelier, en el Rudra Bejart (Suiza), teniendo como maestros a Stijn Celdos, Ohad Naharin, Sharon Eyal y Yo Strongs. Creó la Compañía La Veronal (2013)-galardonada estos  días en los Premios Talía- que con el espectáculo Muaré, logró el Premio de Danza Sala Mínima, contando a la vez con dos denominaciOnes para los Premios Max.  Estela Merlos, fue protagonista en proyectos como Internites (2021), un proyecto dentro de las iniciativas del Palau de les Arts (Valencia). Es bailarina y coreógrafa profesional, con larga experiencia como free-lance. Sus años de formación la llevan a la Escola Danza Madó antes de trasladarse a Inglaterra, para continuar en la Central School of Ballet, destacando en espectáculos como The Coast of Living. Otras iniciativas la llevaron a colaborar con el Teatro Kirov- La Bayadera-, el Northern Ballet Theatre- El lago de los cisnes-; el Cannes Jeune Ballet Rossetta Hightower, dirigida por Monique Loudiers o espectáculos como IT Dansa; la Compañía Rambert, disfrutando de la colaboración de artistas como Jiri Kylian; Nacho Duato; Christopher Bruce; Carolyn Carlson; Ohad Naharin; Merce Cunningham o Stijn Celis.

Ramón García Balado

Fotografía Rocío Chacón

17/04/2024

La Passion de Simone Weil según Kaija Saariaho

 Santiago de Compostela - 17/04/2024

Kaija Saariaho, en su tercera comparecencia en colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago, esta vez dirigida por Joana Carneiro, conocedora de esta obra estreno en España y que ya había abordado en otros compromisos, tras la primera cita con Ciel d´Hiver, abriendo curso y  cuando contábamos con la autora como artista en residencia que por obvias razones fue una experiencia que no pudimos compartir, la segunda había sido con D´om le vrais sense, para lucimiento de su dedicatario, el clarinetista Kari Kriikku.

Solistas en canto fueron la soprano Karen Vourc´h, y el cuarteto formado por Ângela Alves, Joanna Valente, André Lacerda y Luís Pereira además de la bailarina Inês Pedruco y la narradora Inés Salvado Gontad. En conjunto, la propia Simone impregnaría  su mística obsesiva a través de cada uno de los intérpretes, apoyados en el texto tramado por Maaluf y Peter Sellars. En su homenaje y acompañándonos,  la presencia de su compañero Jean Baptiste Barrière.  

En atriles, se nos ofreció la versión camerística, una obra que había tenido su estreno en el Festival de Salzburgo, en un homenaje a la pensadora y con un tratamiento escénico de Peter Sellars, en lo que se anunciaba como Festival New Crowner Hope (Nueva Esperanza Coronada), nombre de la logia masónica cofundada por el entorno mozartiano en sus años finales, poco después de la Revolución Francesa, que prohibía las logias en Austria. Un nombre que resultaba significativo aludiendo con ello a la antorcha de confianza que guiaría a las nuevas generaciones, una producción para aquel certamen, que contaría con la colaboración del bailarín congolés Faustin Linyekul.

La Passion de Simone Weil, resulta encuadrable dentro del género del oratorio, cercano en lo posible a sus óperas como L´Amour de loin, encargo para el Festival de Salzburgo y del período en el que Gérard Mortier ejercía como director en el Théâtre du Chatelet parisino, comienzo de una etapa fructífera de la compositora finesa, muy relacionada con el escritor libanés Amin Maaluf a la que seguiría poco después otra ópera de gran aceptación, Adriana Mater, en la Opéra de Paris, encargo igualmente de Mortier y dramaturgia de Sellars. Obra de relumbrón sería Château de l´âme, un ciclo embriagador de mélodies que llevaría a la cumbre Dawn Upshaw, junto a Esa-Peka-Salonen (Sony) o las sugerentes Du Cristal…à la fumée, Septs papillons (para chelo solo) o L´aile du song, Graal Théâtre (violín y orquesta), para Gidon Kremer.  D´om le vrais sense, aquella apoteosis sonora que nos dejó traspuestos tras la lectura de Kari Kriikku, había sido estrenada por el intérprete con la O. de la Radio de Finlandia tutelada por Sakari Oramo, fruto del compromiso de esa orquesta, la Fundaçao Casa de Musica, la BBC, y la O. de la Radio Sueca, mientras abordaba la ópera Adriana Mater (2006).

Casi ochenta minutos para La Passion de Simone Weil, obra con notable despliegue de plantilla, rica en recursos contrastantes, en versión orquestal: 3 flautas; 2 oboes; 2 clarinetes; 2 fagotes; 4 trompas; 2 trompetas; 2 trombones; tuba, timbales, percusiones (bombo, concha, crótalos, carrillones de vidrio, glockenspiel, marimba, placa metálica, platillos suspendidos, tam-tam, triángulo, vibráfono y bloque de madera), arpa, celesta, cuerdas, electrónica (además de voz hablada, solo de soprano y coro, para su estreno con la Los Angeles Orchester  Philharmonic, en un planteamiento que respondía a sus pretensiones del dominio propuesto en el rango de las texturas sonoras, la amplitud de registros y las resonancias tímbricas, en beneficio de las cualidades sonoras en su conjunto.

Todo ello producto de una asumida experiencia ya cimentada en los años de formación en la escuela del IRCAM, de Pierre Boulez, por la que había pasado en la década de los ochenta. Será precisamente la realidad del sonido quien obtenga argumentos que se harán tangibles en el conjunto de sus obras, en este caso por su confluencia posible con la tradición barroca-las Pasiones bachianas o las de sus contemporáneos-, trasladadas al tiempo presente y el emparejamiento con el misticismo sincrético del ideario filosófico de Simone Weil (1909/1943) sobre una fuerte acentuación de un estado emocional hipersensible y profundamente dramático.

A efectos reales, nos centramos con la versión camerística (2013),destinada al Musik Centre Slovakia, en iniciativa del Crossroads de Lubin,  trabajo recibido por sugerencia de los directores  Aleksi Barriére, de la que saldría esta reducción que facilitaría su divulgación en este formato, por las menores exigencias instrumentales. Una orquestación para 19 instrumentistas y sus planteamientos electrónicos, tan habituales en muchas de sus obras. Cuatro voces solistas ocupan el espacio del coro- soprano, alto, tenor y bajo-, motivos algunos que recuperará en Only the Sound Remains, que comenzará de inmediato, tras el arreglo de esta obra. La versión camerística, con segura aceptación, se dio a conocer el 14 de noviembre de 2013, en Bratislava, en las actividades del Festival Melos-Ethos, dedicado a la Música Contemporánea, contando con la Compañía musical La Chambre aux échoes, precisamente con el protagonismo de la soprano Karen Vourc´h, asistida por un cuarteto vocal y una actriz, además de la O.C. de la Secesión, dirigida por Clement Mao- Takacs y una dirección escénica de Aleksi Barriére.

Producciones posteriores contarán con la soprano Sayuri Araida y otras en su planteamiento escénico, recuperaron a Peter Sellars, con la figura de Julia Bullock (Deutsche Oper Berlin), en 2015; Ojai Music Festival, del año siguiente, o el de la  Sidney Chamber Opera (2019), con la soprano Jane Sheldon, con las direcciones de Jack Symonds e Imara Savage.

Karen Vourc´h, la soprano que nos acompañó es una voz especializada en roles de similares exigencias tanto vocales como actorales y para muestra en producciones como Pelléas et Mélisande, de Claude Debussy; Vanessa, del mismo título de Samuel Barber; Marzeline, de Fidelio (Beethoven), roles mozartianos como Fiordiligi (Cosí fan tutte) o Donna Elvira (Don Giovanni); La Femme (La Voix Humaine), de F.Poulenc/J. Cocteau), además de Blanche de la Force( Dialogue de Carmelites); Quatre Instants, de Marko Letonja; Sept poémes de Alexandre Bloch; L´enfant et les sortilèges (Maurice Ravel). Cantante con estudios en la École Superieur de París, mientras se especializaba en actividades ajenas al mundo de la música en la DEA, recibiendo en el año 2009 el mérito como Revelation Artiste Lyrique Victoires Musique Classique. Un canto en forma sprechgesang dentro de un contexto en el que sus compañeros en escena, sublimarían el misticismo agónico de la pensadora.

Ramón García Balado

Karen Vourc´h / Ângela Alves / Joana Valente / André Lacerda / Luis Pereira / Inês Pedruco.

Real Filharmonía de Galicia / Joana Carneiro

Colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago

Kaija Saariaho. La Passion de Simon Weil

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

 publicado en RITMO, edición digital

16/04/2024

Colores de la memoria: Itziar Viloria Céspedes y Huang Ruo

 Teatro Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Wu Wei

Programa en los límites de ciertas polémicas recientemente vividas en cuanto a división de opiniones y que vistos los resultados,  no tendrá resolución posible entre opiniones encontradas, vuelve Baldur Brönnimann a decidirse por el planteamiento previsto para la temporada y que en esta ocasión se decide por dos creadores que mantendrán el proyecto: Itziar Viloria Céspedes-con obra  de encargo de la RFG y la Euskadiko Orkestra, Oihartzun gorriak (ecos rojizos) y el compositor chino/americano Huang Ruo- The color yellow for shêng (instrumento  con el que podremos familiarizarnos) y orquesta, y que interpretará Wu Wei, quien ya ofreció la tarde de martes una muestra de los recursos del ancestral instrumento a alumnos del Conservatorio Profesional de Santiago, a las que se añade El pájaro de fuego de Igor Stravinski- versión de 1945-, en interpretación de nuestra orquesta, con una primera sesión en el Teatro Afundación de Vigo- día 17, a las 20´00h-, y la siguiente en el Auditorio de Galicia- día 18, a las 20´30­, y cita previa de Conversando con…19´45, con el propio director. Polémicas siempre tendremos por obras como las  de Roberto Gerhard, del que tuvimos presencia en dos conciertos y hasta las propuestas de Timothy Brook, que curso a curso supo añadir el detalle sonoro  para las jornadas de Cineuropa; las dudas en cuanto a la pertinencia de programar barrocos, vistos los recursos que aportan formaciones con planteamientos históricamente informados y tantas otras diatribas pero a la postre, queda la definitiva  urgencia de buscar el insalvable punto de equilibrio.

Itziar Viloria Céspedes, es una joven artista dedicada a proyectos multidisciplinares en colaboraciones con profesionales de otros ámbitos como las artes escénicas, la arquitectura y los medios pujantes en los tiempos presentes, tuvo como primeros maestros a Mauricio Sotelo, Christophe Havel y Pierre Jodlowski logrando desde los comienzos integrarse en iniciativas como Gaudeamus Muziekweek, perteneciente al IRCAM Composers Journey, el IMPULS Festival; el Ulysses Network Programe Creative; el Bernaloa Festibale; el MIXTUR Fest., la Orkestra Nacional Vasca o curiosidades como la ofrecida en el Teatre de Liceu de Barcelona en la II Convocatoria del (Ò )Pera del Liceu, supervisada por Àlex Ollé, que reunía cuatro semi-óperas de Carlos de  Castellarnau; Marian Márquez y Andrey Gallen. Su obra se presentaba con el título de In the biggining everything was White, en colaboración con la soprano Adriane Arana y la dirección de Jordi Oriol; otras aportaciones suyas había sido Dialogues with de City, para el Norwegian Theatre Accademie y el Lliure y para la ABAO, Gazteam, además de Formas circulares con recursos electrónicos para el Ernst von Siemens M.Festival o Sustraiak , para cuarteto de saxofones estrenado por el Aslan Ensemble.

Huang Ruo- The colour Yellow for Shêng and Orchestra- estreno el España del compositor chino asentado en los Estados Unidos, formado en el Conservatorio de Shangai, y con ascendente familiar para ampliar en su salto americano a la Juilliard School of Music neoyorquina. Músico prolífico en el encuentro de tendencias diversas desde las influencias académicas a las confluencias con los estilos en boga. Obras suyas fueron dirigidas por reconocidos maestros: Wolfgand Sawallish; Michael Tilson Thomas; James Conlon, Dennis Russell Davis, Alex Liebsrich, Marion Alsop o Ed Spanjaard, por formaciones como la Seattle P. O.; la de San Francisco; la O. f. de Kiel, la de la Radio Polaca, la Philharmonic de Hong Kong o la New York Philarmonic. Grupos cameristicos también le encargaron obras: la London Sinfonietta, el Diotima Quartet, el Ethel Quartet, el Asko- Schönberg Ensemble o el REMIX Ensemble. Es autor de la ópera Paradis Interrupted, destinada al Lincoln Center y dirige el Mannis College of Music de la New York School y el Ensemble FIRE (Future in Reverse).

 Para su obra, un instrumento de sonoridades que nos acercan a las posibilidades de los órganos de boca, en Shêng,  ancestral en la cultura mítica china y cuya clasificación se verá condicionada por los materiales usados en su fabricación muy cercano al Shô japonés. En su origen, una calabaza valdrá como material de uso primario primando el añadido de lengüetas metálicas y tubos vegetales de bambú y embocadura en forma de cuello de oca. Suele componerse de 16 tubos de bambú de distinta longitud de los cuales el más largo puede llegar a  medir unos 50 centímetros y colocados en círculo; en principio se sitúan enfrentados dos a dos, los más pequeños pegados y los más grandes simétricamente separados. Todos ellos se juntan en la cámara de aire que es de madera labrada y lacada en su parte externa. El Shêng es el único instrumento chino afinado por semitonos que permite emitir simultáneamente-además de las notas dobles a distancia de cuarta y de quinta-, tres o cuatro notas e incluso más; la extensión abarca desde La 3, al Mi b 5, es decir, una octava y media aproximadamente, siendo utilizada la escala pentatónica (por ejemplo: La, Si, Re, Mi, Fa sost). La sonoridad es de una delicadeza extrema y el timbre suave y velado, especialmente apropiado para las orquestas de la Corte o del teatro en las que los acordes prolongados del Shêng, acompañan al canto de manera admirable.     

Igor Stravinski para acomodarnos en repertorio reconocible gracias a El pájaro de fuego, destinado a las evoluciones estéticas de Fokine, con atrezo de Golovine, excepto en un par de escenas de Leon Bask y en atención a la Karsvina. Veníamos de soportar la presión del Grupo de Los Cinco, agobiantes por su intenso nacionalismo, frente a la presencia de la pujanza wagneriana, entre otros del momento. Cruce de influencias,  que se desdicen por evidentes enfrentamientos, todo cambiará a partir de ahora por la conquista de nuevas expresividades, dentro de un polémico estilo aparentemente neutro, quizás en fase transitoria, momento en el que muere quien había sido su preceptor Rimski-Korsakov, siempre para mejor por esas urgencias que definirán su obra desde entonces. Una primera idea de Diaghilev, se engarzará con sugerencias de Fokine, confluyendo en esta obra apoteósica, desde un argumento asimilable al arte coreográfico que sabrá electrizarnos. El mago Katch chei, el universo seductor del pájaro sobre el enfrentamiento de Ivan Tsarevich, príncipe- héroe que logrará sobrevivir precisamente gracias al apoyo del pájaro, contextualizado en 19 números que partiendo de la escena en los jardines de Kachtei, nos llevará a espacios como el juego de las princesas con las manzanas de oro; el carrillón mágico- aparición de los monstruos guardianes; La danza del séquito; la infernal de Kachtei y sus súbditos; su muerte que cerrará con el derrumbe del Palacio de Kachtei y la pérdida de los encantamientos.

Pura fastuosidad de un relato fantástico-orientalizante, que poco tiene que ver con una revolución en lo musical que facilitaría su éxito respondiendo con su rechazo a los modelos wagnerianos o debussystas, dentro de un planteamiento armónico de ideas eficaces en un mundo luminoso. De Rimski-Korsakov mantiene ciertos orientalismos procedentes de El gallo de Oro, Sadko o el Zar Saltan. Entre diatonismo y cromatismo, se revelan los detalles orientalizantes, con aspectos como la danza infernal de Kachtei, en el plano rítmico, pudo conservar su energía por el rigor de su actitud. Es el timbre igualmente quien resuelve aspectos decorativos, y para mayor confirmación, el reconocimiento recibido por los grandes- Ravel, Manuel de Falla, Florenz Schmitt o Satie, mientras establecía buenas  relaciones con Puccini; A. Casella; Sara Bernhardt, Proust, Giraudoux y P.Claudel.

El pájaro de fuego, obra tentadora, de unos tres cuartos de hora, usa en principio una gran orquesta sinfónica, (maderas a cuatro), y que llevará a nuevas suites y arreglos tomados de la obra, como la de 1911 aunque también para gran orquesta, que opta por cinco números, concluyendo con la Danza infernal, se publicará ocho años después, con maderas a dos y realizada por Morges, que pronto tuvo aceptación. La del año 1945, elegida para el concierto de hoy, fue preparada en los Estados Unidos, recibiendo el previsible nombre de Suite de ballet  y recurriendo a diez de sus números en un resumen de media hora. Quedarán otros trabajos de interés camerístico: violín y piano, de la firma del propio autor y perfilada a salto de mata entre 1929 y 1933, además de Summer Moon, un slow sobre el tema del Khorovode de las princesas, con las manzanas de oro (Summer moon, you bring the end of my love story… sobre lyrics de John Klenner en arreglo de Lou Singer.

Ramón García Balado                                                                                           

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