12/02/2024

XV Premio Andrés Gaos de Composición Musical, en el Museo A Domus, de A Coruña

 Museo A Domus, A Coruña


 Premio convocado por la Deputación de A Coruña y comisionado por el compositor Hugo Gómez Gómez –Chao Porta, y que reconoce la figura de Andrés Gaos, pretendiendo destacar la creación musical contemporánea. El Museo A Domus- día 15, jueves, que  invita a una primera convocatoria- 19´00 h.- que ofrece un encuentro abierto presidido por el director José Trigueros; el compositor y promotor Hugo Gómez-Chao Porta, quien recientemente estrenó con la RFG, dirigida por su titular Baldur Brönnimann, su obra Schattenhaft, entre el  Idilio de Sigfrido de Richard Wagner  y la Tercera Sinfonía nº 3 Singulière, de Franz Berwald, en un programa ofrecido en tres ciudades gallegas: Vigo (Teatro Afundación); Santiago (Auditorio de Galicia) y el Auditorio de El Ferrol, completando Andrés Lacasa, en su condición de  Gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia. El Arxis Ensemble, dirigido por Aitor Vázquez, cubrirá el concierto que incluye composiciones de seis autores y que se ofrecerá a partir de las 19´30 h., compositores como Clara Iannotta, Jacobo Gaspar, Raquel García-Tomás, Wladimir Rosinskij, Miguel Matamoro y Salvatore Sciarrino.

Clara Iannotta- Colore dell´ ombra (2010), para violín y piano-., con formación en el Conservatorio Sta Cecilia de Roma, en donde estudió flauta preparando su salto a la composición que haría a partir de 2003, realizando encuentros personales con maestros como Alessandro Solbiati, en Milán; Yan Maresz, en el IRCAM, parisino; con Franck Bedrossian, Chaya Czernowin y Steven Takasugi. En el ámbito de la creación cada trabajo resultará una aventura de riesgo por su experimentación necesaria. Trabajos como Al di là dei bianco, para clarinete bajo y trío de cuerdas (2009); Il colore dell´ombra, para trío con piano; Limun, para violín, viola y dos pasapaginas; Àphones, para 17 intérpretes (2011); Clangs, para chelo y 15 músicos (2012); Glockengiesserei, para chelo y electrónica; D´après, para siete interpretes, como un evidente resultado de que las obras no aluden a un marco orientativo posible, a pesar de ciertas  connotaciones. Señala si cabe,  etapas de esa vida creativa de la que no es ajena algún aspecto de teatralidad asumida. El sonido no se percibe ajeno al texto, valorando la importancia de los silencios y el uso de curiosos objetos empleados para redundar en la ampliación de la paleta sonora o detalles como la preparación de los propios instrumentos para lograr distintas configuraciones dentro de una hipersensibilidad de ínfimas gradaciones. Quedan al margen las dicotomías entre tono y ruido, entre electroacústica y acústica.

Jacobo Gaspar, que en breve estrenará por encargo de la RFG, dirigida poe Joanna Malangré si obra De Mar a Mar, completando con las Danzas concertantes de Igor Stravisky y la Sinfonía nº 2, en Do M. Op. 61, de R.Schumann, colabora con Rumor líquido, para ensemble. Compositor ya con trayectoria reconocida por otras aventuras como Vía Láctea. Haiku Spiral, estrenada en la misma fecha con otra de su compañero Antón Alcalde…That pale blue dot Op. 22. Se había hecho merecedor del Premio Jóvenes Compositores en su XX edición, gracias a su composición Ambar, en una final celebrada en el Auditorio del Museo Reina Sofía, con un jurado integrado por Carlos Cruz de Castro, Zuriñe Fernández Guerenabarrena, Agustín Charles, Iñaki Alberdi y Sofía Ramírez. Las obras concitadas, fueron puestas en atriles por el Grupo Sax Ensemble. Jacobo Gaspar Grandal, fue alumno en Aragón de José Manuel López  López, doctorándose en Musicología en Oviedo, recibiendo galardones como el Premio Xavier Monsalvatge, en la cita de la XX Convocatoria de la Fundación Autor CDCM o el Primero del VI International Jurgenson Competition for Young Composers, y el de Honor Valentino Bucchi-Parco della Musica (Roma). Sus especialidades abarcan la totalidad del espacio sonoro disponible que se materializa a través de modelos extraídos mimética y simbólicamente del medio natural.

Raquel García-Tomás, compositora muy en boga por óperas contemporáneas de notable sentido de la provocación, hablamos de Je suis narcissiste, estrenada en el Teatro Español o Alexia B., no menos provocadora, que seguía la misma estela y que sería Premio Nacional de Música (2020), a partir de un libreto de Irène Gayraud, para una puesta escénica de Marta Pazos, en el Teatre del Liceu, de Barcelona, con dirección de Ernest Martínez Izquierdo. Musicalmente, un entrelazamiento del romanticismo de Ferenz Liszt y los ancestrales sonidos de Hildegard von Bingen. Carrera la suya con una trayectoria desde la ESMUC, al London College of Music; la Royal Accademy of Arts y el Dresdener Musikfespiel, mientras realizaba aportaciones con el Ballet College of Music (Londres), el English National Ballet . Participó como video instaladora con el berlinés Matthias Rebstock en Büro für postidentisches Leben, destinado al Grec y en la Neutkölner Oper Berlin. Obras suyas son productos de encargos directos, desde la Casa Encendida al Teatro Español, los Coliseos de nuestro país  como los Teatros del Canal, con proyección al mundo desde El Cairo a Buenos Aires. Destaca su ópera de cámara Dido reloaded, junto a Xavier Bonfill, Joan Magrané y Octavi Rumbau.. También su obra Go, Aeneas,Go!, para la Russisches Haus der Wissenschaft und Kultur (Berlín); disPLace, junto a Magrané, para el Festival Musik Theater Tage Wien; Balena blava, con texto de Victoria Szpunberg, una colaboración con el Teatre Lliure. Suite of Myself (2022), partiendo de La Pasión según San Juan o la citada Je suis narcissiste, del período que ejercía como Residente de la Fundació Catalunya- la Pedrera, gozando del estreno en el Liceu de Alexina B., al tiempo que recibía la Beca Leonardo, de la Fundación BBVA.

Wladimir Rosinskij- Momento absurdo, para violín y chelo-, músico ruso con nacionalidad austriaca , graduado en la Ac. Krasnojarks (1996), para seguir en la Wien Hochschule für Musik, logrando un Primer Premio en Kompositions-Wettbewerb im Ramen des 10  Wiener Sommer- Seminars, de Nuevas Músicas. También el Forderungspreis (Bundeskanzleramt), para  compositores. En fecha señalada estrenó una obra de connotaciones significativas con la OSG,  PangoliNN, con motivo de la pandemia y su obra Concierto misterio, para chelo, contrabajo, orquesta sinfónica y electrónica, un compromiso con la Fundación SGAE, teniendo como solistas a Rouslana Prokopenko (piano); y Uxía Martínez Botana, con la participación de David Villa y al multi-instrumentista Abraham Cupeiro, tercera obra de gran dimensión que componía tras el estreno de la Sinfonía para  dos violas y grupo de rock, o el Concierto para violonchelo (2007). Cinco obras suyas habían sido motivo de una dedicación ofrecida en el Teatro Rosalía Castro, a iniciativa de la Sociedad Filarmónica de la ciudad, en las que participaron compañeros de la OSG.

Miguel Matamoro-Sottogrido, para ensemble- joven compositor que comenzó su andadura con trabajos como el confiado por el Consello da Cultura Galega, en fecha señalada con motivo das Letras Galegas, sobre la figura de la nominada Mª Victoria Moreno, con un concierto ofrecido en Pontevedra con la RFG, dirigida por Maximino Zumalave, y con una obra de encargo para un programa que ofrecía su obra Dous folios que foron brancos. Otras composiciones elegidas entonces, habían sido la Alborada de Pascual Veiga, en tratamiento de Juan Durán; algunas de las Canciones Xacobeas, de A. García Abril; la Dolora Sinfónica, de Gregorio Baudot y las tres estampas galegas, de Mauricio Farto. Una cita en la que participarían  la soprano Anais G. Fernández, el Collegium Compostellanum y el Coro Rías Baixas. Obras suyas fueron también Onde a espuma non chega ; Bretema; Dous Vidros inmensos, destinada a la Cátedra Manuel de Falla granadina, un ejemplo de su evolución con su maestro G. Erkoreka en Muaikene, . maestro primordial en su formación, que también se extiende a J.María Sánchez- Verdú, Anton García Abril, Horacio Vaggione o Martín Matalón.

Puestos entre maestro de la vanguardia, Salvatore Sciarrino-Lo Spazio inverso (1985), para ensemble. Compositor de credenciales seguras en las convocatorias de los ciclos de formas contemporáneas, con reclamos como Il silenzio degli  oracoli, para quinteto de vientos; Omaggio a Burri, para  flauta, clarinete bajo y violín ; Un´immagine di Arpocrate, para piano, orquesta  y coro según la poética de Goethe y Ludwig Wittgenstein; L´Invenzione della trasparenza; Allegoria della Note, para  violín y orquesta; el singspiel Aspern; Studi per intonazione del mare, para  contralto , 4 flautas, 4 saxofones, percusión y orquesta; la ópera Amore e Psiche (1971/2), con libreto de Aurelio Pes; un Lohengrin titulado como Action invisible, ya que la voz no se ve y que está dedicada a soprano/actriz, tres voces masculinas e instrumentos. Otra ópera como Perseo e Andromeda, para voces, banda y electroacústica, partiendo de Persée et Andromède ou le plus hereux des trois. Inmenso resulta el catálogo de este compositor italiano, en la élite de las vanguardias junto a Riccardo Malipiero, Camillo Togni, Luigi Nono, Luciano Berio o Franco Donatoni.  

Arxis Ensemble, grupo respetable en estas propuestas, integrado esta vez por Clara Giner (flauta), Sergi Bayarri (clarinete), Noé Rodrígo (percusión), Magdalena Cerezo (piano y celesta), Alfredo Ancilo (violín), Anna Grenzner (chelo), bajo la dirección de Aitor Vázquez, con presentación de Chus Álvarez. Nació el grupo precisamente como un punto de encuentro de las músicas actuales, apostando por las mismas en toda su dimensión y en especial centrándose en los últimos cincuenta años, a través de concietos, conferencias y talleres de colaboración, vinculándose igualmente hacia otras disciplinas. Aitor Vázquez Torres, estudió dirección de orquesta con Marc Piollet y Wolfgang Dörner, en la Graz  Universität, centrándose en el género camerístico de los siglos XX  y XXI. Dirigió grupos como el Ensemble für Neue Musik  KUG; el PPCM, de la  Kunsuiniversität Graz; el Klangforum Wien, tras recibir asesoramientos de Roland Kluttig, Gunde Jäch- Micko, Johannes Kern y Edo Micic. Participó en certámenes de vanguardia en nuestro país, colaborando con Sánchez-Verdú, Alberto Posadas, Cristóbal Halffter.

Ramón García Balado  

 

Ludwig Dürichen: Jesús Torres en su Concierto para violín

 A Coruña / Pontevedra - 10/02/2024

Jesús Torres puso en atriles  su Concierto para violín con la Sinfónica de Galicia en interpretación de Ludwig Dürchen, dirigido por Andrés Salado, incluyendo en cartel la Sinfonía nº 1, en Fa m., de Dmtri Shostakovich. Ludwig Dürchen, ayudante de concertino de la orquesta  desde 2005, fue miembro de formaciones como Staats Kapelle Dresden, la Berlin Deutche Oper, la Elbephilharmonie de Hamburgo, la München Staats Oper, la Kassel Karlsruhe O., la O. Giuseppe Verdi, de Salerno, entre las principales además de colaborar con certámenes como los BBC Proms, el Musikkolegium Wintertuhr y otros de primera línea, dinamizando iniciativas en colaboración con compañeros suyos en agrupaciones camerísticas como el Trío Ludovicus o el Cuarteto Atlántica, en proyectos divulgativos junto a la violinista Carolina Cygan, el viola Jeffrey Johnson, Mariana Prejvaslkaia, Rousslana Prokopenko o Filipe Pinto Ribeiro.

Andrés Salado, director, llegó a esa especialidad tras sus estudios de piano, flauta barroca y percusión y en este espacio disfrutó de las docencias de Miguel Romea, Peter Rudell, Jorma Panula, Peter Gülke, Peter Eötvös, Antoni Ros Marbà y Sandro Gorli. Su carrera le permitió conocer experiencias con formaciones como la JONDE, la Joven de la Comunidad de Madrid, la de Extremadura, la ONE, la O. Simfònica i Nacional de Catalunya, la RFG, la Real O. S. de Sevilla, la Filarmónica de Oviedo y en el ámbito internacional, la O. S. de México, la O.S. de Yucatán, la Casa da Música do Porto, el Divertimento Ensemble, la Salzburg Soloist Chamber, en la Mozart Sommerakademie. La ópera es también una temática de su interés, abordando títulos como Il Barbiere di Siviglia (Rossini); Il segredo di Susanna (Ermano Wolf Ferrari); El Martirio de San Sebastián (Debussy), en una producción con La Fura dels Baus o The thelepone (Gian Carlo Menotti)

Jesús Torres ofreció su Concierto para violín, alumno que fue de Francisco Calés y de Luís de Pablo, ampliando con Francisco Guerrero en materias avanzadas y confirmando su trayectoria a partir de Vísperas, una obra camerística que se acercaba a Derive de P. Boulez por sus arabescos y  gestualidad y como herencia de las influencias de Stockhausen, compondrá los Preludios en consideración a su pianista de confianza Ananda Sukarlán, puerta abierta a piezas como los Dúos para Miquel Bernat y Henry Bot (percusión y clarinete). El Concierto para piano, dedicado a Sukarlán, fue Premio Reina Sofía  (2000), un estreno con presentado en la Tribuna Int. de Compositores de la UNESCO. Ambición suya fue el hecho de aproximarse a las poéticas como el Cántico espiritual de J. Guillén: Vísperas de mí o Presencia del aire, en tratamiento musical confiado al Ensemble Köln Munchenglabach o La destrucción o el amor (V. Aleixandre), encargo del CNDM  y Sonetos del amor oscuro (García Lorca).

El apartado instrumental fue dejando obras como Tiento, Tropos, Fugace- encargo del Grupo Pärlor för Svin-; la Partita- en dedicatoria a músicos en residencia de la JONDE-; La máscara Roja y el lirismo que se manifiesta en Fantasía o experiencias como Crepuscular, pura investigación tímbrica que llegará en este ideario hasta Accentus y Ausencias. En lo fundamental, la asunción de las tendencias francesas entroncadas con la impregnación en el estilo de Takemitsu realzando con ello en refinamiento armónico de perfiles cuidadosamente elaborados sin centrarse en esa sensualidad tímbrica con aspectos que supo tomar a partir de las polifonías renacentistas culminadas en una notable densidad de escritura. Un ideario en permanente evolución auspiciado por las múltiples formas, marcando armonías transparentes sin renunciar al uso de polarizaciones tonales. La etapa con F. Guerrero, había supuesto una necesaria atracción por los procedimientos dodecafónicos surgidos de las vanguardias en plenitud y que se ratificará en las obras inaugurales de su catálogo, una inmersión en la reflexión y las búsquedas que mantendrán una trayectoria evolutiva de signos perceptibles.  

El Concierto para violín fue obra encargo de la Fundación BBVA, escrita en 2012 y estrenada por la O.S. de Madrid en el Teatro Monumental bajo la dirección de Kees Bakels, con Miguel Borrego para ser editado por Tritó, recibiendo el Premio Nacional de Música en 2013. Obra característica en el estilo de los grandes conciertos del siglo XX, mostrando un planteamiento que se manifiestaba en sus tres tiempos: Dramático, Apasionado y Estremecido, dentro de un ámbito vagamente etéreo, observando peculiaridades en su construcción tonal por su carácter expresivo asimilable a cada tiempo, que la convierte en un gran canto y que en algún pasaje rememorará el Concierto a la memoria de un Ángel, de Alban Berg. El segundo tiempo resulta un Presto y en resumen será difícil atribuirle una idea determinada para el oyente. Obra esperanzadora a la par que fatalista cuya coda final se resume gracias a una sección de dobles cuerdas sin vibrato entre un sonido que se diluye en el silencio con la indicación diminuendo…a niente, de precisión ambivalente. Destaca la prestancia de las tensiones internas acentuadas por apuntes acentuados por clusters en enfrentamiento entre solista y orquesta con texturas complejas que se diluía definitivamente en una cadencia casi imperceptible en manos de Ludwig Dürichen.   

Dmtri Shostakovich- Sinfonía nº 1, en Fa m. Op. 10-, composición de 1926, momento en el que se acercará a personalidades como Boris Assafiev e Ivan Sollertinki, quienes influirán en su evolución inmediata, fundamental el primero de ellos por las influencias recibidas de Anatoli Liadov, maestro en las programaciones del Teatro Bolshoi y que mostraba interés por las músicas de vanguardia de procedencia Occidental que programará en los certámenes de su entorno, momento en el que publicará la primera monografía de Stravinski, cultivando igualmente su cercanía a Prokofiev, en su Sinfonía Clásica que le fue dedicada. Amigos comunes harán posible nuevas expectativas y como resultado, el detalle de Shostakovich presentándole las Variaciones para piano de Valerian Bogdanov- Berevich.

Para Shostakovich, era  Assafiev una autoridad indiscutible, momento en el que le ayudará a estudiar obras de Schönberg, Krenek, el propio Stravinski  y músicos del Grupo de Les Six. En cualquier caso, esa fidelidad tendría sus resquemores que parecen a la postre como pequeños detalles sin importancia, como el hecho de no trasmitirle la carta de felicitación enviada por Alban Berg, con motivo del estreno de la obra, que había dirigido Bruno Walter. Más  susceptibles serían ciertos posicionamientos estéticos sobre obras suyas como la suite Aforismos- para piano-, y su primera opera La nariz, curiosamente bien recibidas por Assafiev. Vendrán años en los que los posicionamientos de ambos, se distanciarán irremisiblemente.

La Sinfonía nº 1, en Fa m. Op. 10,-media hora de música para el medido control de Andrés Salado- tuvo estreno en Leningrado con dirección de Nicolaï Malko, obra juvenil de un alumno de Conservatorio de ya había escrito algunas obras orquestales menores- dos Scherzos y Variaciones, y que recibirá el asesoramiento para su escritura de Glazunov, necesario apoyo para un compositor que arriesgaba en un formato mayor, con temor al  riesgo, retoques necesarios para asegurar la confianza en sí mismo y con el seguro asesoramiento de maestros de confianza. Obra que se iniciaba  a partir de un  Allegretto. Allegro ma non troppo, encuadrado en el espacio de ese humor que caracterizará el conjunto de su sinfonismo de madurez y en el que no está exento un guiño rebuscado, tan perceptible en su estilo creativo, con sus posibles enigmas enriquecedores.

Vuelta a un Allegro ma non mosso quizás un posible scherzo redundante que reafirma esa voluntad medianamente provocativa merced al piano incorporado como respuesta de actitud a la espera del trío de ritmos contrastados de relieves acentuados que imitan un aire popular insinuados por el teclado.  El tiempo Lento Largo lento (attaca) abunda con creces en esa imprescindible línea melódica, en un enfrentamiento entre los estados de ánimo más susceptibles que confirman el espíritu de la obra.  Un extenso Finale resuelto desde un Allegro non molto-Lento-Allegro molto meno mosso. Allegro molto meno mosso Adagio,  obsesivo para una obra de claras pretensiones, se reafirmaba por las pinceladas grotescas provocativas, de temple enérgico y tenso. Densidad en un sentido de la creación orquestal, que tan excelentes impresiones nos dejó temporadas pasadas.        

Ramón García Balado         

  

Ludwig Dürichen

Orquesta Sinfónica de Galicia / Andrés Salado

Obras de Jesús Torres y Dmtri Shostakovich

Auditorio-Sede Afundación, Pontevedra

Palacio de la Ópera, A Coruña

Publicado en RITMO-auditorio (edición digital)

06/02/2024

Orquesta Galega de Liberación. Ensemble Liberdade en el CGAC

 Centro Galego de Arte Contemporáneo, Santiago de Compostela


 Concierto en campo abierto de interpretación, actividad que tomó protagonismo en el CGAC, y que se entrega a una experiencia sonora sin limitaciones dentro de una apuesta tendente a medir la resistencia receptiva de los oyentes, en otra de esas iniciativas que se dejan arrastrar por los sonidos resultantes con preferencia a la conseguidos preferentemente en sesiones de confluencia con el aficionado comprometido. El equipo de la Orquestra Galega de Liberación se presenta con una formación que no necesariamente es estable y que en citas como la ofrecida reunía a Elena Vázquez-viola-; Macarena Montesinos-chelo-; Saul Parga-contrabajo-; Diego Alonso-saxo soprano- Xosé Miguélez- saxo tenor-; Javier Pereiro- trompeta-; LAR Legido- batería y  percusiones-, bajo la dirección de Xacobe Martínez Antelo. Concerto en Construcción por este Ensemble Liberdade- Concerto Inmediato para Refugallo Ensemble, en otro de sus patrones de músicas en tempo real y sin condicionantes previsibles, atendiendo a modelos como los realizados con músicos como Charles Haden, en sus proyectos Liberation Music Orchestra.

Teóricos al estilo de Frank Kofsky, había trazado posibles límites hasta encumbrarse en la evolución desde las tendencias del free-jazz y que se pronunciará como un voto de no confianza en los valores de las sociedades occidentales sobre el sentido de una sociopolítica que se haría valer por apreciaciones en la línea de Ekkehard Jost, un historiador del movimiento que lamentaba que los aspectos musicales autónomos de la evolución del propio free-jazz-asimilables a las actitudes como las de estos músicos reunidos en el CGAC-, llegaron a ser puestos en duda, ya que trasvasarías barreras de lo aceptable. Una libertad que años antes había cobrado razones en músicos como Ornette Coleman y Cecile Taylor, siguiendo en distancia a Lennie Tristano, que había experimentado con técnicas libres en piezas como Intuition, Digression o Descent into the Maelstron- muchas de finales de los cuarenta-, Otras de Bob Graettinger se incorporaron a la banda de Stan Kenton- City of Glass-, inconformista y provocadora, que se oponía a las convenciones de las técnicas armónicas y melódicas existentes, al igual que el registro de  Jimmy Giuffre-Fugue- (1953). Los clásicos por antonomasia, intentaban utilizar instrumentos jazzísticos por explorar, dentro de las técnicas de vanguardia: Ebony concert-I. Stravinski-; o All Set (1957)- Milton Babbit-, vivencias que harán mella en otro insigne, Gunther Schuller, músico y teórico que acuñará el término Thrid stream y en ella casi estamos, avezado maestro y autor de la publicación teórica Atonal Studies for Jazz (1948). Se decía de esa corriente creativa, que había llegado a  presentar una atonalidad de rostro sonriente, vestida de frac y sombrero de  copa, mientras que el propio Free-jazz, muy al contrario, tendía a representar una generación de bohemios y jóvenes airados de los cincuenta. Curiosos paralelismos con el surgimiento del  bebop.  A finales de los treinta, como en los cincuenta, los músicos de mayor talento promovían experimentos enfocados a la ampliación del vocabulario del jazz y derivados.

Charles E. Haden, contrabajista tan apreciado entre los miembros de la Orquestra Galega de Liberación, fue un marco de referencia por su actitud vital y profesional. Su encuentro con Ornette Coleman en el Festival de Monterrey (1966), promoviendo entre ambos conciertos en espacios abiertos, además de tomar iniciativas como la promoción de la Jazz Composer´s Orchestra (1969). Una década antes, Haden había descubierto sus primeras enriquecedoras experiencias en la Jazz At the Philharmnonic- en mente de los conocedores, la importancia de Norman Granz, uno de los míticos referentes de firmas como Verve, Pablo-,  la asistencia a Westlake, para estudiar en el College of Modern Music Jazz de Los Ángeles. La Liberation Music Orchestra (1969), dará como frutos fructíferas colaboraciones con talentos como Don Cherry, Mike Mantler, Perry Robinson, Dewey Redman, Paul Motian, Howard Johnson, Carla Bley o Gato Barbieri, el argentino con el que compartirá pareces fílmicos en El último tango en París, preparando la entrada en escena de Alice Coltrane. Como tantos contrabajistas de su generación, por su agudo instinto sabría reducir la función sencillamente rítmica para beneficiar la importancia del sentido melódico, aspecto que mucho debería a su condición de músico autodidácta.   La Liberation Music Orchestra, su apreciada formación en evolución permanente, no dejó muchos registros fonográficos, destacando el que lleva por título el nombre del grupo y ya en 1973, The Ballad Of the Fallen, con una formación ligeramente diferente. En 1988, será Carla Bley quien atraiga sus atenciones, apoyándose en exploraciones sobre las posibilidades amplias del sonido en confluencia con las aportaciones de culturas distantes. Charles Haden, nacido en un ambiente musical, mantendrá un posicionamiento profesional y estético claramente comprometido con las vanguardias y los posicionamientos reivindicativos. Las influencias hispanas y latinas resultarán una evidencia de esas impregnaciones, entremezcladas en contraste con las músicas de Hans Eisler y el legado de la Guerra Civil española, siempre con una clara intención política, en la que se incluirá las realidad cotidiana de Latinoamérica, tomando en préstamo canciones populares, bastantes en arreglos de Carla Bley. Su contrabajo, valorado como mesurado y sobrio, se aprecia por su tono justo para recoger dentro de las posibilidades del jazz, otras acentuaciones expresivas.

Ramón García Balado.

Enrico Onofri, músicas de las Reales Capillas con la RFG

Teatro Principal, Ourense/ Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Enrico Onofri, director de batuta  distendida estará de nuevo frente a la RFG para un par de conciertos muy de su preferencia, dedicado a compositores barrocos de larga estela por las cortes europeas desde D. Scarlatti a L. Boccherini, Gaetano Brunetti, muy asentados en la corte española y un portugués que para la mayoría de aficionados será un compositor a descubrir Pietro Giorgio Avondano, con la Sinfonía en Re M., para cuerdas y b.c., conciertos que se ofrecen en el Teatro Principal de Ourense-día 7, a las 20´00 h. y día 8, a las 20´30, en el Auditorio de Galicia, con sesión previa de Conversando con…en la Sala Mozart 19´45 h, a la que complementará con su resuelto gracejo e ingenio. Onofri, acogido con entusiasmo desde sus comienzos tuvo excelentes relaciones con Jordi Savall, que sabrá mantener con agrupaciones como el Concentus Wien, el Ensemble Mosaiques, Il Giardino Armonico, Il Divino Sospiro- residente del Centro Cultural de Belém, en Lisboa-, la O. de la Ópera de Lyon, la O.C. de Basile o la O. Barroca de Sevilla, entre tantas otras, llevando a cabo modélicos registros para productoras como Teldec, DECCA, Naïve, Deutsche Armonia Mundi/Sony o Winter & Winter. Ejerció la docencia en el Conservatorio Bellini, de Palermo y en la Juilliard School neoyorquina.

Entre tanto ilustre venerado por la historia, un hueco para  Pietro Giorgio Avondano (1714/82), músico al servicio de la corte de Joâo V, compartiendo oficios con Domenico Scarlatti y portugués de adopción con ascendencia  genovesa. Fue primo violino de la Real Camara del citado monarca y llegó a ostentar un grado de relevancia como miembro de la Assambeia das Naçoes Estrangeiras, haciéndose respetar, además de sus obras para distintos géneros, por sus trabajos operísticos como Zenobia, Berenice e Didone, Il filosofo di Campaña- libreto de Goldoni-, al que recurrirá también para Il mondo della Luna.

Luigi Boccherini, venerado por derechos reconocidos, apunta a dos obra de dominio común, la inmarcesible Musica Notturna nelle strade di Madrid, en Do M- nº 6 Op. 30-, música arrebatadora desde los primeros compases y que nos invita a un paseo por el Madrid dieciochesco. Partimos para mayor gozo, de uno de los universales quintetos, delicia para intérpretes y entusiastas aficionados, que admiran profundamente la capacidad de asimilación del compositor de Lucca, en su impregnación de los modismos hispanos hasta los detalles más precisos y estilísticos. Este celebérrimo quinteto, loa y gloria por su esencialismo, se integra dentro del grupo del  Op. 6, obras del año 1780, arrastrando ese título ilustrativo de precisas pinceladas y que dio origen a otros posibles tratamientos, obra en sus cinco tiempos y que junto al   6 del Opus 11,  L´Ucceliera, será su única incursión en los estilos descriptivos. Un breve primer tiempo Ave Maria delle Parrochie, deja escuchar un tintineo de campanas para ceder al Minuetto dei ciechi (minueto de los ciegos), en imitación del  rasgueado de guitarras. El Largo assai (Rosario), meditación y quietud, prepara el pasacalles Los Manolos, populista y jaranero- de nuevo sones de guitarra-, para culminar en excelso con la sublime Ritirata, en forma de variaciones, que utilizará de nuevo en el Cuarteto con piano nº 12, Op. 57, nº 6 y en el Quinteto de guitarra G. 453.

Boccherini a más pedir, con la Sinfonía en Re b m. La casa del Diavolo Op. 12, nº 4, obra de su viaje a Viena, en donde Gluck, será persona clave en la realización de obras como esta, mientras aborda una serie de tríos. El Andante sostenuto-Allegro assai, en tonalidad sombría ubica en el espacio escénico tomando una idea de una sonata para violín de los años parisinos, siempre remitiéndonos a ese mundo escénico por su dimensión dramática, motivado por los contrastes dinámicos.  El Andantino con moto, de connotaciones métricas precisas, acentúa la variedad de los acentos sincopados con la idea puesta en un futuro prerromántico.   El Andante sostenuto-Allegro, repetición clavada del primer tiempo, con perceptibles pasajes patéticos, apunta a una chacona proveniente del ballet del admirado C. W. Gluck de Don Juan o el Convidado de piedra, destinado al Burgtheater de Viena, en el otoño de 1761.  También los contrastes dinámicos juegan un interés primordial en el desarrollo del tiempo.

La biografía de Boccherini se cruza con la de Gaetano Brunetti, del que se ofrece la Sinfonía nº 22, en Sol m (para dos oboes, fagot, 2 trompas y cuerdas). Abundante será también la aportación de obras camerísticas suyas, en especial por sus cuartetos. En lo particular estamos ante un músico hábil orquestador de sinfonías y que agudizó sus dominios en los años que estuvo en España, en la corte de Carlos IV, interpretando obras propias en la vida musical palaciega, dinamizando y modernizando las músicas de la época, aspecto que reconocerán notables mecenas como los Duques de Alba y los de Benavente-Osuna, merced a la versatilidad de su talento de renovaciones estilísticas. Brunetti (1744/98), se hará apreciar dentro de su contexto histórico gracias al mecenazgo del Antiguo Régimen, convirtiéndose por necesidad en un personaje que sortee a la par su independencia con esos débitos casi irrenunciables. Un artista nacido en Fano (Italia) y        que en 1760, habrá noticias suyas cuando pretenda ingresar en la Capilla Real, plaza que no logrará hasta siete años después, mientras espera el momento ejerciendo como maestro de violín del Príncipe de Asturias, de quien no se separará hasta el final de sus días. Con el ascenso al trono de Carlos IV, sin duda el Borbón, el más filarmónico de la historia y también violinista, situación reverdecerá laureles como figura poderosa en el ámbito privado de la Corte, supervisando la organización musical y laboral, además del uso de la práctica totalidad de la abundante producción camerística.

Domenico Scarlatti, santo y seña, abre velada con la Sinfonía en Do M., para cuerdas y b.c., compositor asociado al  clave y detalladamente estudiado por Ralph Kirpatrick, heredero de su legado en la historia de la  música. Músico divinizado entre las cortes de Lisboa y Madrid, y en lo relativo a nuestro país, apenas hubo actividad en los géneros de obras para danza, orquestales o teatrales populares que no se hayan impregnado dentro del microcosmos creado por el maestro, ampliando ese mundo de sonatas que alargará su figura. Kirpatrick, celoso de su admiración, insistirá en que ningún compositor español, incluso Manuel de Falla, ha expresado la esencia de su tierra nativa de manera tan completa en lo esencial como lo hizo este foráneo de adopción, consiguiendo captar el repique de castañuelas, el rasgueo de guitarras y el toque de los tambores destemplados, el quejido agudo y amargo de los gitanos, la avasalladora alegría de las orquestinas  de pueblo y sobre todo, la vibrante tensión de la danza española. Todo ello no expresado en una música programática impresionista de texturas deshilvanadas, sino que Scarlatti lo asimiló y destiló en todo rigor aprendido de los maestros de su tiempo, que también tendrán su reflujo en obras como esta Sinfonía en Do M., para cuerdas y bajo continuo.

Ramón García Balado        

 

Conciertos de alumnos del Curso de Cámara Airas Nunes en el CGAC

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