03/07/2024

Dende o virtuosismo: Banda Municipal

 As Praterías, Santiago de Compostela

 Concierto de la Banda Municipal en As Praterías, con su titular David Fiuza Souto- día 4, a las 20´00 h-, para un programa en colaboración con el Congreso Nacional AETYB, dentro de la serie Postais, en su tercera edición destacando como solistas, J. Manuel Vázquez y Tormod Flatte, intérpretes de bombardino y el tuba J. L. Vázquez, para un programa revestido de alicientes especiales por las obras elegidas, comenzando por el mítico Friedrich Gulda, todo un personaje que ha dejado larga estela por sus actitudes personales y artísticas, marcando un referencia que se mantiene hasta nuestros días. Artistas de los frentes más diversos, gozaron del beneficio de medirse con él, no siempre de forma regular debido a su complejo talante y por su ideario como creador o intérprete. Para esta sesión, el Concierto para chelo Op. 129. Friedrich Gulda (1930/ 2000), fue en un principio un pianista capaz de las más insólitas pretensiones pero sin el menor recato en asumir las  ideas que defendía con respecto al enfoque de los grandes clásicos. Había estudiado con Viena antes de convertirse en artista de confianza junto a   en la Academia de  Música en la capital vienesa con Pazofsky en Música de la capital vienesa. Josef Marx, velaría por asentar sus fundamentos en el espacio de teoría musical y composición. Pronto llegará su presentación en público que le convertirá en el artista que romperá moldes a partir de 1944 consiguiendo en menos de dos años en lograr el prestigioso Prix de Genéve, puente directo para darse a conocer en el Carnegie Hall neoyorquino, en 1950, ya como virtuoso admirado y para muestra, el reto de la integral de las sonatas beethovenianas, que no dejaría de enfrentar opiniones. En aquel período, pleno de autoestima, llegará la ocasión en Viena de probar con otras iniciativas de notable riesgo como la creación de la Orquesta Clásica Gulda- así, con su propia firma, para que no quedasen dudas-, situación que le facilitará la oportunidad de dinamizar pequeñas agrupaciones camerísticas. El Gulda sin limitaciones para encarar los repertorios más ambiciosos y vanguardistas al que se acercarán los aficionados no menos ambiciosos. Los años sesenta, serán claves en la evolución y posicionamiento del artista enfocándose a conciencia en los trabajos de composición, que le ocuparán el resto de su vida. Poco antes de ese período, había sentado cátedra en 1956, con su aparición en el mítico Birland neoyorquino, epicentro del jazz más pujante representado por los grandes boppers cuyos nombres siguen siendo venerados hoy en día y para mayor confirmación, precisamente en 1960, Gulda no perderá comba, creando su propia agrupación que será recibida generosamente en el Festival de Newport, estamos precisamente ante un artista que promocionará otras de sus agrupaciones míticas, la Eurojazz Orchestra. La improvisación se convertirá en seña de identidad y en argumento para dar cauce a su urgente necesidad de consolidar sus planteamientos, dando razones para abrir su propia escuela en 1968, en Ossiah (Carintia). Disfrutó entonces igualmente como intérprete de saxofón barítono y flauta, y adaptando sus dominios en el piano a nuevos contextos expresivos. Dejó un compendio de escritos bajo e título Worte zur Musik, editados en Munich en 1971.

Antonhy Plog-Three miniatures for solo tuba-, es obra de un compositor actual que a efectos reales y ante nosotros, presenta credenciales, un músico norteamericano interesado en géneros de obras incidentales, especialmente para el cine, los medios escénicos y propuestas similares, por lo que su conocimiento entre el gran público resulta ciertamente menor. Destaca sin embargo en el estilo de obras dentro de estos cánones, obras en atención a instrumentos concretos, obras como el Segundo concierto para trompeta y orquesta; el Concierto para tuba y orquesta; el Doble concierto para trompetas y también, para distintos ensembles de viento, el Quinteto de metales con orquesta de acompañamiento. Caben en sus creaciones obras escénicas como Spints; Aesop´s Fables; How the trumpet Got its Toot o The Sacrifice.

Vladir Cosma- Concierto for euphonium-, músico que también asociamos al mundo del cine por la cantidad de bandas compuestas, o los  compromisos para la televisión en series  como Les Aventures de Tom Sawyer; Tang; Le Collectionneur de Cervaux; Hugues Le Loup; Michel Strogoff o Les Piques- Assietes. Al margen de esta especialidad, fue autor de obras como el Concierto para trompeta, en tres movimientos; piezas para teatro y ballet; Oblique, para chelo y orquesta o el Concierto de Berlín, para chelo y orquesta. Colaboró con artistas como Toots Thielemans- virtuoso maestro de jazz-,Gheorghe Zamfir; Chet Baker, trompetista de amargo final; Philippe Catherine; Pierre Gossez; Liam O´Flynn o la soprano Wilhelmina Fernández, en Diva. Las formas tradicionales francesas fueron fuente de inspiración en la evolución del conjunto de sus obras, aspecto en el que también nos encontramos con maestros por excelencia como fueron  Michel Legrand o Burt Bacharad. El euphonium es instrumento de gran predicamento en las bandas militares, como el buggle o el clarín, con el que realmente puede asociarse. Un instrumento bajo de válvulas, una tuba bajo, el más grave de la familia de los fiscornios, provisto de tres a cuatro válvulas e inventado en 1840, por Sommers, en Weimar y un antecesor del oficleide, con una extensión de tres octavas.

Manuel Otero Paino- Miguel de Souto-, obra en dedicatoria y consideración, es un trabajo de este compositor que destacó en su período con la Banda Recreativa Cultural de Bandeira, a la que dedicará precisamente el Himno a Bandeira. Paino es trompetista a la par que director y un apreciado arreglista ampliando labores de dirección en agrupaciones corales como Vales Mahía, de la villa de Bandeira. Colaboró con Cristina Collazo en O Circo dos contos, además de la obra Frida, tratada en textual por Marcos Paino y Tomás Axeitos y como aspirante a esa plaza de Bandeira, había superado la prueba tomando en elección tres piezas: ¡Olé contrabandistas!, de Ramón García i Soler; La tormenta del desierto, de un habitual en las programaciones, Ferrer Ferrán, además de All Glory tall, de James Swaringen. Obra que también se aprecia en su catálogo es Ápeiron, que en más de una ocasión ofreció nuestra Banda Municipal.

Ramón García Balado

 

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