16/07/2023

Cuarteto de Cuerdas Schubert: XXIII Ciclo de Música para una época del Museo de Bellas Artes, A Coruña

 Quinto concierto del XXII Ciclo Músicas para una época (Alrededor de Picasso y sus ciudades)- esta vez en París), que se ofrece en el  Museo de Bellas Artes de A Coruña- 12’ 00 h.-, y que contará con el Cuarteto de Cuerdas Schubert, que integran Fumika Yamamura y Ángel Maroto-violín-, el viola Gabriel Bussi, la chelista Elena Escalza, a los que se añade la pianista Haruna Takebe y el barítono Lucas López, para las piezas de Francis Poulenc. El cantante formó parte de la Academia Ton Koopman, en 2021, en Dean Haag, y destacó recientemente por su participación en el Ciclo Internacional M.K. Festival Ciurlionis en Palenga (Lituania), además de su presencia en la gira con la Bundesjugenorchester, por Alemania.  Haruna Takebe, es apreciada por sus colaboraciones con las principales orquestas de nuestra C.A. y por sus labores docentes en la EAEM, destacando sus actividades habituales con grupos de vanguardia como el Artemis Ensemble, Vertixe Sonora, el Airas Ensemble, ofreciendo su trabajo recién presentado dedicado al compositor Víctor Ibarra.  Gabriel Bussi, músico particularmente activo por las obras que compone por encargo, ofrecerá en el programa del día Un pintor en París (Picasso), un estreno del que darán cuenta el barítono Lucas López, la pianista citada y el Cuarteto Schubert, una obra repartida en cuatro temas: Yo no quisiera más; Fandango de lechuzas; Au bucher en feu y Sur les arbustes. Bussi tiene reciente en la memoria trabajos como el destinado a la OSG, con la Suite sinfónica de la ópera  La Tribuna, y que fue dirigida por Josep Pons, entre obras de Maurice Ravel y Johannes Brahms. Bussi, se formó en el Conservatorio Hanns Eisler (Berlín) y desde 2002, es violinista de la OSG, y en lo relativo a La Tribuna, nos hallamos ante una ópera de dimensiones puccinianas.

Maurice Ravel con el Cuarteto de cuerdas en Fa M. compuesto entre 1902 y 1903,y estrenado en París en marzo de 1904, por el Cuarteto Heyman, en la Société Nationale (sala de la Schola Cantorum), antes de ser publicado por Gabriel Astruc. Contamos con un apreciable arreglo para piano a cuatro manos, de Maurice Delage. El Allegro moderato, utiliza ideas cíclicas que valen de referencia a los motivos de la obra. El desarrollo y la recapitulación, se plantean en estilo clásico, destacando el magisterio en cuanto a la fusión de los temas, dentro de una misma formulación, en antelación a la reexposición final, preparando el diseño de dos dibujos claves que conducen a la coda.  Assez vif, Très rythmé, observa aspectos que le acerca al cuarteto de Debussy, en su talante de forma scherzo. El buen humor resulta determinante, confirmado por los descubrimientos sonoros, a medio camino entre los ritmos binarios y ternarios. Un episodio central lento y muy expresivo, tiene un aire melancólico, gracias a la melodía ofrecida por el chelo, retomada por la viola y encumbrada por el primer violín.  Très lent- tercer tiempo-, es una especie de Andante  ensoñador, animado por impulsos líricos , dentro de una forma indecisa y con un desarrollo en esos parámetros estilísticos, a partir de una idea propuesta por la viola.  Vif et agité, modifica los temas del tiempo inicial en los aspectos rítmicos, dentro de un flujo marcadamente irónico, sobre estados de ánimo estimulantes, que alcanza al final una forma de torbellino arrebatador.

Francis Poulenc con un par de obras: Banalités, cinco piezas de 1940, que se sustentan en lo literario el Apollinaire. Chanson d´Orchestre, se acerca a un estilo de mélodie popular, sencilla y diatónica, elaborada sobre ritornelos del piano graciosamente ornamentados que ayudan a la recreación de las pretensiones requeridas.  Hôtel, nos ofrece una descripción atmosférica de finos trazos, que demandan una lectura parsimoniosa y vagamente distendida, marcada por los acordes regulares del teclado. Fagnes de Wallonie, se describe como una pieza trabajada sobre breves melismas, que ayudan a describir un paisaje tormentoso de las Ardennes; vida y muerte, quedan confiadas a la imaginación del poeta y del compositor, destacando los intensos acordes del piano. Un vals- mussette acompaña a la pieza Voyage à París, sugiriendo una actitud indolente y sentimental que nos lleva entre un burlón devaneo, que para algún agudo comentarista, podrá parecernos una cantinela de Maurice Chevalier. Típica canción de guerra con doble fondo.  Sanglots, manifiesta un claro contenido surrealista, determinado por ideas contrastadas y  muy sentenciosas, que resultan el producto del buen entendimiento del poeta y el compositor.

Pablo Picasso, como no podía ser menos, es obra nacida por la colaboración con Paul Éluard, que ha dejado otras obras como Tel jour, telle nuit; Miroirs brûllants; La Fraicheur et le Feu y Le travail du peintre, al que pertenece esta pieza Pablo Picasso. Poulenc, se decidirá por abordar para ese grupo una antigua idea a la que optará tras la muerte del poeta en 1956, textos procedentes del poemario Voir  (1948), en los que también habría consideraciones con otro ilustre pintor Matisse, y con el trasfondo de una promesa mantenida con el poeta. Pablo Picasso abriría la recopilación, de esta dedicatoria a pintores entre los que también se concitan, J.Gris, Modigliani, Braque o Dufy y otros que configurarán Le travail du peintre. En cuanto al Picasso, muy a tono con la convocatoria del Museo de Bellas Artes, de A Coruña, bastará con recordar la apreciación de Poulenc: A tout seigneur, tour honneur. El tema inicial, se encuentra en el personaje de la mère Marie, de la ópera Dialogues des carmelites, además de subrayar la cercanía tonal con el comienzo de Tel jour, telle   nuit. En esta línea, la obra guarda afinidades con las dedicadas a Marc Chagall; George Braque; Paul  Klee; Juan Gris; Joan Miró o Jacques Villon.

Ramón García Balado  28/ V/ 2023    

 

15/07/2023

María José Montiel: Cátedra de Canto de Música en Compostela

 La mezzosoprano María José Montiel ocupa la desde este año la Cátedra de Canto en el Curso I.U. de Música en Compostela, por deferencia de quien hasta los años precedentes había sido su titular, Ana Mª Sánchez, por la confianza y reconocimiento entre ambas. Mª José Montiel fue Premio Nacional de Música del 2015, y convirtió el rol de la Carmen de Bizet en seña de identidad, del que dejó excelente impresión en el Teatro San Carlo de Nápoles. Participó en la reapertura del Teatro Real, en el otoño de 1977, en el rol de La vida breve, de Manuel de Falla, contribuyendo a la recuperación de Merlín, de Albéniz. Demuestra una profunda afinidad con el lied, la mèlodie y la canción española, a la par con la portuguesa. Una voz que supo dar el paso desde los roles de soprano a los de mezzo que se ajustan de perlas a sus cualidades actuales, reforzadas por recursos bien timbrados y firmes, con un vibrato de mayor consistencia. En el espacio de las formas camerísticas supo encontrar acompañantes a la medida de los repertorios elegidos.

¿Cómo fue su incorporación a la cátedra de canto del curso?

Vengo por motivos de salud porque Ana María no ha podido venir, no es solo una colega mía, sino también una gran amiga. Estoy encantada de venir a Galicia, que tengo en el corazón por ascendencia gallega por parte de madre. También por este grupo tan humano, organizadores, la presidenta, María Dobarro, profesores... Este año, como lo hacemos online, aprovechamos los equipos de alta definición y los recursos tecnológicos y sacaremos el curso adelante conectándonos con Japón, por ejemplo. Una experiencia que ya hice en Berlín, cuando cerraron todo, y seguí dando clases a mis alumnos de la Universidad de Berlín durante dos meses. En este curso se corrige la dicción, la expresión, la dirección musical...

Háblenos de su voz, en un acercamiento a su personalidad artística.

Me resulta difícil separarla de mí misma... Yo amo la voz como tal y lleva todo lo que he vivido: las alegrías, las esperanzas, las penas o los momentos gratos e ingratos, las vivencias y mis viajes, las personas que me han ayudado. El canto es la voz del alma. Canto desde el 99 como mezzo pero a los 20 años estaba haciendo una zarzuela barroca, Las labradoras de Murcia, de Rodríguez de Hita, en el Real Coliseo de El Escorial y nos vino a ver Teresa Berganza, quien se acercó a mí para felicitarme, comentándome “qué tan excelente mezzosoprano eres”. Le respondí que cantaba como soprano. Insistió en que era una buena mezzo para Mozart y Rossini. Mi ambiente familiar me encontró cantando como soprano, donde mi abuelo gallego cantaba, mi madre tocaba el piano y tras un traslado a Viena, para un curso, accedí a las clases de lleana Cotrubas, a la que le canté el aria de Mozart Come scoglio y ella confirmó mis cualidades como mezzo. Me insinuó que cantase Werther, Ottavian, Der Rosenkavalier o Carmen, que fue después uno de mis grandes roles.

También resulta interesante su planteamiento ante la canción de concierto.

Con el pianista que mejor he trabajado fue Miguel Zanetti, ya que desde el principio confió en mí, además de ser alumna suya. Siempre le adoré y su muerte me dejó un vacío angustioso, por el dolor que sentí. Un hombre tan generoso, tan tierno y con un sonido especial. Toqué con muchísimos pianistas, como Josep Colom, con quien hice un recital de Falla, las Siete canciones populares y Debussy; con Rubén Fernández Aguirre, y últimamente el mallorquín Miquel Esterich. En cuanto a la canción, cuidé siempre la canción española, a la que considero a la altura del lied o la mèlodie, aunque aquí no le demos la importancia que se merece. Tuve la suerte de hacer mucha canción española de concierto, por eso me llevo a Berlín toda la zarzuela que puedo, y en el extranjero procuro cantar nuestro repertorio.

Recuerdo un estreno de Juan Durán, el Tríptico rosaliano, que iba a interpretar en el XX Ciclo de Lied, pero que tuvo que suspender por problema de salud.

Fue una tristeza porque las piezas de Juan Durán eran una preciosidad por su vuelo de fantasía y me dolió no poder hacerlo y sé que se va a pasar por streaming en este curso, pero estoy segura de que las voy a recuperar. El programa del ciclo era maravilloso, entre piezas de Guastavino, Falla E. Halffter o Debussy. Entonces me iba a acompañar Iván Martín, con el que hice mucha música, como el recital en la Sala de Las Meninas, en el Museo del Prado.

Parece que la música contemporánea está entre sus debilidades.

Me gusta mucho hacerlo y en el repertorio en general destaco obras de García Abril; Tomás Marco, por Ojos de verde luna, que se hizo bastantes veces, basada en leyendas de Bequer; de Cristóbal Halffter; Luis de Pablo; o Lorenzo Palomo. Me parece muy importante esa faceta de mi vida y les agradezco mucho cuando han pensado en mi voz. Antoni Parera, por ejemplo, con su ópera María Moliner, repetida con frecuencia y escrita para mi voz. No falta Xavier Montsalvatge o el Tríptico, que me dedicó Antón García.

Dulcamara

08 ago 2021 / 00:43

 

El legado de Maruxa Seoane, música y poesía, en el Museo de Belas Artes de A Coruña

Acto matinal del domingo día 20 en el Museo de Belas Artes de a Coruña, cerrando la exposición con el legado de Maruxa Seoane, protagonizado por el guitarrista Samuel Diz, con motivo de la presentación de su cd, “Memoria da melancolía”, acompañado por el oboísta Benxamin Otero, y la poetisa Yolanda Castaño, para la lectura de textos pertenecientes a artistas, intelectuales y músicos de la Generación de la República, el entorno de las Residencias de Estudiantes y la de Señoritas auspiciada por María de Maeztu, en lo que fue el “Liceum”, inaugurado en 1926. Yolanda, autora de poemarios como “Elevar as pálpebras” o “Erofonía”, editados por “Espiral Mayor”, tuvo en sus manos una fugaz visita toda aquella impagable generación, condenada a un amargo exilio. La generación que en sus figuras femeninas, conoció a artistas como Zenobia Camprubí, María Martínez Sierra, Concha Espina, María Teresa León- desde Roma a París o La Habana-, la importancia de la conservación de su herencia gracias a hija Aitana, hasta que un despiadado alzheimer borró su conciencia- , con Doña Blanca de los Ríos o el entrañable recuerdo de la Pardo Bazán. El traumático traslado de los cuadros del Museo del Prado y la colaboración de la resistencia a través de los voluntarios del Quinto Regimiento...bastante que rememorar, en tan breve espacio de tiempo.

En la Fundación Granell, disfrutamos del primer acto, en el que Samuel e Benjamín, pusieron los primeros detalles, entre ellos la presentación facsimilar de la guitarra lorquiana, cuyo original había sido obra de José Ortega y que para este trabajo, se había contado con el lutier Francisco Manuel Díaz, en 1996. Lorca en la Huerta de San Vicente que reverdece en “Memoria de la melancolía”. Inevitable traer a colación otra de las memorias, la que el poeta llevó a cabo con La Argentinita, con una serie de canciones populares armonizadas por él: “Zorongo gitano”, “En el café de Chinitas”, “Los cuatro muleros” o “Anda jaleo”. “La Voz de su Amo” recogió el registro. Encarnación López “La Argentinita”- bailarina y cantante, coreografiaría obras de Albéniz, Granados o el Falla de “El amor brujo”. El registro de 1931, fue recuperado en 1989 gracias a ”Sonifolk”, manteniendo el paladar añejo de la época.

Lorca bajo el prisma de Ian Gibson, para un acontecimiento como el seguido en el Museo de Belas Artes, de A Coruña. Lorca en Galicia, ya que entre marzo y abril de 1932, mientras preparaba la salida con “La Barraca”, daría una serie de conferencias, una en Santiago, otras en Vigo y A Coruña, después de otra visita de 1916, incorporando repertorio del cancioneros galaico-portugueses medievales, facilitados por sus amigos Bal y Gay, el poeta Eugenio Montes-quien había elogiado el “Poema del cante jondo”- o Serafín Fernández Ferro y Ernesto Guerra da Cal. Pasan los años para encontrárnoslo en medio del Frente Popular, junto a Rafael Alberti y María Teresa León, organizando en el Teatro de La Zarzuela un homenaje a Don Ramón del Valle-Inclán muerto recientemente. Lorca leería un extracto del prólogo de Rubén Darío, dedicado a “Voces de gesta” de “Don Ramón de las Barbas de Chivo”. La importancia de la lírica lorquiana en la Residencia de Estudiantes- poemas escritos entre 1921-4, incluidos mas tarde en “Canciones”, de 1927, reflejan el espíritu de la casa, con sus tés, su humor y su camaradería. Varias de las obras dedicadas a “Pepin” Bello, Luís Buñuel, J. Fernández Montesinos, el inglés Campbell “Colin”, Alberti, José Bergamín y jóvenes músicos como Ernesto Halffter y Gustavo Durán, mientras que el poema Nocturnos de la ventana”, evoca explícitamente a la “Resi”.

Samuel y Benjamín, tomaron para el acto piezas de Gustavo Durán y de Carlos Guastavino, por la universalizada canción “Se equivocó la paloma”, en arreglo para ese tratamiento. De Durán: “Berceuse, para dormir a Federico cuando se vuelva pequeño” (a la manera de Ravel); “Seguidillas de la noche de San Juan”; “Romance del cerco de Baeza” y “El puente de Guadarrama”. Durán, afín a la Residencia de Estudiantes, que marcaría su vida junto a Dalí, Buñuel, Emilio Prados, Benjamín Palencia o Alberti. Había formado del grupo “SIC”, de vida efímera, con A. Salazar y Rivas Cherif, entre otros, en el decidió homenaje gongorino de la “Generación del 27”, que dejaría piezas en este estilo. La Argentinita, le estrenó en Bremen el ballet “El fandango en el candil”.

Samuel, comedido y entragado a la causa convocante, optó con Rosita García Ascot- la compañera de Bal y Gay-con “Canción de cuna”, ahora que Ignacio Clemente Estupiñá, acaba de publicar la monografía “Rosa García, y la Generación del 27”; el “Momento andaluz”, de Simón Tapia Colman, publicado en México en 1942; el “Capricho basko”, de Emiliana de Zubeldia; la “Cantinela”, de Regino Sainz de la Maza, compañero de Lorca en uno de sus refugios privados de la calle Ayala, nº 60, junto a la Argentinita, Emilio Aladrén o J. Jimenez Rosado. Lorca en las citadas canciones populares, para la ocasión: “El café de Chinitas”, “Los cuatro muleros”, “Anda jaleo”, ”la tarara” y “las tres hojas”. Lorca y Manuel de Falla, y la mediación de María Lejárraga. Antonina Rodrigo, en “María Lejárraga. Una, mujer en la sombra”, ayudaría a refrescar recuerdos:”Parece lógico que María, amante de la Granada oculta, inspiradora de “Noches en los Jardines de España”, con su libro “Granada”, fuese la descubridora y guía de la Alhambra para Manuel de Falla. Falla, otro de los corresponsales suyos en la complicidad, dirá al final, Martínez Sierra (María Lejárraga), me ha hecho un libro en el cual todos pretextos para que la parte musical ocupe la primera línea. Entre las manos, nos encontramos con “El amor brujo”, triunfo de la tenacidad y el espíritu altruista de ella

Desde la Residencia de Estudiantes a un exilio que condena a una generación y a todo un país, pendiente hoy en día, de una legislación hasta el aliento final en cuanto a la regulación de la memoria histórica, sin constreñirse a miedos o renuncias. Un acto en el que Samuel Diz recordaba su visita anterior al Museo de Belas Artes, dedicado a “O pimeiro Picasso” y que para colofón, ofrecería el arreglo de José Chas, de “Negra sombra” y la “Nana”, de las “Siete canciones populares españolas”, de Manuel de Falla, antes del saludo de despedida a tres entre el guitarrista Samuel Diz, el oboísta Benxamin Otero y la poetisa-narradora Yolanda Castaño. Un placer para compartir por las redes entre los paladares entregados a estas delicias.

Ramón García Balado

24 sep 2020 / 20:29

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14/07/2023

¿Invisibles y sonoras? Compositoras en las Xornadas de Música Contemporánea

 

Principio dSantiago de Compostela - 21/06/2020

Xornadas de Música Contemporánea en las que la mujer creadora, acaparaba un protagonismo absoluto, bajo ese punto de referencia: Invisibles y Sonoras. Constataban los resultados que tal invisibilidad y por las experiencias compartidas de largo, quedan afortunadamente en entredicho. Una presentación previa entre el director y la  compositora Raquel García Tomás, ayudó a ubicarnos en lo que supusieron estas propuestas. Diego García Rodríguez, el director, participó regularmente con su grupo, el T.A.C., en las programaciones de este certamen, un maestro con formación en la Hochschule der Kunste Zuric, tras seguir el magisterio de Johannes Schlaefli, y con Diego Mason, para ópera. Una experiencia que le abrió las puertas de importantes coliseos, con producciones de nivel con  estrenos como It makes no difference, de Simon- Spagnolo, en el Fest. Tête-a Tête (Londres); Die Traumenden Knaben, de Torsten Rasch, en el Two Moors, de Devon, y la del gallego  Nani García, O Loro de Carlos Quinto.

Raquel García Tomás, Premio Nacional de Música, estudió en la ESMUC, doctorándose en el Royal College of Music, de Londres, comenzando muy pronto a realizar producciones conjuntas con el English National Ballet; la Royal Acc. Of Ars y el Dresdener Music Festenspiel, participando igualmente como compositora y videocreadora con el director de escena berlinés Matthias Grec, en el trabajo Büro für postidentisches Leben, estrenado en el Festival Grec y en la Neuköllner Oper  Berlin.  En 2015, con Magrané, creó la ópera ambientada en Barcelona disPLACE, que se presentó en el Festival Musik Theater Tage Wien, en el Centro Sta Mónica, de Barcelona y en el Teatro del Canal, de Madrid, una coproducción con el Teatro Real.  También Je suis narcissite (ópera bufa),  sobre libreto de Helena Tornero y escenografía de Marta Pazos, otra de sus iniciativas, estrenada en el Teatro Real, el Teatre del Lliure y el Teatro Español.

Un eslabón en su carrera con otras experiencias como la  compartida con J. Magrané, la citada disPLACE, con un escueto acompañamiento instrumental a cargo de Sophia Goindinge-Kosch y  Barbara Riccabona, viola y chelo, del Ensemble PHACE  dirigidas por Vinicius Kattak y sobre proyecto escénico de Peter Pawlik, al servicio de las voces de Elena Copons y Sébastien Soules. Para Fernández Guerra, la música que era lo esencial, apuntaba maneras de buen tejido operístico, con un trabajo vocal admirable.   

Sonic Canvas, su obra en esta cita, nacía de la idea de pintar con sonidos un tapiz imaginario, tal cual sugiere el título. Aspectos como el color, la textura y la densidad, adquieren aquí significados nuevos, distantes de las convenciones acostumbradas, especialmente en lo relativo al color/timbre.   

Subito con forza, de Unsuk Chin, surcoreana, con residencia en Alemania, se libera de las tradiciones convencionales, apostando por mundos sonoros renovados en cuanto a idea dramática. Esta experiencia, resulta un homenaje a L.v. Beethoven, por el año conmemorativo, planteando un entrelazado que ocultaba  citas del Divino Sordo, al que la desgraciada condición de sus años finales castigaría con suma crudeza. Año conmemorativo, que a los abundantes conciertos de temporada, añadió afortunadas publicaciones sobre su biografía y sus trabajos musicales.

Contradizione (For chamber orchestra), obra de Grazyna Bazewicz, planteaba  una  indagación enfocada hacia una agrupación camerística, cuya opción de instrumentos no resultaba casual, ya que el elemento fundamental, la yuxtaposición de todo tipo de contradicciones musicales, dependía de los instrumentos utilizados. Un objetivo primordial, será crear una obra que no  solo soporte  semejantes yuxtaposiciones del material musical, sino que igualmente resultaba capaz- merced a la propia estructura-, de unirlas estrechamente, produciendo una estimulante y nueva experiencia artística.

Joan Tower (1938), con el estreno de Chamber Dances, un encargo proveniente de la Orpheus Chamber Orchestra, para la que la compositora, tuvo en mente una gran formación camerística, en la que el liderazgo alternante del tramado es producido por los solos que consiguen resaltar las oposiciones abiertamente enfrentadas desde el violín, el clarinete, la flauta, el chelo o el fagot, o las trompetas y trompas al unísono, en un espacio de una escritura abiertamente vertical y rítmica por su contundencia sonora.     

Diego García Rodríguez, con el Taller Atlántico Contemporáneo, celebraron esta temporada su décimo aniversario dentro de las programaciones estables de la temporada del Auditorio de Galicia, a finales de octubre, ofreciendo la Sinfonía nº 7, en Mi  M.WAB 197, de Anton Bruckner, según el arreglo de  Hanns Eisler, Erwin Stein & Karl Rankl.

Ramón García Balado

Xornadas de Música Contemporánea

Diego García Rodríguez / Real Filharmonía de Galicia.

Obras de Raquel García-Tomás, Unsuk Chin, Grazyna Bacewicz y Joan Tower.

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Natalia Labourdett, Mar Morán e Irene Zas Martínez, Premios del IV Concurso Compostela Lírica

 

La cuarta convocatoria del Concurso de Canto Compostela Lírica”, no dejó de constatar el envidiable nivel de los 19 aspirantes que participaron en la primera prueba, de la que saldrían los ocho elegidos para la final, y que como muestra de la aceptación recibida, nos trajo a cantantes de nuestro país entre voces procedentes de China, Ucrania, Reino Unido o Brasil. Un reto de alto riesgo para los miembros del jurado que presidía Arturo Reverter, y que compartían Victoria Stapells, Joan Company Florit, Maciej Pikulsi, Graziela Valceva Fierro, Celestino Varela, Patrick Canac, con J.María Miranda, secretario de “Amigos de la Ópera”, de Santiago, como figura sedente, sin voz ni voto. Dura exigencia para quienes habría de decidir, con los condicionantes de la urgencia del momento y el amargo trago de apostar casi sobre la marcha. En la mente de los asistentes en ambas sesiones, quedaron los afectos y preferencias, pero con el alivio de disfrutar del momento sin mayor compromiso.

En definitiva, tres fueron las galardonadas, con un especial para voces gallegas que competían por especial consideración propia, con una actuación pagada dentro de las actividades anuales del “Consello da Cultura Galega”, “Premio Andrés Gaos” y que se llevó la contralto Irene Zas Martínez, entregado por Xosé Manuel Núñez Seixas. El segundo Premio, entregado por Mercede Rosón, “Concelleira de Acción Cultural”, fue para Mar Morán, con una dotación de 1500 euros y una actuación en Santiago. El Primero, se le concedió a Natalia Labourdette, con 4000 euros y tres recitales- “RFG”, Festival “Les Musicales du Luberon y la O.S. de Oviedo-, una atención en su financiación de la “Fundación José Otero-Carmela Martínez” y que fue entregado por Mª del Carmen Carballido Rey y Soledad Sánchez Silva.

Tarde apacible en todos los sentidos en la sesión final, presentada por la actriz Mabel Rivera, quien fue anunciado la entrada de cada participante, mientras nos ponía al tanto del par de minutos de deliberación del sufrido jurado, en momento tan cargado de tensión como la que sobrellevan esos aspirantes a los que oyentes y aficionados recibían con reconocidos aplausos. Irene Zas Martínez, nos había dejado constancia de sus dominios en la cuerda de contralto con “O Patria! Tu che accendi questo cor...Di tanti palpiti”, el rol de “Tancredi”, de la ópera de Gioacchino Rossini, tomado de la “Gerusalemme liberata” de Torquato Tasso, con libreto de Gaetano Rossi, para el estreno veneciano. Aria de portento que para mayor detalle, que repetiría en la final la inglesa Rossana Cooper, un despliegue de recitativo, cavatina y cabaletta, para mejor consideración de la intérprete en plenitud de recursos y que en el caso de Irene Zas Martínez, destacó por ls redondez de emisión y matices expresivos.

Mar Morán, una cantante con formación en el Conservatorio Victoria de los Ángeles, fue Premio Extraordinario de Música en Madrid, terminando en la “ESCM” con Matrícula de Honor, obteniendo el Fin de Carrera “Lola Rodríguez Aragón” de 2020, recibiendo también la beca “Juventudes Musicales”, de Madrid y la Beca Talento de la International Opera Academy, de Gante, para integrarse en su “Opera-Studio”. Recibió clases de Stéphanie d´Oustrac, Nicola Beller, Charlotte Margiono, Martin Wölffel, Dietrich Henschel y Placido Domingo. Colaboró con Aurelio Viribay en el registro “Luna Clara”- música de J.García Leoz, sobre las poéticas de Lorca, Machado, J.Ramón Jiménez, G.Diego, R.Alberti o Rosalía de Castro- , editado por “Odraek Records”, con relación artística en las actividades de la “Fundación Juan March”, premiado con el “Melómano de Oro 2021”, y que recientemente interpretó “La Reina de la Noche”, de “La flauta mágica”, en el Teatro Campoamor, de Oviedo. Una voz de soprano especialmente dotada para roles de gran exigencia, y de los que nos rindió afortunada muestra en las dos páginas elegidas. “Regnava nel silenzo...Quando rapito” de la donizettiana “Lucia di Lammermoor”, acompañada al piano por Borja Mariño. Aria descarnada para una “spinto” de privilegiadas posibilidades, auspiciadas por una proyección facilitada por dotadas agilidades. Abundando en materia, otro salto de temibles demandas, el Verdi de “La Traviata”, también con Borja Mariño “É Strano...A quell amor ch´e palpito”, “Violetta” en grado de arrebato desesperado, para gloria de la intérprete ansiosa en mostrar recursos canoros.

Natalia Labourdette, Primer Premio, otra soprano que había comenzado sus estudios como violinista y canto después en la Berlin Kunst Universität, galardonada en concursos internacionales como el “Riccardo Zandonai”. Debutó como “Oskar” de “Un ballo in maschera”, de G.Verdi, en los teatros ante Alighieri di Ravena, Comunale de Ferrrara y Municipale di Piacenza. Otros roles fueron “Rosina” (II Barbiere di Siviglia) “Charlote” (Der Diktator); “Nannneta” (Falstaff); “Despina” (Cossì fan tutte); “Bubikopf” (Der Kaiser von Atlantis); “2 nd Niece” (Peter Grimes); “Clorinda” (La Cenerentola); “Corinna” (Il Viaggio a Reims) y en el “UniTBerlin”, “Lucia di Lammermoor”. Es invitada con frecuencia a ciclo de Lied y recitales, a los que se añade la música sinfónica. Las dos arias que nos interpretó, también fueron acompañadas por Borja Mariño. Participó recientemente con la mezzo Helena Ressurreiçao, acompañadas por el pianista F.Soriano en uno de los conciertos de la Fundación Juan March, con obras de Pauline Viardot y F.Chopin, en la serie dedicada al bicentenario de la homenajeada en su bicentenario.

Nuevo Donizzetti, esta vez con “Don Pasquale”, con “Quel guardo il cavaliere”, “Norina” en solaz desparpajo, de la que no queda ajena la cabaletta “So anch´io la virtù mágica”, mientras la joven medita a la espera del “Doctor Malatesta”. Excelente oportunidad para soltarse sin reparos en un ejercicio de ostentas coloraturas, siempre a la espera de esa respuesta agradecida del aficionado. Más de uno, pensará que con argumentos parecidos, se juega con ventaja, pero la pizca de gracejo es la pimienta que añade la voz embebida de tan entrañable sufridora con capacidad de seducción. La “Manon”, de Jules Massenet, sería el fiel de la balanza en este equilibrio de contrastes con “Je marche sur tous les Chemins”, un arioso en los medios de una soprano tanto lirica como ligera, mientras disfruta de una situación de lujos sin renuncias. Era para los franceses, una opción para voces de medio carácter, de timbre efusivo y cálido, bien tratado por Natalia Labourdette, en sus planteamientos.

Ramón García Balado

17 dic 2021 / 01:00

 

Conciertos de alumnos del Curso de Cámara Airas Nunes en el CGAC

  Centro Galego de Arte Contemporánea,  Santiago de Compostela Para culminar las actividades del Curso de Cámara Airas Nunes de Cámara , con...