15/03/2024

Dende a espiritualidade con la Banda Municipal

 Teatro Principal, Santiago de Compostela

Concierto de la Banda Municipal en el Teatro Principal digirió por su titular David Fiuza Souto, en colaboración con la Xunta de Cofradías, la Semana Santa de Viveiro bajo el título Dende a espiritualidade ofreciendo obras de Yasuhide Ito- Gloriosa-; Joaquín Turina- La procesión del Rocío-; Richard Wagner- en una adaptación de El idilio de Sigfrido-y la pieza del  II Concurso de Composición Blas Liz, de Viveiro. Yasuhide Ito, es compositor además de profesor del Senzoko Gakuen College of Music, un músico nacido en Hamamatsu Shizuoko Japón (1960) y con formación en la Escuela de Bellas Artes, de Japón. La docencia es un espacio que ocupó sus preferencias con ejemplos como Guru-guru, dedicado al piano a cuatro manos editado en ocho volúmenes, además de estrenar una ópera, Cinderela, y responder a la solicitud de un encargo de 2007, en una obra testimonial en forma de himno, con motivo de una especial circunstancia dedicada a la ciudad de Hamamatsu; colaboró con el pota Ryochi Wago, en un compromiso de un trabajo lírico en estilo de canciones y en el ámbito de un poema sinfónico. Fue director de la Tokyo Kosei Wind Orquestra, para una gira de la serie Asian Concert Tour, de 2002 y por mediación del compositor Frederick Fennell, se incorporó al Internacional Youth Wind O, en una gira de la WASBE (2005), por Singapur. Fue galardonado en  el Concurso Shizuoka (1980); en el Japan Music Copetition- tercer Premio-; el Band Masters Academy Sociaty of  Japan y el Primero de la Academy, de 1994, además del Rama de 2012. Gloriosa, la obra en programa, de unos veinte minutos de duración, prima recursos elaborados de tímbiricas contrastantes y tensas para lograr un resultado que la acerca  a las dimensiones de un poema sinfónica. Curiosidad pues para los aficionados, frente a obras de repertorio más común en las orquestas sinfónicas.

Joaquín Turina, del que escuchamos con regular frecuencia la composición La procesión del Rocío Op. 9, obra para orquesta pues en conveniente transcripción para banda, y que había tenido su estreno en el Teatro Real madrileño, en aquellos años que se dedicaba a programar obras de concierto, en 1921. Coliseo que afortunadamente recuperó su cometido dedicado a la ópera, desde su reapertura con Divinas palabras de Antón García Abril. La procesión del Rocío, fue puesta en atriles por la Orquesta Sinfónica de Madrid, bajo la dirección del maestro Enrique Fernández Arbós, a quien le fue dedicada y que se  interpretó el 30 de marzo de 1913. El autor ofreció la obra en una gala pianística de la que saldrá otra para cuatro manos, editada por Leorelle. Un estilo de poema-fantasía en dos partes de talante descriptivo tituladas Triana en Fiesta y La Procesión. Se ve e autor liberado de posibles influencias y ataduras que le garantizaría el éxito inmediato por su planteamiento programático. Destacan detalles como el tema sonoro que describe el realce procesional que termina por imponerse merced a sucesivas apariciones de la forma del garrotín o de las soleares, camino de un reluciente climax de gran recurso efectivo remarcado por un apunte triunfalista auspiciado por un fondo de campanas y una marcha real. Estamos en una etapa de excelentes resultados artísticos para Turina, período en el que en Portugal se dio a conocer Escena Andaluza, mientras era reconocido gracias a una gira realizada en aquellas fechas, destacando esta obra de la que sería solista Maurice Vieux.

Richard Wagner, con el Idilio de Sigfrido, obra que tantas veces complementa programaciones entre otras obras, titulada testimonialmente como Tribschener Idyll, singularmente atractiva para los entusiastas de la inmensa capacidad innovadora para el género, con cumbres como La Tetralogía en toda su dimensión irresistible o Tristán e Isolda. Wagner para dilatar perspectivas que llegarán hasta nuestros tiempos. La fecha del Sigfried Ydyll se ubica hacia finales de 1870, y producto de fuertes impresiones personales  ya que según la fiable leyenda fue pensada con motivo de su muy apreciada Cósima, con motivo de su cumpleaños, y disfruta en el ambiente gozosamente familiar el 25 de diciembre de 1870. Wagner en estado de gracia entregado a un arrebato entusiasta, asistido por un pequeño grupo de músicos en la sala de conciertos en Zurich. Un regalo mantenido en secreto pero que para Cósima, mantenía la seguridad de  que Wagner se encontraba trabajando en el Segundo acto de El ocaso de los dioses, de la que conocía perfectamente su contexto temático-musical. Sigfried Ydyll en su planteamiento a modo de postal de obsequio, tomará libérrimamente motivos propicios; la canción Schalf, Kindchen, schlafe, tal cual tema colateral, melodía pensada para el Día de San Silvestre, de 1868, además de un par de ideas musicales precedentes de Starnberg y Munich. Martin Gregor-Dellin recordaba la visita del amigo común el Dr. Jacob Sulzer en aquel encuentro en Zurich para la interpretación de ese homenaje íntimo de una obra que revisaría en Mannheim para un grupo más nutrido pero que durante tiempo no quiso revisar ni editar, la Música de la escalera como la llamaban los niños, en el acto de Tribschen. Nietzche no le hará desprecios ya que por su murmullo ondulante, apreciaba su refinamiento y profundidad.

Ramón García Balado

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