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17/03/2024

De Mar a Mar, de Jacobo Gaspar, frente a Stravinsky y Schumann

 Santiago de Compostela / Vigo - 15/03/2024

La alemana Johanna Malangré dirigió a la Real Filharmonía de Galicia contando con la colaboración de alumnos de la EAEM en sesión compartida con la musicóloga Rosa Fernández, para las obras de Jacobo Gaspar y Stravinski, poniendo en atriles el estreno de la obra De Mar a Mar, de Jacobo Gaspar, y las Danzas Concertantes de Igor Stravinski, completando la Sinfonía nº 2, en Do m. Op. 61, de Robert Schumann. La directora ejerció recientemente como titular de la O. N. de la Picardie, tras probar como asistente de la Köln C.O. y realizar masters con la City of Birmingham S.O., espacio que le valdría para probar con formaciones como la Wuppertaler Sinfonieorchester, la Orchester Lamoureux, la Wiener Kammerorchester, la Orchester de Bretagne, además de promover el Lucerne Festival Contemporary O., siendo merecedora de la concesión del Primer Premio del Concurso  MAWOMA, en un jurado presidido por Dominique Meyer, director del Teatro alla Scala. La ópera atrajo su atención en producciones para el Staatstheater Cotbus O. y el Meininger Hoffkapelle. En sus referencias, siguió las docencias de Johannes Schlafli (Zurich), Bernand Haitink, Paavo Jarvi, Nicolas Basquet y Reinhard Goebel.

Jacobo Gaspar volvía con estreno tras otro anterior  como había sido Via Láctea. Haiku espiral, en una cita dirigida por Paul Daniel, que incluía también de Antón Alcalde su obra…That pale blue dot Op. 22, entre la suite Los Planetas de G.Holst y una selección de La guerra de las Galaxias, de John Williams. Jacobo Gaspar fue premio en la XX edición de Jóvenes Compositores por Ambar, en una convocatoria celebrada en el Museo Reina Sofía, ante un jurado presidido por Carlos Cruz de Castro, Zuriñe Fernández Guerenabarrena, Agustín Charles, Sofía Ramírez e Iñaki Alberdi, galardón que se añade al premio Xavier Montsalvatge, de la Fundación Autor CDMC; el del VI Int. Jurgenson Competition for Young Composers (Moscú); el del Público del Isang Yun Int. Competition Prize (Seúl), recibiendo también la Mención de Honor del Valentino Bucchi-Parco della música (Roma) y un Segundo del Póvoa de Varzim (Portugal).  Fue alumno de Carlos Cambeiro, Joam Trilho y Pablo Beltrán, realizando un posgrado con J. M. López López.  El espectro sonoro en gran amplitud se incluye en sus ambiciones creativas, materializándose en el conjunto de las obras que da a conocer.  Las complejidades de los recursos acústicos son igualmente un estímulo a tener en cuenta dentro de esa dimensión creativa y para dar fe esta pieza De Mar a Mar, preciso Mar de fondo en lo sonoro: la acentuación de las tímbricas, el ensanchamiento de la paleta orquestal en cuanto a los armónicos y enarmónicos que no duda en los apuntes microtonales para decidirse por una actitud que tanto inquieta y para bien, a nuestros creadores actuales. En ello, pudimos apreciar los breves comentarios de Rosa Fernández, que también sabría transmitirnos en la obra del ruso.

Igor Stravinski con las Danzas concertantes, obra nacida mientras se entretenía con otros compromisos debidos al mundo del cine a través de trabajos alimenticios. Eran tiempos en los que la Orquesta de Werner Janssen, de Los Ángeles, se aprestaban a ofrecerle la posibilidad de un encargo puramente camerístico y que completaría entre 1941/2, obra con posibles pretensiones escénicas con el aliciente añadido del título, para estimular el ingenio y que en definitiva, será su objetivo el mundo del ballet, confiando en el mundo recreativo de Ballanchine y sus Ballets Rusos, establecidos en Montecarlo. Para Stravinski, nada más tentador, basculando entre sus ambiciones rompedoras y la necesidad de tratar los valores rítmicos hasta sus máximas posibilidades. Un trabajo que para mayor fortuna, dispondrá del complemento escénico de los decorados de Eugène Berman, entonces uno de sus colegas en California. Las Danzas concertantes, quedan confiadas a una plantilla de 24 músicos y que como resultado, no dejaría de suscitar rechazos entre los entusiastas de La consagración de la primavera o Las Bodas. Obra que ganó enteros con el paso del tiempo, detalle consumado por su eclecticismo y vistosidad que resumía el destino de la pieza. Una Marche- Introduction, enmarcada en el talante de un concerto grosso, destacaba apuntes de la trompa a la que respondía un violín, antes de ceder al Pas d´action, que se manejaba con variadas yuxtaposiciones, siempre sorprendentes. Cuerdas y maderas, resultaron un idóneo contrapunto, con un silencio descriptivo y un añadido  de citas imaginarias  desde lo burlesco a lo grotesco. Un Thème  varié, alegre y resultón, especie de collage de episodios opuestos, nos traslada a un Pas de deux, preparando la Marche-conclusion,  tomada de la primera y que resumió lo que es una composición encuadrable dentro del neoclasicismo en boga. Excelente oficio de comprensión de la pieza con evidente destino final y que nos ofreció Johanna Malangré, quien habrían de abordar en el juego de sus obsesiones lo que vendría a continuación.

Robert Schumann- Sinfonía nº 2, en Do M. Op. 61-, fruto por propia confesión de uno de sus períodos de caída emocional y ofuscación mental, reflejado en una obra que desde el Allegro ma non troppo, no disimuló una entrada solemne a cargo de trompas, trompetas y trombones a través de un primer tema que recuperaría  luego en la  coda de este movimiento, para recuperarlo en el segundo tiempo, Scherzo: Allegro vivace,   permitiendo un desarrollo extenso y elocuente con respecto a la idea de la obra, auspiciado por la tonalidad del movimiento. Curiosamente, su comienzo parecía  desmentir el mentado estado de ánimo del compositor. Tiempo  de sólida consistencia que se manifestó  como un perpetuum mobile, en clara respuesta al Allegro, destacando el planteamiento elaborado a través de sus dos tríos en ansiado contraste que desmentía  el imaginable segundo tiempo en forma de Adagio espressivo,  que se desplazaba  al tercer tiempo, uno de los más sensibles de su estilo y escrito en una tonalidad menor. La melancolía manifiesta, sirvió para aceptar la evolución de la sinfonía que concluyó en un Allegro molto vivace,  de obsesiva afirmación rítmica entre oposiciones binarias y ternarias, dejando un breve apunte con una cita del Adagio.

Ramón García Balado

 

Real Filharmonía de Galicia / Johanna Malangré

Obras de Jacobo Gaspar, I. Stravinski y R. Schumann

Teatro Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Comentario en RITMO, en edición digital ritmo.auditorio
 

23/02/2024

Crítica / D’om le vrai sense: Kaija Saariaho desde la eternidad

 El simbolismo alegórico de Le dame à lo licorne, serie de tapices conservados en el Museo de Cluny (París), muestra de estilo mille fleur propio de la escuela de Flandes elaborado en lana y seda, hacia 1500, fue tema de inspiración para la obra de Kaija Saarihao, y que se eligió  para el concierto de la Real Filharmonía de Galicia  con su titular Baldur Brönnimann y el protagonismo de Kari Kriikku en el concierto para clarinete D´ om le vrai sense, de Kaija Saarihao,  al que se añadía una pieza de Erich Korngold, Tema y variaciones Op. 42 y la Sinfonía nº 2, de Kurt Weill, concierto en el que también participan alumnos de la EAEMKari Kriikku, es un intérprete dedicado con preferencia a las músicas de vanguardia y en particular con obras en dedicatoria como ya pudimos comprobar en el Concierto para clarinete de Magnus Lindberg, en un programa que incluía obras de Malcolm Arnold y R. Vaughan-William. Importante había sido su labor en estas lides con el Quattour Diotima, estrenado Figura, de Kaija Saarihao, en el Festival de Venecia, antes de repetir en el Présence de París. Hysteris, de Michel van der Aa, será obra que presente con la O.C. Sueca, dirigida por Tung-Chien Chuang, para pequeños grupos de medios electrónicos y que dio a conocer con la O.  C. Lapland y John Stargard, repitiendo con la Amsterdam Sinfonietta, en el Concertgebouw.

Otras de esas iniciativas, le llevaron a estrenar el Concierto para clarinete de Unsun Chin, con la O. de Gotemburgo y K.Nagano, que se repetirá con la WDR Sinfonieorcester  y la London Philharmonia, con Ilan Volkov o la O. de Malmö o la O. de la Radio Finlandesa, período en el que estrenará D´om le vrai sense, con esa misma orquesta y Sakari Oramo. Simon Bychkov (WDR Köln o alla Scala de Milán) será un director con el que tendrá afortunadas experiencias, al igual que con Esa-Peka Salonen, dejando imprescindible registros para el sello Ondine, que incluye la Missa de Jukka Tiensuu, con la O.F. de Helsinki y John Storgards y el Concierto para clarinete de Magnus Lindberg. Parte de esa evolución queda refrendada por su oficios como director artístico de la O. de Cámara Avanti!

Kaija Saariaho, compositora por excelencia en esta temporada, había entregado a comienzos de la misma Ciel d´Hiver, compartiendo fecha con Gÿorgy Ligeti y S. Rachmaninov, contábamos con ella como artista en residencia pero las consabidas circunstancias impidieron el beneficio de su presencia, siempre ateniéndonos a su valor testimonial que merecedora del Premio Fronteras de Conocimiento BBVA, culminación de su colaboración de investigación en el IRCAM. La obra en cartel, para la autora resultado de una búsqueda fascinante de sonidos y texturas, se había escuchado con la ONE dirigida por Jaime Martín, un homenaje con motivo de su septuagésimo aniversario y con este solista. En esencia, un encargo de la O. de la Radio Finesa, la Fundaçao Casa de Música, la O.S. de la Radio Sueca y Radio France. Obra  nacida a la sombra de su Segunda ópera Adriana Mater y que en la parte del solista se fue perfilando a partir del argumento determinante, la serie de tapices medievales de La dama y el Unicornio, en los que cada uno queda marcado por un detallado valor simbólico. La observación de esos tapices en el Musée Nationale du Moyane Age parisino, surgió como un destello deslumbrante que se impone como segura motivación, al  tiempo que se entrega a su sinfonía L´amour de loin, y una exposición realizada con la artista Raija Malka sobre temática común, La Dame à Licorne. Una dimensión en la que el clarinete aparecía  como un Unicornio en sí mismo con un mayor espacio significativo. Sorpresa para el oyente, precisamente por esa actitud en su protagonismo en escena. Lujo de detalles expresivos por los registros sonoros ofrecidos por Kari Krikku en su actitud interpretativa a tenor de los recursos de la obra.

La Finnish Radio Symphony O, dirigida por Sakari Oramo,  puso a nuestra disposición en el sello Ondine, un registro modélico en el que se ofrecen D´om le vrai sens; Lanterna Magica y Leino Song, destacando como cantante la soprano Anu Komsi. En lo relativo a los tapices, es evidente que no hay una posible descripción sonora, precisamente porque ellos, sirvieron en otras oportunidades de simples vagas inspiraciones y los seis episodios musicales resaltan un ejercicio de resueltas habilidades tímbricas, motivación común en otras obras suyas. Es el clarinete verdadera sensación de hilo conductor y un aliciente de grado sumo. Son los sentidos la causa y motivo representados en cada uno de sus pasajes: L´Ouïe (El oído); La vue (La vista); L´ Odorat (El olfato); Le  toucher (El tacto) y le Goût (El gusto), además de un epílogo A mon seul désir. Una ampliación de sensaciones acentuadas por matices sonoros tramados por el solista, condensadas en el espacio de  media hora. Obra     que en su orgánico demanda dos flautas flautín doble y contralto); dos oboes; corno inglés; dos clarinetes; un clarinete bajo; fagot (contrafagot doblado); cuatro trompas; trompeta, timbales (Cuatro percusionistas); arpa; celesta y cuerdas.

Erich Korngold en una pieza de sus años tardíos, compositor arraigado en los Estados Unidos a consecuencia de  su huida de la Alemania amarga tras recibir la invitación del director teatral Max Reindheart para cubrir la música incidental para El sueño de una noche de verano (Shakespeare) a partir de Mendelssohn. El cine le atará corto con bandas sonoras que marcaron época e hicieron historia, mientras la ópera los últimos años anteriores con títulos que poco a poco se convirtieron en óperas emblemáticas Die Tote Stadt (La Ciudad muerta); Das Wunder der Heliane (El milagro de Heliane) o la de prueba y primeriza Der Schneenmann (El hombre de nieve). La vuelta al género orquestal, después de su distanciamiento con respecto a las bandas sonoras, traerá la Sinfonía en Fa sost, cargada de tensiones, íntima e intensa, tras su vuelta a Viena en 1949, obra claramente sintomática a la par que se creación recibía un trato displicente como aventura pasada de moda. Queda todavía espacio para obras como esta serie de Tema y variaciones, para orquesta Op. 42, (1953), un encargo escolar para pequeñas formaciones, entre las que también nos encontramos Straussiana, homenaje a Waltz King, arreglos de sencillas canciones procedentes de la opereta Ritter Pazmann. Tema y variaciones Op. 42, destaca la melodía a partir de  una canción folklórica irlandesa, un recuerdo precisamente juvenil como Märchenbilder y sus siete variaciones. Brönnimann contribuyó en una idea de reflexión sobre el autor, como haría con le obra siguiente

Kurt Weill y la Sinfonía nº 2, para no perder comba, la única puramente orquestal de los años de madurez tras larga distancia con respecto a la Primera y un Divertimento a medio camino. Obra de patrones canónicos de los que sabrá distanciarse, y marcada por una estructura previsible en el significado de las relaciones temáticas entre los movimientos de la obra, que no renuncia a esa tradición germana en la que había sido educado, distanciado del autor de trabajos que supondrán definitiva ruptura como La ópera de tres reales. Kurt Weill tenía otras urgencias y esta obra de 1933, año crudo por definición histórica, había sido compuesta en París antes de estrenarse en Londres por el insigne Bruno Walter. Obra en canónicos tres tiempos, con una breve Introducción ligeramente sorprendente, marcada por un estilo de marcha fúnebre alegórica, con trompeta a solo, para ceder a un Allegro molto punzante en el marco de Allegro sonata. Una serie de aires melancólicos remiten a ideas del mundo teatral, sobre motivos acuciantes e hirientes hacia una reexposición en un epílogo que se va diluyendo merced a la quietud propuesta por las maderas y un jadeo de las cuerdas para recuperar el tiempo anterior cargado de temperamento. Un segundo movimiento-Lento- desolado y trágico, sobre un motivo de marcha fúnebre a partir de  transformaciones del tema inicial realzado por sonoridades de la flauta preparando el Final-Rondó-Allegro vivace- Presto, tomando aires de danza en forma paródica que culmina en una coda de tempo saltarín.  

Ramón García Balado

 

Kari Kriiku

Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann

Obras de Kaija Saarihao, Erich W. Korngold y Kurt Weill

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Palacio de la Ópera, A Coruña

Publicado en RITMO (edición digital)  ritmo.auditorio

17/02/2024

Paisajismos nórdicos por excelencia

  A Coruña - 16/02/2024

Concierto de la Sinfónica de Galicia contando con la pianista rusa Yulianna Avdeeva dirigida por Jaime Martín y que destacaban  en programa el Concierto en La m. Op. 16 de Edward Grieg, para completar con la Sinfonía nº 2, en Re M.  Op. 43, de Jean Sibelius.

Yulianna Avdeeva estudió en el Gnesin Special Music  College de Moscú, y fue alumna de Elena Ivanova (2003), para ampliar con Konstantin Scherbakov en la Zuercher Höchschule, maestro del que posteriormente será asistente; en la Escuela Estatal de Música de Gnesin, siguió las docencias de Vladimir Tropp entre 2006/9), mientras ampliaba en otras materias en la Ac. International Lake Como. Su carrera concertística se fue consolidando en estos años visitando espacios como la Wien Bosendorfer Saal o el Barbican Center (Londres). Entre sus galardones, un segundo del Bremen Piano Competition (2003); un tercero del Kurt Leimer Piano Competition; un segundo del VII Concurso Ignaz Jan Paderewski (2017), un segundo del LXI Géneve Int. o el Primero del XVI Int. Frederik Chopin, de Varsovia. Realizó sus registros má importantes para el sello Mirare, destacando los dos conciertos de Chopin, con la O. of The Enlightenment  Century, con F.Brüggen;  obras de J.S. Bach, M. Weinberg, para el sello DG; Mozart, Schubert y Prokofiev.

Nórdicos por excelencia a partir de Edvard Grieg, músico con formación germana por sus estudios con Moscheles, Ricter y Reineke, dinamizador de un grupo de credenciales determinantes, Euterpe, que pretendía distanciarse de ese germanismo de larga estela, fundando también en Oslo la Academia Noruega de Música, quedando de su autoría tan sólo una sinfonía entre obras de mayor arraigo como este Concierto para piano y orquesta, en La m. Op. 16, pleno de rigor lírico y gratamente equilibrado, por lo que su aceptación le garantizó su permanencia a lo largo de los años. Compuesto mientras tenía como compañero de confianza a Edmund Neupert, en Dinamarca, perfilando el estreno de la obra hacia finales de 1869 pero que tardaría en darse a conocer hasta la primavera siguiente. El propio F.Liszt alabaría la calidad de la obra, precisamente por el distanciamiento de la influencia alemana casi inevitable entonces.

Tres tiempos de meridiana identidad comenzando con el Allegro molto moderato, en el que la solista Yulianna Adeeva propició el despliegue sonoro a través de una pujante cascada de acordes descendentes, permitiendo tomar protagonismo a las maderas y entregarse  a un aire de danza popular asimilada por el  autor en una ingeniosa pirueta colorista que resueltas  en un fugaz animato que dejaba paso a la solista en un segundo tema de tintes elegíacos definidos por los chelos (detalle que revisará posteriormente), un sonido de trompetas, animó el desarrollo del tiempo de perfiles concisos confiados a la pianista mientras dialogaba  con otros instrumentos de la orquesta que respondían con una vistosa fanfarria que prepara camino de un Poco piú allegro final.

El Adagio, quedó expuesto por las cuerdas en sordina, a las que responderían  trompa y  fagotes, aspecto que redunda en el ideario creativo de Grieg, y que nos trasladaba a otras obras suyas por su atractivo lirismo, permitiendo a la piano erigirse en protagonismo necesario que ocupó todo el movimiento, logrado por un encendido lirismo expresivo en respuesta a la cuerda en actitud vagamente discreta y que desde un pasaje pianissimo, se enfocaba hacia el Allegro moderato e marcato, en La m., iniciado con clarinete y fagot, entre apuntes sencillos del teclado, que ingeniosamente recurría  a un aire de música popular, el  hailing, animado y colorista que se acepta por sus disonancias como una  tonada típica de violín Hardager, a lomos de ideas dispersas y cantábiles, remarcadas por distintos instrumentos para otorgar el protagonismo al piano en una descriptiva cadenza que recuperó motivos precedentes.

Jean Sibelius encumbrándose con la Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 43, esa escuela escandinava representada también por Carl Nielsen o Edward Grieg, y en la que tienen cabida  J.Severin Svendsen, R. Nordraak, Halfdan Kjerulf y Ole Bull. Del país de los Mil Lagos, Jean Sibelius (1865/1967), compañero generacional de Martin Wegelius, Robert Kajanus o Leevi Madejota, adalides de la veta nacionalista, siendo nuestro autor el maestro por excelencia del sinfonismo, monumento al género en el que no llegará a aportar innovaciones ostensibles, con ciertos débitos con respecto a Tchaikovski en su  propio país sin una gran tradición propia. Una obra que agradecería Jaime Martín, para repetir la consideración que recibe por los aficionados en obras de estas dimensiones.  La Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 43, del período del poema sinfónico emblemático Finlandia, obra realizada a comienzos de 1901, en su retiro en Rapallo y que destaca por su filiación romántica, marcada por la brevedad de los temas que se diluyen en grupos más amplios, y en especial por los cuidados en los repartos instrumentales.  El Allegretto ligeramente desconcertante, podrá  señalarse como un arrebato de planteamiento estilístico anunciando el propósito de la sinfonía, entre cuidados recursos de formas breves que engarzan distintos instrumentos, preparando un desarrollo pausado, en forma de síntesis de elementos anteriores, con predominio de cuerdas y metales y una reexposición con aire de pastoral que se diluye pausadamente.

El Tempo andante ma rubato, sugería en su descriptiva actitud concentrada y meditativa, en la que los chelos marcaban la pauta a seguir, junto a los contrabajos en pizzicato, remarcados en forma de  una cantinela estremecedora, una insinuación que remitía a influencias claramente modales y ancestrales, expuestas por el fagot, camino a un Andante sostenuto confiado a las cuerdas en una tonalidad distanciada para completar con instrumentos de metal.  Con suerte, uno de los pasajes mejor tratados por Jaime Martín.  El tercer tiempo Vivacissimo (Attaca), dentro de un posicionamiento tenso a la manera de un Scherzo, valdría  como un motu perpetuo, manejado entre registros extremos para mayor énfasis orquestal, sobresaliendo contrabajos y violines, en registro sobreagudo.

El Finale. Allegro moderato, enlazado con el tercer movimiento sin solución de continuidad, quedaba  repartido en cuatro  temas comenzando por un primero con cuerdas con respuesta de fanfarrias de trompetas y el segundo como respuesta, añadiendo el tercero en un tranquilo-moderato, con un cuarto más breve, a cargo de los metales en una densa orquestación culminante de toda la orquesta en plena amplitud sonora en un apabullante crescendo final concediendo  grandiosidad a la sinfonía, aspecto que contribuiría a confirmar el sello genuino de romanticismo nacionalista tan en boga, y del que sería cabeza visible, confirmado en el conjunto del resto de sus sinfonías. A mayores, una pieza chopiniana en estilo de mazurca.   

Ramón García Balado

 

Yulianna Avdeeva

Orquesta Sinfónica de Galicia / Jaime Martín

Obras de E. Grieg y J.Sibelius

Palacio de la Ópera, A Coruña

 Publicado en RITMO ritmo-auditorio (edición digital)

12/02/2024

Ludwig Dürichen: Jesús Torres en su Concierto para violín

 A Coruña / Pontevedra - 10/02/2024

Jesús Torres puso en atriles  su Concierto para violín con la Sinfónica de Galicia en interpretación de Ludwig Dürchen, dirigido por Andrés Salado, incluyendo en cartel la Sinfonía nº 1, en Fa m., de Dmtri Shostakovich. Ludwig Dürchen, ayudante de concertino de la orquesta  desde 2005, fue miembro de formaciones como Staats Kapelle Dresden, la Berlin Deutche Oper, la Elbephilharmonie de Hamburgo, la München Staats Oper, la Kassel Karlsruhe O., la O. Giuseppe Verdi, de Salerno, entre las principales además de colaborar con certámenes como los BBC Proms, el Musikkolegium Wintertuhr y otros de primera línea, dinamizando iniciativas en colaboración con compañeros suyos en agrupaciones camerísticas como el Trío Ludovicus o el Cuarteto Atlántica, en proyectos divulgativos junto a la violinista Carolina Cygan, el viola Jeffrey Johnson, Mariana Prejvaslkaia, Rousslana Prokopenko o Filipe Pinto Ribeiro.

Andrés Salado, director, llegó a esa especialidad tras sus estudios de piano, flauta barroca y percusión y en este espacio disfrutó de las docencias de Miguel Romea, Peter Rudell, Jorma Panula, Peter Gülke, Peter Eötvös, Antoni Ros Marbà y Sandro Gorli. Su carrera le permitió conocer experiencias con formaciones como la JONDE, la Joven de la Comunidad de Madrid, la de Extremadura, la ONE, la O. Simfònica i Nacional de Catalunya, la RFG, la Real O. S. de Sevilla, la Filarmónica de Oviedo y en el ámbito internacional, la O. S. de México, la O.S. de Yucatán, la Casa da Música do Porto, el Divertimento Ensemble, la Salzburg Soloist Chamber, en la Mozart Sommerakademie. La ópera es también una temática de su interés, abordando títulos como Il Barbiere di Siviglia (Rossini); Il segredo di Susanna (Ermano Wolf Ferrari); El Martirio de San Sebastián (Debussy), en una producción con La Fura dels Baus o The thelepone (Gian Carlo Menotti)

Jesús Torres ofreció su Concierto para violín, alumno que fue de Francisco Calés y de Luís de Pablo, ampliando con Francisco Guerrero en materias avanzadas y confirmando su trayectoria a partir de Vísperas, una obra camerística que se acercaba a Derive de P. Boulez por sus arabescos y  gestualidad y como herencia de las influencias de Stockhausen, compondrá los Preludios en consideración a su pianista de confianza Ananda Sukarlán, puerta abierta a piezas como los Dúos para Miquel Bernat y Henry Bot (percusión y clarinete). El Concierto para piano, dedicado a Sukarlán, fue Premio Reina Sofía  (2000), un estreno con presentado en la Tribuna Int. de Compositores de la UNESCO. Ambición suya fue el hecho de aproximarse a las poéticas como el Cántico espiritual de J. Guillén: Vísperas de mí o Presencia del aire, en tratamiento musical confiado al Ensemble Köln Munchenglabach o La destrucción o el amor (V. Aleixandre), encargo del CNDM  y Sonetos del amor oscuro (García Lorca).

El apartado instrumental fue dejando obras como Tiento, Tropos, Fugace- encargo del Grupo Pärlor för Svin-; la Partita- en dedicatoria a músicos en residencia de la JONDE-; La máscara Roja y el lirismo que se manifiesta en Fantasía o experiencias como Crepuscular, pura investigación tímbrica que llegará en este ideario hasta Accentus y Ausencias. En lo fundamental, la asunción de las tendencias francesas entroncadas con la impregnación en el estilo de Takemitsu realzando con ello en refinamiento armónico de perfiles cuidadosamente elaborados sin centrarse en esa sensualidad tímbrica con aspectos que supo tomar a partir de las polifonías renacentistas culminadas en una notable densidad de escritura. Un ideario en permanente evolución auspiciado por las múltiples formas, marcando armonías transparentes sin renunciar al uso de polarizaciones tonales. La etapa con F. Guerrero, había supuesto una necesaria atracción por los procedimientos dodecafónicos surgidos de las vanguardias en plenitud y que se ratificará en las obras inaugurales de su catálogo, una inmersión en la reflexión y las búsquedas que mantendrán una trayectoria evolutiva de signos perceptibles.  

El Concierto para violín fue obra encargo de la Fundación BBVA, escrita en 2012 y estrenada por la O.S. de Madrid en el Teatro Monumental bajo la dirección de Kees Bakels, con Miguel Borrego para ser editado por Tritó, recibiendo el Premio Nacional de Música en 2013. Obra característica en el estilo de los grandes conciertos del siglo XX, mostrando un planteamiento que se manifiestaba en sus tres tiempos: Dramático, Apasionado y Estremecido, dentro de un ámbito vagamente etéreo, observando peculiaridades en su construcción tonal por su carácter expresivo asimilable a cada tiempo, que la convierte en un gran canto y que en algún pasaje rememorará el Concierto a la memoria de un Ángel, de Alban Berg. El segundo tiempo resulta un Presto y en resumen será difícil atribuirle una idea determinada para el oyente. Obra esperanzadora a la par que fatalista cuya coda final se resume gracias a una sección de dobles cuerdas sin vibrato entre un sonido que se diluye en el silencio con la indicación diminuendo…a niente, de precisión ambivalente. Destaca la prestancia de las tensiones internas acentuadas por apuntes acentuados por clusters en enfrentamiento entre solista y orquesta con texturas complejas que se diluía definitivamente en una cadencia casi imperceptible en manos de Ludwig Dürichen.   

Dmtri Shostakovich- Sinfonía nº 1, en Fa m. Op. 10-, composición de 1926, momento en el que se acercará a personalidades como Boris Assafiev e Ivan Sollertinki, quienes influirán en su evolución inmediata, fundamental el primero de ellos por las influencias recibidas de Anatoli Liadov, maestro en las programaciones del Teatro Bolshoi y que mostraba interés por las músicas de vanguardia de procedencia Occidental que programará en los certámenes de su entorno, momento en el que publicará la primera monografía de Stravinski, cultivando igualmente su cercanía a Prokofiev, en su Sinfonía Clásica que le fue dedicada. Amigos comunes harán posible nuevas expectativas y como resultado, el detalle de Shostakovich presentándole las Variaciones para piano de Valerian Bogdanov- Berevich.

Para Shostakovich, era  Assafiev una autoridad indiscutible, momento en el que le ayudará a estudiar obras de Schönberg, Krenek, el propio Stravinski  y músicos del Grupo de Les Six. En cualquier caso, esa fidelidad tendría sus resquemores que parecen a la postre como pequeños detalles sin importancia, como el hecho de no trasmitirle la carta de felicitación enviada por Alban Berg, con motivo del estreno de la obra, que había dirigido Bruno Walter. Más  susceptibles serían ciertos posicionamientos estéticos sobre obras suyas como la suite Aforismos- para piano-, y su primera opera La nariz, curiosamente bien recibidas por Assafiev. Vendrán años en los que los posicionamientos de ambos, se distanciarán irremisiblemente.

La Sinfonía nº 1, en Fa m. Op. 10,-media hora de música para el medido control de Andrés Salado- tuvo estreno en Leningrado con dirección de Nicolaï Malko, obra juvenil de un alumno de Conservatorio de ya había escrito algunas obras orquestales menores- dos Scherzos y Variaciones, y que recibirá el asesoramiento para su escritura de Glazunov, necesario apoyo para un compositor que arriesgaba en un formato mayor, con temor al  riesgo, retoques necesarios para asegurar la confianza en sí mismo y con el seguro asesoramiento de maestros de confianza. Obra que se iniciaba  a partir de un  Allegretto. Allegro ma non troppo, encuadrado en el espacio de ese humor que caracterizará el conjunto de su sinfonismo de madurez y en el que no está exento un guiño rebuscado, tan perceptible en su estilo creativo, con sus posibles enigmas enriquecedores.

Vuelta a un Allegro ma non mosso quizás un posible scherzo redundante que reafirma esa voluntad medianamente provocativa merced al piano incorporado como respuesta de actitud a la espera del trío de ritmos contrastados de relieves acentuados que imitan un aire popular insinuados por el teclado.  El tiempo Lento Largo lento (attaca) abunda con creces en esa imprescindible línea melódica, en un enfrentamiento entre los estados de ánimo más susceptibles que confirman el espíritu de la obra.  Un extenso Finale resuelto desde un Allegro non molto-Lento-Allegro molto meno mosso. Allegro molto meno mosso Adagio,  obsesivo para una obra de claras pretensiones, se reafirmaba por las pinceladas grotescas provocativas, de temple enérgico y tenso. Densidad en un sentido de la creación orquestal, que tan excelentes impresiones nos dejó temporadas pasadas.        

Ramón García Balado         

  

Ludwig Dürichen

Orquesta Sinfónica de Galicia / Andrés Salado

Obras de Jesús Torres y Dmtri Shostakovich

Auditorio-Sede Afundación, Pontevedra

Palacio de la Ópera, A Coruña

Publicado en RITMO-auditorio (edición digital)

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