05/06/2024

Pablo Fernández: chelista para el Concierto en Mi b. Op. 85, de Edward Elgar

 Palacio de la Ópera, A Coruña


Concierto de la OSG  dirigido por Roberto Fernández- Monjas en el Palacio de la Ópera de A Coruña- 20´00 h., días 7 y 8-, contando como solista con Pablo Fernández para la interpretación del Concierto para chelo, en Mi m. Op. 85, de Edward Elgar, en un programa que añade la raveliana Pavana para una infanta difunta  el Concierto para orquesta, de Witold Lutoslawski. Pablo Fernández, chelista que volverá a ofrecernos otra de sus dimensiones artísticas, ya le tuvimos hace unas temporadas en los comienzos de su carrera, ofreciéndonos el Concierto para chelo, en Si m. Op. 104, de A. Dvorak, añadiendo su Sinfonía nº 7, en  Re m. Op. 70, dirigido por Antoni Ros Marbà. Intérprete afortunado, fue pronto galardonado en con el Premio Tchaikovski, de Moscú, convirtiéndose en artista del sello Sony. Ayudó con creces el ambiente familiar tanto por parte de padre y madre, siendo ella quien veló por su evolución con el método The tunning Fork Wizard. Sus referentes mayores fueron Yo-Yo-Ma y Dmtri Rostropovich y sus fundamentos los encontramos en la Escuela Superior Reina Sofía (Madrid), disfrutando del asesoramiento y confianza de Paloma O´Oshea, teniendo como maestra a Natalia Shakhovskaia. Continuó en la Krönberg Akademie, realizando masters de ampliación, con Frans Helmmerson. Una consolidada trayectoria que le permitió colaborar con primeras orquestas y directores, partiendo de los inicios con la ONE,  interpretando las Variaciones rococó de  P.I. Tchaikovski. De su mano, un Stradivarius histórico, el Lord Aylesford (1696), concedido por la Nippon Music-Foundation. Chelistas que colaboraron en su evolución, fueron también David Geringas, Philipp Müller, Gary Hoffmann, Arto Noras e Ivan Monighetti.

Maurice Ravel- Pavana para una infanta difunta-, nacida a partir de piano y que no dudará en tratar  con severidad, merced a quedar destinada a obra típica de salón, con devoción para las jóvenes que tocan medianamente. No tenía empacho en hablar de ella tildándola de antañona, percibiendo vagamente las influencias menos gratas de Chabrier- por un decir-, dentro de una forma hasta pobre. Imitaciones de Chabrier y Fauré, no consigue el relumbrón mostrado en otras piezas, en su sumarísimo juicio, sentenciando que no había nada menos raveliano que la escritura de esta pavana, cuya gracia un poco monótona, es puesta en manifiesto precisamente por su orquestación hábil, tomando aquellas ensoñaciones que atrajeron a sus dedicatarias primeras. Regusto por ciertos arcaísmos corregidos por el prisma del pasado, con la mente puesta en Ricard Viñes, recibirá la aceptación sin reproche en la dedicatoria a Mme de Polignac en los Conciertos Hasselmans parisinos a finales de 1991, tras la orquestación de 1902, dirigiendo Alfredo Casella, dotándola de esa inspiración que tan bien conocemos ya desde los primeros compases ondulantes y seductores, de una ternura que realza los aspectos más conseguidos en la creación para el piano. Para el autor, pesaban sobremanera los tintes sombríos y fallidos, aspectos  que, como sabemos, la historia desmintió.

El Concierto para chelo en Mi m. Op. 85, de Edward Elgar, será obra que reciba los parabienes de sus obras concertantes, entre las muy queridas Variaciones Enigma o las ostentosas marchas de pompa y circunstancia, santo y seña del Imperio, encontramos al autor inmerso en la veneración pública que no ha perdido prestancia, llevada a su mejor dimensión en obras testimoniales en forma de oratorio como El sueño de Geroncio; Los Apóstoles o la serie de cantatas profanas de exaltación colectiva. Inmenso director de orquesta, había indagado en las profundas herencias de la tradición purcelliana y las posibilidades de un germanismo de no menor significado. El Concierto para chelo  y orquesta, en Mi m. Op. 85, será obra que entrará en las apetencias de los grandes solistas después de su estreno ofrecido en Londres en el otoño de 1919, año en el que abordaba sus  principales trabajos camerísticos, y que fue confiado a Félix Salmond, con  el autor en el podio. En lo esencial, una plantilla más ligera y condensada de lo que muestra en obras de esta factura. Un breve pasaje del chelo en la entrada en Adagio pausado, nos traslada a un tiempo propuesto en tempo  moderato,  que  se aboca a un tema en 9/8, en manos de violas a las que responderá el solista, crecido de argumentos en forma de lied ABA, repartido de forma notable por distintos instrumentos de la orquesta. Destaca el Allegro molto por su libertad de expresión gracias a la orquestación puntillista y un corto Adagio, una generosa amplia melodía que permite la ascensión de recursos sonoros que se convierten en el Allegro ma non troppo, pirueta que supone un genuino Rondó humorístico mezclado con un episodio que recuerda detalles del Adagio.

Witold Lutoslawski- Concierto para orquesta-, obra de un período de transición en el que no deja de mostrar su admiración por Béla Bartók, en su Música fúnebre para orquesta aunque era verdad que en su evolución será determinante la dependencia de Szymamowski, a la que se unirá la recién citada y la de otros compositores centroeuropeos y franceses, alejándose a conciencia de la insalvable Segunda Escuela Vienesa de Schönberg, Alban Berg y Anton Weber. El Concierto para orquesta, estrenado en Varsovia, bajo la dirección de Witold Rowicki, recibió un galardón estatal al lado de las sinfonías, siendo su trabajo orquestal de mayores dimensiones. La Intrada ABA muestra un considerable desarrollo mantenido desde el comienzo por una profusa exhibición de timbales a los que responden las cuerdas y las maderas. Un pasaje en pianisssimo, claramente idiomático, prepara una segunda idea con apuntes en staccati secos a la par que ligeros en las maderas, con un detalle de trompa que ayudan a concentrar la tensión del tiempo.

El Capriccio notturno, casi un scherzo, resulta ostensiblemente dinámico en su extensión ya desde la invitación de los violines en sordina y con escalas de los instrumentos de maderas remarcados en staccati. Prosigue en intensidad gracias a un movimiento fluido acentuado un detalle central en forma de trío.Las  trompas remarcan un pronunciado aire de inspiración popular que nos lleva a  la Passacaglia, toccata, choral e finale, propuesto por el arpa y el pizzicato de contrabajos, estimulados por arpegios del piano, dando pie a una serie de jugosas variaciones a cargo de distintos instrumentos de la orquesta. La Toccata, aprovecha ideas de la Passacaglia , con un ritmo sostenido enlazando con el Choral, con  una transición en diminuendo, entre disputas de maderas, metales y cuerdas divididas.

Ramón García Balado  

 

04/06/2024

Rosanne Philippens: Un Korngold concertante

  Ferrol - Santiago de Compostela días 30 y 31 de mayo

Clausura  de temporada con la con participación de alumnado de la EAEM, dirigida por su titular Baldur Brönnimann en un programa que presentaba tres obras, el Concierto para violín, en Re M. Op. 35, del compositor apreciado por su amplia carrera internacional Erich W.Korngold, en especial por los años destinados al cine en los Estados Unidos; el estreno en nuestro país de Atlas Eclípticalis, de John Cage y la Sinfonía en tres movimientos de Igor Stravinski.  Rosanne Philippens estudió en la Escuela Amstelveen, con Anneke Schilt, para seguir en el Conservatorio de La Haya. Es artista de Channel Classics y se maneja con un Stradivarius Barrere (1727), cesión de la Fundación Elise Mathilde.

El Concierto para violín en Re M. Op. 35 de Erich W. Korngold, es obra impregnada de profundos autoplagios de material procedente de sus bandas sonoras en un momento de excelentes resultados dedicados a sus compromisos para el cine tras dubitativas experiencias profesionales en esa Alemania de amargas expectativas y que dejaría trabajos como su ópera Die tote Stadt. Algo tendría que ver Max Reinhardt en este trasvase a un mundo del que se beneficiará con creces, tras el compromiso de un arreglo para la obra incidental a partir de A midsummer night´s dream (Mendelssohn), preparando su entrada a los trabajos consecuentes con la Warner Bros. Este concierto sobrado de guiños, gozó del estreno a cargo del virtuoso Jascha Heifetz el 15 de febrero de 1947. Tres movimientos en el contexto habitual a partir del Moderato nobile- soberbia lectura de Rosanne Philippens-, para el que recurre sin reparos a la banda sonoro de Another Dawn, filme de 1937- Errol Flynn y Kay Frances- tomando elementos melódicos amplios y detalladamente expresivos a los que  responde una nutrida orquestación, para ceder a un segundo tema procedente de la banda de Juarez (1939), modificando algunos detalles perfilados por sutilezas refinadas.

El Romance, segundo tiempo, destilado de ese melodismo que tan magníficamente le caracterizaba, recupera argumentos de Anthony Adverse (1936), que le supondría un Oscar, ofreciéndonos un tiempo atractivo y contagioso, camino del Finale de notables exigencias interpretativas y que se inspira en la banda de El príncipe y el mendigo, resuelto en dos temas con variaciones sobre un ingenioso tramado constructivo, desde una forma de ancestral giga que presume un estilo de pieza épica con dominio de la sección de metales, para permitir a la solista desplegar sus argumentos más virtuosísticos. Siempre resaltando en conjunto del desarrollo, la importancia de la respuesta orquestal. Un diálogo de fructífero enfrentamiento entre la solista y el grupo orquestal. Obra bien recibida en su estreno con el curioso detalle del criterio del analista Raymond Kendall, quien aguzando el ingenio dirá: falta oro (gold) y sobra grano (korn), una picajosa valoración.

Estreno en España de Atlas Eclipticalis, de John Cage, modelo de un período en la década de que había roto amarras a partir del Concierto para piano y orquesta y un segundo, en ese caso para piano preparado y orquesta de cámara, con la sana pretensión de liberar a la música del encadenamiento emocional mientras esa generación de músicos se acercaban a los postulados del estructuralismo lingüístico. Cage se había acercado a los postulados de Schönberg, con evidentes resultados como ese distanciamiento a favor de una necesaria emancipación del sonido y el ruido, consolidando una ostensible individualidad, auspiciada por el ojo crítico de Pierre Boulez, en Alea, con obras que se convertirán en ilustraciones de ideas, una música refractaria a dimensiones simbólicas. Obras como la impactante 4´33- un puro desconcierto por su salto al vacío-; Music for Chances o el citado Concierto para piano y orquesta, experimentos cruciales en una trayectoria preclara. Podría hablarse de una saturación de excesos teóricos que plantearán la desaparición del arte. Una inevitable explosión impulsiva surgida en el espacio calificado como annus mirabilis.

Un cuarto de siglo marcado por el distanciamiento de la escuela de Schönberg, quien dirá de él: No es un compositor; es un inventor; cierto que un inventor de genio. Años precisamente de obras como el Cuarteto para percusión- sin instrumentos concretos-; o la que nos afecta esta vez Atlas Eclipticalis- inicios de los sesenta-, un equilibrio incesante entre la teoría y la composición, modelo de distribución entre los sonidos y silencios, en una justa duración que supera la impaciencia de un oyente quizás perplejo. Quizás la invención pueda determinar esta etapa de sus obras, entregadas a una especie de frenesí  que poco deberá a obras precedentes como Imaginary Landscape o las tres Constructions y los ballets para piano preparado desde Bachanale- colaboraciones con Merce Cunningham-, entre otras piezas quizás menores, junto a las Sonatas e interludios (para piano preparado), y Atlas Eclipticalis. La gran tradición sinfónica y orquestal arraiga de refilón, con apuntes dispersos en el último Stravinski o la Segunda Escuela Vienesa, quedando discretamente Atlas Eclipticalis como su testimonio postrero: un equilibrio que presume quebrarse, silencios que puede simular como excesivos cara un oyente menos común de lo acostumbrado, superado por sonidos aislados.

Igor Stravinski- Sinfonía para tres movimientos-, obra de entreguerras, de los años 1942 a 1945, con estreno por la New York Philharmonic, el 24 de febrero de 1946, bajo su propia dirección, y que en principio llamaría Sinfonía de Guerra, aunque de manera evasiva, observando conciencia de los acontecimientos cotidianos, reflejados en cada uno de sus tiempos sobre episodios de la vida en impresiones concretas. No resulta una obra programática ni siquiera neoclásica, como descubrimos en tantas otras. El Allegro de sonata, primer tiempo, presentaba un pasaje ligeramente agresivo lanzado al agudo entre detalles de percusión, en respuesta, con un final repetido in extremis, como punto de cierre que respondían a un encadenamiento de puentes e ideas sorprendentes que contribuyen a una serie de ideas sorprendentes. La Sinfonía en tres movimientos, resulta la obra más rica en el plano sonoro desde La Consagración de la primavera, patrón que recuperamos en esta obra, precisamente por la pertinencia del timbre como función motora y fundamental.

 El Andante,  una especie de pura coreografía  con tintes italianizantes, descritos por la fiorituras de la flauta a caballo de un fondo pulsado de cuerdas, permitiendo un protagonismo a través  de siete compases vacilantes y tensos que nos trasladaba al movimiento final, en el que sí se ofrecen aspectos procedentes  de La consagración de la primavera, en una consentida aceptación de pasajes permanentes a través de densos acordes, en oposiciones rítmicas clarificadoras para las intensiones ansiadas que remiten a la Danza de la tierra, superponiendo armónicamente acordes ya expresados en el primer movimiento. Se trata de un procedimiento que confronta estructuras rítmicas horizontales y verticales cortantes. Un episodio sombrío de instrumentos graves, con ritmos desdoblados, evocan en la coda, una inspiración en La danza del sacrificio, en busca de una notación más fácil para los intérpretes.    

Ramón García Balado

Rosanne Philippens
Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann
Obras de John Cage, E. W. Korngold e I. Stravinski
Auditorio de Galicia
Auditorio de Ferrol

Publicado en RITMO, edición digital

Caleidoscopio: Prisma en las Xornadas de Música Contemporánea

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Ensemble Modern

Las Xornadas  de Música Contemporánea vuelven a repetir la idea y el proyecto de lo que había sido hace un par de convocatorias Poñer o foco, con JONDE FOCUS, entonces bajo la dirección artística de Fabián Panisello, entonces con la colaboración del Plural Ensemble, entre las actividades de los cinco primeros conciertos. Caleidoscopio, nos invita al Auditorio de Galicia- día 5 a las 20´30 h-, en esta primera actividad en la que será protagonista Ensemble Modern y la JONDE, bajo la dirección de Pablo Rus Broseta, con obras de Mauricio Sotelo, György Ligeti, Helga Arias y George Benjamin.  La JONDE, nacida por iniciativa del INAEM y con cuarenta años de trayectoria, fue dirigida por maestros como K. Penderecki, López-Cobos, Gunther Schuller, Juanjo Mena, Arturo Tamayo, Peter Rundel, A. Ros Marbà, C. Halffter, V. Petrenko, J. Pons o G. Noseda y V. Pablo-Pérez. Mantiene una relación habitual con la Fundación Ferrer-Salat, asistiendo a certámenes de referencia como los BBC Proms; el Festival Enescu; el World Expo Hannover, la Expo de Lisboa, el Summer Music Fest. o el Festspiele Mackelburg- Vorpomern y el Scheswig- Holstein. Fueron sus directores artísticos Edmon Colomer,  Llorenç Caballero, J. Luís Turina y desde 2020, Ana Comesaña.

El Ensemble Modern, fue fundado en Frankfurt am Mein (1980), abarcando iniciativas que van desde el teatro musical a la danza, los géneros camerísticos y orquestales, siempre con la idea de colaborar con artistas avezados en las tendencias actuales como John Adams, Mark André, G. Benjamin, Peter Eötvös, Brian Ferneyhough, Heiner Goebbels, Hans Werner- Henze, György Ligeti, Cathy Millen, Helmut Lachenmann, Brigitta Muntendorf, Olga Neuwirth, Steve Reich, Rebecca Saunders. Wolfgang Rhim, Simon Steen- Anders, Karlheinz Stockhausen, Mark- Anthony Turnage, Hans Zender, Mauricio Kagel, Gyorgy Kurtag, además de compositores españoles que responden incorporarse a sus patrones de creación. Tiene su propio sello Ensemble Modern Media con el que grabó más de 150 registros, fundando en 2003 su Academia Internacional Ensemble Modern IEMA, y cuenta con la financiación de la Fundación Cultural Federal   Alemana, del Municipio de Frankfurt, la Deutsche Ensemble Akademie.

Pablo Rus Broseta, fue nombrado director- asistente de la Seattle Symphony O., dirigiendo a artistas como Itzhak Perlman, René Fleming, Joshua Bell, Beatrice Rana, Yo-Yo-Ma, Edgar Moreau o Ingrid Fliter. Pasó por formaciones como la BBC S.O.,  Dedicando un monográfico a Pierre Boulez, para seguir con la Royal P. Liège; la Basel Sinfonietta, la O. y C. de la Nacional de España; el Ensemble Intercontemporain; la WDR Sinfonieorchester Köln; la SWR Symphonieorchester Stuttgart; A Casa da Música (Oporto; el Ensemble Modern Franckfurt; el Transart Fest. de Bolzano; la Donaueschinger Musitage o el ESEM, de Valencia, estrenado obras de Wolfgang Rihm, Hans Zender, Thomàs Ades, Magnus Lindberg, Francisco Coll y Pierre Boulez. Editó su primer c (2018) con la Seattle Symphony (Canteloupe Music), con música de Michael Gordon y en 2022, repetirá con obras de Marc García Vitoria, con la Joven  de la Comunidad Valenciana. Estudió en Amsterdam recibiendo asesorías de David Zinman, Kurt Masur, Steven Sloane, François- Xavier Roth y Bernard Haitink. En 2011, había fundado en colectivo de artistas Grup Mixtour.

Mauricio Sotelo- De imaginarium, signarum et idearium II (2022)-, obra que remite a Giordano Bruno (1548/1600), en lo relativo a su tratado De imaginarium signorum et idearium compositione , centrado en las indagaciones sobre los sistemas mágico- nemotécnicos , basados en el espacio de un contenido espiritual de primera expresión que da entidad al protagonismo de los sistemas simbólicos. La arquitectura sonora resultante como teatro de imaginación, para esos lugares de materia universal, redunda en un sistema espacial que se detiene en cada punto para fusionar los elementos productores del sonido (velocidad, movimiento, presión de aproximación o cantidad de aire…) para llegar a un punto de explosión de un mundo ínfimo en infinidad de trozos, sobre una microtonalidad en la que los sonidos se resuelven en imperceptibles niveles de intensidad, peso y  brillo. Una pieza dedicada a Peter Paul Kainrath y al Klangforum Wien.

Gyrgy Ligeti-Hamburgisches Konzert (1998/ 9)-, obra en sus tiempos Praeludium; Signale-Tanz - Choral; Aria-Aksak- Hoketus; Solo- Intermezzo- Mixtur- Kanon; Spectra; Capriccio e Hymnus. Para el autor, seguidor de Béla Bartók, se encuentran elementos de la tradición occidental en sus folklores o músicas africanas. Una obra de sus años postreros, inspirada en las posibilidades tonales de la trompa natural de afinación no temperada aprovechando con ello sus recursos expresivos y con la incorporación de cuatro trompas afinadas de forma distinta, en la orquesta. Un artificio en el que el uso de armónicos para combinaciones de acordes, Ligeti nos deja esta obra en su pleno desarrollo, en siete tiempos, un encargo de la ciudad de Hamburgo, en  donde fue estrenada en 2001. Destacan los subyugantes efectos sonoros, como tonos sin temperar en las trompas naturales. El Praeludium apunta quintas paralelas entre la trompa solista en Si b, una trompa natural en Mi b o las campanas tubulares en el bajo para crear un efecto críptico y contemplativo.  El segundo tiempo Signale-Tanz-Choral, las trompas tocan en diferentes afinaciones produciendo acordes que llevan a un Choral lento sobre ritmos precisos.   El tercer tiempo Aria-Aksak- Hoketus, se acompaña del cromatismo de las cuerdas mientras sostiene un diálogo entre instrumentos de viento-madera y las trompas naturales ampliando una música convulsa, preparando el cierre del tiempo. El cuarto movimiento Solo- Intermezzo-Mixtur- Kanon, resulta un solo apacible al que siguen las cuerdas de manera rítmica y acentuada, con detalles de percusión y precisiones de vientos con un aire jazzístico.  Spectra, mezcla sonidos de gesto pausado hasta un final orquestal intenso. Capriccio, tiempo intenso y sarcástico, muestra un vigor acorde preparando el Hymnus, en el que el instrumento solista queda en silencio mientras las cuerdas y vientos naturales se imponen con poderío.

Helga Arias- Traces of Blast (In Aftermach of Explosion)  2024-, estreno de la JONDE, ejemplo de esta compositora que estudió con Mario Garuti, Beat Furrer, Javier Torres Maldonado y Karlheinz Essl, especializada en relaciones entre la resonancia acústica y electrónica que indaga en las variaciones microscópicas  de los fenómenos sonoros . Traces of Blast, es una de sus indagaciones que tientan trasmitir las secuelas de una explosión a  través de medios de la orquesta en una metáfora sonora que capta modelos turbulentos implicando al oyente en esa  serie de explosiones ínfimas en la que la orquesta se maneja en una forma de cacofonía de sonidos disonantes que representan al caos. Las cuerdas evocan una sensación de melancolía mediante enternecedoras armonías;  las  maderas y los metales, contribuyen por el tramado de sus texturas representando la dispersión y la desintegración con fuertes contrastes de repentinos crescendos que simbolizan  imprevisibilidades y turbulencias emocionales inherentes, consecuencia de esa explosión.

George Bemjamin- Three inventions 1995)-, para 24 intérpretes- 7 vientos, 4 metales, arpa, piano, 2 percusionistas  9 curdas-, es un encargo de la fotógrafa Betty Freeman, para el Festival de Salzburgo de 1995, y para el autor, la discrepancia de duración y el resultado de los movimientos resulta intencionada. Una Primera invención que recrea una atmósfera esencialmente luminosa y apacible se muestra como una breve introducción que nos lleva a un sonido a cargo del fliscornio, cuya línea melódica nos conduce a un contraste en permanente transformación. La Segunda invención, ágil, rítmica e inquieta, viene marcada por el corno inglés  que se encumbra más allá del virtuosismo, con figuraciones irregulares y entremezcladas hacia un enérgico tutti, que regulará la métrica final, confiada al clarinete.  La Tercera Invención, remite a la primera en cuanto a su tramado técnico con un trazado distinto en el que gongs y bombos, en afinaciones antifonales rodean una red de materiales amalgamados a través de octavas de bajo lentas,  armonías flotantes, escalas veloces dentro de una estructura de combinaciones siempre cambiantes con variedad de recursos melódicos, desde el piano al contrafagot o el bombardino y las propias  cuerdas.

Ramón García Balado     


La JONDE en las Xornadas de Música Contemporánea

Sala Mozart. Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela 


Primera serie de conciertos de la JONDE, en las Xornadas de Música Contemporánea en esta segunda sesión esta vez en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia- día 6, a las 20´30 h- contando con los protagonismos del clarinetista Joan Enric Lluna y del Trío Arbós, y de la musicóloga Rosa Fernández que al igual que en la cita anterior, nos pondrá al día de la temática que nos interesa- 19´30 h-, para un programa que anuncia obras de cinco compositores/as, comenzando por Tomás Marco con En campo de zafiro pace estrelas, compuesta en 2011 en la etapa en la que el compositor respondía a una invitación del Ensemble NeoArs  Sonora, para estrenarse en el Rafel Festival. Tomás Marco, desde las primeras convocatorias de aquellas Xornadas de los ochenta, ya había estado implicado en el embrión del proyecto, nacida a la sombra de otras procedentes del Festival de Alicante que entonces agotaban un proyecto sin perspectivas de futuro. Marco en calidad de compositor, había conocido los magisterios de Karl Heiz Stockhausen, B. Maderna, P. Boulez o Adorno, convirtiéndose en uno de nuestros  fundamentales teóricos y creadores con proyectos como la dinamización del CDMC o la gerencia de la OCNE. Una obra suya, Campo de estrelas, fue elegida para la apertura del Auditorio de Galicia, junto al Concierto para piano y orquesta K. 482, de W.A. Mozart y Joaquín Achúcarro, además de la Sinfonía nº 1 (Titán) de Gustav Mahler, bajo la dirección de Odón Alonso, con la ONE. Campo de  estrelas, en estreno, aludía a la ciudad compostelana  enlazando con otras obras recientes como Pulsar o la Sinfonía nº 4, usando materiales que se acercaban a esas analogías estelares, una descripción o una alegoría de evocación sonora con profundas raíces ancestrales en una proyección hacia el futuro. Marco, uno de nuestros maestros veteranos, fue director también de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Teresa Catalán (1951)- Nenias II-, Premio Nacional de Música en Composición (2017), recibió la consideración por entrega a las exigencias a las materias sobre las que trata, ajenas a las reiterativas y cotidianas, dentro de un ambicioso itinerario profundamente meditado, producto de su relación artística con maestros como Ramón Barce, o en particular Agustín González Acilu, en una trayectoria que enlaza con la llamada Generación de La República y la del 51, en la que se incluyen los compositores que parten desde los Halffter, Luís de Pablo, Bernaola, Juan Hidalgo, Olavide, Josep Soler, X. Benguerel, Joan Guinjoan, García Abril, Villa Rojo o Mestres-Quadreny y Leonardo Balada. Es la suya una generación-puente entre tendencias y alternativas en esa línea de vanguardia evolutiva apoyada en necesarios contrastes de opción que con evidencia afecta a sus colegas de composición, merced a la cual obras suyas se programan con regularidad en certámenes de estas características. Nenias II, se estrenó en marzo de 2018, en la Sala Berlanga, de Madrid, dentro del Ciclo Hoy, compositoras, organizado por la Fundación SGAE.

Rebecca Saunders (1967)- Disclosure-, es una compositora a la que seguimos en citas de proyectos actuales como el Festival Resis, que el año pasado la eligió por su obra Dust, interpretada por el Arxis Ensemble, destacando por su inventiva y capacidad de sorprendernos . Fue alumna de Nigel Osborne y de Wofgang Rihm, con quien siempre mantuvo una cercanía en lo creativo ya desde su formación como violinista, acentuando la profundidad de las tímbricas complejas y fascinantes. En otra dimensión queda su indagación sobre las vanguardias literarias, con una confesada devoción por el mundo críptico de Samuel Beckett. El descubrimiento del espacio creativo de la compositora Galina Ustvolskaia, fue igualmente un argumento de referencia en estas labores de investigación, primando aspectos como las explicaciones con textos añadidos en bastantes de esas obras, descubriendo las interioridades que desea trasmitirnos. Disclosure, remite precisamente a una cita de Samuel Beckett, en Horn Always Came (c. 1960), una meditación tanto formal como estética del entorno musical y que nos aboca a un enfrentamiento con un mundo sombrío. Disclosure nació como encargo del Conservatorio de Oberlin (Ohío) y con la ayuda del Ensemble Musikfabrick y la Fundación Kunstifung NRW, para ser estrenada por el Ensemble de Música Contemporánea Oberlin, con su director Timothy Weiss, en 2009. La tuvimos en el Festival  Resis de  A Coruña con su obra Flecht, interpretada por el Arditti Quartet, entre obras del homenajeado Luigi Nono. y J. M.. López en el Auditorio de Abanca el pasado sábado.

Alberto Carretero (1985)-Tres daguerrotipos (2024), en estreno por la JONDE, compositor e investigador, Catedrático en el Conservatorio Manuel Castillo (Sevilla), especializado en musicología, con una tesis dedicada a El proceso de la Composición Musical a través de las técnicas bio-inspiradas de inteligencia Artificial:  investigación desde la creación musical. Obras suyas fueron interpretadas en el Centro Pompidou; el Carnegie Hall; el Festival Wien Modern; la Biennale, de Venecia; el Ran Baron Hall (Tel Aviv); el Auditorio Nacional; el Museo Reina Sofía o la Fundación BBVA, por agrupaciones como el Klangforum Wien; el Ensemble Intercontemporain; la O. SWR Stuttgart; la Helsinki C.O. y otras del ámbito nacional. Colaboró en proyectos de vanguardia con el IRCAM; la SWR-Experimental Studio y proyectos escénicos para video-arte. Prepara La Bella Susona y la ópera de cámara Poeta en Nueva York. Tres daguerrotipos, resultan tres imágenes ciertamente borrosas y fantasmagóricas, captadas de forma discontinua, en un viaje interior, entre la realidad y el deseo (Luís Cernuda), que nos lleva a un mundo de hibridaciones, creando una arquitectura de paradójica dramaturgia sobre ese material musical, a través de oposición de contrarios.

Guillaume  Conneson (1970)- Sexteto, (1998)-, compositor modélico de la llamada escuela francesa y que ejerció la docencia de orquestación, en el Conservatorio Nacional de Auberviliers para continuar en el de París desde 2020. Destacan entre sus primeras obras Night Club y Disco-Toccata, que se inspiran en los espacios creativos de esas formas de obras de entretenimiento o puramente incidentales, en relación directa con el minimalismo o las influencias de las bandas sonoras del cine americano, para el que dejaría trabajos de elaboración propia. Filmes  como Sunrise, de F.W. Murnau (1927), una idea a modo de contextualización, para ubicarnos en ese mundo que está en el horizonte de su ideario creativo y destinado para un compromiso de Año Nuevo, en atención a sus compañeros  Eric Le Sage y Paul Meyer. El Sexteto que cierra programa, está marcado por un sentido humorístico ya desde el primer tiempo Dynamique, con una serie de variaciones que multiplican la serie de procesos y ritmos tomados del referente americano. Nocturne, una apacible pieza interpretada por el clarinete arropada por la sección de cuerdas y piano, para llevarnos al tercer tiempo Festif, delicadeza febril por la que asoma el lied Die forelle, de Franz Schubert.

Ramón García Balado      

 

Alma y esencia en el VIII Curso Airas Nunes

  Santiago de Compostela, del día 1 al 6 de julio   Manuel López Jorge Metidos en la octava edición del Curso Airas Nunes , será un buen mom...