24/10/2023

Rosenkranzsonaten de H.I. von Biber, por MUsika ALchemica, de Lina Tur Bonet, clausuran el V Ateneo Barroco

Teatro Principal, Santiago de Compostela

Punto de gracia en la clausura del V Ateneo Barroco con el MUSica ALchemica, de Lina
Tur
Bonet, en el Salón  Teatro- 20´00 h-, para un programa de irresistible atractivo por las Rosenkranzsonaten, de Heinrich I. F. von Biber, encrucijada de complejas sonoridades que resolverán este trío, que con la violinista Lina Tur Bonet, integran Andrew Ackermann (violone) y el clavecinista Daniel Oyarzábal. El trío, se presentó en el Festival de Postdam con la ópera  Alessandro de Häendel, dirigido por Alan Curtis, y han dejado credenciales en lugares como el Brecize Festival; la Cappella della Pietà dei Turchini; Fundación Juan March; Festival de Chiquitos (Bolivia) o Postdamer Festspiele. En su agenda, méritos como estas Rosenkranzsonaten; el Op. 5, de A. Corelli; obras de Legrenzi o vanguardismos como La tumba negra, del poeta Antonio Colinas, en homenaje a J.S. Bach; la Follia, con el artista Ángel Haro y las labores de grupo en residencia del CNDM. Apuestan por la integración de técnicas audiovisuales y musicales con artistas de ámbitos diferentes. Lina Turv Bonet, estrenó Far Water, para violín y voz, inspirado en la tradición del teatro Noh, japonés, una dedicatoria recibida por J.M. Sánchez-Verdú. En su espacio, aparecen recuperaciones de obras de Boccherini, Brunetti, Montali y Reynaldi, en cuanto a las obras de Corelli, sobresalen las ornamentaciones propias. Dos de sus trabajos: La Belleza y Biber Sonatas 1681, merecieron sendos Diapason d´Or. Con la fortepianista Aurelia Visovan, grabó para Pasacaille, un registro modélico, Sonata Lunática, sobre sonatas de Beethoven en tratamiento historicista, en las que destacan la dulzura de los ataques, la retórica del arco y las digitaciones de la época.
Misterio en las Rosenkranzsonaten, obras ubicadas en un aparte en la historia de la  música, y que permanecieron en la sombra hasta su recuperación vienesa propiciada por las corrientes del Jugendstill.

MUSIca ALcheMIca































































































































































































































































































































































































































































































































Biber, había sido apreciado por Charles Burney en su Historia General de la Música (1776/89): De todos los intérpretes de violín del último siglo, Biber parece haber sido el mejor y sus solos son los más difíciles y los más llenos de gracia que puedan encontrarse en cualquier música del mismo período que yo haya visto. En esa frase aparecería datos significativos: la palabra parece y la mención que yo haya visto. Burney, viajero inagotable y analista respetable, dirá también que sus mayores virtudes  aparecían en las Sonatae violino solo, ocho sonatas para violín y continuo de 1681, sumamente elaboradas por el sentido de su estructura absolutamente extrovertida en cuanto a su exhibición de virtuosismo. Las que nos afectan, destacan en particular por el uso de la scordatura, obras que no fueron impresas en vida del autor y el manuscrito sobreviviente, asigna a cada una de ellas la asignación con un misterio del rosario. Como en otras obras, las convenciones entre da chiesa o da camera, no son respetadas.

La scordatura, peculiar afinación especial de las cuerdas del violín, para cada una de las sonatas, resultará un caso único en la historia, una manera que se usará en pocas ocasiones  y que en el Seicento, aparecerá como elemento profundamente expresivo, auspiciado por la propia dificultad de ejecución y el alarde de domino para el instrumentista, motivando las irresistibles en otros instrumentos con las inevitables dudas que arrastrará, Biber, será el músico al que por herencia, se asigne la divulgación de este recurso densamente expresivo y cargado de una simbología adherente. Compositor quizás aislado, es ahora forjador de un ideario artístico que a tantos intérpretes seduce y en gran medida en la serie de las Rosenkranzsonaten.  Biber, bohemio por procedencia, trabajo a partir de 1668 en la corte del Príncipe Johann Seyfried von Eggenberg, en Graz, para pasar a Koromeriz, lugar en el que se conserva otra obra magna, la Sonata representativa, siendo entonces un artista al servicio del obispo Karl Liechtenstein-Kastelkorn. Salzburgo, ciudad en la que sentará criterios, le recibirá para asistir a las demandas del arzobispo Maximilian Gandolph von Kuenburg.

Las Rosenkranzsonaten (Las sonatas del Rosario), traducidas en esta ocasión por el MUSICa ALchdeMica, de nombre enrevesado, resultan el grupo de piezas recopiladas a las que se añadían pequeños detalles ilustrativos en forma de pequeños grabados, claras imágenes alusivas a los quince misterios gozosos, los cinco misterios dolorosos y los cinco glorioso que escucharemos a partir de la escritura del autor. Quedamos ante la sorprendente sonoridad resultante, provocada por la citada scordatura, distinta en sus consecuencias para cada una de las sonatas. El Passacaglia final, en Sol m, para violín solo El Ángel de la Guardia, resulta la culminación de la obra. El sello distintivo del conjunto de las sonatas, pretende conservar el sentido de improvisación, difiriendo en cada una de ellas la relación en su esquema formal  y la elección y orden de los movimientos, incluyendo un grupo de variaciones sistemáticas y virtuosísticas planteadas sobre un basso ostinato. El genio se manifiesta en la libertad de los preludios y en los ricos y elaborados finales, entre las brillantes ornamentaciones.

Ramón García Balado           

La flauta omnipresente de André Cebrián

Principio del formulario

Teatro Afundación, Vigo 18/10/2023

Auditorio de Galicia Santiago de Compostela - 19/10/2023

Círculo das Artes , Lugo 20/10/2023

André Cebrián

Sesión triple de la Real Filharmonía de Galicia dirigida por Joana Carneiro en el que el ruso-polaco Moisey S. Weinberg aportó también  su Concierto nº1, para flauta y orquesta de cuerda Op. 75, junto al estreno de el Viaje para flauta y cuerda, de John Corigliano, y dos obras del clásico-romántico Felix Mendelssohn.

André Cebrián, protagonista de estas jornadas, es miembro de la Scottich C.O., tras forjarse en la JONDE, y seguir con la Britten-Pears O.; la Gustav Mahler Jugendorchester, en una carrera que le permitió colaborar con formaciones como la OSG, la RFG, la  O. de Cadaqués, la Staats Kapelle Dresden, la Nacional do Porto y otras de primer rango. Es parte de grupos camerísticos como Azahar Ensemble, Natalia Ensemble, y sus fundamentos artísticos le llevan a músicos como Luis Soto, Laurent Blaiteau, Pablo Sagredo, János Balint- en la Hochschule für Music Detmolt- o Jacques Zoon, en la Haute École de Musique (Géneve). También tiene parte activa en la Fundación Baremboim- Said. Solista y directora se conocía desde hacía tiempo, por lo que el resultado prometía. Las obras elegidas por André Cebrián, querían salirse del común repertorio, probando de cierto con el factor sorpresa.

John Corigliano y el Viaje para flauta y cuerda, compositor italo-americano, miembro de la Juilliard School neoyorquina, y que recibió encargos como el Cuarteto de cuerdas para el Cleveland Quartet, en el Lincoln Center (1995), comienzo de una carrera afortunada sin entregarse a las vanguardias más exigentes, como mostrará en su éxito por excelencia, la ópera The Gosts of Versailles, estrenada en el Metropolitan Opera House neoyorquino-1991- dirigida por James Levine, a partir de un libreto de W.M. Hoffman, con argumentos tomados de La madre culpable de Beaumarchais, en la que destacaron Teresa Stratas; Marilyn Horne; Gino Quilico y Hakan Hagegard. Polémico a su manera, cuenta con un par de registros a camino de estéticas encontradas: Mr. Tambourine Man. Three Hallucinations y A Dylan Thomas Trilogy. Fueron sus preceptores Otto Luening, Vittorio Gianini y Paul Creston, entre la Columbia Univ. y la Manhattan School of Music, llegando a ser asistente de Leonard Bernstein.

En 1970, ganó el Premio del Festival de Spoleto y en colaboración con David Hess, arriesgó en una recreación bajo el título de The Naked Carmen mientras recibía la invitación  para incorporarse como miembro de la Guggenheim Fellowship. Llegarán los trabajos para el cine desde el documental A Williamsburgh Sampler, faceta que mantendrá desde entonces, mientras ejercía como músico en Residencia de la Chicago S.O., y ese catálogo amplio de obras exitosas, llegarán consideraciones de reconocimiento: Grammy Awards- en varias convocatorias-; University of Louiseville o el Pulitzer Prize, dejando alumnos como David Sampson; Elliot Goldenthal; Nico Muhly; Michael Bacon; Rogers Bergs o Dinuk Wijeratne.

La obra anunciada, nacería en etapas distintas entre 1971-8, la primera en forma de pieza para coro antes de su transformación en obra instrumental para cuerdas. El origen está en la poética de Baudelaire-Les fleurs du mal- (1857), en L´invitation au voyage- que igualmente tentaría a Henry Duparc-, y que en esta ocasión sería una adaptación de Richard Wilburg- colaborador de Bernstein en Candide-, y que musicalmente resulta una composición refinada y sensual.

Moisey S.Weinberg, en su Concierto para flauta y cuerdas Op. 74, de mediados de los sesenta con una vida ciertamente compleja y cuyo legado se recuperó en parte gracias a Irina Shostakovitch y especialistas como Skans o David Fannig. Su labor correrá pareja a la de otros colegas de travesía: Miaskovski, Mosolov, Shebalin, Popov o el propio Shostakovich, con el que tendrá una profunda amistad. Fueron sus comienzos en Varsovia, como alumno de Józef Turcynski, pero avatares de la vida, le obligarán a trasladarle a Minsk, en donde seguirá los dictados de Vasily Zolotayoy. Un corpus considerable de obras en todos los géneros, facilitarán esta recuperación del autor, cuyo reflejo de la tradición yiddish asoma con asiduidad, con referencias al folklore klezmer.

Obras como Las canciones infantiles; Las rapsodias sobre temas moldavos y eslavos y los Cuentos polacos. Mayor incidencia tendrá su relación con Shostakovich, por mutuas influencias compartidas, como es el caso del Décimo cuarteto de Shostakovich, que le fue dedicado o las citas que nuestro músico usará en reconocimiento, como las utilizadas en la Sinfonía nº 12, actividad que mantendrá con la asistencia a los estrenos de obras sinfónicas además de participar como solista de piano en las 7 romanzas sobre poemas de Alexandre Blok, con Galina Vishneskaia, David Oistrakh y Mstislav Rostropovich y la Sonata para chelo y piano con Oistrakh.  Este Concierto para flauta Op. 75, era precisamente una obra que le acercaba a aquellos compañeros de generación, con visos de guiños humorísticos y procaces de acentuada resolución.

Dos obras de Felix Mendelssohn-Bartholdy, prevista estaba  Meeresstille und glückliche Fahr Op. 27, en Re M. (Mar en calma y próspero viaje) pero definitivamente, Joana Carneiro se decidió por la obertura Las Hébridas Op. 26, fogosa por su ideario descriptivo y acorde con sus desenvueltos recursos de la directora, obra producto de un viaje a aquellas tierras altas escocesas y que como consecuencia dejará una composición entre descriptiva y programática producto de una impresión no tan grata como hubiese deseado. Viento y mar que musicalmente nos traslada a la gruta de Fingal, y que en su título inicial se conocería como Die einsame Insel, antes de su revisión posterior que la dejará tal cual se conoce. Dos temas en clara oposición de las que se acentuaría los imaginarios paisajes descriptivos.

La Sinfonía nº 3, en la m. (Escocesa), no deja de evocar otro viaje ensoñado que conocerá su estreno en la Gewandhouse de Leipzig, en 1842. Brumas en el recuerdo desde la Introducción-Allegro, en La m., remarcado con pinceladas solemnes y que se resuelve como  un Andante, en el que clarinetes, fagotes y trompas, toman el preciso protagonismo a partir de un estilo de balada, permitiendo  un Allegro agitato más denso a cargo de las cuerdas que derivan en un pianissimo, una variante ornamentada hacia otro tema en legato efusivo expresado en un desarrollo que reconduce al tema inicial. 

El Vivace, especie de Scherzo, en dos partes, resultaba un popular pibroch-estilo de gaita sobre un tema pentatónico-, y que protagonizaba  el clarinete acompañado por la cuerda en staccato  enmarcado entre graciosos arabescos de las maderas. El Adagio, tiempo recogido e íntimo, es si cabe el más atractivo, con un personal sentido de marcha fúnebre en la que en su inicio, destaca por la armonización de trompas y chelos.   El Allegro Finale, completó  un balanceo expresado por violines, trompas y fagotes, que condujeron a un aire efusivo, una forma de Allegro guerriero, dejando espacio al Allegro maestoso definido por la sonoridad de las trompas en una apoteosis triunfal, ciertamente sorprendente.

Ramón García Balado

 

André Cebrián. Real Filharmonía de Galicia / Joana Carneiro

Obras de John Corigliano, Moisey S. Weinberg y F. Mendelssohn


Fotografía cortesía del Gabinete de Comunicación de la RFG 

20/10/2023

Mozart: canto con piano entre pasos de danza

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela, 11 de octubre

Juliane Banse

Concierto monográfico mozartiano con la soprano Juliane Banse,  el pianista Alexander Krichel, el bailarín István Simon y el coreógrafo Andreas Heise, en colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago, en el Ciclo de Lied, quienes también hicieron posible otro espectáculo con estos artistas en el XX Ciclo de Lied, dedicado al Winterreise D. 911, de F.Schubert. Juliane Banse,  tuvo como maestros en Zurich a Paul Steiner y Ruth Rohner ampliando con Brigitte Fassbander y Daphne Evangerlatos, en Munich. Participó en dos estrenos: Lunea, de Heinz Holliger y el monodrama de Willem Jeths The Tell-Talle Hearts, y mantiene una actividad artística con el Teatro an der Wien, y en la Boulez Hall de Berlín, ofreciendo recitales con el pianista Wolfram Rieger.  Alexander Krichel-piano-, es artista de Sony Classical y destaca por su apreciación en los géneros camerísticos. Formó parte del proyecto stART, de la Bayer Kultur, siendo asidua se presencia en certámenes como Schleswig-Holstein; la Kleine Saal Elbphilharmonie (Hamburgo), en colaboración con primeras orquestas.  István Simon- bailarín-, es artista del Semperoper Ballet, tras formarse en la Ac. de Danza de Budapest. Colabora en roles operísticos y entre otras iniciativas, es solista en obras de Jiri Kylián; Alexei Ratmansky; Mats Ek; A. Ekman; W. Eaglin; Ohad Naharin; Johan Inger y Jiri Bubennicek.  Andreas Heise- coreógrafo-, estudio en la Universidad de Palucca (Dresde), antes de seguir en Noruega, Nueva York o la Acting School (Londres). Su carrera se inició con Uwe Scholz, en Leipzig y entre destacada compañías, aparecen Jiri Kylián; William Forsythe; Paul Lightsfoot; John Neumeier; Nacho Duato o Liam Scarlett. Ambos arroparon a la soprano en los aspectos dramáticos como intérprete, entre sus devaneos evoluciones acrobáticas y acentuaciones gestuales de pronunciadas pretensiones.

Programa mozartiano entre lieder y tres tiempos de una de sus sonatas, para cerrar con el sonata para piano a partir del Lacrymosa del Requiem K. 626, en transcripción de Ferenz Liszt.  La Sonata nº 12, en Fa M. K. 332, aportaba sus tiempos a modo de enlace entre el transcurso de los lieder: el Allegro; el Adagio y el Allegro Assai, sonata parisina de 1778, penúltima de las cinco pertenecientes a esa etapa de su vida y entregada poco antes de la vuelta a Salzburgo, que destaca por esa tonalidad asociable a la estética del momento por lo que no resulta extraña su popularidad auspiciada por el cuidado y la riqueza de sus temas ya desde el Allegro marcado por la gracia de sus ornamentaciones, en particular en la melodía central. En efecto, un irresistible homenaje a su amigo y profesor Johann Christian Bach, con quien se había vuelto a encontrar en la capital francesa. Fuerza y ambición en plena madurez dentro de los dominios de un género que había hecho propio y que para el programa del día, resultaba un estudiado ensamblaje entre los lieder.

 Das veilchen (La violeta) K. 476, sobre texto de J.W. Goethe, modelo perfecto del género y que resulta una admirable compenetración entre música y texto: la infeliz violeta y el pobre Mozart distanciándose de manidos usos tradicionales que indagaba en lo profundo de su sensibilidad. La elección de Goethe, sería consecuencia del singspiel Erwin und Elmire, en el que se encontraba esta poesía o también en una colección presentada por J.A. Steffan, en la que erróneamente se atribuía al poeta Gleim. Un cuidado fraseo y delicadeza de trato por la soprano Juliane Banse, quien otorgaría similar idea para  An die Freude (A la alegría) K. 53, cancioncilla de juventud, especie de canción-danza pensada desde el punto de vista instrumental, con un texto perfectamente adaptado y ejemplo de sus trabajos del momento, como el singspiel Bastián y Bastiana, resultado de una dedicatoria al masón vienés Joseph Wolff, quien había curado a sus dos hermanos, durante la epidemia de viruela.              

Das traumbild (La imaginación fantasiosa) K. 530- L.H.C. Hölty-, ostenta un carácter italianizante- como tantas otras piezas-, y es obra compuesta en Praga, dedicada a Gottfried von Janequin, en señal de sincera amistad, una curiosidad delicada y palpitante mientras se  preocupaba por el estreno del Don Giovanni, y que con fortuna tendrá publicación inmediata gracias a Breitkopf &  Härtel. Mostraba en lo concreto un estado de ánimo ensoñador propia de una lírico-ligera conocedora del estilo del salzburgués. Aparecería de inmediato, el Adagio de la Sonata nº 12, en Fa  M., para dejar paso a Als Luise die Briefe (Cuando Luisa quemó las cartas de su amante infiel) K. 520, quizás una humorada quejumbrosa.  Las cartas sobre la mesa, en este lied compuesto en la casa de su amigo Gottfried von Jacquin. En pocos compases se concentra todo el drama en una intensidad subida de tono. No se trataba de una sencilla canción, sino de una autentica escena dramática, pensada como lamento hipersensible y abrasador. Das Lied der Trennung (Canción de la separación) K. 519-K.D. Karl Schmidt-, un largo lamento también embargado en un ambiente penumbroso como sugiere el poema, y que para conocedores podrá ser precursor de muchos lieder de Schubert: no hay luz que no conozca la oscuridad, ni alegría que no encierre sufrimiento. Esa asimilación schubertiana nos mostraba a la cantante en sus modismos reconocible. La Fantasía en Do m. K. 475, especie de interludio, es única en su estilo y nació como dedicatoria a su alumna vienesa Therese von Trattner. Retoma detalles sombríos de la Sonata K. 457, por su estilismo.

Die Zauberer (El mago) K. 472, comparte con otros tres del tiempo las turbadas emociones de una joven delante de su cortejador, una idea radiante por resumir en breves compases una curiosa situación. Un coqueteo cual puente hacia  An Chloe K. 524, que resultó un canto vibrante a la vida para glorificación de la épica anacreóntica y que abandona el estilo del lied clásico.  Abendempfindung (Impresión de atardecer) K. 523, coincide con las fechas de la muerte de Leopold y está condicionado por la melancolía inherente. Una lectura ensimismada que se ofrecía como una queja. Esa tarde en la que coinciden las inspiraciones griegas con las fantasías románticas. Un mensaje de pena secreta inmersa en una dolorosa melancolía. Un nuevo detalle con la Sonata en Fa M. K. 332- Allegro assai- para encontrarnos con el Lacrimosa del Requiem K. 622, en transcripción de Ferenz Liszt. Lacrimosa- VII secuencia, de la obra inacabada y que se confió a Süssmayer. El Lacrimosa que se interrumpe en el octavo compás, junto después de las palabras Qua resurget ex favilla, judicandus homo reus.

Ramón García Balado

Ciclo de Lied

Juliane Banse/Alexander Krichel/ István Simon. Andreas Heise, director y coreógrafo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

Conciertos de alumnos del Curso de Cámara Airas Nunes en el CGAC

  Centro Galego de Arte Contemporánea,  Santiago de Compostela Para culminar las actividades del Curso de Cámara Airas Nunes de Cámara , con...