26/04/2024

Dende a complicidade: Banda Municipal con la Escolanía da Catedral

 Teatro Principal, Santiago de Compostela

Concierto de la Banda Municipal con su titular David Fiuza Souto para un programa de la serie Postais, que disfrutaremos en el Teatro Principal- día 28, a las 12´00-, en el que también destacará el protagonismo de la Escolanía da Catedral y las colaboraciones de los trompetistas Juan Lois y Alberto Busto Castaño. En cartel, dos conciertos de Antonio Vivaldi Il Prette Rosso; la Sinfonía Sevillana, de Joaquín Turina y la obra en la que el coro será principal solista, Así cantan los chicos, de Jesús Guridi. La Escolanía da Catedral, también conocida como Anxos de Compostela, realizó un primer registro auspiciado por la propia Catedral y el Xacobeo, bajo el título A la puerta del Paraíso, con una selección de piezas tanto sacras como profanas. A otro nivel, participaron en interpretaciones de obras señeras: la Tercera Sinfonía, de Gustav Mahler; On Christmas Night, de Vaughan-Williams; el Stabat Mater, de Pergolesi, atendiendo a las direcciones de Paul Daniel, Maximino Zumalave, Antonio Fajardo o María Altadill, además de Mateo Iglesias y su valedor José Luís Vázquez López. Certámenes como Peregrinos Musicais o Músicas Contemplativas, les tuvieron entre sus proyectos, así como Resonet, la O. Praelidium y Amigos de la Ópera de Santiago para Brundibar, de Hans Krasa, con Cándido Pazos, como director de escena; igualmente con Amancio Prada, para el Cantico Espiritual de S. Juan de la Cruz. Es anfitrión del tradicional Concerto de Nadal.

Los solistas de trompeta, miembros de la propia Banda Municipal, disfrutan de una carrera respetable. Juan Lois, tuvo reciente protagonismo en la gala ofrecida con la Banda Sinfónica del CMUS, en un programa- Dende as estrelas-, en el que destacaron obras de Howard Hanson, el propio intérprete, Wang Kah Chung y David Maslanka. Fue director de la Banda Municipal de Pontevedra y asistente invitado de la Banda Municipal de Barcelona. Su compañero Alberto Bustos Castaño, muestra  una trayectoria profesional similar por sus ambiciones, tema que los aficionados recordarán en matinales como la compartida con Esteban Batallán, en la que Alberto fue parte activa en una pieza de Alfred Reed, con la Banda Municipal de A Coruña. Otro de sus aportaciones, le permitirá destacar en obras como Aniversarios, de Simón Couceiro y la Rhapsodie in Blue, de George Gershwin. 

Jesús Guridi (1886- 1961)-Así cantan los chicos-, el autor de La meiga  y El caserío y de las impagables Diez melodías vascas, tomadas del Cancionero de la juventud vasca,  de Charles Bordes, piezas que conocerían su estreno por la Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Enric Jordá, ofrece de sumo agrado para el concierto de esta matinal Así cantan los chicos, piezas delicadas nacidas tras su regreso a Bilbao tras una serie de éxitos conseguidos por sus estudios en Francia en la prestigiosa Schola Cantorum, con Grovlez (piano); Decaux (órgano); Sérieyx (composión) y Vincent D´Indy (contrapunto y fuga), ampliando conocimientos en Colonia con Otto Neitzel. Así cantan los chicos, obra de 1909, se resume en un conjunto de tres escenas infantiles para coro de niños y piano, sobre la poética de Juan Carlos Gortázar, piezas que posteriormente terminaría orquestando. En resumen, resultan de un gracejo sencillo por su elemental frescura que facilita la unidad dramática, gracias al tratamiento instrumental que al mismo tiempo, se ajusta a las demandas de un tratamiento como el que se anuncia. Un momento en el que  los entusiastas de El Cuartito, asociación de melómanos, se hallaban en la cresta de  la ola, de la dinamización cultural musical bilbaína, dinamizaba la promoción de Asociaciones como la Sociedad Filarmónica, la Academia Vizcaína de la Música y el Conservatorio, creando un ambiente que facilitaría la promoción de la ópera en la ciudad.

Joaquín Turina- Sinfonía Sevillana Op. 23-, obra de 1920, había sido presentada al Concurso de Composición del Gran Casino de San Sebastián, ante un jurado integrado por Tomás Bretón, Ricardo Villa y el citado Jesús Guridi, obteniendo el Primer Premio, para conocer el estreno con la Sinfónica Arbós, en esa ciudad donostiarra. Una dedicación a José Mas y que se reparte en tres tiempos. Panorama, el primero, se caracteriza por los continuos juegos rítmicos, destacando los dos motivos en los que se desarrolla. Destaca el detalle en forma de zorziko. Por el río Guadalquivir, segundo tiempo, resulta profundamente evocador realzado por el tratamiento de las tímbricas que podrá aproximarnos al estilo de Paul Dukas. En medio, aparece una idea de petenera lenta y jonda, acentuada por el corno inglés. También sobresale un detalle en forma de schottis, para entregarnos a un aire de sevillana.  El tercer tiempo, Fiesta en San Juan de Aznalfarache, nos atrae por su aire festivo y luminoso, con recuerdos procedentes de temas anteriores, como el schottis y la petenera. Se viven con satisfacción las recreaciones de aires de zapateado y garrotín, en un pasaje entusiasta.

Antonio Vivaldi- Concierto para dos chelos, en Sol m. RV 531 y Concierto para dos trompetas en Do M.RV. 537-, en su correspondiente tratamiento, en la serie de sus conciertos para instrumentos solistas, siendo los de chelo unos de los más antiguos, pues tanto su estilo como el papel de su autógrafo, denotan una fecha de composición entre 1713 y 1717. Emblema del primero en su protagonismo, el  Allegro inicial. Se han conservado cuatro conciertos dobles para una pareja de instrumentos de metal, y entre ellos destaca el Concierto para dos trompetas en Do M. RV. 537, obra majestuosa que rinde homenaje a los solistas.

Ramón García Balado

Beethoven: Sinfonía nº 5, en Do m. Op. 67, por la Orquesta de la EAEM

Auditorio de Galicia

Concierto de alumnos de la EAEM, dirigida por Sebastian Zinka, en el Auditorio de Galicia- día 27, a las 20´00h.-, y que para fecha tan especial, eligen una obra tan emblemática como la Sinfonía nº 5, en Do m. Op. 67, sobre la que han caído aluviones de opiniones  y que para la ocasión, aprovecharemos el estudio profundo de Jan Swafford, buscando un resumen lo más condensado posible. La Tercera sinfonía, en Mi b M. una tonalidad que para el autor iba asociada a las piezas de contenido heroico y humanista, propio de la Ilustración, la Quinta en Do m., es impulsiva, ominosa y fatídica. Fue concebida y esbozada al principio por el mismo arrebato creativo que dio origen a la Heroica, aunque transcurre en un mundo muy diferente, poseyendo al mismo tiempo su narración dramática, solo que esta vez no dio nombre a la historia. Está más unificada en su narración y en su material que cualquier otra. La esencia de esa unidad, será transmitida por el tamborileo de cuatro notas, un ritmo primario. Ritmo que saturará el primer movimiento y regresará con diferentes apariciones hasta el final. La esencia de la narración residirá en cómo es transformado ese motivo. Anton Schindler, amanuense de Beethoven, contaría al mundo que éste dijo del trueno inicial de la sinfonía: Así llama el destino a la puerta. El autor estaba terriblemente familiarizado con esa llamada, pero Schindler era un mentiroso compulsivo y no hay forma de saber si Beethoven dijo esas palabras. Al mismo tiempo, Schindler era un músico serio. La novedad final es una inmensa coda de igual duración que la exposición y el desarrollo, como había hecho en la Waldstein  y en la Appassionata. Beethoven logra esta vez la hazaña de llevar la enorme tensión a un punto más alto; la música se convierte en una absorbente carrera. El clímax, con las cuerdas y los vientos de nuevo llamándose unos a otros, es una arrolladora escala descendente. La coda genera tal cantidad de energía que los breves acordes finales no acaban de resolver la tensión.      

Tras la tempestad y su clímax, el Andante con moto llega súbitamente in media res, con su cantarín tema en los chelos como un oasis de consuelo. El autor rotuló el primer esbozo del tema principal como Andante quasi minueto. A pesar de su dulce encanto, la  frase del chelo posee una transfiguración extrañamente angulosa, en parte porque está construida en varios aspectos sobre una forma concreta. Un tiempo coherente en su forma aunque singular: alterna dobles variaciones, primero sobre el tema del chelo con su dulce estribillo y luego un segundo tema estalla en un estridente Do M. Una fanfarria será transformada en el primer fogonazo final. La neblina de la retransición del primer tiempo, aparece de nuevo y tras las parejas de variaciones, la música se envuelve en una bruma, como si hubiera perdido el hilo del pensamiento. La última variación adquiere una forma de extraña marcha de las maderas en staccato, expresión a medio camino ente lo paródico y lo ominoso, que presagian el Scherzo. Allegro trío.

Un movimiento en Do m., por métrica, tempo y forma, pero su tono apenas se ajusta al habitual carácter lúdico;  está impregnado de la beethoveniana atmósfera de Do m., con una murmurante frase de los bajos, luego una llamada de las trompas a las que contestan los vientos con un tema severamente agresivo. Se produce un momento de farsa cuando los contrabajos se lanzan a una frase fulgurante. Además de producir un interludio cómico en la narración expresiva, puede haber aquí una broma para iniciados: Beethoven, tomándose la revancha de las críticas perennes acerca de las dificultades de sus partes de contrabajo. El trío también prefigura ideas melódicas importantes del Allegro Final, por lo que viene a ser una profecía del triunfo del Do M. Las ambigüedades entran de puntillas. El no Scherzo en Do m, regresa alterado con el tema del bajo convertido en una parodia en staccato. La  música cae en una misteriosa textura de cuerdas y vibrantes timbales. Su antecedente es el Caos de Haydn, que prepara el surgimiento de la luz.

Desde ese tranquilo caos irrumpe el fogonazo de Do M. del Finale, cuya esencia radica en los metales. Su estilo recuerda la forma sencilla y directa de la música revolucionaria francesa y se semeja al grito de la libertad  y liberación. Para intensificar el peso y flexibilidad de los metales, Beethoven añade trombones a las trompas y trompetas, casi por primera vez en una sinfonía. Su gutural estrépito otorga al Finale Allegro no solamente peso, sino una coloración particular. Para ampliar hacia el agudo los límites de la orquesta, añade una flauta piccolo. Llamaremos a este Finale una triunfante recomposición del Primer movimiento, sin el fatídico monorritmo, pero con el mismo tipo de implacable intensidad (aunque ahora de jubilosa intensidad). Los materiales del primer y del último movimiento son los mismos. El motivo rítmico primario está al principio envuelto en escalas que se proyectan hacia arriba. El motivo principal del movimiento es una figura ascendente de tres notas, profetizado en el tema de los metales del segundo movimiento. La Quinta cuenta la historia de una victoria personal y de un heroísmo interior, pintado con gruesas pinceladas sobre un épico lienzo.

Ramón García Balado   

24/04/2024

Concierto de cámara de la CAEO: Mendelssohn y Kaija Saariaho

 Sala Mozart, Auditorio de Galicia

Concierto el pasado miércoles de las actividades de la EAEM a cargo de alumnos de las aulas de la violinista Ildikó Oltai y del  contrabajista Carlos Méndez, quien también ocupó plaza como intérprete entre ellos, destacando la colaboración de Eriko Ishimoto en acompañamiento de piano y  celesta. Un reparto en programa por épocas y estilos con una atención preferente a quien a sido una de las compositoras de mayor atractivo del curso, la finlandesa Kaija Saariaho, de la que escuchamos obras como Ciel d´Hiver; D´om le vrai sense, un concierto para clarinete del que fue protagonista Kari Kriiku, del que era dedicatario y en el que alumnos de la EAEM, reforzaron la plantilla de la RFG, sesión en la que también, se ofreció  Variaciones op. 42, de Erich W. Korngold y la Segunda Sinfonía de Kurt Weill. Alumnos de la EAEM, suelen acompañarnos en los conciertos de temporada, como el vistoso ofrecido por el intérprete de sheng, Wu Wei, con la obra de encargo The Colour Yellow for Sheng and orchestra, de Huang Ruo, encargo de la RFG y la Euskadiko Orkestra, y el estreno igualmente de  Oiartzun gorriak (Ecos rojizos) de Itziar Viloria. La EAEM, tendrá pendiente para la clausura de temporada, el concierto que dirigirá Baldur Brönnimann, con la violinista Rosanne Philippens, para ofrecernos el Concierto para  violín en Re M. Op. 35, de Erich W.Korngold; Atlas eclípticas, de John Cage y la Sinfonía en 3 movimientos de Igor Stravinski.

F.Mendelssohn, el clásico-romántico, fue objeto de atención por una obra de sus años jóvenes, el Octeto para cuatro violines, dos violas y dos chelos, en Mi b M. op. 20, obra nacida en un período apacible por su estancia en el Palacio Recksech, y que lograría reunir a dotados melómanos del momento. Obra acorde para este programa desde la frescura y elegancia del Allegro moderato ma con fuoco, a pesar de que no se conoce cualquier ejecución pública de esta obra camerística antes de su presentación del dirigido por Baillot, en el Conservatorio parisino en la primavera de 1832. El diálogo entre los distintos instrumentos a lo largo de este tiempo, nos abocaba a un breve desarrollo que se completaría en un crescendo camino de una reexposición sencilla y una coda ostentosa. El Andante, según el patrón, pretendía recrear una balada medieval, tentación del autor por acercarse a esos estilismos ancestrales, dentro de una ambientación melancólica a partir de un aire de siciliana. El Scherzo ( Allegro leggierisimo, para redondear una ambientación propicia, remite a  la poética de Goethe en el Fausto, en los últimos pasajes de La noche de Walpurgis, que el compositor recuperará para una obra posterior. Un Scherzo mágico sobre un extenso desarrollo que tentará a Mendelssohn, para una orquestación que incluirá en la Sinfonía en Do m. Op. 11, que estrenará en Londres, desplazando al minuetto. El Presto, un ejercicio novedoso y una recreación casi jocosa, parece acercarnos al mundo mozartiano, nada extraño vistas las afinidades presumibles entre ambos compositores. El juego de contrapuntos quedará como una gratificante resolución colectiva, en una obra perfecta para estos programas de aportación colectiva, que en su momento llegó a escucharse tanto en recinto sacro como en la mítica Gewandhaus, de Leipzig.  

Kaija Saariaho, en una obra de sus últimos meses de vida, Semafore, compromiso para el Carnegie Hall y el Santa Fe Camera Festival, con motivo de su quincuagésimo aniversario. Obra que alcanza aproximadamente un cuarto de hora pero de notables exigencias para los intérpretes, detalle que descubrimos en composiciones camerísticas como Maa; Du cristal…à la fumé, destinada al Kronos Quartett; los Jardines privados; New Gates; Solar o Champs d´action. Sus propias palabras servirían para entendernos con Semafore, quien responderá a la pregunta sobre la importancia de temas evocadores, la distancia  y la comunicación. Cuando uno ha vivido   mucho tiempo lejos de su propia cultura, siempre hay un regusto de nostalgia y al llegar a nuevos lugares como un extraño, uno se acostumbra a mirar las cosas desde fuera. En términos de sonido, dedica tiempo sobrado al cuidado de construir ciertas texturas y colores específicos, tal cual si tuviera de antemano una idea o una impresión de sonidos. Siempre tuvo ideas precisas de esos sonidos aspirando a que los oyentes les escuchen como un elemento de investigación fascinante. Una impresión que por las obras seguidas esta temporada, no viene más que a confirmarse y para delectación, esta obra elegida por alumnos de la EAEM. Obra perfilada tras la composición de Vista, y que por su planteamiento pone en duda algunos detalles técnicos de su acostumbrado quehacer, el caso de las octavas distante del habitual en otras obras, las intensidades o las tensiones armónicas y las dinámicas. Una música que sabrá alterarse por los cambios de carácter y regularidad métrica. Semafore, remite al finés Ernst Mether-Borgström, autor de un conjunto de obras artísticas que la tentó desde su juventud en cuanto a sus pinturas en las que recrea ese mundo cotidiano de la urbe como una jungla.

Ramón García Balado

 

23/04/2024

Compostela canta a Revoluçao dos cravos: Praza de Música en Compostela

 Auditorio de Galicia, Parque Música en Compostela


Fecha conmemorativa- día 25, de abril, 18´30 h.-, en un acto de participación coral colectiva, rememorando aquellos días de mayo de  1972 y con la  presencia de Zeca Afonso, en ese  espacio que actualmente ocupa el Auditorio de Galicia, en el que  ofreció la primera interpretación de Grândola vila morena, y de la que se mantiene memoria por la placa que conserva la importancia de aquel evento. Poco antes había grabado aquella cançao testimonial en su registro Cantigas do Maio, con ayuda de José Mario Branco, en cuanto a los arreglos musicales. Fechas entonces en las que participará en el VII Festival Int. da Cançao Popular, con su pieza A morte saliú a rúa, dedicada al escultor Dias Coelho, asesinado por la PIDE, e incluida en su trabajo Eu vou ser como a toupeira. En 1973, en el  lII Congreso da Oposiçao Democrática (Aveiro), ofrecería canciones del período de reclusión sufrido en la Prisión de Caixas y que dejarán como resultado el trabajo Venham mais cinco.   Al año siguiente,  Zeca había participado el 29 de marzo en el Encontro da Cançao Portuguesa, en el Coliseo de Lisboa, en el que la censura le permite cantar solo dos cançoes:  Milho Verde y Grândola vila morena, todo un despotopósito,  antes de llegar de visita a nuestra ciudad para un concierto en el que incluirá precisamente la presentación del himno-manifiesto. Zeca siempre estuvo a medio camino entre nuestra tierra y las escapadas inevitables de su país por los permanentes sobresaltos que le ocasionaba la PIDE-la policía salazarista de entonces-de infausto recuerdo.

Zeca, en años primerizos, probó como cantante de fados de Coimbra (1964)- un registro de 1956, con ese título sería un primer testimonio- , colaborando con la Sociedade Musical Fraternidade de Operária  Grandolense, mientras se dedicaba a la docencia en la Universidade de Coimbra, tras presentar una tesis dedicada a J.P. Sartre, teniendo la posibilidad de conocer al guitarrista Carlos Paredes- músico del grupo de Amalia Rodrígues- y también destacado compositor. José Saramago, pudo asistir a uno de aquellos conciertos en los que se interpretó Grândola vila morena, en un encuentro que supondría el aprecio entre ambos, recorriendo las colectividades del sur.  Vuelta a 1974, para otro acontecimiento de nuevo con Grândola vila morena, en otra actuación colectiva en la que colaboraron los artistas del Canto de Intervençao- Adriano Correa de Oliveira; José Barata Moura; Fernando Tordo; Ary de Santos o Fausto, un preludio del entendimiento con el MFA, movimiento de liberación que tendrá fecha clave gracias a la emisión de Rádio Renaiçensa, precisamente con esta cantiga Grândola vila morena, y que servirá a partir de las 0´20 horas, de aquel 25 de abril, como punto de arranque de aquella puesta en marcha de acontecimientos que harán historia.

Zeca, ajeno a compromisos obligados de primera línea en la política, no renunció a la importancia de lo que suponía implicarse con las responsabilidades cívicas llegando a mantener una relación directa con Otelo Nuno Saraiva de Calvalho- cabeza visible de Movimiento 25 de abril y comandante operativo- , en una candidatura de posicionamiento testimonial. Saraiva fue candidato en 1976, frente al gobierno de Ramalho Eanes, siendo Zeca un invitado para esa aventura que no lograría suficiente acogida entre los electores. Campaña que se  había iniciado precisamente en Grândola, la pequeña villa al sur de Lisboa, en el Alentejo, y con un discurso medio improvisado.  Grândola es comienzo de aquella canción de recuerdo imborrable: Grândola, vila morena/ Terra da fraternidade/O povo é quem mais ordena/ Dentro de ti, ó cidade/Em cada esquina un amigo/ En cada rostro igualdade/Grândola vila morena/ Terra da fraternidade.

Zeca  nos dejó el 23 de febrero de 1987, a las tres de la madrugada en el Hospital de Setubal, en donde había ingresado horas antes después de una parada respiratoria tras unos años de insoportables padecimientos. El parte médico del neurocirujano Armando Hasse Ferreira, confirmaría una enfermedad neurodegenerativa, una variante de las neumonías atípicas provocadas por el aceite de colza español adulterado. El cantor había visitado a su compañero Luís Pastor cuando se diagnosticaron los primeros casos y a su regreso a Portugal, se harán visibles los primeros síntomas.  Voluntad final, sería la ausencia de todo acto protocolario, y con una bandera roja, abriendo la marcha Grândola vila morena.  Zeca en esas fechas fatídicas, tendría como compañeros al cantautor Janita Salomé, quien se había formado con él, además de asistirle en conciertos en Azeitâo, cerca de Setubal, cuando el futuro presentaba los peores augurios.  Zeca, compañero también de Benedito, se nos fue sin saber que también al cantante compostelano le esperaba un futuro igualmente amargo. Amigos y compañeros de travesía, llegaron a tiempo de compartir un homenaje ofrecido en el Auditorio de Galicia, tras unos años de insoportables dolencias. Casi una maldición fatídica del destino.  

Grândola y su vila morena, es en la actualidad poco más que un símbolo y un recuerdo de otros tiempos esperanzadores, después de que el país vecino viese desangrarse a generaciones enteras, en defensa de valores ajenos al servicio de aquella dictadura salazarista, auténtico monstruo del que sólo se beneficiaron multinacionales que en nada beneficiaron al país. Zeca en todo caso, no dejaba de añorar los buenos momentos vividos también en África en los que nacerían puñados de canciones y poemas de las que encontraríamos acopio en trabajos como las primeras Baladas e cançôes; Tras outro amigo tambén; Contos velhos, rumos novos; Com as minhas tamanquinhas; En quanto há força o el testimonial Ao vivo no Coliseum- este para el sello Sasseti- frente al resto editado por Orfeu.  Zeca en esa etapa final, se buscaría un refugio de tierra en Grândola, en una modesta casa.  Revoluçao dos cravos (Revolución de los claveles), otra autentica motivación colectiva de la que los protagonistas que pudieron vivirla, guardarán un recuerdo indeleble.

Ramón García Balado  

Pleasure Island, con la RFG dirigida por Sebastian Zinka

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Programa de divulgación a partir del espacio de la danza con la RFG  por el director asistente Sebastian Zinka, y que incluye en programa las Danzas concertantes de Igor Stravinski e Internités de Januibe Tejera, a repartir en tres fechas- días 25 y 26, a las 11´00 h. y día 27 a las 18´00 h-, un espectáculo que tendrá como protagonistas  a Cristina Cubells, en dirección artística y a Estela Marlos y  Ariadna Montfort, como interpretes y autoras de las coreografías. Sebastian Zinka, quien tuvo ya el beneficio de dirigir a la RFG en programas que incluían obras de Inés  Badalo, Manuel de Falla y J.C. Arriaga, tras probar a gran altura con la Suite Alegrías del exiliado Roberto Gerhard y su Primera Sinfonía, es un músico que se forjó en la Ac. de Festival de Lucerna, para recibir un tercer galardón en el Concurso Antal Dorati (Budapest), llegando a ser asistente de Mark Wigglesworth, en el Teatro Real, en La Nariz (D. Shostakovich), idea de su interés por el género lírico. Estuvo al frente de orquestas europeas de primer rango, tras sus estudios de dirección en la Ac. Sibelius (Sakari Oramo) y en Berlín, con Harry Curtis, además de masters seguidos con Jorma Panula, Johannes Schaefli, N. Pasquet, Sussana Mälkii o P. Eötvös.   

Januibe Tejera- Internités-, es un compositor que trabajó con el Ensemble ICTUS, el Ensemble Modern, la O. Philharmonic de Radio France, el Festival Présences, las citas de Darmstadt o Milán y fue premiado por la Foundation Salabert, la de Radio France, la de Nadia y Lili Boulanger, el Ministerio de Cultura de la Comunicación de Francia, el Ministerio de Cultura de Brasil, el IRCAM parisino, la Escola de Música do Estado de Sâo Paulo o la Universidade Federal Rio Grande do Sur. Siguió masters de Gérard Pesson, Flávio Oliveira,Tom Mays, ejerciendo la dinamización del Festival Contemporâneo MS. La obra en cartel estuvo en cartel en las programaciones del Palau de la Música de Valencia, con estos intérpretes, en una iniciativa nacida en los proyectos del ESEMS, y que en lo esencial, remite al mundo onírico de los relatos de Franz Kafka y Julio Cortázar. Para el programa, el reparto comenzando por Non se culpa a ninguén (1956), de Cortázar, contando con el apunte instrumental de Internités, de Januibe Tejera (2020), en volandas según Estela Martos, con coreografías de ella y del Ariadna Monforte, quien también será responsable de la dirección. As preocupación dun pai de familia,nos lleva a Kafka y musicalmente a las Danzas concertantes de Stravinski, con el protagonis-mo de Estela y Ariadna

Igor Stravinski-Danzas concertantes-, obra para 24 intérpretes y que nos lleva  a su etapa americana, en respuesta a las demandas de Hollywood, de la que surgirán encargos como esta obra que desde su patrón nacerá como proyecto para el ballet, confiando en las coreografías de Balanchine, en 1942, aunque tardará dos años para que los Ballets Rusos de Montecarlo, lejanos de los de Diaghilev, tendrá como resultado un trabajo con decorados pintados por Eugène Berman, uno de los grandes amigos del compositor. Un proyecto artístico que decididamente poco guarda en común con La consagración de la primavera o Las Bodas. Sin ser obra de grandes ambiciones, merece un trato de debida consideración gracias a su eclecticismo extremado que aporta un mundo descarnado de una considerable simplicidad en lo esencial, que prefigura si cabe el estilo serial del compositor. La marcha inaugural, se asimila a un concerto grosso, con un pasaje medio de trompa y un solo de violín. El paso de acción realza contraposiciones estimulantes y las Variaciones centrales, suponen el pasaje magistral de la obra. Destacan los enlaces seductores de las cuerdas  y las maderas, además de las ornamentaciones. Un cortejo de citas imaginarias concluyen en pasajes abstractos, casi burlescos. El paso a dos es una  mezcla de episodios claramente enfrentados y líricos, ciertamente humorísticos que nos conducen al regreso de la Marcha que mantiene en lo primordial esa idea de obra del período neoclásico.

Cristina Cubells- dirección artística- se formó en la Universidad UC3M. y recibió una beca INPPhiINT, realizando masters con en teoría y crítica cultural, probando también en la ESMUC, en piano y pedagogía y en la Universidad de  Barcelona, en psicología. Realizó proyectos profesionales entre los que destacan Sempederitiques- para la ESMUC-;  talleres de especialización para varias editoriales; Tenorio, obra escénica para el Teatro Real, esta Pleasure island; el Proyecto Grimm, dirigido por Malvat Alramli, su ayudante en labores coreográficas. También Struwwelpeter, sobre relatos estremecedores de H.Hoff que se destinará al Palau dels Arts, y los Teatros del Canal.   Ariadna Montfort, se formó en la Escuela Atelier, en el Rudra Bejart (Suiza), teniendo como maestros a Stijn Celdos, Ohad Naharin, Sharon Eyal y Yo Strongs. Creó la Compañía La Veronal (2013)-galardonada estos  días en los Premios Talía- que con el espectáculo Muaré, logró el Premio de Danza Sala Mínima, contando a la vez con dos denominaciOnes para los Premios Max.  Estela Merlos, fue protagonista en proyectos como Internites (2021), un proyecto dentro de las iniciativas del Palau de les Arts (Valencia). Es bailarina y coreógrafa profesional, con larga experiencia como free-lance. Sus años de formación la llevan a la Escola Danza Madó antes de trasladarse a Inglaterra, para continuar en la Central School of Ballet, destacando en espectáculos como The Coast of Living. Otras iniciativas la llevaron a colaborar con el Teatro Kirov- La Bayadera-, el Northern Ballet Theatre- El lago de los cisnes-; el Cannes Jeune Ballet Rossetta Hightower, dirigida por Monique Loudiers o espectáculos como IT Dansa; la Compañía Rambert, disfrutando de la colaboración de artistas como Jiri Kylian; Nacho Duato; Christopher Bruce; Carolyn Carlson; Ohad Naharin; Merce Cunningham o Stijn Celis.

Ramón García Balado

Fotografía Rocío Chacón

21/04/2024

Los Vier letzte Lieder de Strauss, el desvelo de Claire Booth

 A Coruña - 20/04/2024

Concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia  bajo la dirección de Jonathon Heyward, destacando como solista la soprano Claire Booth, para los Vier letzte Lieder de Richard Strauss, en un programa que anunciaba el estreno de Records from Vanishing City, de Jessie Montgomery y la Sinfonía nº 10, de Dmtri Shostakovich.

Claire Booth, colaboró con la Nordwestdeutsche Philharmonic O, bajo la tutela del propio  Jonathan Heyward y en el  Festival Janacek (Praga), con un repertorio mozartiano para seguir con la O. F. Nacional de Armenia, eligiendo en programa Der Knaben Wunderhorn, de Gustav Mahler; en este espacio tan significativo, también aportó un par de registros, uno de ellos destacando Pierrot Lunaire,  de Arnold Schönberg, con el Ensemble 360, dentro del Festival de Aldebourgh y un segundo centrado en el Expresionismo musical de esa escuela.  La BBC Scottish O, con Ryan Wiggleswort, la secundó en otra iniciativa dedicada a los estilos de las cabaret songs, de Arnold Schönberg y artistas cercanos a ella, son Helen Grime y Zoe Martlew, de quien presentó un trabajo de canciones con el pianista Jóms Coleman, estrenadas en el Wigmore Hall, siempre con atenciones cuidadas al mundo de estas formas que la llevan desde M.Moussorgski a Edward Grieg. 

Johathon Heyward, nacido en Charleston (Carolina del Sur), se formó como chelista, siguiendo la docencia de Timothy O. Malley, antes de entregarse a la dirección, en el Conservatorio de Boston, con Andrew Altenbach, precisamente con un sólido compromiso con la Nortwestdeutsche Philharmonie O., tras forjarse como director asistente en la Boston Opera, en producciones como La Bohème, Die Zauberflöte o The Rape of Lucretia (Benjamin Britten). En 2013, obtuvo el First Price de Berason y en 2016, pasó a tomar la dirección de The Hallé para ampliar en 2021, en los certámenes de los Proms, preparando su titularidad con la Baltimore S. O. al año siguiente, y desde 2023, ocupa plaza en el Lincoln Center for Performing Arts.

Jessie Montgomery con Records from a Vanishing City, un canto del Lower Side de Manhattan, compositora que se confirmó por obras como Shift, Chang, Turn, encargo de la Orpheus C.O.o las Coinicident Dances para la Sinfónica de Chicago  y Coughty by the Wind, para la Sinfónica de Albany, participó en la conmemoración del 200 Aniversario de The Star Spangler Banner para la Sphinx Organitation y es promotora de la Fundación Joyce, para el apoyo a jóvenes afroamericanos y latinos. La obra escuchada, no muy extensa, era fiel reflejo de aquella inspiración latinoafricana tan común en compositores actuales.

Detalles sonoros efectivamente reconocibles para el aficionado y que en manos de Jonathon Heyward, alentaba una segura identificación con la temática concentrada en esta personal pieza con pinceladas de banda sonora.   En el ámbito del canto, compuso el ciclo Five Freedom Songs para la soprano Julia Bullock y la obra en cartel, Records from a Vanishing City, es reflejo de su ideario reivindicativo en respuesta a una invitación de la Orpheus C.O., dedicada a la memoria de James Rose, una referencia en lo sonoro a las ancestrales memorias de las tradiciones angoleñas, partiendo de un recuerdo de una cantinela de cuna para engarzar  con reminiscencias heredadas en el Manhattan de los ochenta y noventa, procedencias caribeñas y detalles de danzas intercalados entre citas de los grandes del jazz, desde Coltrane, Miles Davis, Thelonius Monk y Ornette Coleman.   

Richard Strauss con esos Vier Lezte Lieder cumbre de la hipersensibilidad de un creador que, a esas alturas, se aferraba a una criba de conciencia en un depurado ejercicio confesional en su retiro en Suiza, ya en los meses finales de su agotadora vida plena de equívocos. Claire Booth se entregó al reto con una interpretación respetuosa con el espíritu straussiano  gracias a la atención supeditada a las exigencias vocales y dramáticas de la importancia  de unos textos que las convirtieron en devoción irrenunciable del autor, esa profunda meditación  sostenida  en las poéticas de Hermann Hesse-en los tres primeros- y de Eichendorff. Las penurias de años recientes se condensan en las  poéticas que no podrían resultar más opuestas. Piezas que no llegó a oír y que no dejarán indicación alguna del orden en que deberían ser tratadas, aceptando la sugerencia del doctor Ernst Roth, su editor para aceptar la resolución final.

Im Abendrot (Eichendorff), fue el primer lied del ciclo que le animará a componer los otros tres sobre Hermann Hesse: Frühling, Beim Schalfengehen y September, valdría como un repaso desde la juventud al ocaso final.  Frühling, una alabanza a la primavera en un canto transparente en un lied estrófico y  variado. September, presentaba su colorido otoñal  gracias a sus modulaciones ostentosas que nos sugerían cierta serenidad, ante la juventud que se va perdiendo. Beim Schlafengehen (Al irse a dormir), último lied sobre Hesse, en el que la línea vocal, se  expresaba en amplia tesitura auspiciando los sueños metafóricos de la vida. Im Abendrot(Eichendorff), supuso un canto de perfiles románticos con evocaciones schumannianas.

Dmtri Shostakovich con la Sinfonía nº 10, en Mi m. Op. 93, una escritura apurada para el autor, como las obras recientes para esta obra de la que tendrá sus  quejas personales, sin necesidad de revisar lo que iba concluyendo. Obra que estrenará a finales de 1953, bajo la dirección de Evgeni Mravinski y después de un período dilatado de silencio recalcando con detalle los pasajes umbríos en respuesta al momento de presiones sociales que pesaban sobre el autor.

Jonathon Heyward, fue excelente traductor de ese Shostakovich implacable y descarnado desde  el  Moderato, en el que se expresó por la importancia del protagonismo de las cuerdas graves, con respuesta de clarinete y flauta, preparando significativos acordes desgarradores remarcados por trinos desesperantes y una acentuación final en estilo de vals. Para el autor, el realce de los pasajes heroico- dramaticos y trágicos.  El Allegro, descarnado e implacable, se expuso como un grito de respuesta, en un movimiento corto en comparación con el anterior. En el horizonte, la épica de Borodin, a través de los instrumentos de metal. 

El Allegreto, siempre determinado por el uso testimonial de sus siglas DSCH, detalle  para su escritura  que recuperaba aspectos del primer movimiento, destacando la trompa que recreaba esa atmosfera pesimista. El Andante-Allegro, permitió a oboe, flauta y fagot mostrar extensas y amargas quejas en medio de una manifestación colectiva, popular y desengañada, con un asomo concentrado propuesto por un cantus-firmus de trompeta y que conduce al Allegro en un estilo de bacanal. Viktor Vanslov, crítico de opiniones poco gratas, uso un tono duro con respecto a la obra, tildándola de composición de ideario trágico unilateral, cuyos colores e imágenes sombríos, además de uso exagerado del pesimismo de la obra, tenía poco que ver con el realismo.

Ramón García Balado

 

Claire Booth

Orquesta Sinfónica de Galicia / Jonathon Heyward

Obras de Jessie Montgomery, Richard Strauss y Dmitri Shostakovich

Palacio de la Ópera, A Coruña

publicado en RITMO, edición digital

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