03/07/2024

El Cuarteto de cuerda español según Cibrán Sierra, para el VIII Curso Airas Nunes

 Curso Airas Nunes  Aula de Cámara

Inmersos en las actividades del VIII Curso Airas Nunes, valdrá recordar las apreciaciones de Cibrán Sierra en su trabajo teórico El Cuarteto de cuerdas. Laboratorio para una sociedad ilustrada, que no permitirá acercarnos a las opiniones que en lo relativo a la tradición hispana tiene sobre el mismo, en algunos detalles precisos y someros. Partiremos de nombres fundadores como Gaetano Brunetti, Almeida, Teixidor, Canales o Ataide para encontrarnos con J.Crisóstomo Arriaga (1806/26), quizás el primer nombre que dejara referencias gracias a sus tres cuartetos que traspasaran fronteras a pesar de una tuberculosis que trunco su carrera en plena juventud. Tras su desaparición, el mundo creativo español entró en un período de infertilidad  y sólo a partir de mediados de los sesenta del XIX, paralelamente a lo que ocurría con el entorno europeo, empezaron a surgir por toda la península sociedades de conciertos que introdujeron progresivamente en la vida pública la gran música instrumental europea que llegó a llamarse música sabia- por su tradición ilustrada, o alemana y su vinculación con el mundo austro-germánico, hasta adquirir  progresivamente un estatus referencial y canónico, a partir del cual se consolidó como música clásica.  La creación de las Sociedades  de Conciertos en las grandes ciudades- la de Madrid creada en 1863, fue el modelo pionero-, y sirvió como pistoletazo de salida a un progresivo desarrollo de la consideración social y académica de la música de cámara en general y del cuarteto en particular, como género matriz del que surgirían las demás formaciones camerísticas. Así aparecieron  los primeros cuartetos escritos por compositores locales además de las primeras agrupaciones estables, en un proceso que el crítico José Mª Esparza y Sola  llamó la restauración del buen gusto musical en España.

Las obras para cuarteto de J. María Usandizaga, Federico Olmeda, Ruperto Chapí, Joaquín Turina, Eduard Toldrá y el tercer cuarteto de Tomás Bretón, podrían enmarcarse en ese proceso, mientras que las de Andrés Isasi o el monumental legado de Conrado del Campo- más vigente que nunca por sus 14 extensísimas y ambiciosas partituras- podrían contextualizarse dentro de una voluntad decidida de algunos compositores españoles y por desmarcarse de ese fenómeno y vincularse a los modelos más modernos que llegaban tanto desde el mundo francófono (Franck, Debussy, como desde Alemania (Wagner, Strauss). Las Sociedades Filarmónicas que se consolidaron en el cambio de siglo, serían agentes decisivos de manera proverbial y milagrosa, manteniéndose activas la mítica Sociedad Filarmónica de Bilbao, que ha mantenido establemente y desde 1896, un nivel de programación a la altura de las mejores y más selectas salas de todo el mundo. En lo relativo a nuestra tierra y nuestra ciudad, habremos de conformarnos con los excelentes ciclos tanto monográficos como temáticos, que promueven los miembros de la RFG, la propia EAEM, la USC o proyectos particulares como este Curso Airas Nunes, un ejerció de voluntarismo entusiasta promovido por los propios músicos, que pudimos comprobar a lo largo de estas convocatorias.

Clave innegable fue siempre la referencia eslava por las Academias que han servido como fundamento y reclamo, con plena vigencia como ya sabemos, por los músicos que se han incorporado a nuestras principales orquestas desde los años de aparición de las mismas. Sus miembros, están con nosotros perfectamente integrados en la vida social y profesional, a lo que también agradecemos sus labores de formación de nuevos talentos en la EAEM, sin ir más lejos, traeremos a la memoria la serie A Escola na Cidade 2024, recién clausurada y en la que fueron maestros   Nikolay Velikov, Natalia Madisson, Laurent Blaiteau, Plamen Velev, Vicente López, Christina Dominik, Barbara Switalska, Grigori Nedobora, Ildikó Oltai, Timur Sadikov, José Vicente Faus, Adriana Winkler, José Ortega y Manuel Fernández, añadiendo un concierto extraordinario del Curso Avanzado de Especialidad Orquestal como fin de Curso en el Auditorio de la EAEM, un intensivo final con el que despedíamos las actividades a finales de junio.

España, del exilio a la democracia, para Cibrán Sierra, tendría como principal compositor a Jesús Guridi, autor de dos cuartetos de escritura muy clásica y académica pero firmemente elaborada. El también vasco Francisco Escudero al igual que el madrileño Adolfo Salazar, que nos dejaron sendos cuartetos, aunque tras le llegada de la dictadura franquista, no volvieron a escribir para el género. Fue precisamente un exiliado tras el golpe a la República, el catalán Roberto Gerhard, quien destacaría como uno de los compositores españoles de más trascendencia internacional. En los años cincuenta surge una generación de compositores que influidos por la vanguardia europea que emanaba de Darmtadt, fundan en 1958 el Grupo Nueva Música y el Aula de Música del Ateneo de Madrid. Entre ellos estarán grandes nombres que cultivarán el cuarteto como Ramón Barce, Carmelo Bernaola, Cristóbal Halffter, Luís de Pablo, Gonzalo de Olavide, por mencionar los más importantes. En Cataluña , en ese mismo marco generacional , destacan los nombres de Josep Soler, Xavier Montsalvatge, Jordi Cervelló y Joan Guinjoan, autores de excelentes cuartetos de cuerda. Tomando orientaciones estéticas bien distintas, debemos mencionar a Antón García Abril. La generación posterior, que comenzaron a tomar vías artísticas más eclécticas y personales a partir de los setenta, estará representada por Jesús Villa- Rojo, Carlos Cruz de Castro, Tomás Marco, José Luís Turina, Alfredo Aracil, Jorge Fernández Guerra, Benet Casablancas, Marisa Manchado o Francisco Guerrero y ya para ponernos en años recientes, J.M. López- López, David de Puerto, Mauricio Sotelo, Héctor Parra, Agustí Charles, Gabriel Erkoreka, César Camarero, los gallegos Eduardo Soutullo, Hugo Gómez- Chao Rego,  Manuel Quiroga, Juan Durán, José Arriola, Marcial del Adalid- cuyas obras fueron grabadas por el Cuarteto Novecento-del que es miembro Millán Abeledo-, Carlos García Picos, Paulino Pereiro, Eligio Villa…un género que por su planteamiento, parece suscitar la obligada tentación de los compositores con ambición.

Ramón García Balado

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