25/03/2024

Memoria silente: el organista compostelano Bartolomé Olagüe en itinerario musical para De Lugares e Órganos

 Rúa  Entrepraciñas

 Igrexa de San Miguel de Agros

Memoria que ayuda a recuperar la figura del organista Bartolomé Olagüe en actividades varias- día 27, con una primera convocatoria que nos cita en la Rúa do Castro de Entrepraciñas junto a la estatua de Afonso II, a las 10´30 h, para seguir con un concierto confiado al organista Marco A. Brescia en la Igrexa de San Miguel de Agros, a las 12´30 y con aforo limitado contando en programa con la interpretación  del Libro de Cyfra de Porto de Frei Bartolomé de Olagüe, sobre el que ha investigado en profundidad el musicólogo Andrés Díaz Pazos. Paralelamente se nos invita a la exposición Outras paisaxes, outros tons da cidade, una exposición fotográfica dedicada a los órganos de Compostela, en colaboración con el Proyecto Cultura Em-Rede. La edición del año 2022, facilitó el encuentro con Andrés Díaz y el organista Fernando Buide bajo el reclamo: Frei Bartolomé Olagüe Organista e compositor compostelán Olagüe. en el Coro Alto de San Domingos de Bonaval, con entrada por el Museo do Pobo Galego, precisamente en una actividad encuadrada en Outras Paisaxes, outros tons. Una charla orientativa para aproximarnos a una figura hasta entonces postergada por la historia y que Andrés Díaz supo descubrirnos a un personaje con raíces en el Barroco y del que con suerte se conservaba obra silente por la desconsideración histórica que llegará a dejar un legado poco habitual vistas las personales circunstancias. Una acto ilustrativo y necesario que a mayor, disfrutaría de apuntes sonoro en manos del organista Fernando Buide, precisamente con piezas tomadas del mismo Libro de cifra de Porto. Aquel espacio del Coro Alto de San Domingo de Bonaval, había sido uno más de los que en tiempos había tenido también un órgano, por lo que se añadía al apartado dedicado al patrimonio silente.

Frei Bartolomé de Olagüe, al que también se conocerá en variantes en su apellido como Olaegui y Olagué, fue un personaje nacido en 1658, pero también sobre su nombre quedan dudas, recordándonos que el especialista Baltasar Saldoni, le denominará Olaegui y Barton Hudson, como Olagué, pero con seguridad ocupó plaza como maestro de capilla y compositor en la Catedral de Santiago. Su origen vasco es una realidad admisible precisamente por ese apellido aunque la procedencia portuguesa será otra de las opcionales. Fue maestro de capilla en la Iglesia de Santa María de Viana, en Navarra (1620) y se acepta con seguridad el dato por un documento conservado en el que se deja escrito un pago en beneficio suyo: Se libraron a Bartolomé Olagüe, maestro de capilla, ziento zinquenta reales por las letras, billançicos, ensaladas y motetes, misas y salves que a compuesto para la solenidad y fiestas…Archivo parroquial de Viana, Libro de Fábrica de Santa María (1620). Se sabe con seguridad que fue nombrado maestro de capilla de la Catedral de Burgos, el 20 de junio de 1944. En ese momento se presentaba como maestro de capilla de la Catedral de Lerma. Tras la partida de Diego de Pomac, en octubre de 1647, de la Catedral de Santiago de Compostela, el cargo de maestro de capilla se hallaba vacante. Olagüe fue nombrado al magisterio compostelano en marzo de 1651. Permaneció en el puesto hasta su fallecimiento en Santiago en 1658, siendo sustituido por Martín Serrano, en el cargo.

Se conservan de su obra una misa para nueve voces y otra a ocho voces, que no está confirmada. También tres villancicos. En el Libro de Cyfra adonde se contem varios Jogos e Versos e Obras, e outras curiosidades de varios autores, un manuscrito conservado en la Biblioteca Municipal de Oporto, se conservan 24 composiciones para órgano a nombre de Bartolomé de Olagüe. El libro contiene 11  tientos, cinco entradas, tres conjuntos de versos para cada tono eclesiástico, dos himnos, una xácara, una toada y una canción. Sin  embargo, en investigaciones recientes realizadas por Andrés Díaz Pazos, en el Archivo del Reino de Galicia, se han descubierto que las composiciones corresponden a Bartolomé de Olagüe (n. 1652), hijo del anterior, que se educó con Benito de Alaraz, compostelano que trabajaba en Burgos. Alumno directo del maestro de capilla Olagüe, fue Miguel de Yoldi. Recordaremos un concierto ofrecido en Sobrado de Sta María dos Monxes, el 18 de julio de 2022, en el que Fernando Buido interpretó el Libro de Cyfra que tanto interés suscita en estas actividades.

Marco A. Brescia, organista comprometido desde las primeras convocatorias en De Lugares e Órganos, le recordamos por una de ellas con la soprano Rosana Orsini, en un programa bajo el reclamo De anxos e sereas (Espiritualidade e musicalidade na vida conventual das clarisas), precisamente en la Igrexa de Santa Clara, el 27 de marzo de 2016. Marco A. Brescia, es organista especializado en repertorios históricamente informados, prodigándose en certámenes y festivales internacionales desde Europa a Latinoamérica. Disfruta de masters de especilazación en música antigua y órgano histórico como el de la Escuela Superior de Música de Catalunya o de la Universidad Autónoma de Barcelona, a los que se añaden los de la Sorbonne, doctorándose en esa Universidad. Dinamizó el IV Festival Internacional de Música Diamantina, en Minas Gerais, a favor de la preservación y restitución del órgano histórico Almeida e Silva-Lobo de Mesquita de Diamante (1787), siendo condecorado por el gobierno de Minas Gerais, con la Medalha da Honra, por el presidente Juscelino Kubitschek.

 

Ramón García Balado

24/03/2024

Ars Lusitana, con O Gram Senhora, misa del Monasterio de Arouca en De Lugares e Órganos

Igrexa de Santa Clara, Santiago de Compostela

 


Concierto en el ciclo De Lugares e Órganos que nos convoca en la Igrexa de Santa Clara- día 25, a las 20´00h.-,con una obra como es la Misa O Gram Senhora, supuestamente atribuible a un tal Brasil, y es un trabajo de recuperación de la directora y soprano María Bayley, quien tendrá como compañeros a Teresa Duarte- soprano-; María de Fátima Nunes alto-; Joanna Bessa Almeida- bajón- y la colaboración del organista André  Ferreira, que forman Ars Lusitana. Obra para cuatro voces  en la que las tres superiores son cantadas y la parte inferior es interpretada por el bajón, precedente del fagot, en dedicatoria a la Natividad de la Virgen María, que se conmemora el 8 de septiembre, y un ejemplo de la llamada misa parodia, diferenciada de la misa paráfrasis, por recurrir a bloques polifónicos de otras obras, en general motetes, insertándolos en nuevas composiciones y aplicaciones del texto del ordinario de la misa. O Gram Senhora, procede de un manuscrito musical que se conserva en el monasterio femenino de Arte Sacra, de Arouca, de autoría supuesta debida a un tal Brasil, del que no hay mayores noticias más que la fecha de época en el siglo XVI, dejando una obra en estilo polifónico en las cinco partes del ordinario de la misa: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei.

Una reconstrucción de la escritura litúrgica complementada con partes del repertorio portugués coetáneo, de fuentes polifónicas (el manuscrito CIG 60, de la Biblioteca Nacional de Portugal), intercalando pasajes organísticos tomados del legado ibérico del XVI, reconstruyendo la práctica de la intabulación: la reducción de una pieza polifónica al órgano, ampliando recursos propios de la época como ornamentación o disminución a diversas voces. El manuscrito musical 32, es un libro de coro de gran tamaño y que presenta señales de su uso, por detalles como indicaciones para la cuarta voz, la más grave: digitaciones e indicaciones como baiçao y  viola, que anima a creer que sería cantada en el propio monasterio por las monjas del mismo, usando un instrumento para la parte grave. Este programa es el habitual de los monasterios femeninos: la interpretación de una misa a cuatro voces, en la que las tres partes superiores son cantadas por mujeres y la parte inferior, tocada por un bajón, que se unen al órgano, frecuente en un contexto sacro como acompañamiento. Para Andrés Díaz, pocos son los lugares en Galicia en los que puede ofrecerse una obra como las que presenta Ars Lusitana, refiriéndose en concreto al Monasterio de Sta  Clara, ya que en épocas precedentes las monjas resolvían las exigencias cantoras en este estilo de misa polifónica, contando también con organista y la existencia de una monja para la interpretación del bajón.

El Monasterio de Sta María de Arouca (Portugal), acogió a la orden benedictina hasta el s. XII, para pasar a la orden del Cister hasta finales del XIX. Fruto de intervenciones a lo largo de los siglos, el edificio muestra hermosos espacios como el claustro o el  museo de Arte Sacro de los más esplendorosos de la Península Ibérica. Siempre acoge al visitante por el silencio y el apacible caudal de agua de su fuente y el respeto de la austera Sala Capitular. Era la abadesa quien velaba por los ensayos entre tallas y pinturas, presidiendo las reflexiones cotidianas de la jornada. El  órgano monumental asiste plácidamente a las paredes  recargadas de tallas y pinturas, la Santa Reina que sigue presidiendo sus destinos, inmortalizados por las esculturas de Jacinto Vieira y que nos recibe junto a Santa Mafalda, una  de las monjas santas, que acompaña otras esculpidas por el mismo artesano en ese ambiente austero. En 1743, el órgano sentó sus reales con su sonido que todavía se conserva, inundando de sentimiento y gloria en memoria que aquellas figuras como Santa Mafalda, hija de Don Sancho I, segundo rey de Portugal, que duerme el sueño inmemorial de su destino en un sepulcro de ébano imponente y sobrio, con vestiduras negras. Una iglesia que se abre a la luz que llega del exterior y que inunda el espacio dando forma y prestancia a las pinturas, esculturas y tallas doradas

Entre los maestros de capilla portugueses que han hecho historia, podríamos destacar a personalidades como Filipe de Magalhâes quien reemplazó a Manuel Mendes en la Catedral de Évora en 1589, llegando a ser uno de los más cualificados en propiciar la formación de nuevas generaciones de las que destacarían Estevâo Brito y Manoel Correia, antes de trasladarse a Lisboa a la Capilla de Santa Casa da Misericórdia en 1623, editando trabajos como Missarum Liber y los Cantica Beatissima Virgins. Su música es ejemplo del dominio del contrapunto y una intensa impronta lírica merced a su riguroso equilibrio.  Manuel Cardoso (1566/1630), clave en la evolución de la Escuela de Évora, revelaría en sus obras audacias de técnica y estéticas que no hallaremos en sus contemporáneos como el uso frecuente del cromatismo y de las disonancias sin preparación además de su manejo poco ortodoxo del sistema modal, aspectos que se visualizan en el motete Sitivit anima mea o en la sofisticada Missa pro difuntis.

Lobo Duarte (1565/1646), fue un prestigioso teórico que llegó a ser considerado como El docto Lobo, y que también ejerció en Évora, como m.c. del Hospital Real y de la Catedral, dotado en los dominios de la  producción polifónica con modelos como Opuscula (1602); los Cantica Beata Mariae Virgins (1605) y los dos libros de misas, observando un estilo grave y austero dentro de un extremado rigor en el manejo de las disonancias, creando texturas etéreas de gran espiritualidad  que mostraban una gran espiritualidad debido a su tensión dramática. Para añadir otra figura de relevancia, citaremos a Diogo Dias Melgaz (1638/1700), uno de los últimos polifonistas formados en la Catedral de Évora, donde fue alumno de Manuel Bentes Pegado, a quien sucedería como m.c. , dejándonos un legado de obras que pretenden un intento de modernización del lenguaje gracias a la indagación de su lenguaje y la investigación sobre el cromatismo expresivo por el uso de intervalos aumentados y disminuidos, revelando con frecuencia encadenamientos próximos a la armonía funcional.

Ramón García Balado   

22/03/2024

Carlos Fernández Bollo: Siglo de Oro del teclado en la Europa del XVII, para De Lugares e Órganos

 Igrexa de San Paio de Antealtares, Santiago de Compostela


 Concierto en las actividades del ciclo De Lugares e Órganos, esta vez en la Igrexa de San Paio de Antealtares- día 24, a las 20´30 h-, con un programa que nos centra en un período sublime en la historia del instrumento, el siglo XVII, entre obras de maestros como J.P.  Sweelinck, Johann Reincken, H.Scheidemann o Correa de Araúxo, con aportaciones del propio Carlos Fernández Bollo. En medio, un detalle de consideración con los asistentes, en una pausa- diálogo, en charla con el intérprete. Un joven talento establecido en Gronnigen (Países Bajos) en donde recibió asesoramientos en el Conservatorio Prins Claus- perteneciente a la Universidad de Hanze-, en la que igualmente colabora como organista en la Iglesia Protestante de San Martin. Recibió galardones como Primeros Premios en el V Concurso Nacional de Órgano Francisco Salinas y el Premio Montserrat Torrent, siempre querida y apreciada por su docencia en los Cursos U. I. de Música en Compostela y que este verano pasado nos obsequió de nuevo con su presencia en San Paio de Antealtes ante un público entregado a esta ilustre maestra que llegó a ser alumna de Paul Franck (1953).  Carlos Fernández Bollo, presentó para esa convocatoria, una pieza obligatoria de Antonio de Cabezón.

Para el concierto comprometido en esta edición, el joven organista no disimula sus preferencias en aportar pieza suyas entrelazadas con los grandes maestros del XVII: Improvisación  sobre el Salmo 24 (Melodía del Salterio ginebrino o Hugonote del Siglo XVI, de Claude Goudimel) y la improvisación sobre el coral O Mench, bewing dein Sünde gross.   Johann Adam Reincken (1623/ 1722), modelo de las escuelas centroeuropeas y sucesor en la plaza de titular de órgano de Santa Catalina de Hamburgo de Heinrich Scheidemann, con el que estudió entre 1654/7, llegando a ser  destacado pedagogo y compositor desde los años de su etapa en Alsacia y durante un breve período ocupó la titularidad en la Berhkerke, de Devenker antes de su vuelta a Hamburgo, en 1658, precisamente como asistente del mentado Scheidemann, en la Katharinenkinkirche. Compañero de Johann  Theile, con el que fundó la Ópera de Hamburgo, en 1678, y también de Dietrich Buxtehude, que le visitó en Lübeck. También el joven Johann Sebastian Bach, se interesó por él para escucharle hacia 1700/2, ayudándole a transcribir conjuntamente trabajos que dejarán memoria, entre sonatas y piezas camerísticas. Compuso en preferencia obras para el Collegium Musicus (1687) de Johann Theile, y obras para órgano de notable virtuosismo técnico, demostrando el poderío de sus recursos en el instrumento de cuatro manuales del que disponía. El mejor testimonio sería la vasta fantasía An den Wasserflüssen Babylons, y para esta sesión, se elige la Fuga en Sol m.

Heinrich Scheidemann (c. 1595/1663), para mantenernos en las cercanías, tendrá Benedicam Dominum WV 48, fue eminente organista y pedagogo como queda ya dicho, siendo uno de los fundadores de la Escuela organística de Alemania del Norte, mientras cuidaba la composición de piezas a partir de corales. Serán los estudios con Sweelinck (1611/4), los que ayuden de manera considerable al perfilado de su estilo en obras para teclado que tomará mayor vuelo en los trabajos dedicados al órgano poco después, gracias a la inspiración a través de motetes y ricercare de Scheidt (1624), a los que se añaden piezas corales que se amplían en el valor de sus transcripciones excelentemente resueltas para órgano desde monodias vocales y fantasías corales de estudiado virtuosismo. Serán las generaciones siguientes quienes se beneficien de sus indagaciones y solvencia. Soberbio intérprete, tendrá refrendo en esta obra que resulta una adaptación para órgano de un motete de Hieronimus Praetorius, sobre el salmo 33. En su trayectoria y hacia 1629, podremos destacar la ocupación de la plaza que dejó su padre, en la Katharinenkirche (Hamburgo) en donde permanecerá hasta el fin de su vida, llegando a ser amigo de Thomas Selle, Jacob Praetoriu, Joahann Schopp y Matthias Weckmann, además de colaborar con el poeta Johann Rist. Entre sus obras, sin cantus firmus, se titulan con frecuencia Preambulum, anunciando con frecuencia la pareja preludio y fuga.

Johann Peter Sweelinck (Jan Pieterszoon) (1562/1621), con la Fantasía chromática, un músico que realizó toda su carrera en Amsterdam, con creces el más conocido y que fue titular de la Oude Kerk, plaza que heredará su hijo, también notable especialista. Su grandeza se verá engrandecida más por sus dotes como forjador de escuela como por su propia obra, recibiendo visitas de todos los países europeos. Talentos que también serán maestros: Andreas Düben, Peter Hasse, los Scheidt, Paul Siefert o Heinrich Scheidemann, que formarán los pilares de escuelas de referencia de esta escuela organística Alemana del Norte. Fue reclamado como experto en reparación de órganos y las obras de propia firma, se distribuyeron por todos los países europeos en múltiples ediciones que se mantendrán a lo largo de los siglos, en lo que será para siempre el santo y seña de esa Escuela de Alemania del Norte. En medio, quedarán años de duda en cuanto a la vigencia de sus obras, hasta los períodos de recuperación promovidos por las tendencias históricamente informados. Convendrá recodar el apartado de su obra vocal, que curiosamente recibió mejor trato, gracias a los ciclos de polifonías sobre el Psalterio de Ginebra, editado en 1597, piezas a cinco voces, la mayoría a capella y en francés, compuestas para los servicios calvinistas, para devocionarios burgueses privados de Amsterdam, mientras que las Cantiones Sacrae, estarán destinadas a los oficios católicos, en recopilación de cancioneros.    

Francisco Correa de Arauxo (1584/1654), completa con dos piezas: un Tiento Segundo de Medio registro de Tiple de Quarto tono y el Tiento sobre la Batalla de Morales. Era el tiento la más importante de todas las formas musicales españolas por el excepcional largo período que perduró y por el elevado número de obras en cuanto a la calidad de las mismas. Modelo serán los tientos vihuelisticos-andaluces con maestros como Mudarra, Milán, Francisco Fernández Palero o Peraza, junto a Correa de Arauxo, nacido en Sevilla y cuyos manuscritos por propia  confesión, habían recibido influencias reconocidas de Francisco Guerrero, Diego Castillo y Francisco Pedraza, especialmente en órgano, antes de opositas a las plazas de organista de las Catedral de Málaga y posteriormente de la de Sevilla, sin conseguir la plaza. De su legado artístico, merecerá mención la obra capital publicada en Alcalá de Henares, el tratado Facultad Orgánica, en 1636, mientras recibía la invitación del Cabildo de la Catedral de Jaén, que aceptó ya que con Sevilla había tenido importantes dificultades. En esa obra citada, hará uso extensivo de nuevas características para los órganos peninsulares de la época, las de teclado partido y la posibilidad de usar registros de diferentes sonoridades, desde la parte aguda a la grave, de un teclado único.

Ramón García Balado

 

21/03/2024

Latinoamérica por los cuatro costados

  Santiago de Compostela / Pontevedra - 20/03/2024

Programa de la RFG dirigida por su titular Baldur Brönnimann para un programa centrado en compositores latinoamericanos desde Alberto Ginastera a Arturo Márquez, J.P. Moncayo, Adolfo Mejía y Vicente Ascone contando con el protagonismo del barítono y narrador Darío Solari, con experiencia contrastada en el mundo operístico sin descuidar sus preferencias a la lírica popular de la canción, habiendo sido galardonado en certámenes como el Ferruccio Busoni de Deutschlandberg, el Tito Schipa, de Lecce o el Iris Adami Corradetti, de Padua para un programa dentro de las apetencias del aficionado y del abonado como habíamos disfrutado en otras citas como la ofrecida por Pacho Flores y que dejaría como rédito un registro en cd Cantos y revueltas (Deutsche Grammophon), en un muestrario que añadiría del propio solista una pieza salida de su inspiración, exhibiendo sus proverbiales recursos en la cuerda de ese instrumento.

Alberto Ginastera, tan cercano a nuestros dominios por el ballet Estancia Op. 8, se escuchó  en su versión completa, como obra en un acto y cinco cuadros con clara inspiración en escenas de ambiente rural argentino en medio de la rica Pampa imaginaria y con un talante descriptivo a partir de la poética del Martín Fierro e interpretado con entrega emocional por Darío Solari, mientras que la orquesta recreaba la serie de aires de singular personalidad desde La danza del trigo, a Los puebleros, el Triste pampeano, El amanecer, camino de la Danza Final, un malambo de conclusión, engarzados en los cinco cuadros que se ofrecen en la obra. Para Brönnimann y por el entusiasmo observado, sería un recuerdo de su lustro en convivencia como titular de la Sinfónica Nacional de Colombia, en Bogotá, en donde pudo llegar hasta lo más profundo en el conocimiento de estas herencias latinas. A efectos, nuestra orquesta presentó un refuerzo necesario en metales y percusiones.

Ginastera había obtenido a esas alturas la beca Guggenheim, un período en el que también dejaría otro ballet como Panambi ya en el año 1934; las Danzas argentinas; Los cantos de Tucumán, preparando la etapa gloriosa de Las tres piezas de Malambo y este ballet Estancia (1941), para el Ballet Caravan, obra que se complementará con la Sinfonía Porteña o la Sinfonía elegíaca. Un manifiesto evidente de la voluntad creativa del autor que alcanzará la cumbre en su ópera Bomarzo (M. Mujica Láinez) o la Cantata para América mágica y Don Rodrigo. Aquel Ginastera de la visita a los Estados Unidos, le había permitido relacionarse con músicos como Aaron Copland, Roger Sessions, S. Barber, E. Varèse, E. Bloch, Krenek, Bartók o Stravinski, mientras ampliaría conocimientos en la Juilliard School; la Columbia University; el Berkshire Music Center o la Eastam School of Music.

Arturo Márquez, quien concluiría sesión con el electrizante Danzón nº 2 para enervar el entusiasmo de los aficionados, volvía  con obra después de haberle tenido en una sesión de éxito  junto a Manuel Hernández-Silva (director), en el Concierto de otoño para trompeta y orquesta- Son de luz; Balada de los floripondios y Conga de las flores, destacando como solista Pacho Flores, compartiendo cartel con Efraín Oscher.

Márquez siempre quiso destacar la importancia de los conciertos para instrumentos de metal con firma de compositores mejicanos y aquel concierto en concreto, resultaba un síntesis de toda una herencia de la que se sentía legatario y que acogerá a otros colegas como Roberto Sierra, Paquito D´Rivera, Efrain Oscher o Christian Lindberg integrándose con suerte en el legendario Sistema de Venezuela de Abreu. En su agenda y como referencia, bastará mentar obras como el Concierto Son- flauta y orquesta; Viraje- arpa y cuerdas-; Espejos en la  arena-chelo y orquesta-; Danzas mestizas- clarinete bajo y cuerdas- o los Danzones nocturnos recreados para distintos instrumentos. Márquez siempre tuvo en mente a intérpretes concretos a la hora de encarar sus composiciones. El Danzón nº 2, fue complemento perfecto para añadir ese elemento de colorido en tan estimulante velada.

José Pablo Moncayo con Huapango (en versión camerística), fue pieza de entrada que  guardaba  claras afinidades por  su trayectoria artística, ya que había sido miembro del Grupo de los Cuatro y que como  alumno de Carlos Chávez,  conoció en Estados Unidos las docencias del  Festival de Berkshire auspiciado promovido por A. Copland y S. Koussevitky para el que realizaría Llano Grande o Huapango.

El grupo en concordia Nuestra Música, reuniría a músicos como Bal y Gay, Blas Galindo, Adolfo Salazar, los Halffter- la España en el exilio-, que organizaría los Conciertos Lunes Musicales. Obras de prestigio, sería el Homenaje a Cervantes o el ballet Zapata. El   apartado de su obra vocal, no muy extenso, dejará obra de aceptación popular, con profundo arraigo en la tradición con un trato especial para canto y piano o coro: Las olas que van; La canción del mar, siempre con la idea de no circunscribirse a unas dependencias necesariamente localistas. En el ámbito del  ballet y en colaboración con Elena Noriega, compuso Tierra además de probar en el cine con Raíces, de Benito Alazraki.  La mulata de Córdoba, ópera sobre libreto de Agustín Lazo y Xavier Villaurrutia, resultó uno de sus trabajos más ambiciosos con argumentos que nos trasladaban al período virreinal mejicano. Villaurrutia será partícipe de un guión para el cine para un filme con el mismo título. Nada más propicio para entrar en ambiente,

Vicente Ascone (1897/1979), en cambio de orden en programa, se recibiría tras la suite de Ginastera con cinco canciones en estilo popular, autor se supo prestar atención al mundo infantil con trabajos como los 20 poemas de América, dedicadas a escolares sobre poemas de Humberto Zarrilli y Roberto Abadie Soriano. Siempre acompañándose de arreglos muy sencillos. Un temperamento afectivo y comprensivo por la claridad y pureza de estilo, teniendo en mente la realidad de las escuelas uruguayas, especialmente las rurales. El conjunto de su obra quedará encuadrada en una estética nacionalista con empleo de melodías vigorosas y ritmos pujantes, mantenidos por armonías que muestran los avances logrados en esa época, quizás para mayor reconocimiento en el uso del dominio instrumental que tendrá mejor refrendo en las obras  sinfónicas y camerísticas.

Darío Solari nos brindó con mimo y cuidado los sentires de idoneidad en el conjunto de las piezas: la tonada que era Aquí me pongo a cantarte; la huella en De mi boca a tu lado; la Vidalita del querer, una forma de estilo; la chacarera Como las frutas de monte y el gato Caballito criollo. Una breve concesión para Adolfo Mejía por Acuarela, también recreación popular cercana al pasilllo, danza genuinamente colombiana con reminiscencias de pieza da salón europeizante y que podría recordarnos a este creador en etapas neoyorquinas y parisinas, en las que se curtiría en orquestas de jazz tras su vuelta a Colombia.

Ramón García Balado

 

Darío Solari, barítono y narrador.

Baldur Brönnimann / Real Filharmonía de Galicia

Obras de J.Pablo Moncayo, Vicente Ascone, A. Ginastera, Adolfo Mejía y Arturo Márquez

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Centro Cultural Afundación, Pontevedra

 Publicado en RITMO, edición digital ritmo-auditorio

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